domingo, abril 28, 2019

DIOS FUE MANIFESTADO EN CARNE.

EL MISTERIO DE LA PIEDAD
LECCIÓN 1

 
© Pastor Iván Tapia 

Lectura bíblica: “14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, / 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. / 16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, / Justificado en el Espíritu, / Visto de los ángeles, / Predicado a los gentiles, / Creído en el mundo, / Recibido arriba en gloria.” (1 Timoteo 3:14-16) 

Idea central: Dios se hizo Hombre para salvarnos. 

Objetivos: a) Comprender el concepto paulino de “misterio de la piedad”; b) Conocer y valorar el verso 3:16 de la primera epístola a Timoteo; c) Profundizar sobre los contenidos de la primera línea del “misterio de la piedad”; d) Entender el significado de Verbo de Dios y su relación con el Cristo; e) Comprender y aplicar el concepto de “riqueza” que utiliza el Evangelio; f) Conocer qué dice la profecía sobre la primera venida de Jesucristo; y g) Conocer, valorar y aplicar a Jesucristo el “nombre que es sobre todo nombre”.

Resumen: El “misterio de la piedad” se opone al “misterio de la iniquidad” y está expresado en seis líneas del verso 3:16 de la 1 Carta a Timoteo. La primera línea dice textualmente “Dios fue manifestado en carne”. Esto significa que el Verbo mismo se hizo hombre; se desprendió de Su riqueza, enviado en una fecha predeterminada y al humillarse como siervo y hombre, fue exaltado como Señor del universo. 

L
a palabra “misterio” es utilizada por San Pablo en sus cartas en 21 versículos, lo que implica bastante frecuencia en sus escritos. Pero sólo en la primera epístola a su discípulo Timoteo aparece el término “misterio de la piedad”, que otras versiones han traducido como “misterio de nuestra religión”.
 
El término “misterio” procede del vocabulario religioso de los griegos y designa una doctrina particular y sus prácticas secretas. En esas religiones sólo los iniciados participaban en los ritos y solemnes purificaciones u orgías paganas, como por ejemplo en los misterios órficos, eleusinos, de Cibeles, Isis, Osiris, Mitra, etc.
 
En el Nuevo Testamento “misterio” expresa una acción Divina guardada en secreto hasta una hora determinada y hasta que el Espíritu Santo nos haya preparado para su recepción y comunicación. Este “misterio” no es para guardarse en secreto sino por el contrario, para proclamarlo en público.  
 
Es probable que el Apóstol utilizara la frase “misterio de la piedad” para confrontarlo al “misterio de iniquidad” del cual dice 7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. / 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Tesalonicenses 2:7,8) 

La carta a Timoteo en general abunda en comparaciones similares: El misterio eterno de Dios y las religiones paganas de misterio; la Casa de Dios, Su Iglesia, y el templo pagano de Diana; la columna viva que es la Iglesia y las columnas del templo de Éfeso; la preparación física para los juegos deportivos de esa época y el ejercicio en la piedad, etc. 

El versículo 16 es la transcripción de un himno de la época. Es un himno Cristológico, es decir de adoración a Jesucristo; pero también es un Credo, una declaración de fe en seis líneas. Va desde la humillación de Cristo al nacer humano hasta Su exaltación en la ascensión:  

16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, / Justificado en el Espíritu, / Visto de los ángeles, / Predicado a los gentiles, / Creído en el mundo, / Recibido arriba en gloria.” (1 Timoteo 3:14-16) 

Se observa el contraste entre la carne débil de la línea 1 y el poder del Espíritu de la línea 2; los ángeles del cielo en la línea 3, están en contraste con las naciones de la tierra en la línea 4; como el mundo de la línea 5 se contrapone a la gloria de arriba en la línea 6. A pesar de estos notorios contrastes, el himno expresa gloria y adoración.

Desde el punto de vista literario y poético, éste es un himno que en su estructura utiliza el quiasma, es decir relaciona la primera línea con la cuarta; la cuarta con la quinta; la segunda con la tercera y la tercera con la sexta. Si dibujamos estas relaciones, se formarán dos equis, la letra xi, de donde deriva xi-asmo o quiasmo. Puede suponerse a través de la lectura de las seis líneas, la obra de Jesús de un modo cronológico, empezando con su encarnación y finalizando con su regreso. 

La primera frase dice “grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne”. 

¿Qué significa que Dios fue manifestado en carne? 

1.      El Verbo de Dios se hizo hombre.

1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. / 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (San Juan 1:1,14) 
Al comienzo de todas las cosas, mejor dicho antes de que existiera lo creado, ya existía Éste, a quien San Juan llama “el Verbo”. Verbo es la traducción de Logos, la Palabra creativa de Dios. El Verbo y Dios eran una sola cosa, estaban unidos. Por tanto el Verbo era Dios.  
Un día ese Verbo fue hecho humano. El mismo Logos se hizo hombre, la Palabra de Dios, es decir Su Pensamiento y Voluntad se hicieron visibles en una forma humana. El Logos de Dios se hizo Hombre. Todo lo que es Dios en cuanto a cualidades espirituales y morales fue concretado en un hombre llamado Jesús. Verlo actuar a Él, escuchar sus palabras, conocer sus sentimientos, era ver actuar, escuchar hablar y conocer los sentimientos de Dios. 
San Juan, el apóstol más joven de los Doce, cuenta que ellos vieron la gloria de este Hombre, cuando fue transfigurado ante sus ojos, lleno de luz resplandeciente. El Hombre se relacionaba con los más grandes hombres de toda la historia hebrea, Elías y Moisés muertos hace siglos: 





2 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. / 3 Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. / 4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. / 5 Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. / 6 Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. / 7 Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. / 8 Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo. / 9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre hubiese resucitado de los muertos. / 10 Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.” (San Marcos 9:2-10) 

En ese monte los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, escucharon decir al Padre Dios que Él era Su Hijo, al que debían escuchar y obedecer: Este es mi Hijo amado; a él oíd. A su vez, Jesús les habló de la resurrección pero ellos no lo entendieron. Aún no estaban preparados para comprender esa verdad tan profunda y real. Pero sí vislumbraron algo importante, que Jesús era el Unigénito del Padre, esto es el Hijo de Dios. Unigénito significa único engendrado o único en su clase. Jesús fue engendrado en el Padre, pero no habrá otros como Él, por eso es Único, Hijo Único o Unigénito.  

El Logos, Unigénito del Padre, hecho carne en forma de Hombre, Jesús, era lleno de gracia y de verdad. Gracia es favor inmerecido, su corazón estaba lleno de favor y misericordia hacia el sufriente; comprensivo con pobres e ignorantes; tolerante con las debilidades humanas, siempre que no fuesen blasfemias contra Dios. La Gracia era Su comportamiento, que se expresaba en todas las cualidades del Amor. Pero también era pleno de Verdad, sus labios pronunciaban palabras de sabiduría, ciencia y profecía, el conocimiento Divino estaba en él; hablaba verdades al pueblo y era severo con los religiosos hipócritas o con los que comerciaban con la fe, pero no era legalista, por el contrario era capaz de saltar por sobre la ley del sábado o los ritos de purificación antes de comer. La Gracia y la Verdad eran expresión del Logos encarnado en Jesucristo. 

Que Dios fue manifestado en carne, significa que el “Verbo de Dios” se hizo hombre. 



2.      Dios se hizo pobre para enriquecernos.

9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.” (2 Corintios 8:9) 
Indudablemente esta pobreza y esta riqueza de la cual habla el versículo, no es material sino espiritual. Ya conocemos los creyentes el Amor de Jesucristo, por quien obtuvimos el perdón de nuestros pecados y la salvación del alma. Nuestra pobreza moral y espiritual fue traspasada a él en la cruz, tomando nuestro lugar y recibiendo el castigo que nosotros merecíamos. Su riqueza moral y espiritual fue, a su vez, traspasada a nosotros, dándonos la vida sobrenatural y eterna. 
El Hijo se despojó de toda Su riqueza para cumplir la misión redentora. Esto lo hizo por amor a los pecadores, pues no miró nuestra degradada condición como algo despreciable, sino que amó nuestra condición de ser creado por Dios, criaturas suyas perdidas en el pecado y víctimas de las tinieblas. Quiso salvarnos y lo logró en el martirio de la cruz.  
Nuestras riquezas son las que Jesucristo nos ha heredado en Su Testamento. Algunas de ellas son:





1)      Salvación (perdón de Dios)

2)      Sanación

3)      Santificación

4)      Renovación de la mente

5)      Transformación del ser

6)      Vida eterna (sobrenatural)

7)      Espíritu Santo morando en nosotros

8)      Palabra de Dios para alimentarnos

9)      Dones de Dios (talentos, dones, carismas, frutos, servicios, ministerios)

10)  Pertenencia a la Iglesia (Familia de Dios)

11)  Discipulado

12)  Oración (comunicación permanente con Dios)

13)  Alabanza y adoración  

7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.” (Efesios 2:7) 

Que Dios fue manifestado en carne significa que Dios se hizo pobre para enriquecernos. 

3.      Dios envió a Su Hijo en fecha predeterminada.

4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley” (Gálatas 4:4) 
Tenía que cumplirse el tiempo estipulado por Dios para el nacimiento del Hijo. El cumplimiento del tiempo implica unas profecías que debían cumplirse, entre ellas la del profeta Daniel: 

“24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. / 25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. / 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.” (Daniel 9:24-26) 

Fue anunciada la fecha exacta de la primera venida de Jesucristo y se mencionaron los eventos previos a Su regreso. Las 70 semanas de las que habla el profeta equivalen a 490 años, casi cinco siglos. En la profecía un día representa un año y una semana 7 años. El cálculo de estas 70 semanas se inicia en “la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén” cuando el rey Artajerjes el año 457 AC. publicó un decreto permitiendo a Esdras regresar a Jerusalén y reconstruirla.  

Al tomar el año 457 AC como punto de referencia, vemos que los judíos lograron reconstruir la Ciudad Santa dentro de las primeras siete semanas de la profecía, en 49 años, entre el 457 y el 408 AC. Según la profecía, el Mesías vendría a la Tierra 62 semanas después de esta fecha, las que equivalen a 434 años. Calculamos el año en que fue Jesús bautizado e inició Su ministerio, restando a 434 los 408 años, lo que coincide con el año 27 DC, al que tendríamos que sumar un año más, ya que no existe el año cero. 

Que Dios fue manifestado en carne significa también que lo envió en fecha predeterminada.
 

4.      Dios se humilló y fue exaltado como Señor.

5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, / 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, / 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; / 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. / 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, / 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; / 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2:5-11) 

La Palabra nos invita a tener la misma actitud de humildad y abnegación, es decir negación de sí, que tuvo Jesucristo. Él, siendo Dios, no se aferró a Su posición Divina, sino que fue capaz de deshacerse de ella para venir a esta dimensión como ser humano, con todas las desventajas que eso significa: Estar sometido a las necesidades corporales, tener limitaciones físicas y temporales, estar expuesto a las tentaciones, ser débil ante enfermedades y peligros, etc. Aún cuando Jesús conservó Su naturaleza de Dios, estaba limitado por Su naturaleza humana. 

Jesús se despojó de Su calidad de Dios y autoridad sobre la creación y el ser humano. Tomó la forma de un ser sometido a las autoridades: Sus padres, los sacerdotes, los romanos. Se hizo semejante a nosotros y obedeció a los hombres y al Padre en Su sacrificio. Es importante destacar que la Palabra señala que Él se hizo no igual a los hombres, sino parecido, semejante. No se refiere al cuerpo, que era como todos nosotros, sino a Su actitud y posición: La de un siervo, esclavo o servidor de todos. Llevó esa obediencia al extremo de ofrecer Su vida en la cruz. Esta es la mayor muestra de sumisión a Dios, actitud que todo cristiano debiera tener. 

Se humilló Jesús como Hijo de Dios, como Dios mismo, haciéndose humano. Luego, como hombre se humilló haciéndose esclavo hasta la muerte de cruz. El resultado de ello fue el movimiento contrario: Así como Él se bajó al extremo, también ascendió, subió al extremo, fue glorificado por el Padre. Y en esa posición de victoria, se le concedió un nombre que es más importante que cualquier otro nombre: El nombre de Señor. De este modo toda criatura del universo se humillará ante Él y se someterá a Su voluntad, confesando que Jesús es el Señor, para gloria del Padre. 

La palabra “carne” en esta primera línea del Credo, indica la humillación del Cristo Espíritu a ser un Jesús de carne y hueso. El hecho de que se diga “manifestado” en la carne, señala que poseyendo una naturaleza gloriosa, se reveló en la humanidad de nuestra carne. El Hijo de Dios es preexistente, existe desde siempre y existirá eternamente. Al manifestarse en la carne se dispuso a mostrar a Dios, vivir y morir como humano, con el propósito de revelar a Dios en términos comprensibles por nosotros. Que Dios se hizo carne en Cristo Jesús, es una verdad bíblica fundamental. 

Que Dios fue manifestado en carne significa que Él se humilló como Dios y hombre, con un propósito redentor, para luego ser exaltado como Señor.

 
CONCLUSIÓN.

En la primera carta a Timoteo, el escritor se refiere al “misterio de la piedad”, en un texto tomado de un himno de la época. Este pasaje es un himno Cristológico y también una especie de Credo resumido en seis líneas. La primera dice textualmente Dios fue manifestado en carne. Esta frase significa que: 1) El Verbo de Dios se hizo hombre; 2) Dios se hizo pobre para enriquecernos; 3) Dios envió a Su Hijo en fecha predeterminada; y 4) Dios se humilló y fue exaltado como Señor.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cómo definiría usted las palabras misterio, credo y piedad, desde el punto de vista bíblico?

2)      ¿Qué significa para usted que Dios fue manifestado en carne?

3)      ¿Qué importancia tiene que el Verbo de Dios se hiciera humano?

4)      ¿Qué enseña el Evangelio acerca del enriquecimiento? ¿Desea Dios nuestra pobreza?

5)      ¿Estaba estipulada en las Escrituras la fecha en que vendría el Hijo de Dios a la Tierra?

6)      ¿Cuál es el máximo nombre que tiene Jesucristo?

7)      ¿Cuál es el resultado de la humillación ante Dios?

8)      ¿Qué comparaciones identifica usted en la primera carta de Pablo a Timoteo?

9)      ¿Qué contrastes se pueden ver en las seis líneas de 1 Timoteo 3:16?

10)  ¿Por qué se dice que éste es un himno que en su estructura utiliza el quiasma?

11)  ¿A quiénes se sometió Jesucristo y a quiénes debemos someternos nosotros?

12)  ¿Por qué Pablo utiliza la palabra “misterio” en sus cartas?

13)  ¿De qué modo podemos ver actuar a Dios, escuchar Sus palabras, conocer Sus sentimientos?

14)  ¿Para qué Jesús le pidió a Pedro, Santiago y Juan que le acompañaran al monte donde fueron testigos de Su transfiguración?

15)  ¿Cuándo practicamos la abnegación o negación de nosotros mismos?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”


·         http://www.mgr.org/ChristTheMessiahEsp.html

lunes, abril 08, 2019

LA OBEDIENCIA EN EL CUERPO.

HEBREOS COMENTADO
LECCIÓN 26

 


© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:17) 

Palabra clave del capítulo: OBEDIENCIA. 

Idea central: La obediencia de pastores y ovejas. 

Objetivos: a) Interpretar bajo una mirada diferente el versículo 17 de Hebreos, capítulo 13, considerando los deberes tanto de pastores como ovejas; b) Comprender y practicar que todos los creyentes nos debemos obediencia unos a otros, como al Señor; c) Aprender a obedecer a la autoridad; d) Comprender la importancia de sujetarse al Cuerpo de Cristo; e) Instar a todo cristiano a velar por las almas; f) Comprender y valorar que todos daremos cuenta de nuestro comportamiento cristiano en el Tribunal de Cristo; g) Servir a nuestros semejantes y a Dios con alegría; h) No quejarse en el servicio; e i) Disfrutar el provecho de servir al Señor. 

Resumen: El último capítulo del libro de Hebreos tiene como principal acento la obediencia. Esta enseñanza la hemos centrado en el verso 17 que nos invita a la obediencia, la sujeción, la fraternidad, el compromiso con Dios, el servicio gozoso y el provecho de estar en Cristo.
 

H
ebreos no es propiamente una carta sino una homilía anónima, destinada a ser leída en voz alta ante los fieles. Está dirigida a judíos convertidos al cristianismo. Fue escrito en griego, entre los años 60 y 65 del siglo I, antes de la destrucción del Templo por los romanos el año 70 DC. 

El capítulo 13 de Hebreos, último de esta enseñanza a la comunidad de judíos convertidos, hace diez encargos muy prácticos, útiles para todo creyente. Son nuestros deberes cristianos:

·         Amar a nuestros hermanos en la fe (Hebreos 13:1)

·         Ser hospitalarios en nuestro hogar (Hebreos 13:2)

·         Ser compasivos con los que sufren (Hebreos 13:3)

·         Tener una conducta sexual ordenada (Hebreos 13: 4)

·         Practicar el contentamiento y la generosidad (Hebreos 13:5,6)

·         Imitar a los pastores (Hebreos 13:7)

·         Vivir en la Gracia de Jesucristo (Hebreos 13: 8-15)

·         Ser solidarios con nuestros hermanos (Hebreos 13:16)

·         Obedecer a los pastores (Hebreos 13:17)

·         Orar por los ministros de Dios (Hebreos 13:18)
 

Pero en esta oportunidad nos vamos a detener en el versículo 17, que dice: Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:17) 

En este versículo encontramos siete aspectos muy importantes tanto para el pastor como para la oveja. Todos los cristianos somos ovejas, incluidos los pastores; pero no todas las ovejas son pastores, pues el pastorado es un ministerio, un llamado o vocación específica hecha por el Señor. Todos somos ovejas del rebaño de Jesús, nuestro Pastor. Así es que estos aspectos tocan a ambos y muy especialmente al pastor. Este versículo está dirigido tanto a las ovejas como a los pastores. Que cada uno escuche lo que deba oír del Espíritu Santo. 

¿Qué nos recuerda el verso 17 de Hebreos 13? 

1.      Obedecer a la autoridad.

“Obedeced a vuestros pastores...”

La obediencia es fruto de la fe que descubre a Dios en toda autoridad. Dios es Invisible pero se visibiliza en este mundo en personas que reciben cierta cantidad de poder para ejercerlo sobre otros, por ejemplo los padres sobre los hijos, los maestros sobre los alumnos, los jefes sobre subalternos, y así jueces, policías, autoridades civiles, etc. ostentan una medida de autoridad en este mundo. Es lo que se llama autoridad delegada puesto que se recibe de otro, que en principio es de Dios. Por medio de esta autoridad delegada Dios ordena y dirige este mundo.  

La Iglesia también vive esta autoridad, sobretodo porque es, al decir del Apóstol “el Cuerpo de Cristo”, siendo el Señor Cabeza de este Cuerpo. Los pastores son un peldaño en esta escala de autoridad. Por lo general llamamos “pastores” a cualquier ministro de Dios, sea éste apóstol, profeta, evangelista, propiamente pastor o maestro. En verdad debemos obediencia a nuestros superiores. Puede que exista entre el pastor y nosotros otras autoridades, como diáconos y líderes diversos que ejercen una función y tienen un cargo que deben cumplir, del cual deberán dar cuenta al Señor. A todos ellos debemos obediencia.  

La autoridad en el mundo suele ser cuestionada. Lamentablemente hoy día también sucede esto en la Iglesia. No debe ser combatida sin razón. Cuando un pastor o líder excede su campo de autoridad y abusa indudablemente ha de ser investigado y sancionado por la Iglesia, en un proceso que el Señor ya indicó en el Evangelio: “15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. / 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. / 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. / 18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. / 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. / 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (San Mateo 18:15-20) 

Pero cuestionar, criticar, desprestigiar a los ministros de Dios, sin mayor fundamento, sólo por murmuraciones o puntos de vista, es una grave falta. No debemos permitir que los pastores sean denostados.

Como ovejas del Señor, los pastores también están bajo autoridad. Deben obediencia a Dios. Toda iglesia tiene un presbiterio, un consejo de ancianos, oficiales o como sea que se les denomine, que debe velar por el buen comportamiento del pastor y éste debe obediencia a ellos. Pero también está la comunidad de hermanos que sostiene al pastor con sus diezmos, sus oraciones y su respeto al ministerio que éste ejerce. Ellos son autoridad como Cuerpo frente al pastor y el pastor se debe a ellos. La Iglesia no es un sistema absolutamente vertical en que las autoridades se transforman en verdaderos dictadores sino que es una asamblea que levanta y sostiene a sus líderes, los cuales están al servicio de ella. Cuenta el Evangelio que cuando hubo una disputa entre los apóstoles sobre quién de ellos sería el mayor, Jesús les enseñó: 25...Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; / 26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. / 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.” (San Lucas 22:24-27) 

Pastores y ovejas se deben obediencia mutua. Tal obediencia proviene de la fe.
 

2.      Sujetarse al Cuerpo de Cristo.

“y sujetaos a ellos”

La sujeción al Cuerpo de Cristo es un principio básico en la vida cristiana. Mucha importancia le damos al estar sometidos al Señor, pero si esto no se demuestra en la sujeción a la Iglesia es tan sólo un ideal, palabras bonitas que se dicen pero que no se demuestran en sujeción al organismo que Jesús ha dejado para que pertenezcamos a él y obedezcamos. 

Sujetarse a un pastor o a un hermano mayor significa respetar, obedecer, considerar y creer que Dios habla a través de esa persona a mi vida. Todos necesitamos el consejo de alguien con una experiencia y conocimiento distinto, de un verdadero amigo. No se trata de alguien que nos de órdenes, sino consejos sabios o que nos escuche y aporte con su experiencia. Eso es la sujeción.  

Los pastores también debemos sujetarnos al Cuerpo de Cristo. Algunas iglesias tienen obispos a quienes consideran pastores de pastores; también hay organizaciones pastorales en las que un siervo de Dios puede encontrar apoyo y consejo; pero en primer lugar está la propia comunidad cristiana a la que pertenece, a ella se debe y es necesario que la escuche, pues allí también hay ancianos que pueden animarlo y aconsejarlo en el camino de la fe. 
 

3.      Velar por las almas.

“porque ellos velan por vuestras almas” 

Los ministros de Dios, en especial los pastores, son los encargados de velar por las almas de su iglesia. Velar significa vigilar, estar atento a las dificultades, progresos, peligros, necesidades y todo lo que involucra el desarrollo espiritual de las vidas que el Señor ha puesto a su cargo. Tal trabajo no es fácil pues todos tienen la libertad de tomar el sendero que les apetezca, por tanto la labor del pastor, además de orar por las almas, es persuadirles mediante la Palabra de Dios y el consejo oportuno, acerca del mejor camino para sus vidas. En esto no ha de ser irrespetuoso, autoritario, irónico ni entrometido, más bien cauto, inteligente, sabio, humilde y enseñar con el buen ejemplo.  

Pero no sólo el pastor debe velar por las almas de la congregación. También debe hacerlo todo cristiano y orar y cuidar a sus hermanos, mayormente cuando tiene un cargo o llamado dentro del Cuerpo: “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” (1 Tesalonicenses 5:11
 

4.      Considerar que daremos cuenta.

“como quienes han de dar cuenta” 

Los pastores daremos cuenta al Señor Jesucristo sobre nuestro servicio a la Iglesia, cuando nos presentemos ante el Tribunal de Cristo, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:10) No se trata del juicio final ante el gran trono blanco, sino de un juicio especial para los cristianos. Si bien es cierto nuestra salvación ya está decidida en la cruz y al momento de aceptar y recibir el perdón y Espíritu de Dios, por tanto no es discutible ese aspecto; pero sí estamos llamados a cumplir ciertos estándares que nos plantea Jesús en el Evangelio, los cuales serán evaluados, “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” (Romanos 14:12) 

El Señor es Justo y solicitará de nosotros el cumplimiento de Su voluntad. No es legalismo, sino justicia. Por ejemplo si Él dijo “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (San Juan 13:34), pero yo no lo he cumplido en su totalidad, recibiré de parte de Él quizás alguna palabra de reprensión, mas si he actuado conforme a Su voluntad seré premiado en alguna medida: “13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. / 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. / 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (1 Corintios 3:13-15) Es lógico pensar que si Dios se ha propuesto un objetivo con cada cristiano, quiera al término de la carrera evaluarlo. Resultado de ello habrá sanción o aprobación, aunque no eterna perdición. 

Como se puede inferir, esta evaluación no es sólo para pastores sino para todos los cristianos. Todos hemos sido llamados, capacitados por el Espíritu Santo y enviados a algún tipo de misión. ¿Cuál es la misión o misiones que Dios le ha dado a realizar en esta vida? Sobre ello Dios le evaluará y usted tendrá que rendir cuenta. Pero quizás antes del cumplimiento de una tarea específica, está la más importante cosa que es su desarrollo como cristiano, su crecimiento espiritual en fe, paz, amor y esperanza, con todas las virtudes que de estas cualidades básicas provienen. ¿Qué virtudes aún no ha desarrollado? ¿Cuál es el aspecto que Dios está tratando hoy en su vida?
 

5.      Servir con alegría

“para que lo hagan con alegría” 

Los cristianos sabemos que estamos llamados a servir; nos lo dice la parábola del buen samaritano, el ejemplo de Jesús que “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:38) y todas Sus enseñanzas sobre el amor al prójimo. El mismo Espíritu nos impulsa a servir, pero si lo hacemos sólo por obligación, con desgano, como una pesada carga, reclamando y quejándonos, no será el servicio que espera el Señor, será un servicio pero imperfecto. A veces es preferible no servir, si lo haremos de mala gana. Dios busca al dador alegre y a éste bendice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7) 

Siempre el servicio a Dios y al prójimo, que es para Él, debe ser hecho con alegría: “1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. / 2 Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo.” (Salmo 100:1,2) Pastores y ovejas han de servir al prójimo y a la Iglesia con gozo, un fruto del Espíritu.
 

6.      No quejarse en el servicio.

“y no quejándose”  

Aún sirviendo a Dios con alegría, podemos obtener malos resultados, como pérdida de hermanos, alejamiento de colaboradores, descrédito y murmuración, ingratitud, poco fruto, etc. y todo ello causarnos dolor. A esto se refiere la frase “para que lo hagan con alegría, y no quejándose”. En la obra del Señor, como en todo trabajo en este mundo, habrá sinsabores, dificultades, problemas; es algo propio de nuestra humanidad caída, los cardos y espinas. Pero muchos de esos sufrimientos pueden ser atenuados si colaboramos con nuestros pastores y si los pastores somos más comprensivos con las ovejas. 

En verdad no debiéramos hacer una diferencia tan marcada entre pastores y ovejas, ya que como decíamos al comienzo, todos somos ovejas del Señor. No debemos perder de vista la doctrina del sacerdocio universal de los creyentes. Todos estamos llamados a obedecer, sujetarnos unos a otros, velar por nuestros hermanos, servir con alegría y sin quejas. En el libro de los Hechos se observa esta igualdad en los cristianos cuando se produjo el problema del servicio a las mesas por el reclamo de que unos eran mejor atendidos que otros. Democráticamente los hermanos escogieron a siete varones para el diaconado. No fueron escogidos por los apóstoles, lo que da cuenta de un sistema más abierto, no tan vertical como podríamos suponer. Hay quienes sirven para predicar y otros más para ayudar, repartir, colaborar, etc. mas todos son importantes y necesarios. Si cada uno está en lo suyo, con alegría, sujeción, obediencia, no habrá quejas, no habrá más dolores que los propios de nuestro estar en este mundo.
 

7.      Disfrutar el provecho de servir al Señor.

“porque esto no os es provechoso.”  

¿Qué provecho tiene servir al Señor? Indudablemente que mucho. Algunos de los resultados son:

a)      Protección. Somos cuidados por Él, protegidos como Sus siervos. Nuestro Patrón no es como muchos del mundo, que son explotadores y hasta abusan de sus obreros. Dios nos da una buena paga, tanto material como espiritual, porque Él tiene cuidado de nosotros: “6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; / echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6,7)

b)      Sabiduría. Comparte con nosotros Su sabiduría, por medio de la Palabra de Dios y las iluminaciones de Su Espíritu Santo, cambiando nuestro modo de pensar y renovándonos continuamente. Ahora podemos decir que tenemos Su mente: “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” (1 Corintios 2:16)

c)      Testimonio. Alcanzamos prestigio por el testimonio de Jesús en nuestra vida. La gente debe reconocer que somos personas honestas y sinceras en nuestro proceder, además de misericordiosos y atentos a sus problemas. Finalmente somos favorecidos con el aprecio de los no creyentes: “46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, / 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” (Hechos 2:46,47)

d)     Honor. Es un gran gozo saber que trabajamos para el Señor del universo, para el Dueño de la creación, el Salvador de los pecadores, el Maestro de maestros, el Patrón de la viña. No es poca cosa en nuestro currículo ser un obrero de Jesús. Es la mayor alegría saber que estamos laborando por la salvación de las almas, la máxima tarea de Dios en esta Tierra: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (San Juan 15:13) 

CONCLUSIÓN.

El versículo 17 de Hebreos, capítulo 13, siempre se lee como una exigencia para todo cristiano, el obedecer a su pastor; mas también es exigencia al pastor obedecer a la autoridad de la asamblea. En verdad todos los creyentes nos debemos obediencia unos a otros, como al Señor, ya que Éste actúa en medio de la Iglesia. Así esta enseñanza analiza cada parte del versículo con las demandas para ambos: pastores y ovejas. Por tanto nos enseña a: 1) Obedecer a la autoridad; 2) Sujetarse al Cuerpo de Cristo; 3) Velar por las almas; 4) Considerar que daremos cuenta; 5) Servir con alegría; 6) No quejarse en el servicio; y 7) Disfrutar el provecho de servir al Señor. 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuál es la misión o misiones que Dios le ha dado a realizar en esta vida?

2)      ¿Qué virtudes aún no ha desarrollado?

3)      ¿Cuál es el aspecto que Dios está tratando actualmente en su vida?

4)      ¿Qué provecho tiene servir al Señor?

5)      ¿Qué ministerio le llama a usted más la atención: apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro?

6)      ¿Por qué se dice que Hebreos es una homilía anónima?

7)      ¿Recuerda alguno de los diez deberes cristianos presentes en este último capítulo de Hebreos?

8)      ¿Qué aspecto analizado del verso 17 de Hebreos 13 le ha llamado más su atención?

9)      ¿Cuál es la diferencia entre pastores y ovejas?

10)  ¿Considera usted que la Iglesia del tiempo de los apóstoles era una comunidad autoritaria?

11)  ¿Cómo podemos relacionar la doctrina del sacerdocio universal de los creyentes con el verso 17 de Hebreos?

12)  ¿Qué misión y cargos tiene usted en la iglesia?

13)  ¿Cómo visualiza usted el término de su carrera en el Señor?

14)  ¿Qué le ha hablado personalmente esta enseñanza?

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”