domingo, diciembre 29, 2019

LAS LUMBRERAS CELESTES.


MENSAJE DE AÑO NUEVO Nº9
AÑO 2019




© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: “14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, / 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. / 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. / 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, / 18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. / 19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.” (Génesis 1:14-19)

Idea central: Nuestras lumbreras espirituales.

Objetivos: a) Identificar las lumbreras espirituales del cristiano; b) Reflexionar en el año nuevo acerca del progreso y las dificultades de nuestro Camino de fe; c)  Comprender y reconocer la importancia de las lumbreras Cristo-Iglesia-santos en la vida cristiana; d) Planificar los días venideros en términos generales, atendiendo a la misión encargada por Dios a cada uno; y e) Valorar el papel de la voluntad y Palabra de Dios es nuestras vidas.

Resumen: Así como Dios puso en Su creación lumbreras en los cielos para iluminar y guiar a los seres humanos en su vida sobre la Tierra, también puso unas lumbreras para orientar nuestra vida de fe: Cristo el Sol de Justicia, la Iglesia como Luna que refleja la gloria de Dios y los grandes testigos de la fe, miríada de estrellas en nuestro firmamento espiritual.


E
l cuarto día de la Creación, Dios creó tres lumbreras, las que puso en los cielos. Una es la lumbrera mayor que se enseñorea en el día, es decir el Sol. Otra es la lumbrera menor, señora de la noche, la Luna. Otras lumbreras son las estrellas.

Cuando Dios prometió a Abraham que le daría en su vejez un heredero que traería para él tanta descendencia como las estrellas del firmamento y ordenó que le ofrendara, sucedió lo siguiente: “Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.” (Génesis 15:12) Los hombres dormimos cuando el sol se va y la llegada de la noche siempre trae temor. Este es el primer versículo de la Biblia en que aparece la palabra “sol”, por tanto marca la interpretación que la Escritura da a esta “lumbrera mayor”. El Sol es dador de vida y luz, seguridad y calor, centro del sistema solar.

Desde un punto de vista espiritual es la máxima autoridad; tal es así que llama al Mesías “Sol de justicia”: “1 Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. / 2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. / 3 Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Malaquías 4:1-3)

En cuanto a la Luna, es la principal lumbrera nocturna, pauta para la medición del tiempo y su división en meses; la fijación de la fecha de la Pascua y las fiestas anuales: Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso.” (Salmo 104:19). Así como el Sol es designado con el género masculino, la Luna lo es con el femenino y la depravación del hombre le volvió objeto de adoración. La mayoría de las naciones llegaron a ser adoradoras de la Luna. Tal superstición se infiltró en Israel, según lo registra la Escritura: “1 De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba. / 2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel. / 3 Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas.” (2 Reyes 21:1-3)

El calendario del pueblo hebreo era lunar, ya que la luna nueva marcaba el comienzo de cada mes. Además de todas las otras fiestas religiosas, los judíos celebraban el inicio del séptimo mes del año, considerándolo santo, a semejanza del séptimo día de la semana. Esta fiesta del mes de Tisri, celebrada en nuestro septiembre-octubre, vino a ser la celebración del Año Nuevo hebreo.

Desde una mirada espiritual, los escritores cristianos de los primeros siglos gustaban de comparar a la Iglesia con la Luna, ya que la luz que posee ésta no es propia sino que la recibe del Sol, así como la Iglesia refleja la luz de Dios, la luz de Jesucristo. Dios es masculino y posee a la Iglesia, la cual es femenina. Dios Padre nos ilumina en Cristo y la Iglesia nos ilumina con la Palabra de Dios en el Evangelio.

Pero también hay unas luces menores, las estrellas. Incontables como las estrellas serían los hijos de Abraham. Cuando el último libro de la Biblia muestra siete estrellas en las manos del Cristo Glorificado, se refiere a mensajeros o ángeles. Puede ser interpretado de dos formas: Son los pastores de esas iglesias y/o los ángeles que las cuidan: “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.” (Apocalipsis 1:20) Podemos decir que las estrellas representan a seres humanos que con su vida y testimonio iluminan a los demás. A través de toda la Historia de la fe, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, encontramos seres humanos que fueron luz de Dios para su entorno, tales como Noé, Abraham. Moisés, Pablo, Pedro, Juan, etc. Sin embargo ellos no deben ser adorados sino imitados en su fe.

Ni el sol, ni la luna, ni las estrellas, existen para ser adorados; sólo Dios merece nuestra adoración. El Señor advierte contra esta idolatría: “15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; / 16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, / 17 figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, / 18 figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. / 19 No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.” (Deuteronomio 4:15-19)


¿Qué nos enseñan estas lumbreras para este nuevo año?

  1. Las lumbreras del cielo separan el día de la noche.
“14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche;... / 18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:14,18)

Cuando el Señor nos llamó a Su Reino, Él puso lumbreras para iluminar nuestro camino: Él mismo vino a habitar dentro de nosotros por medio de Su Espíritu Santo; nos introdujo en Su Iglesia para ser alimentados e iluminados por Su Palabra y nos dio por ejemplo a seguir, el testimonio de hombres y mujeres santas.

Al convertirnos Dios separó en nuestra mente y en nuestro corazón la luz de las tinieblas. Antes caminábamos en la oscuridad  del pecado y las tinieblas de Satán; hoy lo hacemos en la luz de Cristo. Puede que a veces andemos en “valles de sombras de muerte”, pero Él nunca nos abandona y de una u otra forma ilumina nuestro camino. Podemos andar en lo que algunos místicos han llamado “la oscuridad de la fe”, otros “el desierto”, pero el Espíritu Santo jamás nos abandonará.

La promesa de Dios dice:
·         “Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmo 119:105)

·         “Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (San Juan 8:12)

La función de las lumbreras, sean sol, luna y estrellas, o Cristo, la Iglesia y los héroes de la fe, es separar la luz de las tinieblas. Cada vez que un ministro de Dios predica, el Espíritu en él está separando la luz de la oscuridad; cada vez que un cristiano obra en Amor de Dios, está separando la luz de las tinieblas; cada palabra de la Biblia tiene por propósito separar la luz de las tinieblas en nuestra mente y conciencia.

Con nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones separemos el día de la noche, separemos la luz de las tinieblas. En este nuevo año hagámonos el propósito de vivir en la luz y abandonar toda oscuridad.


  1. Las lumbreras del cielo nos sirven para armar el calendario.
“14... y sirvan de señales para las estaciones, para días y años” (Génesis 1:14)

El Señor, la Palabra de Dios predicada por la Iglesia y el ejemplo de los patriarcas, profetas, apóstoles y líderes de la Iglesia, son el modelo a seguir y marcan el itinerario o plan de vida de cada cristiano. Son varias las estaciones espirituales que vive un hijo de Dios.

Comienza con una Primavera cuando nace a la Familia de Dios, período de gran regocijo en que aprende las verdades básicas del Evangelio y en que se vive un tanto despreocupadamente, disfrutando del Amor del Señor y la hermandad cristiana.

El Verano es tiempo de calor y sequedad, para algunos un verdadero desierto, cuando el discípulo es tratado en aquellos aspectos que requiere crecer y superar; hay quienes no resisten esta etapa y abandonan.

En el Otoño caen del árbol las hojas, la persona queda desnuda ante sí mismo y Dios, se enfrenta a los aspectos negativos de su persona, su viejo hombre, pero el Espíritu Santo le riega y limpia con Amor para hacerlo una criatura más acorde con el Evangelio.

El Invierno es un tiempo de soledad, necesaria para el crecimiento personal cristiano, cuando el ser se desarrolla en el conocimiento de Dios y Su Palabra, bajo la guía de un hermano mayor.

Nuevamente vendrá la Primavera para florecer en virtudes, el Verano para cosechar buenos frutos, y así un ciclo tras otro.

Los días como los años del creyente son de puro aprendizaje: “El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.” (Proverbios 16:9) A los seres humanos nos toca hacer planes, planificar nuestras vidas, pero finalmente es Dios quien dirige nuestros pasos. Necesitamos tener en cierto modo un calendario personal, una pauta de vida a seguir, con propósitos claros. Para ello requerimos conocernos a nosotros mismos, tarea fundamental del discipulado personal.

Conociendo la voluntad de Dios escrita en Su Palabra, teniendo el discernimiento que da el ministerio de la Palabra en la Iglesia y viendo el ejemplo de nuestros hermanos mayores del pasado y del presente, más el autoconocimiento (cualidades, dones, talentos, defectos, debilidades, etc.), podremos armar nuestro calendario de vida y planificar nuestro quehacer espiritual.

Planifiquemos, bajo la luz del Espíritu, objetivos, principios y acciones para el nuevo año que tenemos por delante.


  1. Las lumbreras del cielo iluminan la Tierra.
“15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. / 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra” (Génesis 1:15,17)

Sin Dios, sin Cristo, sin la Palabra de Dios, sin los ministros del Señor que la prediquen y vivan, la Tierra estaría en total oscuridad espiritual. Estas son las lumbreras que iluminan el caminar del ser humano en esta vida. Ya lo dijo Jesús:

“14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. / 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. / 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (San Mateo 5:14-16)

La invitación del Señor en este nuevo año es a ser lumbreras que iluminemos con nuestros actos y palabras al prójimo. A veces nuestras acciones y reacciones son vulgares, de mal gusto o impropias, nos permitimos que actúe la carne y eso no debe ser así:

“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” (Colosenses 4:6)

Tampoco debemos apegarnos desmedidamente a los bienes materiales, son una bendición del Señor para bendecir a otros:

“6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. / 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. / 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; / 9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. / 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, / 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” (2 Corintios 9:6-11)

“5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; / 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.”  (Hebreos 13:5-16)

Seamos este nuevo año lumbreras que iluminan la Tierra, seamos la luz del mundo y no su oscuridad.


CONCLUSIÓN.
Semejantes a las lumbreras que Dios puso en los cielos –sol, luna y estrellas– son las lumbreras espirituales que ha dado a los seres humanos: Jesucristo, la Iglesia y los ministros de Dios. Es bueno reflexionar sobre ello al término e inicio de un año. Las lumbreras del cielo nos enseñan en el campo espiritual que ellas: 1) Separan el día de la noche, la luz de las tinieblas; sin ellas no reconoceríamos nuestra condición ni lo que Dios quiere de nosotros; 2) Nos sirven para armar el calendario, es decir para planificar nuestros días venideros, sometidos al tiempo tenemos unos límites para cumplir la misión encargada por Dios a cada uno; y 3) Iluminan la Tierra, sin Dios, la Iglesia y los héroes de la fe, no tendríamos claridad de cómo actuar correctamente en esta vida; gracias a ello es que conocemos el Camino.


PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Qué personas, aparte de Jesucristo, han sido una luz para su vida espiritual?
2)      ¿Qué personaje bíblico ha impactado más en su vida cristiana?
3)      ¿Cómo ha sido el año que termina para su desarrollo espiritual?
4)      ¿Cómo podemos separar la luz de la oscuridad en nuestra vida?
5)      ¿Cuál es la misión que Dios le ha encargado para esta vida?
6)      ¿Qué rol cumplen hoy los hombres y mujeres que han sido heroicos en su fe?
7)      ¿Qué propósitos tiene para el próximo año?
8)      ¿Qué aspectos personales le gustaría superar el año próximo?
9)      ¿Cuáles fueron sus principales logros del año que termina?
10)  ¿Qué nombres pondría al sol, la luna y las estrellas en un dibujo metafórico de la espiritualidad?





BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”

·         https://www.biblegateway.com
·         https://www.primeroscristianos.com/41969/

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