viernes, marzo 08, 2019

EL NUEVO PACTO, UNA RELACIÓN DIFERENTE CON DIOS.

HEBREOS COMENTADO
LECCIÓN 21

 
 
© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos, / 2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre. / 3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer. / 4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley; / 5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte. / 6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. / 7 Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo. / 8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto” (Hebreos 8:1-8) 

Palabra clave del capítulo: PACTO. 

Idea central: El Nuevo Pacto es una relación distinta con Dios. 

Objetivos: a) Comprender y apreciar que vivir en Cristo es vivir bajo el Nuevo Pacto; b) Comprender y apreciar el Nuevo Pacto como una manera distinta de relacionarse con Dios; c) Conocer lo que dice el libro de Hebreos sobre el Nuevo Pacto; d) Saber que Dios prometió un Nuevo Pacto a los hebreos en el Antiguo Testamento; e) Identificar las diferencias que hay entre el Antiguo y el Nuevo Pacto; f) Comprender que el Nuevo Pacto es un pacto de Gracia; y 4) Comprender, aceptar y vivir bajo el Nuevo Pacto, ya que el Antiguo ha caducado.  

Resumen: El Antiguo Pacto quiso obrar en el hombre desde fuera, imponiéndole una Ley, la que éste no pudo cumplir. En cambio el Nuevo Pacto opera desde el interior del ser humano, cuando éste se arrepiente y cree en Jesucristo, es perdonado y habitado por el Espíritu Santo. En el octavo capítulo de Hebreos enseña que este Nuevo Pacto es el cumplimiento de una promesa Divina, que ambos pactos difieren ya que uno es de Ley y el otro de Gracia, declarando el Antiguo obsoleto.
 

D
ios juró por Sus PROMESAS e instauró un nuevo SACERDOCIO y un nuevo PACTO. La palabra pacto aparece 284 veces en la Biblia. El Antiguo Testamento la contiene 253 veces; el Nuevo Testamento 31. En los Evangelios se dice 4 veces; el resto del Nuevo Testamento la ocupa 27 veces, de las cuales Hebreos es el libro que más veces la nombra y se refiere al concepto de “pacto”, 18 veces. Una vez en el capítulo siete; 6 en el capítulo ocho; 7 en el capítulo nueve; 2 veces en el capítulo diez; una en el doce y otra en el trece. 

La palabra “pacto” se traduce del hebreo “berit” y del griego “diateheke”. En ocasiones se traduce como “alianza”, lo cual es un sinónimo, o “testamento”. En la Biblia hay dos clases de pacto: El que se hace entre hombres y el que se hace con Dios. El primero puede ser también entre naciones; era ratificado mediante un juramento o por alguna prenda, ante testigos, también comer juntos y especialmente el “pacto de sal”, que es comer sal juntamente como sello del pacto. 


Distintos son los pactos hechos por Dios, los que Él propone soberanamente. Con Noé pactó que no volvería a destruir el mundo por diluvio y puso el arco iris como prenda de aquel pacto. Con Abraham hizo varios pactos: Acerca de su posteridad natural, su simiente, la justicia por fe cuya señal fue la circuncisión. Estos pactos fueron incondicionales.  

También hubo pactos condicionales, como el del Sinaí con Moisés: Sería su Dios con la condición que obedecieran Su Ley: 13 Y él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.” (Deuteronomio 4:13); “23 Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. / 24 Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.” (Deuteronomio 4:23,24) 

Con el rey David hizo un pacto en que prometió un trono eterno a su posteridad. 

Los profetas del Antiguo Testamento anunciaron un Nuevo Pacto, el cual contrastaría con el del Sinaí y sería de regeneración. Sería un pacto que abarcaría no sólo a Israel sino a toda la humanidad. Su dispensador sería el Espíritu Santo y su Mediador Jesucristo.
 

¿Qué nos enseña Hebreos sobre el Nuevo Pacto? 

1.      Dios promete un Nuevo Pacto.

“8 Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto(Hebreos 8:8) 

Dios es severo en el Antiguo Testamento. Esto no significa que el Dios del Nuevo Testamento sea otro Dios, Él “...es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” (Hebreos 13:8) Antes de Cristo, y en especial en los tiempos de Moisés, se empeña en mostrar Su rostro más firme, es un Padre con autoridad que señala Su voluntad moral a la criatura; Él quiere dar a conocer cuál es el comportamiento que espera del ser humano. En los 10 Mandamientos revela los principales valores y principios que desea para los hombres: Lealtad, fidelidad, reverencia, santidad, respeto a la autoridad, respeto a la vida, pureza, honestidad, veracidad y contentamiento. Por eso les trata duro, aunque no sin preocupación por Su pueblo: Les da líderes, los alimenta, les protege, les guía y enseña. Les reprende por su tozudez, desobediencia y falta de fe.   

En medio de esa reprensión, les da palabras de esperanza, les hace una promesa. No es algo que sucederá de inmediato, como nos gusta a la mayoría de los humanos, sino a su debido tiempo, cuando Dios lo determine. Es lo que se llama “esperanza”; Dios nos hace una promesa, la cual es segura puesto que Él cumple Sus promesas, y esa promesa constituye en nuestra mente una esperanza cierta. La esperanza que da Dios es una convicción, no es algo ambiguo ni inseguro, es una realidad futura. Al pueblo hebreo se le hizo una promesa y tal promesa constituyó una esperanza cierta: Dios enviaría un Mesías, un Cristo, un Salvador. 

La promesa que en esa oportunidad anunció Yahvé, consistió en que un día establecería un pacto con el reino de Israel o del Norte y el reino de Judá o del Sur. El Reino del Norte estaba formado por 10 tribus y el del Sur por dos: Judá y Benjamín. Tal división del pueblo hebreo se dio después de la muerte del rey Salomón. Las tribus que conformaban Israel eran: Zabulón, Isacar, Aser, Neftalí, Dan, Manasés, Efraín, Rubén, Simón y Gad. 

Los hebreos admiraban y admiran aún profundamente a Moisés, su libertador. Por tanto el Pacto Sinaítico o Viejo Pacto era lo más sagrado para ellos. Dios había hecho varios pactos con sus antepasados, pero el pacto que hizo con Moisés, al entregarle las Tablas de la Ley, llamadas también Tablas del Pacto, era lo más importante recibido de Dios. Por eso exclama el rey David:¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.” (Salmo 119:97) Toda la vida, el sentir y propósitos del pueblo hebreo gira alrededor de la Ley, la Torá.  

Que el Señor les diga que establecerá con ellos otro Pacto, distinto al de la Ley, un nuevo Pacto, es sin duda para ellos algo sorprendente. No sólo para aquellos hermanos de esos tiempos es sorprendente esta promesa; también lo es para nosotros. Muchos aún no terminamos de comprender cuan distinto es el Nuevo Pacto del Antiguo. Muchos aún se aferran al Antiguo Pacto, a la Antigua Alianza, al Viejo modo de relacionarse con Dios y no terminan de darse cuenta que esto ha cambiado totalmente. 

Dios promete a los hombres un Nuevo Pacto.
 

2.      Es un pacto diferente al Antiguo Pacto.

“9 No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.” (Hebreos 8:9) 

Ese pacto, dice el Señor a Su pueblo, no es como el que hizo en los tiempos de Moisés, cuando los liberó del yugo de Egipto, porque siempre Dios quiere liberarnos. La libertad que dio a Israel fue una libertad física, aunque Él quería que ésta fuese completa, también psicológica, moral y espiritual, mas el pueblo no lo comprendió y reclamaron contra Él y su libertador, Moisés. Ellos querían volver al yugo, con tal de tener comida, abrigo, riquezas, prosperidad material, seguridad física. ¿No es acaso lo que muchos creyentes buscan en Dios?  

Ciertamente Dios libera del pecado, de las tinieblas, del yugo del diablo y también de la pobreza, pero Su principal liberación, la que Él desea para nosotros es la liberación espiritual, quiere conducirnos hacia la eternidad. El Nuevo Pacto es muy distinto del Antiguo. El Señor quiere liberarnos totalmente:  

a)      Liberarnos de la esclavitud del pecado que nos asedia, porque llevamos dentro una raíz de rebelión contra Dios;

“17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; / 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.” (Romanos 6:17,18) 

b)      Liberarnos de la esclavitud de la culpa, puesto que siempre estamos culpándonos de pecados no poniendo atención al perdón completo y definitivo que tenemos por el derramamiento de la sangre de Jesucristo en la cruz. Al vivir culpándonos despreciamos Su obra; “7...Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. / 8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.” (Romanos 4:7,8)

c)      Liberarnos de la esclavitud de las tinieblas, las que siempre estamos nombrando, reprendiendo, dándole importancia, cuando en verdad ya fueron derrotadas por Jesucristo. Ciertamente Satanás en nuestro enemigo, pero un enemigo vencido; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13) 

d)     Liberarnos de la esclavitud de la carne, que nos pide satisfacción, mas vivimos por el espíritu y el Espíritu Santo nos ha de fortalecer para salir siempre victorioso; 9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros...” (Romanos 8:9)

e)      Liberarnos de la Ley, es decir de actuar en forma legalista, por obligación o miedo y no por amor a Dios, atentos a la letra y no al Espíritu; “6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.” (Romanos 7:6) 

El Antiguo Pacto es un pacto acusador, es útil para darnos cuenta que somos pecadores y que no podemos liberarnos a nosotros mismos, pues estamos esclavizados, tan esclavos como lo estaban los hebreos en Egipto. En cambio el Nuevo Pacto es un Pacto liberador.
 

3.      En qué consiste el Nuevo Pacto.

“10 Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo; / 11 Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos. / 12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.” (Hebreos 8:10-12) 

El Nuevo Pacto anunciado por el Señor consiste en lo siguiente:

a)      “Pondré mis leyes en la mente de ellos”. Sus mandamientos, leyes o voluntad, ya no estarán en tablas de piedra sino escritas en sus mentes. 

b)      “Y sobre su corazón las escribiré”. Ellos querrán agradar a Dios y cumplir Su voluntad, porque el Señor lo escribirá en sus afectos y deseos, en sus motivaciones más profundas. 

c)      “Y seré a ellos por Dios”. Los creyentes le considerarán su Señor, le amarán y obedecerán. 

d)     “Y ellos me serán a mí por pueblo”. Dios les tomará por Su pueblo. 

e)      “Y ninguno enseñará a su prójimo, Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; Porque todos me conocerán, Desde el menor hasta el mayor de ellos.” Ya no necesitarán de quienes les enseñen y presenten a Dios, porque Dios mismo, por medio de Su Espíritu Santo morando en ellos, les guiará. 

f)       “Porque seré propicio a sus injusticias”. Dios promete ser favorable a los pecados de ellos, en otras palabras buscará una manera de perdonarles. Nosotros sabemos que esa será la redención por medio de la cruz, la crucifixión de Jesucristo, Cordero de Dios. 

g)      “Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.” Significa que Él se olvidará de todas sus ofensas pasadas, presentes y futuras. 

La ley actuaba desde fuera, el Nuevo Pacto desde dentro: Escribe la voluntad de Dios dentro del creyente. Para poder hacer esto introduce Su Espíritu en el corazón y la mente de ellos. Así llega a ser verdadero Dios de los creyentes, pasando éstos a constituirse en Su Pueblo. Para hacerlo, los justificará en Cristo y les perdonará todos sus pecados. El Nuevo Pacto es la iniciativa de Dios por salvar al Hombre de su pecado mediante la justificación por Gracia, a la que se accede por medio de la fe.
 

4.      El Nuevo Pacto reemplaza al Antiguo Pacto.

“13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Hebreos 8:13) 

Los que viven en el Antiguo Pacto, aunque muchas veces afirmen vivir en la fe, están más preocupados de cumplir la Ley que de agradar a Dios; en otras palabras quieren obtener la salvación por medio de sus propias obras y con ello desmerecen la obra de Cristo en la cruz. Cuando ellos escuchan o leen este argumento, afirman creer en Jesucristo y Su obra redentora. El problema es que creen en la salvación por fe, pero viven pensando en cumplir la Ley para salvarse. Muchos de ellos creen que la salvación puede perderse si se cae en algún pecado considerado grave. Es decir que no basan su salvación sólo en Cristo sino también en sus obras.  

Es necesario que comprendamos definitivamente que el Antiguo Pacto ya ha sido superado, dado por viejo por Dios, dando paso a un Pacto Nuevo.  

Si el Antiguo Pacto está basado en el cumplimiento de la Ley, el Nuevo Pacto se basa en la fe en Jesucristo. Es decir que el Antiguo ensalza la letra, mandamientos escritos en tablas de piedra; en cambio el Nuevo se apoya en una Persona, el Hijo de Dios. 

Los cristianos valoramos la Ley como:

a)      Un medio para identificar el pecado: “20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.” (Romanos 3:20) 

b)      Herramienta para reconocernos pecadores: “7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.” (Romanos 7:7) 

c)      Elemento que nos conduce hacia la fe: “24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” (Gálatas 3:24) 

d)     Norma moral para los que no creen en Jesús: “19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios” (Romanos 3:19) 

Aunque valoramos la Ley como sistema que nos da a conocer la santidad de Dios, Su Divina voluntad para el hombre y medio para conocer el pecado, no se puede andar en los dos pactos; se está en la Gracia o en la Ley. El Nuevo Pacto no admite la pertenencia al Antiguo, tal cosa sería un adulterio espiritual.
 

CONCLUSIÓN.

Vivir en Cristo es vivir bajo el Nuevo Pacto, un pacto entre el Hombre y Dios; el Hombre representado por Jesucristo, quien entregó Su vida en sustitución de los pecadores. El Nuevo Pacto es una manera distinta de relacionarse con Dios, sin miedo, con gratitud, confianza plena, reposo, etc. El libro de Hebreos, en el capítulo 8, aclara sobre el Nuevo Pacto lo siguiente: 1) Dios promete un Nuevo Pacto a los hebreos en el Antiguo Testamento; 2) El Nuevo Pacto es un pacto diferente al Antiguo Pacto; 3) En qué consiste el Nuevo Pacto, este pacto de Gracia; y 4) El Nuevo Pacto reemplaza al Antiguo Pacto, por tanto este último caduca. 
 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cómo entiende usted el Nuevo Pacto?

2)      ¿Cómo es la relación con Dios en el Nuevo Pacto?

3)      ¿Qué conductas cristianas reflejan actitudes del Antiguo Pacto?

4)      ¿Cómo califica usted el creer en la salvación por fe, pero vivir esforzándose por cumplir la Palabra de Dios para salvarse?

5)       ¿Basa usted su salvación sólo en Cristo o también en sus obras?

6)      ¿De qué otras maneras se denomina a un pacto?

7)      ¿Qué tipos de pacto hay en la Biblia?

8)      ¿Cómo eran ratificados los pactos en los tiempos bíblicos?

9)      ¿Qué nos falta para vivir plenamente en el Nuevo Pacto?

10)  ¿Qué rol juega Jesucristo en el Nuevo Pacto?

11)  ¿Cuáles considera usted que son las principales diferencias entre el Pacto de Moisés y el Pacto de Jesucristo?

12)  ¿Qué pactos recuerda usted de la Biblia?

13)  ¿Qué importancia práctica para nuestra vida cristiana tiene esta enseñanza?

14)  ¿Qué significa que el Antiguo Pacto caducó?

15)  ¿Qué rol juega el Espíritu Santo en el Nuevo Pacto?

16)  ¿Qué podemos rescatar de la Ley?

17)  ¿Por qué se dice que el pacto del Sinaí es un pacto condicional?

18)  ¿Cuál pacto es de regeneración y qué importancia tiene esto?

 

TEXTOS DE HEBREOS EN QUE APARECE LA PALABRA “PACTO”: 

“Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.” (Hebreos 7:22)  

“Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.” (Hebreos 8:6)

“Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto.” (Hebreos 8:8) 

“No como el pacto que hice con sus padres El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; Porque ellos no permanecieron en mi pacto, Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.” (Hebreos 8:9) 

“Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, Y sobre su corazón las escribiré; Y seré a ellos por Dios, Y ellos me serán a mí por pueblo” (Hebreos 8:10 

“Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.” (Hebreos 8:13) 

 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.” (Hebreos 9:1 

“el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto” (Hebreos 9:4) 

“Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” (Hebreos 9:15) 

“De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.” (Hebreos 9:18) 

 “diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.” (Hebreos 9:20) 

“Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré” (Hebreos 10:16) 

 “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia?” (Hebreos 10:29) 

 “a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.” (Hebreos 12:24) 

 “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno” (Hebreos 13:20 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”

No hay comentarios.: