domingo, mayo 31, 2020

¿CUÁL ES TU TESTIMONIO?


 EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
LECCIÓN 27



© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: “9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. / 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia. / 11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. / 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero. / 13 Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribírtelas con tinta y pluma, / 14 porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara. / 15 La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular.” (3 Juan 1:9-15)

Idea central: Testimonio positivo y negativo de cristianos.

Objetivos: a) Conocer, apreciar y practicar las actitudes de sencillez, sumisión, humildad y comprensión; b) Identificar y evitar en sí mismo actitudes de egolatría, rebeldía, altanería y autoritarismo; c) Comprender el concepto de testimonio cristiano, practicando la vivencia de la Verdad; d) Conocer el testimonio que tuvieron Diótrefes y Demetrio en la primera Iglesia.

Resumen: San Juan nos muestra por medio del testimonio de dos personajes lo que un cristiano debe ser y lo que no deber ser. No tener una actitud ególatra, rebelde, altanera ni autoritaria, sino que el buen testimonio del entorno, practicar la verdad y el reconocimiento de los ministros de Dios.


S
e podría decir que esta tercera epístola de San Juan está dedicada a poner de relieve la importancia que tiene el testimonio cristiano. Testimonio se define como la declaración que hace una persona para demostrar o asegurar la veracidad de un hecho por haber sido testigo de él. También es la prueba que sirve para confirmar la verdad o la existencia de una cosa. En el ámbito cristiano testimonio es la expresión de la fe en Jesucristo que un creyente da a conocer a otros, tanto en hechos como en palabras. El testimonio de vida confirma su calidad de convertido a Jesucristo.

En la enseñanza anterior vimos el ejemplo de Gayo, un testimonio vivo de lo que debe ser un buen cristiano. En la presente lección Juan nos muestra lo que no debe ser y lo que debe ser un discípulo de Jesucristo como testigo del Evangelio.


¿Qué debe ser y no debe ser un discípulo de Jesucristo?

1.      El ejemplo de Diótrefes, lo que no debe ser un discípulo.
“9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. / 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.” (3 Juan 1:9,10)

Aquí tenemos a un “hermano” que no valora ni respeta al propio apóstol Juan. Este cristiano no considera autoridad a quien estuvo con el señor Jesucristo. ¿Será porque es ya un hombre anciano? ¿Creerá que ahora es él quien tiene una mejor visión del Evangelio? La Biblia no nos entrega mayores antecedentes de este creyente con autoridad en la iglesia local, pero a través de las palabras de san Juan y del conocimiento que tenemos del alma humana, podemos inferir la base de su mala actitud.

a)      Una actitud ególatra.
Al pastor Diótrefes “le gusta tener el primer lugar entre ellos”, quiere que todos los hermanos de su iglesia lo respeten, amen y escuchen sólo a él y a ningún otro, aún siendo un apóstol el que venga a hablarles. Quiere que en el corazón de ellos esté primero él. ¿Querrá también ocupar el lugar del Señor en sus corazones? ¿O querrá ser él una especie de mediador o representante único de Cristo? Es un hombre ególatra que se ama a sí mismo y pide que los demás lo amen y admiren. Por lo tanto es también un egocéntrico, el centro de su vida en verdad no es Cristo sino su propio yo. Desconoce la enseñanza de Jesús que dice:

“24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. / 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”
(San Mateo 16:24,25)

Tampoco ha escuchado decir a San Pablo:

“3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. / 4 Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, / 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.” (Romanos 12:3-5)

b)      Una actitud rebelde.
San Juan escribe: “no nos recibe”. Diótrefes no quiere recibir al apóstol y sus ayudantes, no reconoce la autoridad de ellos. Por lo tanto no reconoce el orden en el Cuerpo de Cristo:

“27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. / 28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.” (1 Corintios 12:27,28)

Primeramente apóstoles, dice la Palabra, y Diótrefes no los respeta. Quizás siente envidia del apostolado y su corazón está en guerra contra la autoridad. En el fondo, como Lucifer, quiere robar la autoridad de Dios y hacerse él mismo un dios:

“12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. / 13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; / 14 sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.” (Isaías 14:12-14)

c)      Una actitud altanera.
El tal hermano Diótrefes habla mal del apóstol y sus compañeros de misión, murmurando de ellos; probablemente lo hace de tal forma que despierta sospechas de su autoridad, testimonio y enseñanzas; puede que invente y mienta con palabras maliciosas. ¡Tanto daño puede producir la lengua contra nuestro prójimo! Algunos cristianos tienen la mala costumbre de hablar mal de sus hermanos en la fe, suelen hacerlo con más soltura si esos hermanos son de otra congregación o denominación, incluso hablan mal de los siervos de Dios, sea por su teología o por su vida. Tal cosa es lamentable, no edifica y es un pésimo testimonio del cristianismo en medio de una sociedad no creyente. Más grave es cuando esa costumbre es de ministros del Señor; no tenemos derecho a criticar ni juzgar a nuestros hermanos, tal tarea dejémosla al Señor. No podemos crecer espiritualmente parloteando con palabras malignas contra nuestros hermanos. La Palabra de Dios nos advierte:

“Al que solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré; No sufriré al de ojos altaneros y de corazón vanidoso.” (Salmo 101:5)

d)      Una actitud autoritaria.
Dice la carta: “a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia.” El mal pastor se molestaba con quien quería recibir en su casa al apóstol y misioneros, se lo prohibía autoritariamente y si ellos lo hacían los expulsaba de la iglesia. El autoritarismo es el sometimiento absoluto a una autoridad humana. Es cierto que Dios nos ordena sujetarnos a las autoridades, en especial de la Iglesia, pero también a estas les dice que no deben gobernar como si fuesen dueños de las personas, sino con respeto y sirviéndolas con amor:

“1 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: / 2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto;  / 3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.  / 4 Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria.” (1 Pedro 5:1-4)  

La labor de los ministros de Dios es enseñar, aconsejar, orientar, advertir en base a la Palabra de Dios y no exigir más allá de lo que es respeto y buen comportamiento en las relaciones eclesiales, pero cada uno tiene su vida y deberá dar cuenta al Señor en su momento. Los ministros de Dios no deben sobrepasarse en la autoridad que les ha sido dada para servir a la comunidad cristiana.

Diótrefes, perfil de un mal cristiano.

He aquí el perfil de un mal cristiano que lamentablemente ha llegado al liderazgo, Diótrefes es un mal modelo a seguir, ególatra, rebelde, altanero y autoritario. Líbrenos el Señor de tener tales actitudes y de que nuestros líderes las ostenten. Al contrario, el buen ministro de Dios y el buen discípulo deben ser sencillos, sumisos, humildes y comprensivos, como lo aconseja San Pablo:

“22 Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. / 23 Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. / 24 Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; / 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, / 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.” (2 Timoteo 2:22-26)


2.      El ejemplo de Demetrio, lo que debe ser un discípulo.
“11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. / 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero.”  (3 Juan 1:11,12)

Dios nos invita a imitar todo lo bueno y lo que es de buen nombre. Muchos ejemplos hay en la Escritura para ello. Hemos visto el mal ejemplo de Diótrefes, mas también está el positivo ejemplo del hermano Demetrio. El nombre griego Diótrefes significa “alimentado por Zeus”, lo cual retrata muy bien a este hermano alimentado por su vanidoso ego. En cambio el nombre Demetrio proviene de la diosa griega Deméter, de la agricultura y la tierra; alguien consagrado al cultivo de su alma.

Si imitamos a aquellos que han hecho lo bueno, estaremos en el camino de Dios, más si imitamos o nos dejamos guiar por aquellos que hacen lo malo, caminaremos con el diablo. “El que hace lo malo, no ha visto a Dios” dice San Juan. Huyamos, entonces, de las malas actitudes de Diótrefes y sigamos el buen ejemplo de Demetrio. Estas eran sus cualidades:

a)      Tenía un buen testimonio.
Las personas hablaban bien de él, lo cual significa que era un hombre bueno, un cristiano que vivía el Evangelio de Jesucristo. Dice la carta: “Todos dan testimonio de Demetrio”. Nuestro testimonio es lo que se ve y se oye de Cristo en nosotros. Las personas observan nuestra conducta y llegan a tener una opinión de nosotros. Un creyente puede hablar mucho de Dios, estar continuamente recitando textos bíblicos y exponer su fe ante los demás, pero no ser respetado porque sus hechos no coinciden con sus palabras. A veces es mejor hablar menos y actuar más. El Evangelio es acción, es vida, es vivencia de Jesucristo. De lo contrario es pura religiosidad farisea. Jesús a esa religiosidad la consideraba una hipocresía y la llamaba “la levadura de los fariseos” porque impregnaba a la persona y a la sociedad de algo falso.

b)      Practicaba la verdad.
Otra vez recordemos que para San Juan la Verdad es el Amor, de modo que practicar la Verdad es actuar con el amor de Dios. El mandamiento dejado por Jesús fue amarnos los unos a los otros. Si lo practicamos estamos en la Verdad, si no lo practicamos no caminamos en la verdad y somos mentirosos y ciegos. La carta dice  “Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma”. Si un cristiano es o procura ser siempre paciente, bondadoso, humilde, delicado, altruista, sereno, jovial, compasivo, magnánimo, es un cristiano que está amando como Jesús nos pide, es un cristiano que está caminando en la Verdad. Demetrio practicaba la Verdad, por eso la Verdad misma daba testimonio de que él era un buen hijo de Dios.

c)      Los ministros del Señor lo reconocían.
San Juan escribió de Demetrio: y también nosotros damos testimonio”. Los ministros del Señor tenemos discernimiento de Sus ovejas y sabemos distinguir cuáles son corderos, ovejas, cabritos o lobos con piel de oveja. El apóstol y sus compañeros conocían espiritualmente a Demetrio y percibían que era un auténtico hijo del Señor, daban testimonio de él.

Al Espíritu Santo no se le puede engañar. Él da testimonio de quienes son verdaderos y quienes falsos. La enseñanza de Jesús es muy práctica al respecto:

“15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. / 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? / 17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. / 18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. / 19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. / 20 Así que, por sus frutos los conoceréis.” (San Mateo 7:15-20)

Como San Juan dice, “vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero”, un ministro puede dar testimonio de un hermano si el propio testimonio es verdadero. Por eso todo líder de la Iglesia debe guardarse del mal:

“11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. / 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.” (1 Timoteo 6:12)

Demetrio, perfil de un buen cristiano.

Así como Diótrefes nos muestra el perfil de un mal cristiano, Demetrio nos da el del buen discípulo de Jesucristo, el cual tiene un buen testimonio de todos, practica la verdad del Evangelio que es el Amor y cuenta con el reconocimiento de los siervos del Señor.

CONCLUSIÓN.
De acuerdo a esta epístola de San Juan, el buen cristiano no debe tener una actitud ególatra, rebelde, altanera ni autoritaria, como la presentó el líder Diótrefes, sino que debe ser sencillo, sumiso, humilde y comprensivo. El buen cristiano debe tener un buen testimonio del entorno, practicar la verdad del Evangelio de Jesucristo; tener el reconocimiento de los ministros del Señor, como lo tuvo Demetrio.


PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Qué conductas evidencian en un cristiano una actitud ególatra?
2)      ¿Cómo se expresa la rebeldía de los cristianos en la Iglesia?
3)      ¿Por qué la altanería no es compatible con el Evangelio?
4)      ¿Puede un ministro de Dios ser autoritario y qué consecuencias podría tener ello?
5)      ¿Se considera usted un/a cristiano/a sencillo/a?
6)      ¿Cómo podemos desarrollar una actitud comprensiva hacia los hermanos en la fe?
7)      ¿Conoce usted el testimonio que proyecta en su entorno?
8)      ¿Cómo puede esta iglesia practicar la verdad del Evangelio?
9)      ¿Cuenta usted con el reconocimiento de algunos ministros del Señor?
10)  ¿Qué similitudes hay entre Gayo y Demetrio?
11)  ¿Cómo puede dañar la murmuración y la mentira a una congregación?
12)  ¿Es correcto criticar a otros cristianos por su doctrina?
13)  ¿Qué riesgos se corre al hablar mal de un siervo de Dios?
14)  ¿Cuál es el motivo central de esta epístola?
15)  ¿Cómo define usted “testimonio” y “testimonio cristiano”?
16)  ¿Qué define a un verdadero discípulo de Jesucristo?
17)  ¿Qué espera usted de un líder cristiano?
18)  ¿Confronta su pastor en la prédica los hechos con las palabras?


BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”

·         https://www.biblegateway.com
·         https://www.youtube.com/watch?v=wQtMnuBzb4c

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