domingo, febrero 16, 2020

PRINCIPIOS PARA EL DISCÍPULO

EL DISCÍPULO APRENDIZ
CAPÍTULO 4

 


 

© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: “22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, / 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, / 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4:22-24) 

Idea central: Los principios de una vida discipular. 

Objetivos: a) Comprender que el discípulo aprendiz debe reorientarse en su modo de ver y vivir la fe cristiana; b) Empapar al aprendiz con los principios que encierra el Discipulado de Jesucristo; c) Conocer y practicar los principios del Discipulado; d) Conocer las Palabras de Jesús que declaran los principios discipulares; y e) Entender y aplicar los principios de: Imitación, Resignación, Abnegación, Fidelidad, Servicio y Sujeción que implica el Discipulado de Jesús.    

Resumen: El Discipulado es el método enseñado por Jesús para la formación de Sus seguidores. Este método Divino tiene unos principios que son eje de la formación de un cristiano capacitado: Imitación, Resignación, Abnegación, Fidelidad, Servicio y Sujeción. Nuestra misión como tutores de aprendices consiste en transmitir esos principios al nuevo cristiano.
 

E
n esta serie titulada “El Discípulo Aprendiz” hemos revisado en la primera lección: La definición de discípulo aprendiz, los requisitos para ser un discípulo aprendiz y cuáles deben ser las enseñanzas para un discípulo aprendiz. En la segunda lección vimos las acciones que debe hacer un discípulo aprendiz para tener un real crecimiento y en la tercera lección, los pasos necesarios para experimentar su sanidad interior. 

Dios desea intervenir principalmente en cuatro áreas del ser interior del discípulo: El corazón, la conciencia, el espíritu y la mente. En cada una de esas áreas Él ha infundido una virtud celestial: Fe en el corazón, Paz en la conciencia, Amor en el espíritu y Esperanza en la mente. Cada una de ellas ha de ser estimulada y desarrollada, labor que dependerá de los siguientes factores:

a)      Acción del Espíritu Santo y voluntad de Dios.

b)      Disposición del discípulo al crecimiento.

c)      Calidad del Discipulado y/o Pastorado que reciba.

d)     Enfrentamiento de pruebas y disciplina del Señor.   
 

Discípulo / Área
Corazón
Conciencia
Espíritu
Mente
APRENDIZ
Sumisión y sujeción
Sanidad
Oración
Principios del Discipulado
 
 
FE
PAZ
AMOR
ESPERANZA

 
Teniendo en cuenta que “...ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1 Corintios 3:7) y “Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia” (Salmos 127:1) más lo sugerido por Jesús, “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (San Mateo 6:27); el trabajo del discipulador o tutor de un discípulo aprendiz tendrá como objetivos lo siguiente. 

Su objetivo general será

a)      Edificar al discípulo aprendiz sobre el buen Fundamento, desarrollando en él las virtudes básicas del cristiano.

b)      Hacer de él un discípulo fiel a Cristo y la Iglesia, confiable y capaz de guiar otras vidas a un encuentro con Cristo.  

Los objetivos específicos para el desarrollo del discípulo aprendiz son:

a)      Desarrollar la sumisión al Señor, entendiéndola como esa actitud de obediencia y amor a Jesucristo que siempre se empeña en adorarle y agradarle con sus actos.

b)      Desarrollar la sujeción al Cuerpo de Cristo, como una actitud de respeto y obediencia al tutor, al pastor y toda autoridad de la Iglesia

c)      Sanar el alma en aquellos aspectos más graves que trae de la vida como no creyente y experimentando el perdón de Dios.

d)     Desarrollar una vida de oración personal, disciplinada y frecuente, de relación íntima con el Señor.

e)      Adquirir los conocimientos básicos del Discipulado. 

A través de encuentros periódicos con el discípulo aprendiz, se intentará alcanzar estos objetivos y transmitirle los principios del Discipulado, los que le habilitarán para el resto de su vida. En el Evangelio podemos encontrar las Palabras que Jesús pronunció al respecto.
 

¿Cuáles son los principios del Discipulado? 

1.  Principio de Imitación: El discípulo llegará a ser como su maestro.

“24 El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su señor. / 25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?” (San Mateo 10:24,25) 
Ser discípulo no es cosa fácil y muchos ha habido y habrá que caerán en su intento por seguir a Cristo. El Maestro nos advierte del costo de seguirlo a Él, expresado en el rechazo, a veces violento, de la sociedad, las autoridades, la familia y quienes nos rodean. Aún los propios cristianos harán escarnio del discípulo, como lo hicieron los judíos con Jesús. En esto hay una regla: “El discípulo debe conformarse con llegar a ser como su maestro, y el criado como su amo. Si al jefe de la casa lo llaman Beelzebú, ¿qué dirán de los de su familia?” (VP. DHH).  
Aquí esta expresada y confirmada la meta del discípulo de Cristo, ser como su Maestro. Esto lo dice muy bien Pablo, cuando afirma que lo máximo para él es encontrarse unido a Jesucristo por la fe: 
“7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. / 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, / 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; / 10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, / 11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.” (Filipenses 3:7-11) 
"El discípulo llegará a ser como su Maestro" es un principio de imitación en el Discipulado, que nos enseña la configuración y conformación con Cristo. Configuración  es la disposición de las partes que componen una cosa y le dan su peculiar forma o manera de ser; los discípulos de Jesucristo nos configuramos a la Persona de Jesús. Conformación es la disposición de las partes que forman una cosa; los discípulos tomamos la forma de nuestro Maestro.  
El discipulador o tutor es un ejemplo para el discípulo, por ello ha de cuidar su comportamiento e imitar a Jesucristo. Siempre, quiéralo o no, el discípulo imitará a su tutor en su modo de vivir la fe. Como los hijos admiran e imitan a sus padres, lo hacen los aprendices en el Camino de Cristo. La imitación es un principio básico en la formación del discípulo aprendiz.
 
2.  Principio de Resignación: El discípulo carga la cruz y sigue a Cristo.
“34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. / 35 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.”  (San Marcos 8:34,35) 
La vida del discípulo de Cristo ha dejado de ser egocéntrica, para tomar como centro, motor y meta a su Señor -léase Amo, Dueño-. La idea es olvidarnos de nuestro yo, dolores, preocupaciones, frustraciones, anhelos, ambiciones, etc. y dar paso a los sentimientos, ideas y motivaciones del Maestro. Ahora son válidos sus deseos y aspiraciones para con la Humanidad. Él está interesado en la salvación del mundo, en la santificación de hombres y mujeres, en su justificación e iluminación con la sabiduría Divina. Pues bien, esa debe ser también la preocupación fundamental de cada discípulo. Esa es la cruz de Cristo y por ende, como sus seguidores, la nuestra: 
“23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; / 24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. / 25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. / 26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; / 27 sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; / 28 y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, / 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. / 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; / 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.” (1 Corintios 1:23-31) 
Porque aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con vosotros.”  (2 Corintios 13:4) 
La cruz de Jesucristo fue el madero. La tortura que él pasó por la Humanidad  nadie más puede ni necesita sufrirla pues Su sacrificio fue perfecto y aceptado por el Padre. Cuando el mundo lo rechaza, dice que su muerte fue inútil y no escucha su mensaje, se burla del Cristianismo y sus siervos; cuando sigue pecando y desobedeciendo a Dios, continúa crucificándolo. Tomar su cruz es asumir sus dolores ante la burla y el rechazo de la sociedad. Los sufrimientos generados por nuestro propio pecado son naturales pues pertenecen a la ley de causa y efecto; pero los sufrimientos de Cristo son superiores y dicen relación con una antigua disputa entre la luz y las tinieblas. Tomar la cruz significa cargar junto con Cristo Su cruz. No confundamos la nobleza de su misión con el dolor propio de la caída del ser humano. El único orgullo o gloria que podemos exhibir es Jesucristo crucificado. 
"El discípulo carga la cruz y sigue a Cristo" es un principio del Discipulado, que implica la  resignación en Cristo, paciencia o conformidad en las dificultades o adversidades. Es más que probable que usted cargue una cruz personal en su vida; esta será más ligera si se la entrega al Señor como alabanza. Mejor cargue, como el Cirineo[1], la cruz de Jesús, el Evangelio. 
 
3.  Principio de Abnegación: El discípulo renuncia al mundo.
“25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: / 26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. / 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. / 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? / 29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, / 30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. / 31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? / 32 Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. / 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” (San Lucas 14:25-33) 
El abandono de los bienes materiales y del amor al mundo, es otra norma del discipulado. Hay quienes lo han asumido de forma literal, textual; pero, sea que dejemos todo o no material y concretamente, el llamado de Cristo es radical e implica abandonar de corazón toda riqueza. Esto significa estar dispuestos a perderla en cualquier momento y considerarla no como nuestra sino como un préstamo de Dios para ser administrado por nosotros:  
“15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. / 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. / 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17) 
Venimos y nos vamos desnudos de este mundo, nada nos pertenece “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”  (1 Timoteo 6:7). 
"El discípulo renuncia al mundo" es un principio del Discipulado que significa abnegación por Cristo, esto es sacrificio o renuncia de la voluntad, afectos o bienes materiales en servicio de Dios. La abnegación es la renuncia a los propios gustos y placeres, para servir a Dios. Las cosas y el dinero que poseemos son tan sólo un préstamo de Dios, nada nos pertenece. Nos son dadas para administrarlas para la gloria del Señor.
 
4.  Principio de Fidelidad: El discípulo es fiel a Su enseñanza.
“31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;  / 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (San Juan 8:31,32) 
La fidelidad a su enseñanza es la otra nota que hace Jesús sobre el discipulado. Al hacer o poner por obra su consejo, experimentamos la Verdad y por lo tanto somos libertados de la ley del pecado, del mundo y del diablo. Al realizar la voluntad Divina somos salvados de la muerte eterna.  
Si subrayamos en estos versículos las palabras: permaneciereis, seréis y conoceréis, descubriremos la relación y correlación entre ellas y como su corolario se encuentra en "os hará libres": 
a)      Permanecer en su Palabra implica leerla o escucharla, ponerla por obra y aplicarla en todo momento. A todos nos llega la hora de la prueba en cuanto a este punto, momento en que tenemos que decidir entre practicar la voluntad de Dios escrita en la Biblia o seguir nuestras propias y pobres verdades.  
b)      Ser verdaderamente sus discípulos es consecuencia de lo anterior; no se es un real discípulo de Jesús si no se lleva a la práctica su Verdad y enseñanza.  
c)      Nótese que luego habla de conocer la Verdad ¿Acaso no se sabe ésta al leer su Evangelio, lo cual está en el aspecto "permanecer"? Esto nos lleva a concluir que aquí se trata de otro tipo de conocimiento, no de un carácter meramente intelectual sino más bien práctico. Cuando el Maestro dice "conoceréis la verdad" se está refiriendo a una experiencia, vivir la Verdad de Dios en carne propia y esto es el resultado de permanecer en su Palabra y ser verdadero discípulo de Él. 
Finalmente tal conocimiento o vivencia profunda de Dios, nos hace libres; ya no dependemos de la opinión o juicio de otros; ya no vivimos asustados y escondiéndonos de Dios; ya no somos esclavos de las pasiones del viejo hombre porque tenemos victoria en Cristo; ya no estamos bajo el yugo del Maligno, sino que caminamos libres con Jesús Resucitado. 
"El discípulo es fiel a Su enseñanza" es un principio del Discipulado que implica la  fidelidad a Cristo y Su Evangelio.
 
5.  Principio de Servicio: El discípulo ama a sus hermanos hasta la muerte.
“12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? / 13 Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. / 14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. / 15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. / 16 De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. / 17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.” (San Juan 13:12-17) 
Dentro de la imitación de Cristo por parte del discípulo, está la entrega en el servicio, con amor hacia sus hermanos y amigos. “Lavarse los pies unos a otros” significa limpiarse el polvo de los caminos de la vida, sostener al otro en momentos de aflicción, buscar el descanso del hermano amado, reconfortarse mutuamente pues es dura la lucha del soldado de Cristo. Esto también requiere humildad. Este amor entre hermanos es la señal de que verdaderamente somos discípulos de Cristo: 
“34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. / 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (San Juan 13:34,35) 
"El discípulo ama a sus hermanos hasta la muerte" es un principio del Discipulado que implica el  servicio a Cristo en la persona del hermano y todo prójimo.
 
6.  Principio de Sujeción: El discípulo se sujeta a Cristo y la Iglesia.
“1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. / 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. / 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. / 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. / 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. / 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.”  (San Juan 15:1-6) 
El discípulo de Jesucristo es uno que está injertado a Él, la vid verdadera. ¿Qué significa esto sino que uno que está sujeto, pegado, unido al árbol de Cristo, el árbol de la Vida? El discípulo es una persona conectada al tronco, a la voluntad divina señalada en Su Palabra, que es el elemento que nos limpia, nos purifica de acciones incompatibles con Dios. A medida que conocemos y experimentamos Su Verdad vamos purificándonos, santificándonos más y más. 
Como el dueño de una vid, Jesús poda y limpia aquellas personas que dan más fruto. Aquí se refiere a  nuevas vidas convertidas a Él más que a los frutos del Espíritu Santo. La única forma de dar ese tipo de frutos, nuevos cristianos, es permaneciendo sujetos al árbol, que es por donde fluye la vitalidad de su Espíritu Santo. Cristo es la vid y nosotros sus ramas. Permaneciendo unidos a Él, fuente de Vida, podremos dar nuevos pámpanos.  
La multiplicación de discípulos es otra característica del verdadero discípulo de Jesucristo. La coronación de un trabajo de formación cristiana es la multiplicación, esto es tener hijos espirituales. 
"El discípulo se sujeta a Cristo y la Iglesia" es un principio del Discipulado que implica la  sujeción a Cristo y el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. ¡Qué importante es sujetarse y permanecer en la Palabra de Dios! Al hacerlo, instintivamente nos adheriremos a un hermano mayor para recibir la sabiduría, el amor y la visión que fluye de Cristo en Su Cuerpo. Tan importante como someterse al Señor es sujetarse a Él y a Su Iglesia. 
 
CONCLUSIÓN
El discípulo aprendiz debe reorientarse en su modo de ver y vivir la fe cristiana. Necesita empaparse de los principios que encierra el Discipulado de Jesucristo, los cuales fueron enunciados por el Maestro en el Evangelio: 
1)      Imitación. El discípulo llegará a ser como su maestro. Ser como Jesús; el Discipulado es un asunto de imitación o aprendizaje a través del modelo. 
2)      Resignación. El discípulo carga la cruz y sigue a Cristo. Todos llevamos una cruz. La de Jesús fue el pecado de toda la Humanidad y la renuncia a su naturaleza de Dios. Nosotros, alguna debilidad o circunstancia que nos hace vulnerables. 
3)      Abnegación. El discípulo renuncia al mundo. No se puede vivir en dos aguas, o con "medias tintas". El Señor exige una definición absoluta por el bien.  
4)      Fidelidad. El discípulo es fiel a su enseñanza. Fidelidad que consiste en ser cristianos practicantes más que "parlanchines" de su Palabra.  
5)      Servicio. El discípulo ama a sus hermanos hasta la muerte. El sello distintivo de un discípulo de Jesucristo es que ama a sus hermanos.  
6)      Sujeción. El discípulo se sujeta a Cristo y la Iglesia. La obediencia es fundamental para que exista orden en el cosmos; si los elementos no obedecieran a las leyes impuestas por el Creador, ya todo se habría destruido. Para que la Iglesia marche en su propósito, Dios nos requiere sujetos.
 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Es necesario que el nuevo cristiano reciba enseñanza y apoyo espiritual individual?

2)      ¿Cuál de los Principios del Discipulado considera usted más importante?

3)      ¿Cuál es la cruz personal que usted carga en su vida cristiana y cómo ha resuelto llevarla?

4)      ¿De qué modo ha experimentado usted el rechazo o persecución, por causa de Cristo?

5)      ¿Qué piensa usted acerca de las cosas y el dinero que posee?

6)      ¿Está permaneciendo en la Palabra de Dios?

7)      ¿En qué conductas descubre usted que ha imitado a su discipulador/a?

8)      ¿A qué gustos y placeres ha debido renunciar para servir a Dios?

9)      ¿Qué está haciendo con las cosas y el dinero que posee?

10)  ¿Cómo ha sido su experiencia formando discípulos aprendices?

11)  ¿Cuál de los siguientes factores, cree usted, que es más determinante en el desarrollo cristiano: Acción del Espíritu Santo, voluntad de Dios, disposición del discípulo, discipulado, pastorado, pruebas y disciplina del Señor?  

12)  ¿Cómo podemos incentivar el amor dentro de la Iglesia?

13)  ¿En qué consiste la “abnegación” del cristiano?

14)  ¿De qué modo vive la “resignación” el discípulo de Jesucristo?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”


·         https://www.biblegateway.com

·         Tapia, Pastor Iván (2009) “Sosteniendo vidas” Iglesia Cristiana Discípulos de Jesucristo.
Tapia, Pastor Iván (2011) “El Discipulado I” Iglesia Cristiana Discípulos de Jesucristo.



[1] Simón de Cirene (San Mateo 27:32)

domingo, febrero 09, 2020

HACIA UN AMOR PERFECTO

EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
LECCIÓN 18
 


© Pastor Iván Tapia 

Lectura bíblica: “17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. / 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. / 19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. / 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? / 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” (1 Juan 4:17-21 

Idea central: El Amor que debemos practicar. 

Objetivos: a) Comprender y alabar a Dios por Su esencia de Amor; b) Comprender que el cristiano debe vivir y expresar el Amor Divino en su vida; c) Entender y practicar la esencia del Amor, que es buscar el bien de los demás; d) Aceptar y experimentar que Dios quiere que seamos como Jesucristo, expresión de Su Amor; e) Entender que Dios ha derramado Su Amor en nosotros y pide que cada cristiano lo refleje, perfeccione y proyecte al hermano. 

Resumen: Dios quiere que seamos como Jesucristo y expresemos Su Amor derramado en nosotros, el que debe ser reflejado, perfeccionado y vivido en cada hermano.
 

H
emos visto en esta carta de San Juan la revelación de Dios como un Ser cuya esencia es el Amor, aunque esa revelación ya la hizo Jesucristo en Su Evangelio y en Su Persona. El apóstol Juan años después sólo viene a recordar a la Iglesia que “Dios es Amor” y por tanto cada cristiano debe vivir y expresar ese Amor en su vida.  

La virtud del Amor es una de las llamadas virtudes teologales pues proviene de Dios. El amor de Dios es perfecto. Su llamado es a reflejar ese amor, pero aún más a dejar fluir ese Amor que el Espíritu Santo ha derramado en el corazón del creyente. El Amor es superior a cualquier habilidad, talento, carisma, ministerio y cualquiera obra que hagamos; si no se hace por amor y con amor será puro ruido inútil.  

La esencia del Amor es buscar el bien de los demás. Lamentablemente muchas veces estamos más interesados en el poder y en el hacer más que en el ser. Dios quiere que seamos como Jesucristo, expresión de Amor. ¿Qué espera Dios de nosotros en cuanto al Amor que ha derramado en nosotros?
 

¿Qué pide Dios de cada cristiano en cuanto al Amor? 

1.      Reflejar el Amor de Dios.

“17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo.” (1 Juan 4:17 

Dice la Palabra de Dios que “...el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.” (Romanos 5:5) Pero ese Amor necesita ser perfeccionado, desarrollado día a día. Muchas de las experiencias de desencuentro con otras personas, son un medio que utiliza el Señor para que desarrollemos esa virtud teologal. 

Si desarrollamos el Amor a los niveles que el Espíritu Santo nos sugiere, podremos llegar con menos cargas al Tribunal de Cristo. Ya sabemos que “4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; / 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; / 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. / 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” (1 Corintios 13:4-7) De acuerdo a esta norma que resume la práctica del Amor todo cristiano convertido va a ser evaluado por el Señor, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:10 

En este caso, el apóstol Juan nos está hablando de un juicio; no es suave en su expresión y por tanto nosotros tampoco debemos tomar con ligereza esta advertencia. Seremos de algún modo “juzgados” por el Señor y ese juicio se basará en el Amor; que tan amorosos hemos sido en el trato con nuestros hermanos y el prójimo. 

Los cristianos somos un reflejo de lo que es Cristo: “como él es, así somos nosotros en este mundo.” Esto se puede apreciar en diversos versículos de la Palabra de Dios.  

·         En primer lugar renacemos en Cristo para una vida nueva y distinta a la que llevábamos en el mundo: “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:4 

·         Si Jesús nos recibió con comprensión de nuestra condición de pecadores, con amor y perdón, con simpatía, los cristianos hemos de hacer lo mismo: “Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.” (Romanos 15:7) 

·         Una vez más se nos dice que debemos practicar el Amor: “Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Efesios 5:2)

·         A los esposos se les ordena imitar a Cristo: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25) 

·         En fin, debemos ser santos como Jesucristo: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; / 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.” (1 Pedro 1:15)[1]

 

2.      Perfeccionarse en el Amor.

“18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Juan 4:18 

Quien ama con el Amor de Dios es decir desde su espíritu y no en la carne del alma, no tendrá temor alguno porque estará actuando en la voluntad de Dios. Cuando no hay Amor, cuando se impide que fluya ese don divino; cuando la intolerancia, la maldad, el orgullo, la aspereza, el egoísmo, la angustia, la amargura, la crueldad o la bajeza, no permiten el fluir del Amor, hay dolor y frustración espiritual, el cristiano no se siente bien y teme a la reprensión de Dios.  

El Amor de Dios se desarrolla y perfecciona especialmente en su práctica con el prójimo. Pero no es una virtud, o un cúmulo de virtudes, que haya que forzar, sino una experiencia que se vive junto a Dios y guiada por Él.  

¿Cómo aprenderemos paciencia si no es sometiéndonos a situaciones conflictivas que provoquen impaciencia o pongan de relieve nuestra intolerancia? ¿Cómo vamos a aprender bondad si no nos enfrentamos a las necesidades de otros y a nuestra propia maldad? ¿Cómo aprenderemos humildad si no somos sometidos al dominio justo o injusto de otros y no reconocemos nuestro orgullo? ¿Cómo aprenderemos delicadeza si no sufrimos el trato áspero ni descubrimos la propia aspereza? ¿Cómo vamos a aprender altruismo si no se nos muestra cuánto egoísmo hay en nuestros corazones? ¿Cómo aprenderemos serenidad sin ser sometidos a circunstancias que generan tensión y angustia? ¿Cómo se aprenderá jovialidad si no soy sometido a experiencias que hagan superar toda amargura? ¿Cómo aprenderemos compasión si no somos enfrentados a circunstancias dolorosas en nuestro medio y no descubrimos nuestra indiferencia y crueldad? y ¿Cómo vamos a ser personas magnánimas si no nos toca vivir experiencias que fomenten el desarrollo de esa virtud y nos permitan superar toda bajeza de espíritu? 

Dios nos prueba. ¿Qué es la prueba? Es un test revelador de la condición humana en cierta área. La prueba es muy necesaria en el camino de Cristo: 2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, / 3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. / 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” (Santiago 1:2-4) La prueba delata el nivel de desarrollo del cristiano y por ende lo conduce hacia un cambio.  

Para que se produzca el cambio Dios nos trata con cierta disciplina. Por eso algunos llaman a esa disciplina “trato” de Dios. ¿Qué es el trato o disciplina del Señor? Es una serie de circunstancias difíciles a las que se ve enfrentado el cristiano y cuyo propósito es el desarrollo de virtudes: “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.” (Hebreos 12:11 

Lo que para un no creyente es maldición, mala suerte, injusticias de la vida, sufrimiento sin sentido y hasta castigo de Dios, para el cristiano es la oportunidad de ser mejores, es el modo en que Dios nos transforma a la imagen de Su Hijo: “28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. / 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.” (Romanos 8:28,29)
 

3.      Amar a Dios en el hermano.

 “19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. / 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? / 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” (1 Juan 4:19-21 

Fue Dios quien primero nos amó y al recibir de ese gran Amor que Él tiene por los seres humanos, nosotros le amamos.  

Nadie que aborrezca al hermano puede decir que ama a Dios, pues Él vive en el hermano, ya que éste es parte del Cuerpo de Cristo. Es una mentira creer que se ama a Dios si no se ama a Su Cuerpo en la Tierra.  

Es imposible amar al Invisible si no amamos a la expresión visible de Dios en la Tierra. Nadie va a ser capaz de amar realmente a Dios sin amar a Sus hijos. Hay muchas personas que quieren tener una relación con Dios y dicen amarlo, pero manteniéndose apartadas de la Iglesia, lejos de hermanos cristianos. ¿Aman realmente a Dios estas personas? Quieren ser discípulos solitarios de Jesús, mas Él siempre estuvo con personas, formó discípulos y apóstoles, la familia de Dios, la Iglesia. 

Juan dice que los apóstoles tienen un mandamiento de Jesús. No sabemos si está resumiendo de otra forma la doctrina del Señor o quizás está citando una frase que Jesús dijo y que no está registrada en el Evangelio: “El que ama a Dios, ame también a su hermano.” Amar al hermano en la fe es tan importante como amar a Dios. Debemos comprender que al amar a los miembros de Su Cuerpo estamos amando a Dios. La devoción a Dios en la oración, la alabanza y todas las formas de culto al Señor, son hermosas y apreciables, pero si no cultivamos una relación con nuestros hermanos, si no tenemos comunión con ellos, en verdad estaremos despreciando a Dios y este mandamiento de Jesús, escrito por San Juan: “El que ama a Dios, ame también a su hermano.” Recuerde: No se puede amar a Dios y despreciar al hermano, como tampoco amar al Creador y despreciar Sus criaturas.
 

CONCLUSIÓN.

Puesto que Dios es Amor, cada cristiano debe vivir y expresar ese Amor en su vida. La esencia del Amor es buscar el bien de los demás. Dios quiere que seamos como Jesucristo, expresión de Su Amor. Para ello lo ha derramado en nosotros y ahora pide de cada cristiano: 1) Reflejar el Amor de Dios; 2) Perfeccionarse en el Amor; y 3) Amar a Dios en el hermano.

 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuándo le resulta a usted más difícil actuar con amor?

2)      ¿Sobre qué fundamento basará el Señor su “juicio” en el Tribunal de Cristo?

3)      ¿Qué espera Dios de nosotros en cuanto al Amor que nos ha derramado?

4)      ¿De qué forma práctica podemos reflejar el Amor de Dios?

5)      ¿Qué experiencia de desencuentro con otra persona ha tenido en estos días y qué puede aprender de ello?

6)      ¿Cómo podemos desarrollar la serenidad frente a situaciones que generan tensión y angustia?

7)      ¿Ha descubierto en su interior sentimientos de indiferencia y crueldad?

8)      ¿Cómo quiere usted presentarse ante el Tribunal de Cristo?

9)      ¿En qué medida ha sido bíblica su actuación como esposo/a?

10)  ¿Cree que un cristiano pueda ser alcanzado por una maldición?

11)  ¿Cree que son necesarias las pruebas y disciplina en la vida cristiana o esto es una interpretación equivocada?

12)  ¿Cómo puede la Iglesia estimular la bondad en los discípulos?

13)  ¿En qué circunstancias podemos descubrir el orgullo de nuestro corazón?

14)   ¿Se considera una persona humilde?

15)  ¿Qué conductas le desagradan en un cristiano?

16)  ¿Le cuesta a usted aceptar como “hermanos” a otros cristianos?

17)  ¿Qué es, en su opinión, más importante: la devoción a Dios o la relación con los hermanos?

18)  ¿Cómo interpreta usted la frase “El que ama a Dios, ame también a su hermano”?

19)  ¿Aman realmente a Dios los monjes anacoretas?

20)  ¿Se puede ser un buen cristiano apartado de la Iglesia?

21)  ¿Cuál ha sido el trato más duro de Dios que usted ha vivido, qué aprendió de él y cómo terminó?

22)  ¿Cómo podrían todos los cristianos ser un reflejo de lo que es Jesucristo?

23)  ¿Cree que seremos “juzgados” o “evaluados” por el Señor en el Tribunal de Cristo?

24)  ¿Es el amor una virtud dada y desarrollada por Dios en el cristiano o una virtud que el cristiano debe desarrollar con la ayuda de Dios?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”


·         https://www.biblegateway.com

·         “Vocabulario Bíblico” Disponible en: http://hjg.com.ar/vocbib/art/prueba_tentacion.html

·         “La virtud cristiana del amor” Disponible en:

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-virtud-cristiana-del-amor/



[1] Otros textos acerca de la imitación de Jesucristo: 1 Corintios 11:1 / 2 Corintios 1:18 / 2 Corintios 10:7 / 1 Juan 1:7 /  1 Juan 2:6 / 1 Juan 3:3