domingo, mayo 03, 2020

EL CRISTIANO EXCELENTE


EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
LECCIÓN 23

© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: “18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. / 19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. / 20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.  / 21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.” (1 Juan 5:18-21)

Idea central: Cómo es un cristiano verdadero.

Objetivos: a) Conocer, valorar y experimentar los tres aspectos que caracterizan al cristiano verdadero, según San Juan; b) Precaverse y evitar caer en el extravío de la fe, la apostasía o las herejías; c) Comprender y valorar que estamos protegidos por Dios; d) Comprender, valorar y aceptar que desde el día de nuestra conversión pertenecemos a Dios; y e) Adorar al Único Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Resumen: Hay tres cosas que caracterizan al cristiano verdadero: Es protegido por Dios, es propiedad de Dios y sólo a Él debe adoración.


C
on estos versículos estamos finalizando el comentario y las enseñanzas que nos dejan esta bella e interesante carta del apóstol San Juan. Ya tendremos oportunidad de hacer un resumen de este interesante libro del Nuevo Testamento. Por ahora nos concentraremos en analizar las palabras finales como una conclusión que nos entrega el anciano apóstol y que viene a ser la visión que Dios le ha entregado de lo que es ser un verdadero cristiano o discípulo de Jesucristo. Como restaurador de la fe original enseñada por Jesús, él quiere dejar muy en claro que ser cristiano es entregar toda nuestra confianza a un Dios Todopoderoso, Fiel y Verdadero y no a aquellos dioses paganos que abundan en el imperio; que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos sino que somos propiedad de Jesucristo, el Kyrios, y no del emperador ni del príncipe de este mundo; que debemos poner nuestro amor en Uno solo, el Dios Trino.  


¿Qué caracteriza al verdadero cristiano?

1.      El cristiano es protegido por Dios.
“18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca.” (1 Juan 5:18)

Cuando el apóstol escribe todo aquel que ha nacido de Dios” se refiere a aquellos que han nacido de nuevo, como lo señala en su Evangelio: “12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; / 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” (San Juan 1:12,13) No se trata de todos los hombres como pudiera entenderlo alguien que desconoce la doctrina del nuevo nacimiento enseñada por Jesús a Nicodemo: 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. / 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (San Juan 3:2,3)

Si hemos nacido de nuevo no tenemos como práctica habitual el pecar. Ningún cristiano desea pecar pues dentro de él habita el Espíritu Santo. Además se ha arrepentido, entregando su vida a Jesucristo y lo único que desea es agradar a Dios. El mismo Juan ha definido lo que es el pecado: Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.” (1 Juan 3:4) Es una infracción a la Ley de Dios. Cuando un cristiano peca está faltando a la voluntad de Dios, a Su Amor, por tanto se duele de hacerlo, es acusado en su conciencia por el Espíritu y pide perdón a Dios: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9) A pesar de haber sido perdonados de nuestros pecados por Dios, haber nacido de nuevo, tener el Espíritu Santo morando en nosotros y anhelar no ofender al Señor, igualmente caemos en pecado porque conservamos nuestra naturaleza humana caída, el viejo hombre que nos incita a la desobediencia. Mas Dios es comprensivo y misericordioso y nos ofrece Su perdón constantemente.

“Aquel que fue engendrado por Dios” es Jesucristo que como hombre fue engendrado en María, madre de Jesús, y como Dios, Segunda Persona de la Trinidad, procede del Padre. Al estar la palabra “Aquel” con mayúscula está indicando que se refiere a la Divinidad, es decir Jesús, el Hijo de Dios.

Este Hijo de Dios nos guarda de pecar. Si a veces pecamos, no podemos culpar a Dios que nos ha dejado de cuidar sino que somos nosotros los únicos responsables de esa caída al permitir que la carne, el mundo o las tinieblas nos engañen y permitamos su tentación. Mi carne puede arrastrarme a la lujuria y yo dejarme arrastrar por su concupiscencia; no puedo culpar a Dios ni tampoco al diablo, soy yo el pecador que he dejado actuar al “viejo hombre” que vive en mí y no al “hombre nuevo”. El mundo puede tentarme con la gula, a través de la publicidad o las palabras de mis amigos que me impulsan a comer desmedidamente con todo tipo de razones, “vive la vida, después de esta vida no hay otra”,  “… Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos.” (1 Corintios 15:32) Las tinieblas, sus demonios, no digamos el diablo porque no somos tan importantes como para que un querubín se preocupe de nosotros; las tinieblas, digo, pueden tentarnos con la voluptuosidad del deseo sexual prohibido y querernos hacer caer en adulterio o fornicación, pero el Espíritu Santo nos molestará insistentemente a tiempo y fuera de tiempo hasta hacernos caer rendidos por la culpa ante Dios. Él nos protege de nosotros mismos y de todos los agentes satánicos que nos asechan. Jesucristo nos guarda del mal. Es lo que oramos cada vez en el Padrenuestro: “12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. /  13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.” (San Mateo 6:12,13)

¡Qué maravilloso es saber que el maligno no nos toca! Así se cumple la promesa de Jesús para Sus discípulos: “…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”  (San Mateo 28:20) Como también el apóstol San Pablo lo ratifica: “35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? / 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;  Somos contados como ovejas de matadero. / 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. / 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, / 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:35-39)


2.      El cristiano pertenece a Dios.
“19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” (1 Juan 5:19)

Los cristianos, los que creemos y le creemos a Dios y Jesucristo, los que hemos nacido de nuevo y entregado la vida al Señor, los que tenemos morando en nuestro interior a Jesús, somos de Dios. Han pasado los siglos, veinte y uno para ser exactos, y el Evangelio ha sido predicado en todo el planeta, incluyendo en aquellas culturas que tienen otros dioses, otras creencias, pero muchos han sido convertidos a Jesucristo y su Evangelio. La clave de la salvación eterna es creer en Jesucristo; así lo expresa nuestra fe: “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (San Juan 17:3) Si tenemos a Jesucristo en nosotros entonces somos de Dios. Puedes creer en un Dios con otro nombre; tal vez sea el mismo Dios nuestro, pero si no crees en Jesucristo, el Hijo de Dios, aún no eres salvo. Es preciso que aceptes a Jesús y Su sacrificio por ti en la cruz.

“El mundo entero está bajo el maligno”. Esta es una realidad innegable; un espíritu de maldad, contrario al Dios Todopoderoso y Creador del universo, domina el mundo: “en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2) Que el mundo esté bajo el maligno significa que el diablo, Satanás y sus huestes siempre intentan controlar los pensamientos, las emociones y las decisiones de todos los habitantes de esta Tierra.  Esto se puede apreciar en los siguientes aspectos:

a)      La Publicidad del sistema comercial en que vivimos, la cual manipula las mentes estimulando los deseos de las personas, atendiendo a sus pulsiones más bajas, como el sexo, el apetito de comer y poseer, la ambición desmedida y la avaricia: “15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. / 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (1 Juan 2:15,16)

b)      Los liderazgos ególatras que buscan el poder y la riqueza, a costa del dominio de las mentes de las poblaciones. En la Historia ha habido muchos de estos poderosos, desde Nerón hasta Hitler. Son los precursores del más grande ególatra de la historia, el Anticristo: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (1 Juan 2:18)

c)      Las grandes fortunas de ricos explotadores, sin corazón ni intención de favorecer a los pobres. Contra ellos la Escritura se expresa así: “1 ¡Vamos ahora, ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán. / 2 Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. / 3 Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días postreros. / 4 He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos. / 5 Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza. / 6 Habéis condenado y dado muerte al justo, y él no os hace resistencia.” (Santiago 5:1-6)

d)     El ateísmo, la negación de Dios, el desprecio de la fe cristiana y de toda religión. Es el ataque espiritual frontal que hace el reino de tinieblas a la Iglesia y a todo ser humano, con el propósito de que viva sólo para sí mismo y no agrade a Dios. En el fondo es un ataque que el diablo dirige al Creador y utiliza al ser humano para ello. Hay personas muy inteligentes, con grandes conocimientos, pero niegan a Dios; hay extraordinarios creativos, artistas de fama, pero niegan al Mayor de los Artistas, al Creador del universo; hay altos gobernantes y líderes mundiales, pero niegan a la máxima Autoridad, Dios: “18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; / 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. / 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. / 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. / 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios” (Romanos 1:18-22)

Estas son sólo algunos de los aspectos por los que Satanás establece su dominio en el mundo, aparte del gobierno que establece a nivel individual exaltando el yo de las personas y moviéndolas hacia la desobediencia.


3.      El cristiano adora al Único Dios.
 “20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.  / 21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.” (1 Juan 5:20,21)

Jesucristo es el Hijo de Dios. El término “Hijo”, con mayúscula, no tiene el mismo significado de “hijo” con minúscula como entendemos los humanos la idea de tener un hijo. Nosotros tenemos un hijo y nos encargamos de alimentarlo, vestirlo, cuidarlo y enseñarle hasta que crece y es independiente para llevar una vida de adulto y a su vez procrear otros hijos. En el caso de Dios Padre, no tuvo un Hijo cuando alcanzó cierta cantidad de años o siglos, sino que siempre lo tuvo, pues Ambos son eternos. La Biblia enseña que el Hijo fue engendrado por el Padre. Así como los humanos engendramos humanos, Dios engendra Dios: Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo?” (Hebreos 1:5) Cristo fue engendrado en la eternidad; la eternidad no tiene pasado ni futuro, es un eterno hoy.

El Hijo es una Persona de Dios, una expresión completa de Dios. Juan lo llama también “Logos”, Verbo de Dios, el principio activo por medio del cual fue hecho el Universo. Ese Ser Eterno ha venido desde la eternidad e introducido en nuestra realidad espacio-temporal; se introdujo en la Humanidad haciéndose humano, naciendo como tal, para lo cual requirió de una madre que pertenecía a una estirpe, la casa de David y la tribu de Judá; se introdujo en nuestro espacio terrestre, naciendo en una zona geográfica llamada Belén de Judea; se introdujo en nuestro tiempo, en determinado tiempo histórico, cuando el mundo estaba dominado por un gran imperio, el Imperio Romano y sería factible extender Su misión por todo el orbe.

Estamos totalmente seguros que el Mesías anunciado por siglos por los profetas hebreos es el Hijo de Dios que vino y predicó el Evangelio, lo enseñó a Sus discípulos y estos iniciaron su extensión por el mundo. Estamos convencidos de que Jesucristo es Verdadero y es el verdadero Hijo de Dios, no hay otro. Es lamentable cuando algunos cristianos o alguna Iglesia eleva al rango de dios o pequeño dios o diosa a otro u otra que no lo son. Lamentablemente los sucesores de los apóstoles, luego de muertos éstos, los llamados “padres de la Iglesia” (apostólicos y apologistas) fueron elaborando paulatinamente una doctrina mariológica que se concretó en el Concilio de Éfeso en el año 471 en la declaración de que María es Madre de Dios, Theotokos en griego, literalmente “la que dio a luz a Dios”, iniciando su progresiva “veneración”, pero que en la realidad es adoración de la madre de Jesús como a una diosa. A nuestro juicio esto se aparta de la doctrina de Jesús y los Apóstoles. La advertencia es clara en los últimos dos versículos de esta carta: “…Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.  / 21 Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.”

La preeminencia y absoluta adoración y culto a Dios es imprescindible en la fe cristiana. Adoramos a un sólo Dios, a Él le oramos dando gracias y presentando peticiones; sólo a Él pedimos perdón y de Él solicitamos la guía. Podremos admirar a los santos hombres y mujeres de la Biblia, aún los que han dado grandes testimonios de fe a través de la historia de la Iglesia, pero jamás oraremos a ellos ni les rendiremos culto. Hacer esto sería idolatría, levantar otros dioses menores como lo hacían los primitivos que no sólo adoraban al sol, sino también a la luna y las estrellas. Uno Solo es nuestro Sol de Justicia: Jesucristo, el Hijo de Dios Padre que ha enviado Su Espíritu Santo a iluminar nuestros corazones. Para Él, Único Dios, Salvador, Señor y Maestro, sean todo honor y toda gloria. Amén.


CONCLUSIÓN.
Al término de esta primera epístola de San Juan, él concluye con los tres aspectos que caracterizan al cristiano verdadero, para diferenciarlo del extraviado y precaverlo de apostasía o herejías. Así un verdadero discípulo de Jesús: 1) Es protegido por Dios; 2) pertenece a Dios; y 3) Adora al Único Dios.


PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Desde su punto de vista, qué caracteriza al verdadero cristiano?
2)      Defina: cristiano extraviado, apóstata, hereje.
3)      ¿Cómo está experimentando la protección de Dios?
4)      ¿Qué significa pertenecer a Dios?
5)      ¿Cómo podemos los cristianos permanecer en la adoración de un Único Dios?
6)      ¿Cómo establece Satanás su dominio a nivel individual sobre las almas?
7)      ¿Cómo está el reino de tinieblas expandiendo su dominio en el mundo de hoy?
8)      ¿Cuál es la forma correcta de admirar a los santos hombres y mujeres de la Biblia y a los que han destacado por su testimonio de fe en la historia de la Iglesia?
9)      ¿Quién es su “Sol de Justicia” y qué significa esta expresión en su vida personal?
10)  ¿Qué enseñanzas debería enfatizar y predicar la Iglesia de este tiempo?
11)  ¿Por qué se considera que el mensaje de San Juan es un mensaje de restauración?
12)  ¿Qué virtudes son más propias del Padre, más propias del Hijo y del Espíritu Santo?
13)  ¿Cuáles son los dioses paganos de la actualidad?
14)  ¿Cuándo traspasa la publicidad los límites de la ética cristiana?


BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”

·         https://www.biblegateway.com
·         https://medium.com/pasi%C3%B3n-x-el-cordero/3-jes%C3%BAs-fue-engendrado-por-el-padre-cu%C3%A1ndo-b1567571cb1e

No hay comentarios.: