domingo, junio 02, 2019

RECIBIDO ARRIBA EN GLORIA.

EL MISTERIO DE LA PIEDAD
LECCIÓN 6
 
 
© Pastor Iván Tapia 

Lectura bíblica: “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. / 51 Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo.” (San Lucas 24:50,51) 

Idea central: Jesucristo fue trasladado a la gloria o paraíso, junto con todos los que en Él crean. 

Objetivos: a) Conocer, comprender y valorar el breve “credo” que el Apóstol escribió a Timoteo; b) Adquirir una visión sintética del misterio de nuestra fe; c) Comprender y valorar que la Iglesia es portadora del depósito de la fe y defensora del Evangelio; d) Comprender que los cristianos somos el reflejo de la poderosa luz que emana de Jesucristo; e) Entender que así como Jesucristo fue llevado a la gloria, también volverá con gloria; f) Conocer, comprender y saber aplicar el término “gloria” en sus diversos usos: luminosidad, alabanza, fama, gran gozo y “paraíso”. 

Resumen: El término gloria tiene diversos usos, tanto en el lenguaje coloquial como en el bíblico. La última frase de 1 Tesalonicenses 3:16 declara que Jesús “fue recibido arriba en gloria”. La gloria es el lugar al que fue llevado Jesucristo Resucitado y victorioso, el Paraíso donde serán llevados todos los que crean en Él, al morir; pero también la palabra gloria designa:  la luminosidad de los astros celestes, la alabanza que merecen los hechos positivos, la fama que se logra en este mundo y el gran gozo.
 

L
a sexta y última parte de este pequeño “credo”, un himno de la época, dice “y recibido arriba en gloria”. Esa recepción de Jesucristo en los cielos es para Su exaltación, por la victoria que tuvo en la cruz sobre la carne, el mundo y el diablo.  

Jesús venció su naturaleza humana y cualquier debilidad propia del hombre, enfrentándose a la tortura, el escarnio y la muerte; venció al mundo que lo tentaba a renunciar a su posición de Hijo de Dios y blasfemar contra el Padre, sometiéndose a la Palabra de Dios y derramando su sangre por amor a la Humanidad; y venció a nuestro enemigo y enemigo de Dios, marchando hacia la muerte, descendiendo al lugar de los muertos para proclamar su victoria y rescatar a los santos antiguos, y resucitando por el poder del Espíritu Santo, de entre los muertos.  

En este “credo” se observan algunos contrastes: Jesucristo fue “manifestado en la carne”, pero también “justificado por el Espíritu”; fue “visto por los ángeles”, mas “proclamado entre las naciones”, haciendo evidente su obra redentora tanto en los cielos como en la Tierra; y finalmente sería “creído en el mundo” y “recibido arriba en gloria”, es decir que el resultado de Su obra liberadora sería dado a conocer tanto en la esfera terrenal como en la celestial. 

Un día Jesús aparecerá en esta Tierra y se manifestará en gloria y poder, será Su Segunda Venida. La palabra “gloria” en la Biblia tiene diversos significados y hay que saberla interpretar de acuerdo al contexto. 

¿Qué significa gloria en la Biblia? 

1.      Gloria es la luminosidad de los astros, las personas y Dios.

“Una es la gloria del sol, otra la gloria de la luna, y otra la gloria de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en gloria.” (1 Corintios 15:41) 

Los pueblos de todas las épocas han observado los cielos y los han estudiado, en especial los de la Antigüedad que no contaban con la tecnología actual para navegar y desplazarse por tierra y mar. La luminosidad diferente de cada cuerpo celeste llamaba la atención de los antiguos y la llamaban “gloria”. Cada estrella, como la luna y el sol tenían distinta “gloria”, brillo o luz. La conducta de los seres humanos podía entonces caracterizarse por mayor o menor gloria, si era más o menos correcta. 

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”  (2 Corintios 3:18) 

Pablo dice que si miramos con honestidad –“a cara descubierta” –al Señor, Su luminosidad –amor, sabiduría, paz, etc. –se reflejará en nosotros mediante un proceso de transformación. Dice que seremos “transformados de gloria en gloria”. No es un cambio mágico sino la obra del Espíritu Santo en un corazón dispuesto. Somos transformados cuando vivimos observando la gloria de Jesucristo y nos disponemos a Su voluntad.
 

2.      Gloria es aplaudir, alabar, exaltar.

“Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.” (Romanos 11:36) 

Podemos aplaudir y elogiar a otros seres humanos por sus logros deportivos, artísticos, científicos, etc. Eso es dar gloria, alabar, exaltar. También podemos aplaudirnos a nosotros mismos por los éxitos alcanzados o las cualidades que poseemos. Nada más desagradable que una persona que acostumbra alabarse a sí misma. En verdad debemos dejar que otros nos alaben y no hacerlo nosotros, que los demás reconozcan nuestros méritos. No exageremos las alabanzas hacia otros, lo que puede hacerles daño y volverles vanidosos, ni caigamos en la vanagloria o gloria hueca. 

Quien sí merece toda glorificación es Dios. Él es Santo y Perfecto, lo cual debe ser reconocido en alabanza, adoración y acciones de gracias.
 

3.      Gloria es fama, honor, esplendor, buena reputación.

“pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.” (San Mateo 6:29) 

Salomón, hijo del rey David, fue un gobernante poderoso, con grandes conocimientos para su época, lleno de riqueza. Todo ello era su gloria. Podemos exclamar, ante una vida exitosa: ¡Qué gloria ha alcanzado esa mujer o ese hombre! La gloria de la fama buscan muchas personas en esta sociedad y a veces la educación y el sistema la fomentan con los innumerables concursos y competencias. Tener gloria en este mundo es uno de los propósitos más anhelados por muchas personas. 

Sin embargo, como lo expresan estas palabras de Jesús, la gloria del poder y la riqueza son inferiores a la gloria de Dios. La verdadera gloria reside en Dios. De Él es la gloria eterna, pues de Él proceden todas las cosas, las que ha hecho bellas y perfectas, Él restaura todo lo que falla y lo hace en forma sabia y amorosa, es todo Amor y Verdad. La mejor reputación la tiene Dios, es altamente ético y no falla, es Fiel; no así el humano, como Salomón que, pese a haber adquirido sabiduría y grandes riquezas y poder, al término de su vida cayó en la idolatría. 

En la patria tenemos las glorias de nuestros ejércitos y las celebramos cada año. Son las victorias que unos hombres alcanzaron luchando por la nación. A esas glorias se les rinde honores con desfiles, salvas, banderas y diversas expresiones de patriotismo. 


4.      Gloria es gran gozo, gusto o placer.

“Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.” (2 Corintios 3:9) 

El ministerio de Moisés fue con hechos poderosos, o sea gloriosos, los que trajeron gran satisfacción a la clase sacerdotal, como también al pueblo que pecaba y podía redimirse en sacrificios de animales y ofrendas al tabernáculo. El disfrute del sentirse perdonados o pensar que Jehová borraba sus culpas traía cierto gozo a sus almas, aunque volvían a pecar y quedaba en evidencia su debilidad. 

El ministerio de Jesús, en cambio, trajo la certeza del perdón, la sanación, la renovación y la transformación a las almas que confiaron en Su Gracia. Es indudable que este ministerio es glorioso y trae gran gozo al ser. Estar en Cristo es estar “en la gloria”, como suelen decir las personas cuando están muy contentas y satisfechas.
 

5.      Gloria es el “paraíso” donde van los cristianos al morir.

“Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” (Romanos 8:30) 

Dios nos predestinó para ser Sus hijos, Él lo planificó mucho antes de que naciéramos, nuestro destino era ser cristianos. En cierto momento de la vida nos llamó por medio de Jesucristo, a lo que respondimos positivamente pues lo necesitábamos imperiosamente. En la cruz nos hizo justos, muriendo en lugar de nosotros, tomando en sí el castigo que merecíamos, nos justificó ante Sí. Finalmente nos glorificará, aunque en Su mente ya nos glorificó, nos llevó a Su gloria. Nuestra glorificación es parte del plan de salvación. 

“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) 

Todos los seres humanos somos unos pecadores, hacemos, sentimos y pensamos lo que desagrada a Dios. Por lo tanto no merecemos estar con Dios. Nuestra posición es la condenación, mas por el ministerio de Jesucristo alcanzamos la salvación, el perdón de pecados y la glorificación. La gloria es una posición, es el Cielo que podemos alcanzar por la salvación en Cristo. 

“Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” (San Juan 11:40) 

Así le dijo Jesús a la hermana de Lázaro, desanimada por la enfermedad y muerte de su hermano. Jesús nos invita a creer para “ver” la gloria de Dios que es más que la victoria. Es una dimensión espiritual, un lugar celestial. Según el Apóstol ya estamos “sentados en lugares celestiales” (Efesios 2:6), somos los “santos en luz” (Colosenses 1:12). Esperamos ese día en que estaremos en la gloria y sabemos que los cristianos que han dormido en Cristo ya están en Su gloria, como lo prometió Jesús al ladrón: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (San Lucas 23:43) 

“Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” (Colosenses 3:4) 

Nuestra vida es aquella fuerza, energía, Persona, que llevamos dentro; es la vida sobrenatural del espíritu. Una es la vida biológica, otra la de la mente y otra la vida sobrenatural del Espíritu, que nos ha sido dada por Jesús. Esta “vida”, llamada vida zoé, se manifiesta paulatinamente en el cristiano, “de gloria en gloria”. Pero un día se manifestará de un modo totalmente nuevo, cuando Cristo regrese; ese día se manifestará con poder esa vida en nosotros. 

Del mismo modo que Cristo se manifestará en este mundo aquel día, cuando regrese para gobernar el planeta; se manifestará nuestra vida, sea que muramos o seamos arrebatados, en el Paraíso, la gloria de Dios. Con toda seguridad, si hemos creído en Jesucristo y le entregamos la vida completa, un día seremos llevados a la gloria, el paraíso de Dios.
 

CONCLUSIÓN.

El Apóstol escribió al obispo de Éfeso, su discípulo Timoteo una especie de credo que era la estrofa de un himno, para que recordara el misterio de nuestra fe: “14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte, / 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad. / 16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, / Justificado en el Espíritu, / Visto de los ángeles, / Predicado a los gentiles, / Creído en el mundo, / Recibido arriba en gloria.” (1 Timoteo 3:14-16) 

La riqueza teológica de este Texto entonado por los primeros cristianos reside en el énfasis que hace del rol de la Iglesia como portadora del depósito de la fe y defensora o baluarte de la verdad del Evangelio y cómo todo ello está fundado en Cristo, verdadero Dios y Hombre. Pero ello debe reflejarse en cada cristiano, somos el reflejo de la poderosa luz que emana de Jesucristo. 

Dos verdades se vislumbran en las últimas palabras de este credo y son que Jesucristo fue llevado a la gloria, arriba al cielo, pero también que Jesucristo volverá con gloria. 

El término “gloria” en la Biblia se usa para distintas circunstancias, a saber: 1) Gloria es la luminosidad de los astros, las personas y Dios; 2) Gloria es aplaudir, alabar, exaltar; 3) Gloria es fama, honor, esplendor, buena reputación; 4) Gloria es gran gozo, gusto o placer; y 5) Gloria es el “paraíso” donde van los cristianos al morir.
 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuáles son los seis aspectos del misterio de nuestra fe que nombra el Apóstol en su carta a Timoteo?

2)      ¿Por qué se dice que la iglesia es columna y baluarte de la verdad?

3)      ¿Por qué fue necesario que  Dios se manifestara en carne?

4)      ¿Cuál es la poderosa luz que emana de Jesucristo?

5)      ¿Qué aspectos de Jesucristo estamos reflejando en nuestra Iglesia?

6)      ¿Cómo imagina la Gloria o Paraíso?

7)      ¿Qué significa mirar  al Señor “a cara descubierta”?

8)      ¿Qué tipo de líderes necesita la Iglesia de hoy?

9)      ¿Cómo podemos formar discípulos que sean “transformados de gloria en gloria”?

10)  ¿Basta con sólo observar la gloria de Jesucristo para ser transformados?

11)  ¿Cuál es la figura principal del misterio de la piedad?

12)  ¿Es más importante que Jesús fuera visto de los ángeles o que sea predicado a los gentiles?

13)  ¿Cómo está trabajando su iglesia para que Jesús sea creído en el mundo?

14)  ¿Qué importancia tiene que la Iglesia sea portadora del depósito de la fe?

15)  ¿Es necesario que Jesucristo regrese si ya tiene toda autoridad en gloria?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”




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