domingo, septiembre 09, 2018

EL FUNDAMENTO DOCTRINAL.

EL FUNDAMENTO
LECCIÓN 5

© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno. / 3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.” (Hebreos 6:1-3) 

Idea central: Las doctrinas fundamentales del cristianismo. 

Objetivos: a) Comprender, valorar y enseñar las seis doctrinas fundamentales del Cristianismo; b) Comprender y enseñar la importancia del arrepentimiento de obras muertas; c) Profundizar y desarrollar la fe en Dios; d) Comprender y practicar la doctrina de bautismos; e) Comprender, valorar y enseñar la imposición de manos; f) Comprender la doctrina de la resurrección de los muertos; y g) Conocer y valorar las enseñanzas sobre el juicio eterno.  

Resumen: Se explica cada una de las doctrinas que el libro de Hebreos señala como fundamentales o “rudimentos de la doctrina de Cristo”: el arrepentimiento, la fe, el bautismo, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno
 

A
 lo largo del desarrollo de este tema, El Fundamento, nos hemos hechos diversas preguntas: ¿Por qué se dice que Jesucristo es el Fundamento del cristiano?; ¿Qué significa “el fundamento de los apóstoles”?; ¿Por qué Jesucristo es nuestro Fundamento?; ¿Qué “órganos” posee el hombre interior?; ¿Cómo adquiere las virtudes básicas el hombre interior? Todas estas interrogantes tienen como propósito la comprensión de la Persona, los principios, las virtudes y todo aquello que está a la base de nuestro desarrollo espiritual.  

La primera lección dejó en claro que estamos fundados los cristianos sobre la Persona de Jesucristo; la segunda lección precisó la función de los primeros apóstoles como edificadores del fundamento de la Iglesia; la tercera lección profundizó en la Persona de Cristo como Fundamento, Jefe, Roca, Arquitecto y Constructor;  la cuarta lección nos enseño los cuatro órganos básicos del ser humano (corazón, conciencia, espíritu y mente) y las virtudes sobrenaturales que se alojan en ellos (fe, paz, amor y esperanza). 

Como el cristianismo no es sólo una experiencia espiritual o mística, sino también un cuerpo teológico, es necesario aclarar cuáles son las doctrinas básicas enseñadas en la primera etapa del discipulado cristiano. 

¿Cuáles son las doctrinas fundamentales del Cristianismo?
 

1.      El arrepentimiento de obras muertas.

“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas,...” (Hebreos 6:1) 

Se ha definido el Arrepentimiento de diversas maneras. Algunos dicen que es el dolor de haber ofendido a Dios con nuestro pecado. También se dice que no es una obra, una acción, sino tan sólo una especie de radiografía, un darse cuenta de quién soy yo como pecador, algo así como verse al espejo y avergonzarse. No negamos estos significados pero reconocemos que es en primer lugar un cambio de actitud ante Dios: de desobediente a obediente, de incrédulo a creyente, de orgulloso ante Dios a humilde.  

Cuando Jesús comenzó a predicar Su Evangelio invitaba a arrepentirse: “14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,  / 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.” (San Marcos 1:14,15)

El Arrepentimiento, por ser un cambio de una actitud rebelde a un corazón sumiso, es sujeción al Cuerpo de Cristo, como dice la Escritura: “Someteos unos a otros en el temor de Dios.” (Efesios 5:21). Un cristiano arrepentido no es un orgulloso y rebelde, sino una persona sumisa a Cristo y sujeta a la Iglesia. 

El Arrepentimiento implica un traslado de Reino: “el cual [el Padre] nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:13) Si no fuera así aún estaríamos viviendo bajo el imperio espiritual de las tinieblas y el Diablo. 

Otro aspecto del Arrepentimiento es la mutación de egocéntrico a Cristo-céntrico; antes era el yo o ego el que gobernaba todas nuestras decisiones, ahora es Jesucristo quien está sentado en el trono del corazón y dirige cada determinación que tome: “14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; / 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Corintios 5:14,15 

El Arrepentimiento es, además del dolor de haber ofendido al Señor y una toma de conciencia de nuestra pecaminosidad: a) Cambio de actitud; b) Sujeción al Cuerpo de Cristo; c) Traslado de Reino; y d) Mutación de egocéntrico a Cristo-céntrico. 

El arrepentimiento de obras muertas es una de las doctrinas fundamentales del Cristianismo.
 

2.      La fe en Dios.

“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios” (Hebreos 6:1)

La Biblia define la fe como “...la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1) 

La primera vez que aparece el verbo hebreo “aman”, que se traduce como creer, es cuando se dice de Abraham: “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.” (Génesis 15:6). Esta fe está basada en una absoluta confianza en Dios, es la fe salvadora, como la que tuvo Abraham, el padre de la fe, quien creyó a Dios. 

En el Nuevo Testamento se afirma: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.” (San Juan 3:36) La fe es la virtud que conecta el alma con el Dios Eterno. Tal virtud es dada por el mismo Dios para salvar al ser humano: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8) 

Tan importante es la fe, porque por ella podemos alcanzar la salvación: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:9). La salvación es por fe y no por las obras de la Ley: “20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. / 21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; / 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia” (Romanos 3:20-22) 

La fe verdadera se manifiesta en el buen obrar: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” (Santiago 2:17) Primero es la fe, luego las obras como una consecuencia de ésta, pues es Dios quien pone la fe en nuestro interior y produce las buenas obras. 

La fe cristiana es muy diferente a la fe que pueden tener otros en objetos, elementos de la naturaleza, animales, ídolos, personajes muertos, etc. el hombre natural puede creer en la existencia de Dios y lo sobrenatural, pero no creerle a Él. La fe correcta no sólo cree en la existencia de un Dios, sino también confía plenamente en Él: “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” (Santiago 2:19) 

La fe en Dios es otra de las doctrinas fundamentales del Cristianismo.
 

3.      La doctrina de bautismos.
 
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la doctrina de bautismos,...” (Hebreos 6:1,2) 

El Bautismo forma parte de lo que se llama “la puerta del Reino”, indicada por el apóstol Pedro en su primer discurso público, en Pentecostés: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” (Hechos 2:38) 

Es una orden de Cristo: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (San Mateo 28:19) Se bautiza en nombre de la Trinidad, aunque a veces los apóstoles lo hicieron en el nombre de Jesucristo. El bautismo es una ratificación ante Dios y la Iglesia de que la persona ha creído y nacido de nuevo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos 16:16) 

Pero el Bautismo en agua es también símbolo de muerte y resurrección, en que la inmersión significa la muerte del viejo hombre y al salir del agua se anuncia el nacimiento de una nueva vida, un nuevo hombre o mujer: “3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? / 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos 6:3,4) 

Es necesario nacer del agua y del Espíritu: “3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. / 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? / 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. / 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (San Juan 3:3-6) 

Otro significado del Bautismo dice relación con el lavamiento del agua. Somos perdonados y liberados en la conciencia de toda culpa. Así como Noé y su familia salió del mundo antediluviano para emerger en un nuevo mundo, también nosotros: “20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua. / 21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro 3:20,21). Nuestra conciencia es lavada por Cristo. 

Por el Bautismo nacemos a la Familia de Dios. El Padre nos llama a pertenecer a Su familia eterna, haciéndonos hermanos de Jesús, nuestro Hermano mayor. Como hijos adoptados por el Padre, pasamos a formar parte de la Familia de Dios, al ser bautizados –lo que significa “sepultados” –o introducidos en el Cuerpo de Cristo: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (1 Corintios 12:13) 

Como decíamos al principio, el Bautismo es una orden de Jesucristo. Por tanto debemos cumplir con ello, aunque no nos parezca importante, para aprender obediencia: “8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; / 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:8,9) 

En definitiva, el Bautismo es una orden de Cristo, símbolo de muerte y resurrección, que refleja cómo somos perdonados y liberados en la conciencia de toda culpa; anuncia que nacemos a la Familia de Dios.  Debemos cumplir con este mandato de Jesús para aprender obediencia. La doctrina de bautismos es otra de las doctrinas fundamentales del Cristianismo.
 

4.      La imposición de manos.
 
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos,...” (Hebreos 6:1,2) 

La imposición de manos, que significa que una autoridad espiritual pone sus manos sobre la cabeza de un menor, haciendo oración o proclamando,  es mencionada en el Nuevo Testamento 24 veces. 

Se imponen manos para diversas circunstancias en la Iglesia: 

a)      Para levantar y bendecir a un líder: No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio.” (1 Timoteo 4:14) 

b)      Para sanar: Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.” (Hechos 28:8) 

c)      Para recibir el Espíritu Santo (bautismo del Espíritu Santo): Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.” (Hechos 19:6) El Bautismo del Espíritu Santo es la recepción del Espíritu de Dios con el fin de darnos Su poder para vencer las tentaciones de la carne, el pecado, el mundo, las tinieblas y al Diablo. El Espíritu Santo otorga dones y desarrolla Su fruto  en el discípulo. 

d)     Para hacer milagros: Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? (San Marcos 6:2) 

e)      Para bendecir a los niños: Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. (San Mateo 19:13) 

La imposición de manos es una importante doctrina fundamental del Cristianismo.
 

5.      La resurrección de los muertos.
 
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos...” (Hebreos 6:1,2) 

El poder de Dios triunfa sobre la muerte. Esta es una doctrina fundamental de la Escritura, avalada tanto en pasajes del Antiguo como del Nuevo Testamento. La resurrección del hijo de la viuda de Sarepta por el profeta Elías y la resurrección del hijo de la sunamita por el profeta Eliseo, son demostración de ello. El arrebatamiento de Enoc y el del profeta Elías nos enseñan que los amados del Señor pueden escapar de la muerte. 

En el Nuevo Testamento encontramos varios casos de resurrección. Están las hechas directamente por Jesucristo: el hijo de la viuda de Naín, la hija de Jairo y Lázaro, Su amigo. También están los muertos que salieron de los sepulcros cuando Jesús resucitó. Luego tenemos a Dorcas, resucitada por Pedro, y a Eutico, el joven que se quedó dormido mientras Pablo predicaba y cayó por una ventana, muriendo, que fue resucitado por el Apóstol. 

Como en la creación natural se observa que a partir de la muerte surge la vida, así sucederá con la resurrección: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (San Juan 12:24) 

Los resucitados tendrán un cuerpo transformado: incorruptible, glorioso, lleno de poder, sobrenatural: “42 Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción. / 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en debilidad, resucitará en poder. / 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.” (1 Corintios 15:42-44) 

El cuerpo de los resucitados será semejante al cuerpo de Jesucristo resucitado: “20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; / 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.” (Filipenses 3:20,21) 

La primera resurrección tendrá lugar al regreso de Cristo, en el momento del rapto de la Iglesia. Será la resurrección de los creyentes antes del comienzo del Milenio: 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. / 5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. / 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (Apocalipsis 20:4-6

La segunda resurrección será para los que no aceptaron al Salvador y Señor Jesucristo. Tendrá lugar después del Milenio, para dar inicio a lo que se ha llamado “el Juicio Final”: “13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. / 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. / 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apocalipsis 20:13-15 

Los cristianos estamos llamados a tener parte en la primera resurrección.  

La resurrección de los muertos es una doctrina fundamental del Cristianismo, que nos da respuesta sobre la muerte y esperanza de una vida eterna.
 

6.      El juicio eterno.
 
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.” (Hebreos 6:1,2) 

En realidad el término “juicio final” no aparece en la Biblia. Nunca comparecerá toda la Humanidad ante Dios, como piensa mucha gente. Hay dos grandes juicios colectivos en las Escrituras: el Juicio de las Naciones y el Juicio ante el Gran Trono Blanco. Estas son sus características, al compararlos. 

El Juicio de las Naciones
El Juicio ante el Gran Trono Blanco
Se describe en San Mateo 25
Se describe en Apocalipsis 20
Se juzga a personas vivas, naciones vivientes.
Se juzga a personas muertas
Juicio a los que están vivos en ese momento.
Juicio a todos los que han muerto en sus pecados sin creer en Jesucristo.
No se menciona a los muertos.
No se menciona a los vivos.
Cristo separa las ovejas (creyentes) de los cabritos (incrédulos).
Cristo juzga a los muertos por las cosas que están escritas en los libros.
Se desarrolla en la Tierra.
Se desarrolla en el Cielo.
Ante el Hijo del Hombre (Jesucristo)
Ante el Hijo de Dios (Jesucristo)
Unos son salvados y otros perdidos.
Todos son perdidos.
Juicio referido al trato dado a los hermanos del Señor, sin mención de pecados.
Juicio referido a los pecados sin mención del trato dado a los hermanos del Señor.
Al comienzo del Milenio.
Al fin del Milenio.
 

Sin embargo los cristianos no iremos a juicio pues Jesús tomó sobre Si nuestros pecados y recibió el juicio y castigo: “13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él [Jesucristo], perdonándoos todos los pecados, / 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, / 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:13-15 

Jesús pagó el castigo del pecado mediante Sus padecimientos y muerte. Por tanto ya no hay juicio para el que está en Cristo. El juicio del pecador se ejecutó en la cruz del monte Calvario en Jesucristo. Así se cumplió la afirmación del Señor: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (San Juan 5:24) 

El juicio eterno es una doctrina fundamental del Cristianismo, que nos da esperanza de salvación y vida eterna. 

CONCLUSIÓN.
La fe cristiana se basa, según el escritor de Hebreos, en seis doctrinas fundamentales, aquellas que los discípulos aprendices reciben durante su discipulado: 1) El arrepentimiento de obras muertas; 2) La fe en Dios; 3) La doctrina de bautismos; 4) La imposición de manos; 5) La resurrección de los muertos; y 6) El juicio eterno. 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Conocía usted todas las doctrinas expuestas en el sermón?

2)      ¿Cuál de estas doctrinas considera usted más importante?

3)      ¿Cómo se puede equilibrar en la formación del discípulo la formación teológica con la praxis de la enseñanza?

4)      ¿Qué concepto de Arrepentimiento tiene usted?

5)      ¿Por qué se dice que Jesucristo es el Fundamento del cristiano?

6)      ¿Qué “órganos” posee el hombre interior?

7)      ¿Cómo adquiere las virtudes básicas el hombre interior?

8)      ¿Qué importancia reviste para usted el Bautismo?

9)      ¿Qué experiencia tiene usted con la imposición de manos?

10)  ¿Por qué es tan importante la resurrección para el Cristianismo?

11)  ¿Qué amenazas enfrenta la Iglesia de hoy?

12)  ¿Qué otras enseñanzas debieran entregarse en la primera etapa del discipulado cristiano?

13)  ¿Cuándo, a su juicio, alguien debe ser bautizado?

14)  ¿Ir a juicio o no ir a juicio?

15)  ¿Qué diferencia hay entre imponer las manos, ungir y bendecir?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         (2011) “Nuevo Testamento Interlineal Griego Español” Argentina, Iglesia en Salta, Ministerio Apoyo Bíblico.

·         https://medium.com/@JPauloMartinez/con-quién-era-la-deuda-que-jesús-pagó-en-la-cruz-566eca7a4426

 

 

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