domingo, julio 29, 2018

CÓMO RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO.

NEUMATOLOGÍA
LECCIÓN 17

 
© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, / 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; / 3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. / 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. / 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” (Hechos 1:1-5) 

Idea central: Circunstancias en que se puede recibir el Espíritu Santo. 

Objetivos: a) Conocer las distintas circunstancias en que se puede recibir el Espíritu Santo; b) Aprender a discernir espiritualmente toda manifestación del Espíritu; c) Tener temor de Dios y respeto hacia las manifestaciones del Espíritu Santo; d) Permitir que el Espíritu Santo se exprese y observar los resultados; e) No apagar ni contristar al Espíritu Santo; f) Imponer las manos los ministros para la recepción del Espíritu Santo; g) Estar abiertos a la acción imperceptible del Espíritu. 

Resumen: El Espíritu Santo fue prometido por Dios a todo creyente, bajo ciertas condiciones. El convertido a Jesucristo puede recibirlo por acción directa de Dios, por imposición de manos o en forma imperceptible.
 

¿E
stamos conscientes que tenemos el Espíritu Santo? ¿Tienen todos los seres humanos el Espíritu Santo? ¿Cómo podemos recibir el Espíritu Santo? ¿Qué es el Espíritu Santo? Estas son preguntas cruciales que todo creyente debe saber responder no porque lo ha aprendido de memoria en su catequesis, sino porque tiene la profunda convicción de su respuesta. 

Necesitamos todos los cristianos estar absolutamente conscientes de que habita en nosotros el Espíritu Santo, porque: 1) Lo recibimos el día que nos convertimos a Jesús; 2) Lo sentimos dentro de nosotros; 3) Se manifiesta en nuestras vidas. 

No todos los seres humanos tienen el Espíritu Santo, porque: 1) Tienen el espíritu de vida que Dios sopló en la raza Adánica, pero para tener el Espíritu Santo hay que nacer de nuevo; 2) Somos una raza caída en rebelión contra Dios y nos fue quitado el Espíritu, la fe en Cristo puede devolvernos la santidad de Su Espíritu. 

Podemos recibir el Espíritu Santo: 1) Arrepintiéndonos de nuestros pecados y pidiendo perdón a Dios; 2) Creyendo en Jesucristo y en Su sacrificio expiatorio, aceptándole como Salvador; 3) Entregándole toda la vida a Él como nuestro Señor; 4) Bautizándonos en agua, muriendo a nuestra antigua vida y viejo hombre; 5) Con fe en la promesa del Señor, “13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. / 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. / 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.” (San Juan 16:13-15) 

El Espíritu Santo es: 1) La Tercera Persona de la Trinidad, es decir Dios; 2) La promesa del Padre, “26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. / 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.” (Ezequiel 36:26,27); 3) El Consolador anunciado por Jesús, “7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” (San Juan 16:7); 4) El Espíritu del Cristo explicado por San Pablo, “9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. / 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. / 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.” (Romanos 8:9-11) 

Pero hay una pregunta muy práctica que hoy queremos hacernos, y que la Biblia nos responde. 
 

¿En qué circunstancias se puede recibir el Espíritu Santo? 

  1. Cuando Dios lo derrama.
“44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. / 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. / 46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. / 47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? / 48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.” (Hechos 10:44-48) 

Un ministro de Dios, sea pastor, profeta o evangelista, puede estar predicando y sin que induzca ningún evento sobrenatural, el Espíritu Santo puede manifestarse en la asamblea. Un testigo externo puede considerar tal manifestación un desorden, una locura o una expresión emocional, pero ese juicio no debe perturbarnos ni hacernos dudar de la expresión del Espíritu. El discernimiento espiritual nos confirmará o hará rechazar tal manifestación. 

La reacción del Apóstol frente al derramamiento del Espíritu Santo sobre los gentiles, fue de fe e inmediatamente se propuso bautizarlos en agua. Es decir que, en este caso, primero fueron bautizados por el Espíritu y luego por las aguas.  

¿Cuál será la actitud correcta de un cristiano frente a la manifestación del Espíritu Santo?

1)      Discernir espiritualmente esa manifestación. “8 Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; / 9 a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. / 10 A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.” (1 Corintios 12:8-10); “1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.” (1 Juan 4:1) 

2)      Tener temor de Dios y respetar la manifestación del Espíritu Santo. “28 De cierto os digo que todos los pecados serán perdonados a los hijos de los hombres, y las blasfemias cualesquiera que sean; / 29 pero cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. / 30 Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo.” (San Marcos 3:28-30) 

3)      Permitir que el Espíritu Santo se exprese y observar los resultados. “13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.” (Gálatas 5:13); “15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. / 16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” (San Mateo 7:15,16 

4)      No apagar ni contristar al Espíritu Santo que se quiere manifestar. “19 No apaguéis al Espíritu.” (1 Tesalonicenses 5:19) 

Es obvio que siempre es Dios quien derrama el Espíritu Santo, pero hay ocasiones como la que se describe en la casa del gentil Cornelio, en que no hay ninguna intervención humana y el Señor actúa ante la vista de Sus siervos. 
 

  1. Cuando un ministro hace imposición de manos.
“1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, / 2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. / 3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. / 4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. / 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. / 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. / 7 Eran por todos unos doce hombres.” (Hechos 19:1-7) 

“1 Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, / 2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. / 3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. / 4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. / 5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. / 6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. / 7 Eran por todos unos doce hombres.” (Hechos 19:1-7) 

El apóstol Pablo hizo una pregunta crucial a los hermanos de la Iglesia de Éfeso, una pregunta que podríamos hacernos hoy también nosotros: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?” La respuesta de ellos fue que ni siquiera habían oído hablar acerca de un Espíritu Santo. Los cristianos actuales no podríamos dar una respuesta así ya que desde que se nos predica el Evangelio se nos habla del Dios Trino, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Además se nos enseña que el mismo Espíritu de Dios viene a habitar dentro del creyente, al recibir a Cristo como Señor y Salvador. De esto no tenemos dudas, todo tipo de cristianos. 

Pero nuestros hermanos de Éfeso dijeron que habían sido bautizados “en el bautismo de Juan”. Se referían a aquel acto al que llamaba el Bautista, el que era un acto de arrepentimiento de obras malas para disponerse a Dios. Acerca de su ministerio Juan Bautista decía: “11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” (San Mateo 3:11). Para el cristiano el bautismo tiene un significado diferente; es el paso de un reino a otro, del Reino de Tinieblas al Reino de Dios; es morir a la antigua vida, la del viejo hombre, para nacer a una nueva vida, la del hombre nuevo, es muerte y resurrección: “3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? / 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:3,4) 

Al oír el significado cristiano del bautismo, los hermanos de Éfeso obedecieron y recibieron por la imposición de manos de San Pablo, el bautismo del Espíritu Santo. Entonces se manifestaron en ellos los carismas de las lenguas y la profecía, el hablar en idiomas conocidos y desconocidos, y el proclamar las maravillas de Dios. Aquí se puede comprobar que el Espíritu Santo es dado a los obedientes a Dios: “32 Y nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen.” (Hechos 5:32) 

El Espíritu puede venir por la imposición de manos de un ministro de Dios, luego del bautismo en agua, para cumplimiento de los tres elementos de la Puerta del Reino: “38... Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38). Arrepentimiento, bautismo en agua y bautismo del Espíritu forman la entrada al Reino de Dios.
 

3.      Cuando Dios decide actuar en forma imperceptible.

31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; / 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas.” (San Mateo 13:31,32) 

La semilla de la mostaza es pequeñísima. Nadie pensaría que de esa semilla tan pequeña pudiese desarrollarse la más grande de todas las hortalizas, que casi parece árbol. Cuando crece se llena de pájaros y nidos de aves. Hay un misterio en su crecimiento como en muchos de los procesos de la vida, tanto natural como espiritual. Es similar a lo que nos sucede con los hijos: son tan pequeños e indefensos cuando nacen y pasados unos años ya son jóvenes fuertes e independientes. Todo desarrollo de vida es invisible a los ojos. 

Así también actúa el Espíritu Santo. No siempre podemos ver Su acción en las personas. Como dijo Jesús: “8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.” (San Juan 3:8) Uno puede recibir el bautismo del Espíritu Santo, aún cuando no sea consciente del mismo y el Espíritu comenzará a operar dentro de la persona en forma imperceptible. 

En muchas oportunidades, a causa de la vanidad y orgullo humanos, Dios decidirá actuar en forma imperceptible en un creyente. Éste no se dará cuenta que ha sido bautizado con el Espíritu Santo pero sus frutos demostrarán que Dios ha estado trabajando en su vida. 
 

CONCLUSIÓN.

Hay distintas circunstancias en que una persona o un grupo de personas pueden recibir el Espíritu Santo y Sus manifestaciones: 1) Cuando Dios lo derrama; 2) Cuando un ministro hace imposición de manos; o 3) Cuando Dios decide actuar en forma imperceptible. 

Estas circunstancias nos enseñan que: 1) Debemos discernir espiritualmente toda manifestación; 2) Debemos tener temor de Dios y respetar la manifestación del Espíritu Santo; 3) Debemos permitir que el Espíritu Santo se exprese y observar los resultados; 4) No debemos apagar ni contristar al Espíritu Santo que se quiere manifestar; 5) Los ministros deben imponer las manos después del bautismo en agua para la recepción del Bautismo del Espíritu Santo; 6) Debemos estar abiertos a la acción imperceptible del Espíritu.

 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuál ha sido su experiencia con el Espíritu Santo?

2)      ¿Qué manifestaciones del Espíritu Santo ha visto usted en la Iglesia?

3)      ¿Espera usted un derramamiento especial del Espíritu Santo en estos tiempos y por qué?

4)      ¿Por qué es necesaria en la Iglesia, la imposición de manos por un ministro de Dios?

5)      ¿Cómo percibe que ha actuado Dios con esta iglesia?

6)      ¿Cómo debe actuar el don de discernimiento de espíritus en la Iglesia?

7)      ¿Cómo debe actuar la Iglesia cuando se dan manifestaciones espirituales desconocidas?

8)      ¿Ha sido testigo de manifestaciones espirituales falsas y cuál fue la reacción de la Iglesia?

9)      ¿Por qué no debemos ser apresurados en juzgar las manifestaciones espirituales?

10)  ¿Cuál fue su experiencia en la recepción del Bautismo del Espíritu Santo?

11)  ¿Cómo interpreta la acción imperceptible del Espíritu Santo actualmente en esta iglesia?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         Barclay, C. William (1970) “Comentario Al Nuevo Testamento” / The Saint Andrew Press (1991) Actualización  Edimburg, Escocia / (1995) Versión en español Editorial CLIE

·         Apuntes de clases de Neumatología del profesor Rvdo. David King, Seminario Teológico De La Gracia, Chile, noviembre de 2008.

 

domingo, julio 08, 2018

¿EGOISMO O ALTRUISMO?

AMIGOS DE JESÚS
Enseñanza 25

 

© Pastor Iván Tapia Contardo
© Maestra Elena Montaner 

“4 El amor... / 5 no hace nada indebido,
no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;”
1 Corintios 13:5
(Reina Valera 60)
 

  • Las distintas traducciones del Texto apuntan a una conducta que no busca lo suyo, no es egoísta, no es interesada ni busca su propio interés. Es lo que hoy día se conoce como ALTRUISMO.
  • Se llama ALTRUISMO a la “diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.” (RAE). El término se refiere a la conducta humana y es definido como la preocupación o atención desinteresada por el otro o los otros, al contrario del egoísmo. Un ejemplo contemporáneo de altruismo es el magnate y ahora filántropo Leonardo Farkas, quien hace ya varios años  ha entregado numerosas donaciones a personas necesitadas, tales como damnificados de catástrofes o los 33 mineros rescatados el año 2010, así también a innumerables personas a través de los años. Suele hacerlo públicamente porque su idea es dar ejemplo a los empresarios para que hagan lo mismo que él. Si bien, la definición no se cumple completa en Farkas pues no es a costa de él mismo, ya que no pierde sino al contrario gana prestigio como filántropo, sin embargo su ayuda siempre ha sido acertada.
  • Ayudar al prójimo despojándose uno mismo puede ser señalado como altruismo ya que, dar significaría postergar los propios deseos frente a las necesidades de los demás. El acto de altruismo realizado tal como dice la definición, es un comportamiento que nace preferentemente en los seres humanos que viven una religión. El desarrollo de la espiritualidad y la imitación que podemos hacer del Señor Jesucristo, Dios hecho hombre, en su paso por la Tierra, donde solo se dedicó a dar generosamente su amor demostrado en sanar y salvar al ser humano, es lo que nosotros hacemos en la medida que los dones otorgados y activados por el Señor Jesús, nos permiten hacer gestos y acciones altruistas.
  • Sin embargo, también existe el altruismo en personas que no son cristianas, personas que colaboran generosamente en todos los aspectos a otros.
  • Tenemos sinónimos de altruismo: abnegación, sacrificio,  generosidad, desinterés, filantropía, desprendimiento, liberalidad,  dadivosidad, largueza, magnificencia, prodigalidad, benevolencia, caridad, acogimiento, hospitalidad, piedad, limosna. 

  1. ORIGEN DEL ALTRUISMO.
Podríamos indicar que el altruismo, como concepto y actitud espiritual se puede visualizar desde los inicios de la humanidad. Jehová Dios, en esencia altruista por su amor eterno a los hombres, sin esperar nada a cambio que no fuera la felicidad de ellos y de  ese primero creado por sus propias manos, el que vivió en un régimen altamente generoso, teniendo comida y un lugar bello para vivir sin tener que trabajar presionado por nada que no fuera el cuidado del Jardín del Edén: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15). Crearlo  a su imagen también fue un acto de generosidad divina: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó” (Génesis 1:27), brindándole también su amistad como Supremo Creador. Sumemos la generosidad de Dios cuando decidió que Adán necesitaba ayuda idónea para lo que tenía que hacer en ese lugar: “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Génesis 2:22) 

Un día el amor de Dios fue derramado por el Espíritu Santo en todo creyente, desde el momento que estos cruzaron la Puerta del Reino. Ese amor Divino no es como el amor humano, no busca su interés sino la voluntad del Cielo. El amor humano suele ser: a) sensual, b) interesado, c) autocomplaciente, d) limitado, e) egoista; en cambio el amor Divino es:  a) espiritual, b) generoso, c) benigno, d) ilimitado, e) altruista.
 

  1. EL ALTRUISMO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Tenemos en al A.T. grandes ejemplos de interés abnegado por el bienestar de  otros o por una causa superior. Por ejemplo:  

a)      El caso de la mujer sunamita que decidió ayudar: “Y aconteció que un día pasaba Eliseo por Sunem, donde había una mujer distinguida, y ella le persuadió a que comiera. Y así fue que siempre que pasaba, entraba allí a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí, ahora entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es un hombre santo de Dios. Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí.” (2 Reyes 4:8-10) Recordemos que Eliseo fue el sucesor del profeta Elías, quien antes de ser  transportado en el carro de fuego hacia el cielo, le dijo a Eliseo que le pidiera lo que quisiera que hiciera por él  “…Elías dijo a Eliseo: pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego una doble porción de tu espíritu sobre mí.” (2 Reyes 2:9) 

b)      También tenemos un ejemplo de altruismo en una persona que no era creyente en Jehová Dios. Hablamos del rey Asuero, quien había elegido a Ester como su reina. Como parte  de la  celebración del nombramiento de Ester como reina, Asuero disminuyó tributos a las provincias y actuó generosamente con sus habitantes: “Hizo el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad del rey.” (Ester 2:18) 

c)      Otro ejemplo de altruismo lo vemos en Job. Dejemos que hable por sí mismo, cuando en medio de su desgracia recordaba los tiempos buenos. “Los oídos que me oían me llamaban bienaventurado / Y los ojos que me veían me daban testimonio, / Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que carecía de ayudador. / La bendición del que se iba a perder venía sobre mí, y al corazón de la viuda yo daba alegría. / Me vestía de justicia, y ella me cubría; Como manto y diadema era mi rectitud. / Yo era ojos al ciego, y pies al cojo. / A los menesterosos era padre, y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia; / Y quebrantaba los colmillos del inicuo, y de sus dientes hacía soltar la presa.” (Job 29:11-17 
 

3.      EL ALTRUISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO. 

Lo más común es que el ser humano busque lo suyo, lo que le conviene personalmente y pase por alto los intereses de otros. Somos desde que nacemos, esencialmente individualistas, personalistas, y estamos educados para el egoísmo. Esto sucede porque somos una raza caída.  

Sin embargo Jesucristo nos muestra la actitud ideal del Hombre creado por Dios. Él es el Prototipo, el Primogénito de toda creación y como tal el Modelo de ser humano, no egoísta sino altruista, como se observa en los siguientes pasajes del Evangelio: 

a)      La pesca milagrosa: Jesús predicó desde la barca de Simón. Una vez finalizada su prédica, dijo a Simón que saliera mar adentro y que echara las redes. Ellos no habían pescado nada y las redes estaban lavadas y ya guardadas, pero Simón aceptó la propuesta de Jesús. Echaron las redes y éstas se colmaron de peces, tanto que la barca casi se hundía con el peso de la pesca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. / Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. / Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.” (San Lucas 5:4-6) Sabemos que posterior a este acto, Jesús los llamó para que fueran pescadores de hombres. 

b)     Alimentación de los cinco mil: El milagro de los peces y los panes a todos nos impactó y aún nos impacta. Los apóstoles le dijeron al caer la tarde que dejara ir a las personas para que buscaran alimento y hospedaje, pero Jesús les indicó que tomaran dos pescados y cinco panes y que les dieran de comer a toda esa cantidad de gente, cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Fue tal la cantidad que sobraron dos cestas llenas de peces y panes. El les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud. / Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta. /Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos. / Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente. /Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos.” (San Lucas 9:13-17) 

c)      La enseñanza del Buen Samaritano: Así como Él hizo demostraciones de amor, misericordia y generosidad incondicional, también nos enseña por medio de esta parábola para que seamos altruistas.  Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. /Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. /Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. /Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; /y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. /Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.” (San Lucas 10:30-35) 

d)     El discurso inaugural del ministerio de Jesús. El amor de Dios sembrado en nuestro espíritu no es interesado, no busca lo suyo, sino que es desinteresado en lo personal. Quiere el bien de Dios y el bien del prójimo; desea que se cumpla la voluntad amorosa de Jesucristo, que escuchen las buenas nuevas, que sean sanadas, libertadas e iluminadas con la Verdad del Evangelio:

“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
/ A predicar el año agradable del Señor.”(San Lucas 4:18,19

 



4.      ¿CÓMO PODEMOS SER ALTRUISTAS? 

a)      Asumiendo una actitud Cristocéntrica. El hombre nuevo no es egocéntrico, su vida no gira en torno a Sí mismo sino en torno a Dios. El hombre y la mujer cristianos son Cristo-céntricos. ¿Qué significa esto? a) Deponer el propio yo y aceptar que Jesús viva en mi; b) Dejar atrás la escala de valores del mundo y optar por los valores del Reino de Dios, los cuales se sustentan sobre la fe en Jesucristo y el amor de Dios; c) Poner en primer lugar a Dios y Su Evangelio, sometiéndome a Cristo como Señor-Dueño de mi vida. 

El discípulo de Jesucristo no busca su propio interés, sino el interés del Reino de Dios. ¿Cuál es este interés? a) Que muchos conozcan a Dios; b) Que el Señor gobierne la vida de nuestras familias, amigos y compañeros; c) Que la Iglesia se fortalezca en fe, paz, amor y esperanza; d) Que los atribulados de la Humanidad sean consolados con el amor de Dios y nuestro servicio: 

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, / el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” (2 Corintios 1:3,4) 

b)      Reconociendo que todo el poder y la riqueza son de Dios. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.” (1 Crónicas 29:12). Jamás olvidemos que todo proviene de Dios, trabajamos para ganar una remuneración, pero este dinero es la voluntad de Dios que lo ganemos. Es la oportunidad que Él nos da para ganarlo. Es finalmente la posibilidad que tomemos algo para ayudar a otros. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” (Efesios 4:28 

“6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. / 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. / 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; / 9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. / 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, / 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” (2 Corintios 9:6-11) 

c)      Activando el dar. Intentar ser altruista no es imitar lo que hace un filántropo, no necesariamente. Intentar ser altruista es activar por ejemplo la abnegación, la generosidad, el desinterés, es decir dar algo a los demás sin esperar nada a cambio, es desprenderse de lo que apreciamos para darlo al prójimo, es ser benevolentes, caritativos, acogedores, hospitalarios y piadosos, no buscar lo nuestro, sin olvidar lo que el Señor Jesucristo nos enseña: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (San Marcos 10:45) 

d)     Ocupándose del prójimo. Los cristianos no deben buscar sus propios intereses; no es propio de los seguidores de Jesús ser indiferentes al dolor y a las necesidades del prójimo, esconder la cabeza frente a las injusticias y no tener misericordia de los que sufren. Son discípulos de Jesús los que tienen como prioridad en sus vidas:

a) El servicio al prójimo (samaritanado);

b) el amor por la gente (filantropía);

c) la ayuda al que necesita apoyo material, psicológico o espiritual (bondad);

d) el consuelo al que sufre (compasión o misericordia);

e) el dar con disfrute (disposición); y

g) el hacer buenas obras por generosidad (altruismo). 

En conclusión, el verdadero amor, nacido de lo alto, de Dios, implantado por el Espíritu Santo en nuestro espíritu, no busca lo suyo, no es egoísta, no es interesado ni busca su propio interés. Hoy día se conoce como ALTRUISMO, término contrario del egoísmo. ALTRUISMO es la “diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.” (RAE). Es lo que Jesús espera de nosotros, sus discípulos: 

“5 A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, / 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. / 7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. / 8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” (San Mateo 10:5-8) 

Oremos pidiendo perdón a Jesús si no hemos sido altruistas y roguemos al Espíritu Santo para que nos llene de amor misericordioso y generoso con nuestros semejantes.
 
 
 

domingo, julio 01, 2018

DIVERSIDAD EN EL IDEAL PERSONAL.

EL IDEAL PERSONAL
REFLEXIÓN Nº3

© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.” (1 Pedro 4:10 

Idea central: La diversidad espiritual. 

Objetivos: a) Comprender, aceptar y experimentar la diversidad como una característica de la obra de Dios; b) Conocer cómo la Biblia presenta la diversidad en el aspecto espiritual; c) Comprender y aceptar que hay diversos tipos de personas; d) Identificar las diversas razones por las que nos acercamos a Dios; e) Conocer y valorar los diversos dones naturales y sobrenaturales; y f) Conocer y apreciar los diversos rasgos de Cristo que los cristianos podemos reflejar. 

Resumen: La Biblia nos muestra la diversidad de la creación de Dios tanto en el plano físico como en el espiritual. Dios nos ha hecho a todos diferentes, con distintas motivaciones y dones naturales y sobrenaturales. Al llegar a Cristo somos conducidos a reflejar algunos de Sus diversos rasgos, según Él mismo lo planificó en la eternidad.
 

L
a diversidad es una de las características de la creación de Dios. Él hizo todo tipo de animales que pueblan el mar, la tierra y el cielo. En la esfera espiritual creó diversidad de seres espirituales: Querubines, serafines, tronos, dominios, principados, potestades, virtudes, arcángeles y ángeles. Si tomamos sólo una especie, como por ejemplo el perro, encontramos diversidad de razas. Así también sucede en el reino vegetal, con diversos tipos de árboles, arbustos y hierbas, y en el mineral, donde se identifican hasta ahora ciento dieciocho elementos. 

El ser humano no escapa a esta condición de diversidad, la cualidad de diverso o variado. Es lo que está constituido por elementos de la misma naturaleza pero con características diferentes. Teniendo la Humanidad una sola raíz, la primera pareja humana, Adán y Eva, hablamos de la “raza humana”. Sin embargo hay diversidad de colores de piel, diversidad de culturas, diversidad de lenguas, a partir del derribo de la torre de Babel. Hay en la Tierra diversas religiones y conceptos de la Divinidad. 

Si observamos las religiones del mundo: Judaísmo, Cristianismo, Islamismo, Hinduismo, Budismo, etc. nos daremos cuenta que cada una tiene a la vez diversas corrientes. Esto es muy propio de la diversidad humana y no debemos sorprendernos ni rechazarlo. Pensemos sólo en nuestra fe y encontraremos: Católicos, protestantes, ortodoxos, etc. Así dentro del protestantismo están los: Luteranos, presbiterianos, anglicanos, metodistas, bautistas, pentecostales, etc.  

La diversidad es un sello de lo que Dios produce en el ser humano en el aspecto espiritual. Él no quiso que Su mensaje quedara enclaustrado entre los judíos, sino que se abriera a todas las naciones. El mandato de Jesús es “predicar el Evangelio a toda criatura”. Su Iglesia es un Cuerpo u Organismo vivo compuesto de una gran diversidad de: Dones, ministerios, operaciones y lenguas (1 Corintios 12:4,5,6,10) 

La diversidad en la Casa de Dios está representada en las palabras del rey David con referencia al Templo que construiría su hijo Salomón para Jehová: 

“Yo con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y piedras de mármol en abundancia.” (1 Crónicas 29:2) 

Eso somos nosotros, los cristianos, una gran variedad de piedras preciosas para Jesucristo. 

¿Cómo se presenta la diversidad en la Biblia? 

1.      Hay diversos tipos de personas.

“10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. / 11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 4:10,11 

Cada cristiano tiene un modo personal de incorporarse a Cristo. Cada persona es diferente: unos son más emocionales que otros más racionales; hay también quienes son más corporales y otros que, por decirlo de algún modo, en forma natural son más espirituales.  

a) Los emocionales son sentimentales, les guía más el corazón que la razón, buscan la aprobación de los demás, tienen más apego a las personas y los recuerdos. En el ámbito de la fe gustan de la alabanza y darán mayor curso a las emociones, teniendo expresiones que pueden parecer intensas. Se emocionarán más con el testimonio de otros y el sufrimiento del prójimo. A veces reaccionarán en forma impulsiva ante las necesidades. En el Antiguo Testamento tenemos al rey y salmista David como un buen ejemplo de un creyente emocional: 

“1 Jehová Dios mío, en ti he confiado; Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, / 2 No sea que desgarren mi alma cual león, Y me destrocen sin que haya quien me libre.” (Salmo 7:1,2) 

El apóstol Pedro era un hombre emocional: 

“8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. / 9 Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.” (San Juan 13:8,9  

“36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después. / 37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti. / 38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.” (San Juan 13:36,37  

b) Los racionales son más mentales o cerebrales, se guían por la lógica, los hechos concretos y sus consecuencias, lo que les permite ser más previsores, aunque también pueden equivocarse. En apariencia son más fríos y pueden tener posturas legalistas. Tienden a ser exigentes consigo mismos y los demás. Necesitan explicaciones de todas las cosas y al acceder al Evangelio, les interesa conocer las razones de la fe. Se inclinarán a la Teología, resultándoles difícil comprender la diversidad de expresiones del Evangelio, cayendo a veces en una excesiva adquisición de conocimientos más que vivencias espirituales. El escritor del Evangelio, San Lucas, ejemplifica esa intelectualidad racional: 

“1 Puesto que ya muchos han tratado de poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas, / 2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, / 3 me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, / 4 para que conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.” (San Lucas 1:1-4) 

El apóstol Pablo es el mejor ejemplo de un cristiano racional, aunque no exento de pasión por las almas: 

36 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. / 37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; / 38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. / 39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre” (Hechos 15:36-39) 

“12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; / 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. / 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, / 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, / 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos 2:12-16) 

c) Los corporales son aquellas personas que aman la actividad física, su cuerpo, son deportistas, les gusta el baile, la actuación, se preocupan de su salud y estado físico, principalmente. Tienen sentimientos, como todos, y también razonan, pero su norte es el cultivo de lo físico. En la Iglesia gustan de actividades corporales como la danza sagrada, el teatro, las excursiones y la práctica de los deportes, son activos y adoran con todo el cuerpo. Un ejemplo bíblico es el de Sansón:  

“5 Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él.  / 6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.” (Jueces 14:5,6)   

“28 Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos. / 29 Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. / 30 Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.” (Jueces 16:28-30)   

d) Los espirituales son personas inclinadas a la búsqueda y práctica de la espiritualidad, no necesariamente cristiana, pero que tienen una marcada inclinación hacia lo religioso o místico. Pueden ser orientalistas, poetas, seguidores de la Nueva Era, de maestros o filósofos, y desean trascender. Si se convierten a Jesucristo serán cristianos de oración, meditación, contemplación y todo lo que dice relación con la vida devocional. San Juan, apóstol, evangelista y profeta, es un ejemplo de hombre espiritual: 

“23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. / 24 A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. / 25 El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?” (San Juan 13:23-25) 

“1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, / 2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.” (Apocalipsis 1:1-2 

Seamos emocionales, racionales, corporales o espirituales, todos tenemos cabida en el Cuerpo de Cristo, siempre que reconozcamos nuestros pecados y tengamos fe en Su sacrificio expiatorio en la cruz. 

Hay diversos tipos de personas. ¿Qué tipo de persona es usted? 

2.      Hay diversas razones por las que nos acercamos a Dios.

“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos” (San Lucas 4:18)

Hay diversos tipos de personas con necesidad de Dios:

  • Los hambrientos de Dios.
  • Los necesitados de Su Palabra.
  • Los que quieren salvación.
  • Los que se sienten solos.
  • Los que buscan el Espíritu.
  • Los que anhelan ser llenos.
  • Los que sufren soledad y le buscan.
  • Los que vagan sin rumbo.
  • Los que requieren una meta.
  • Los que buscan el sentido de sus vidas.
  • Los que sienten el llamado de Dios.
  • Los que desean liberarse de vicios.
  • Los que buscan la sanidad.
  • Los que quieren sobrevivir y trabajar.
  • Los que anhelan compañía y amigos.
  • Los que desean ser amados por Dios.
  • Los que necesitan liberación.
  • Los que necesitan realmente del Evangelio.
  • Los que buscan la Verdad.
  • Otros.
Para algunas personas la fe cristiana viene a dar explicación a su búsqueda del sentido de la vida; para otras, entrega el consuelo que necesitaban para sus numerosos sufrimientos; en cambio para algunas es el encuentro con una forma de vida que anhelaban. Encontrarse con Cristo es tener un encuentro personal con Jesucristo, pero también es enfrentarse a una doctrina, conocer una Iglesia, conocer un tipo de personas, etc.  

Hay diversas razones por las cuales nos acercamos a Jesucristo, pero finalmente todos tenemos que atravesar la misma puerta:

a)      Reconocimiento de la existencia de un Dios Todopoderoso (todo lo puede), Omnisciente (todo lo sabe) y Omnipresente (está en todo lugar).

b)      Reconocimiento ante Dios de que somos pecadores, fallamos a la Ley de Dios, ofendemos Su Santidad, causamos dolor al Padre.

c)      Fe y aceptación del sacrificio expiatorio de Jesucristo en la cruz, recibiendo a Jesús como Salvador.

d)     Recepción del perdón de mis pecados.

e)      Decisión a no seguir más en rebelión contra Dios, sino en obediencia a Él, aceptando a Cristo como Señor (Dueño) de mi vida.  

El apóstol Pedro resume la puerta del Reino en tres elementos: a) Arrepentimiento, b) Bautismo en agua y c) Bautismo del Espíritu:

 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38) 



Nuestra fe es Cristocéntrica: Cristo es la entrada, Cristo es el camino y Cristo es la meta. Jesús mismo lo declaró: 

“1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.  / 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. / 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. /.../ 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.” (San Juan 10:1-3,7) 

Hay diversas razones por las que nos acercamos a Dios. ¿Por cuál razón se acercó usted al Señor?
 

3.      Hay diversos dones naturales y sobrenaturales.

“14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. / 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. / 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. / 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. / 18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. / 19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. / 20 Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. / 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. / 22 Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. / 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. / 24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; / 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. / 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. / 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. / 28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. / 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. / 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.” (San Mateo 25:14-30) 

El talento era una unidad de moneda existente en el imperio romano. Adquirió fama por su mención en esta parábola de Jesús, de cuya interpretación deriva inteligencia (capacidad de comprender o entendimiento) y aptitud (capacidad para desempeñar una actividad). Cuando hoy día decimos “talento” nos referimos a una especial aptitud que tiene en forma natural una persona. 

Todos tenemos talentos, pero al convertirnos, el Señor nos otorga Su Espíritu, el cual aporta con dones sobrenaturales (carismas, frutos, servicios, ministerios), pero Dios respeta la natural forma de ser de cada uno y de acuerdo a sus dones particulares, tanto naturales como sobrenaturales, desarrolla su nueva vida en Cristo. Es lo que llamamos “ideal personal”, el modo original de incorporarse a Cristo. 

Hay dones naturales, que se traen al nacer o se desarrollan a lo largo de la vida, antes de conocer a Jesucristo. Estos dones o capacidades, son llamados “talentos”. Dios los utilizará para Su obra ya que forman parte de los recursos que trae consigo el nuevo creyente, pero no será lo único ni lo más relevante en su servicio cristiano. Por ejemplo, Saulo de Tarso tenía ciertas capacidades naturales: Conocimiento de las Escrituras hebreas, al haber estudiado con Gamaliel; habilidad para hacer tiendas de campaña, de lo cual vivía; habilidad para el debate teológico aprendida en la sinagoga. Dios usó sus conocimientos escriturales y capacidad de discusión para su trabajo posterior como apóstol, pero su oficio de constructor de tiendas de campaña sólo tendría un valor simbólico en la Iglesia, como “perito arquitecto”. Esos talentos naturales necesitaban de capacidades sobrenaturales para tener un efecto realmente profundo en su apostolado. 

Pasada la puerta del Reino, Dios dota al cristiano de dones que le hacen útil en el Cuerpo de Cristo. Esos dones que comienzan a aparecer en su nueva vida, en verdad fueron planificados por Dios en la eternidad: 

“3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, / 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Efesios 1:3,4) 

15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. / 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. / 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; / 18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; / 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, / 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.” (Colosenses 1:15-20) 

Hay diversos dones naturales y sobrenaturales. ¿Cuáles son sus dones naturales y sobrenaturales?
 

4.      Hay diversos rasgos de Cristo que podemos reflejar.

“1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. / 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. / 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. / 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. / 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. / 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.” (San Juan 15:1-6) 

El ideal personal es el modo original de incorporarse a Cristo. Mediante el “ideal personal” nos sujetamos a Jesucristo, nos hacemos pámpanos de Él. La meta de nuestra vida es una Persona, Jesucristo. Nos injertamos a Él como lo hace el injerto al tronco del árbol original y pasa a ser parte de él, irrigado por la savia del árbol. La sangre de Cristo riega y da vida a nuestro ser espiritual.  

También nos revestimos de Él como por un vestido. El ideal personal es nuestra manera original de encarnar las virtudes de Cristo. Estas son nuestras ropas: Paciencia, bondad, humildad, delicadeza, altruismo, serenidad, jovialidad, compasión, magnanimidad (1 Corintios 13:4-7). Este es nuestro traje: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gálatas 5:22,23). 

Jesús, Primogénito de toda criatura, es el Prototipo según el cual Dios nos creó, que lamentablemente fue corrompido por el pecado y distorsionado en sus propósitos por el diablo. Pero cuando nos volvemos a Jesús se inicia un trabajo sobrenatural de recomposición de ese proyecto. Jesucristo es el Modelo por el cual el Espíritu Santo nos modelará a partir del nuevo nacimiento.  

El ideal personal es el modo original de “reproducir” a Jesucristo que tendrá el Espíritu Santo en cada discípulo. Son tantas las posibilidades de reproducir a Jesús como cristianos hay, habrán y han habido en el mundo. Por eso es tan apasionante la búsqueda del “ideal personal”, la que se trata de algo más que conocer mis dones. 

En verdad Jesucristo quiere “revivir” en cada cristiano; Él desea volver a la vida, resucitar en cada uno de Sus discípulos, que somos nosotros. ¿No es eso fascinante? Por eso somos llamados “cristianos”, porque somos pequeños cristos, otros Cristos viviendo en nuestra época. Mas eso significa tener Sus características, Sus rasgos, Sus propósitos, Sus anhelos, Sus sueños, Sus metas, Su sentir, Su Palabra, Su misión y actitudes. 

La pregunta que cada uno de nosotros debe hacerse es ¿Qué rasgos de Cristo quiero y debo reflejar en mi vida? “Quiero” porque habrá de ser un deseo profundo, una pasión en el corazón; “debo” porque es nuestro deber cumplir el cometido para el cual fui llamado por Jesús. Preguntémonos ¿Para qué fui llamado por Jesús? 

La imitación de Jesucristo no se realiza como una copia mecánica. No es una copia obtenida de una matriz, no es un calco, no es una especie de fotocopia ni reproducción en serie. En verdad más que ser “imitadores” de Jesucristo, somos “reflejos” de Él. Reflejamos Su imagen, así como Él refleja al Padre: 

“El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.” (Colosenses 1:15 

“el cual, [el Hijo] siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos 1:3) 

La imagen de Cristo la encontramos en el Evangelio. Cada Evangelio ofrece un retrato específico de Jesucristo: San Mateo lo presenta como un Rey que viene a gobernar los espíritus humanos; San Marcos lo refleja como el Siervo de Dios y del Hombre, dispuesto a entregarlo todo por amor a Dios y la Humanidad; San Lucas lo retrata en Su ser Hombre, el Hijo del Hombre, pleno de amor y misericordia; y San Juan nos lo presenta como Dios, el Hijo, el Verbo encarnado. En Jesús encontraremos los rasgos que nuestra persona debe y quiere expresar como reflejo del Salvador, Señor y Maestro. 

Hay diversos rasgos de Cristo que podemos reflejar. ¿Qué rasgos del Señor quiere y debe reflejar usted?
 

CONCLUSIÓN.

La diversidad es una característica de la obra de Dios que debemos asumir y celebrar. La Biblia presenta, en el aspecto espiritual, la diversidad de la siguiente forma: 1) Hay diversos tipos de personas; 2) Hay diversas razones por las que nos acercamos a Dios; 3) Hay diversos dones naturales y sobrenaturales; y 4) Hay diversos rasgos de Cristo que podemos reflejar.
 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cómo debe el cristiano enfrentar la diversidad de creencias?

2)      ¿Qué tipo de persona es usted: emocional, racional, corporal o espiritual?

3)      ¿Por cuál razón se acercó usted al Señor?

4)      ¿Cuáles son sus dones naturales y sobrenaturales?

5)      ¿Qué rasgos del Señor quiere y debe reflejar usted?

6)      ¿Cómo podemos adaptar la evangelización a los distintos tipos de personas?

7)      ¿Por qué se dice que Cristo es la entrada, el camino y la meta en el Reino de Dios?

8)      ¿Qué capacidades, experiencias y conocimientos aporta usted al Reino de Dios?

9)      ¿Con qué dones sobrenaturales está usted sirviendo a la Iglesia?

10)  ¿Para qué fue llamado/a por Jesús?

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
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·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         “La Santa Biblia” Disponible en: http://www.lasantabiblia.com.ar/
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
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·         Fernández, Rafael (1982) “En búsqueda de la propia identidad” Editorial Patris.
·         (2011) “Nuevo Testamento Interlineal Griego Español” Argentina, Iglesia en Salta, Ministerio Apoyo Bíblico.
·         “Wikipedia, la Enciclopedia Libre” https://es.wikipedia.org/