domingo, septiembre 15, 2019

CONOCER, GUARDAR Y PERMANECER EN CRISTO.


EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
LECCIÓN 4



© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: “3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. / 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; / 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. / 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (1 Juan 2:3-6)

Idea central: Las palabras conocer, guardar y permanecer En el Evangelio.

Objetivos: a) Comprender, profundizar y valorar el significado del término “conocer a Jesús”; b) Valorar la importancia de la praxis del Evangelio; c) Comprender, profundizar y valorar el significado de “guardar los mandamientos de Jesús”; d) Comprender el valor de las obras en la vida cristiana; e) Comprender, profundizar y valorar el significado de “permanecer en Jesús”; f) Imitador al Señor en Su modo de pensar, sentir y actuar; y g) Ser un imitador de los que imitan a Jesús.

Resumen: Los términos “conocer a Jesús”, “guardar Sus mandamientos” y “permanecer en Cristo” tienen un especial significado en el contexto bíblico, diferente al sentido que poseen en el lenguaje común o coloquial.


E
n este Texto de la Primera Epístola de San Juan hay tres conceptos que debemos comprender muy bien los cristianos: Conocer a Jesús, guardar Sus mandamientos y permanecer en Jesús. Para el común de la gente “conocer” es saber de algo o alguien; “guardar” es quedarse con algo y cuidarlo; y “permanecer” es quedarse en un lugar, grupo o idea. En el contexto bíblico estas palabras tienen un significado totalmente diferente.


¿Qué significan en el Evangelio las palabras conocer, guardar y permanecer?

1.      Conocer a Jesús es guardar Sus mandamientos.
“3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.” (1 Juan 2:3)

¿Qué nos da la seguridad de que realmente conocemos a Jesucristo? San Juan responde: Que guardamos sus mandamientos, que ponemos por obra Sus enseñanzas, que somos consecuentes con el Evangelio. Hoy algunos cristianos dicen serlo, declaran una y otra vez los textos bíblicos, pero sus vidas no reflejan ese conocimiento, no son espejo de Jesús. En el mundo hay tantos que proclaman sus creencias políticas, filosóficas o religiosas y aquello no lo demuestran con sus hechos. Los cristianos, en especial si nos consideramos “discípulos”, no podemos obrar así:

“22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. / 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. / 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.” (Santiago 1:22-24)

Conocer a Jesús es más que saber de Su vida, haber leído pasajes que tratan de Sus hechos y palabras o haber visto varias películas sobre Él. Conocer a Jesús es más que haber declarado una vez que Él es el Salvador, el Hijo de Dios, el Señor; es más que asistir a una comunidad cristiana, orar o rezar a Él. Conocer a Jesús es tener una íntima comunión con Él, es hablar con Él diariamente y escucharlo, es una relación espiritual constante que nos lleva a obedecerle y agradarle. Si verdaderamente conocemos a Jesús, actuaremos como Él:

“15 Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas.  / 16 Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.” (Tito 1:15,16)


2.      Guardar Sus mandamientos es practicarlos.
“4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; / 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.” (1 Juan 2:4,5)

Guardar la Palabra de Cristo no es memorizarla. Cualquier persona de buena memoria puede hacerlo y parecer muy santa, espiritual y hasta entendida en las cosas de la fe. Guardar la Palabra de Dios es ejecutarla. Santiago una y otra vez recalca la importancia de la actuación, el buen obrar por sobre el buen hablar; podemos dar lindos discursos cristianos pero vivir exactamente al revés. Por eso él define la verdadera fe como un asunto de obras, de acción. Él no está diciendo que las obras nos salven, sino que si soy salvo debo obrar conforme a esa salvación:

“26 Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. / 27 La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.” (Santiago 1:26,27)

Si digo que conozco a Jesús y no pongo por obra Sus enseñanzas, significa que soy un falso y mentiroso, que la Verdad no habita en mí, que realmente no tengo a Jesucristo. Sólo tengo una teoría en mi cabeza, la filosofía cristiana, pero carezco del Espíritu de Jesús en mi interior.

La práctica de las enseñanzas de Jesucristo, principalmente el amor, nos da la seguridad de que realmente conocemos a Jesucristo. Conocer a Jesús es más que sentirlo; es más que pensar en Él; conocerlo es actuar como él.


3.      Permanecer en Jesús es imitarlo.
“6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” (1 Juan 2:6)

Una vez nos encontramos con Jesús, nos enamoró con Su gran misericordia y perdón, y le seguimos. Luego vino el aprendizaje y práctica de Su Evangelio, junto con las pruebas a nuestra fe. A veces decaímos, nos desanimamos, perdimos la fe y la esperanza; luego nos levantó el Espíritu Santo y continuamos el Camino. Entonces decimos que hemos permanecido en Cristo porque hemos seguido creyendo en Jesús, leyendo y escuchando Su Palabra y congregándonos. Pero este no es el concepto de San Juan. Para él “permanecer” en Jesús es actuar como Cristo, “andar como él anduvo” ¿Y cómo anduvo?:

“cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”
(Hechos 10:38)

Quien permanece en Jesucristo es un imitador de Él, de su modo de pensar, sentir y actuar. Así lo expresa San Pablo:

“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11:1)

El modo de imitar a Dios es actuando con amor, así como lo hizo Jesucristo, quien se entregó por completo al prójimo, hasta dar Su propia vida. La generosidad, el altruismo, la misericordia, son signos de una vida entregada a Jesús, como si fuera un holocausto, el sacrificio feliz de nuestra vida para nuestros prójimos y el Señor. Una existencia tal es para Dios la mejor fragancia:

“1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. / 2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.” (Efesios 5:1,2)

Imitar al Salvador, Señor y Maestro es “permanecer” en Él. Lo imitamos como Salvador, procurando la salvación y sanación de las almas; como Señor, nos sometemos a Su autoridad y enseñamos a otros la sumisión a Jesús y la sujeción al Cuerpo de Cristo; lo imitamos como Maestro enseñando el camino a Él y Su Evangelio. Hay personas cristianas dignas de imitar porque ellas mismas imitan a Jesús:

Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” (Hebreos 13:7)


CONCLUSIÓN.
En el Evangelio las palabras conocer, guardar y permanecer tienen un significado diferente al lenguaje común.

1)      Conocer a Jesús es guardar Sus mandamientos, poner por obra Sus enseñanzas, ser hacedores de la Palabra, tener una íntima comunión con Dios, actuar como Él.

2)      Guardar Sus mandamientos es practicarlos, ejecutarlos, obrar conforme a la salvación, practicar el amor, actuar como Jesús.

1)      Permanecer en Jesús es imitarlo, actuar como Cristo, andar como él anduvo, ser un imitador de su modo de pensar, sentir y actuar, actuar con amor e imitar a aquellos que imitan a Jesús.

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Cómo se puede conducir a las personas para que puedan conocer a Jesús?
2)      ¿Qué mandamiento de Jesús ha procurado usted mayormente guardar?
3)      ¿Qué significa bíblicamente “permanecer” en Jesús?
4)      ¿En qué basa usted su seguridad de que realmente conoce a Jesús?
5)      ¿Cuáles son, a su juicio, las principales enseñanzas de Jesús?
6)      ¿Qué utilidad tiene estudiar y memorizar textos bíblicos?
7)      ¿Dedica usted tiempo para sólo hablar con Jesús y con qué frecuencia?
8)      ¿Cómo define Santiago la verdadera fe?
9)      ¿Qué es, según San Juan, conocer a Jesucristo: Sentirlo, pensar en Él o actuar como Jesús?
10)  ¿Qué ha significado para usted encontrarse con Jesús?
11)  ¿Cómo podemos superar el desánimo, la desesperanza y las dudas?
12)  ¿Cómo podemos andar en esta vida como anduvo Jesús?
13)  ¿Cómo está la Iglesia imitando a Jesucristo?
14)  ¿Cómo es su reacción cuando es criticado/a?
15)  ¿Qué situaciones le han llevado a usted a superar el orgullo y la soberbia?
16)  ¿Cómo podemos guardar el mandamiento de Jesús más allá de nuestros sentimientos y reacciones personales?
17)  ¿Cuál es la mejor fragancia que podemos ofrecer a Dios?
¿Qué significan para usted, después de esta enseñanza, las palabras conocer, guardar y permanecer?


BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”




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