domingo, agosto 26, 2018

EL ÚLTIMO PROCEDIMIENTO DE JOSUÉ.

LA CASA DEL PAN
REFLEXIÓN Nº14

 
 

© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:15 

Idea central: Cómo conducir a un compromiso con Cristo y la Iglesia. 

Objetivos: a) Conocer y aplicar los pasos del procedimiento aplicado por Josué en su último discurso; b) Animar a las familias y a la Iglesia a volver al buen camino y comprometerse con Dios; c) Descubrir y exponer el pasado, ayudando al pueblo a discernir y decidir; d) Inducir al arrepentimiento para que las familias e Iglesia decidan por Cristo; y e) Dialogar con las familias y la Iglesia para que establezcan un compromiso con Dios. 

Resumen: Necesitamos, tanto a nivel personal como familiar y eclesial, un procedimiento para llevar a las personas a hacer un compromiso con Dios. En el último discurso de Josué se nos presenta tal procedimiento basado en el recuerdo, el arrepentimiento y el diálogo.
 

E
n una familia se dan distintas dinámicas en cuanto a la fe. Están las familias no creyentes en que, al convertirse a Cristo uno de sus miembros, el resto comienza a experimentar un trato de parte de Dios destinado a la conversión de ellos, considerando la promesa y determinación del Señor en la respuesta que San Pablo le da al carcelero de Filipos: “...Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (Hechos 16:31) Existe una alta probabilidad que, al paso del tiempo, toda esa familia entregue su vida a Jesucristo, dado el testimonio del cristiano, su trabajo evangelizador y la oración intercesora de la Iglesia. La conversión se da en un equilibrio entre la voluntad del Señor “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2:4) y la voluntad humana: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos 16:16) 

Por otro lado están las familias cristianas que educan a sus miembros, desde el momento que nacen, en la fe de Jesús, haciéndoles partícipes de todos sus ritos espirituales. Sin embargo, dado que Dios respeta la libertad de todo ser humano a escoger su propio camino, “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30:19), llegará un momento en la vida de los hijos en que estos escogerán el camino de Dios o sus propios caminos. Aún, dentro del camino cristiano, podrán tomar alguna de sus interpretaciones, la que podría no coincidir con su familia de origen. Tal cosa exige de nosotros como cristianos, la práctica del amor tolerante, humilde y comprensivo del Señor, ya que el amor “no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor” (1 Corintios 13:5) 

En el texto que nos convoca, el líder del Antiguo Testamento, Josué, continuador de la obra de Moisés, desafía a su pueblo a tomar una decisión personal frente a Dios. Es cierto que nuestra salvación depende de Jesucristo, que es Él quien nos llama, pero también es cierto que si el hombre o la mujer no deciden obedecer al Señor, Éste no les obligará. Josué es como un padre de familia que quiere convencer a sus amados de que dejen toda idolatría para servir al Dios vivo. De su procedimiento podemos aprender, como cristianos, discípulos de Jesús, padres o madres de familia y ministros y servidores de Dios, para conducir al pueblo a una decisión positiva frente a Dios. 

¿Qué nos enseña el procedimiento de Josué con el pueblo? 

  1. Exponer el pasado ayuda al pueblo a discernir y decidir.
El contexto del versículo es el discurso de despedida de Josué, antes de morir. Reunió a las 12 tribus de Israel “1 Reunió Josué a todas las tribus de Israel en Siquem, y llamó a los ancianos de Israel, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales; y se presentaron delante de Dios.” (Josué 24:1) Y les dijo “Así dice Jehová, Dios de Israel”. Todo su discurso está planteado desde la Persona del Señor; es Dios hablando a Su pueblo. Les hace mirar el pasado, es un pueblo que tiene una Historia:  

a)      En tierra extraña, los tiempos de Taré: “2 Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.” (Josué 24:2) 

b)      En tierra de Canaán, los tiempos de Abraham, Isaac y Jacob: “3 Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di Isaac. / 4 A Isaac di Jacob y Esaú. Y a Esaú di el monte de Seir, para que lo poseyese; pero Jacob y sus hijos descendieron a Egipto.” (Josué 24:3,4) 

c)      En el Egipto pagano, los tiempos de Moisés y Aarón: “5 Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, conforme a lo que hice en medio de él, y después os saqué. / 6 Saqué a vuestros padres de Egipto; y cuando llegaron al mar, los egipcios siguieron a vuestros padres hasta el Mar Rojo con carros y caballería. / 7 Y cuando ellos clamaron a Jehová, él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvisteis muchos días en el desierto.” (Josué 24:5-7) 

d)     En tierra de los amorreos, el tiempo de Josué: “8 Yo os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros. / 9 Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese. / 10 Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente, y os libré de sus manos.” (Josué 24:8-10) 

e)      En la tierra prometida: “11 Pasasteis el Jordán, y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos. / 12 Y envié delante de vosotros tábanos, los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco. / 13 Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.” (Josué 24:11-13) 

El Señor, en las palabras de Josué, le muestra al pueblo que antiguamente ellos servían a dioses extraños. Pero Dios permitió que ellos fueran sacados de esas naciones paganas y crecieran en número. Les dio un gran líder, como fue Moisés, por medio del cual les entregó un cuerpo de leyes sociales, religiosas, de salud, morales, para que gobernaran sus vidas. Luego, liberados, estuvisteis muchos días en el desierto. En ese desierto aprenderían por medio del rigor a confiar únicamente en Jehová. Fueron librados hasta del falso profeta Balaam y finalmente pudieron conquistar la tierra prometida, por la cual nada trabajasteis. La Gracia de Dios regaló al pueblo hebreo “una tierra que fluye leche y miel” (Éxodo 3:17) 

Es muy importante, llegado ciertos momentos de nuestra vida, sea la personal, familiar o eclesial, que miremos hacia atrás y observemos tres cosas: a) Lo que Dios ha hecho en nuestras vidas; b) Nuestro comportamiento en el pasado; y c) El resultado de ambos. 

Al hacer una evaluación de nuestro pasado nos daremos cuenta, además del gran amor misericordioso de Dios y Su protección paternal, de la dirección que ha dado a nuestras vidas y de Su propósito con nosotros. Así podremos tomar en lo sucesivo buenas decisiones para nosotros, nuestra familia e Iglesia. 

Exponer el pasado ayuda al pueblo a discernir y decidir su destino en Cristo.
 

  1. Inducir al arrepentimiento ayuda pueblo a tomar una decisión.
“14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. / 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.” (Josué 24:14,15) 

Narrada la historia pasada del pueblo, Josué lo desafía a servir a Dios. Si lo hace, es porque el pueblo no está valorando en su justa medida el favor de Dios y todos los esfuerzos que hicieron sus antepasados, desde los tiempos de Abraham.  Cuatro acciones requiere Josué de ellos: 

a)      Temed a Jehová, les insta a que tengan un real temor de Dios. Cuando tenemos temor del Señor, nos esforzamos por no ofenderle con ninguna mala acción, palabra o pensamiento; pediremos “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.” (Salmo 19:14)  

b)      Servidle con integridad y en verdad. Una persona íntegra es la que siempre hace lo correcto, no daña a su prójimo, actuando con valores y principios. Servir a Dios con integridad es que todo mi ser está dedicado a Él. En verdad significa que es auténtico y no hipócrita. El buen cristiano es humilde ante Dios y su prójimo: “Preserva también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.” (Salmo 19:13)  

c)      Quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto. Al entrar en el Reino de Dios abandonamos todo lo que es tiniebla. Una de ellas es la idolatría. Se puede idolatrar un hijo, un esposo, una profesión o actividad, el dinero, la belleza corporal, una organización, etc. idolatría es cualquier amor que reemplace a Dios: “25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? / 26 El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? / 27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. / 28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás.” (San Lucas 10:25-28)  

d)     Servid a Jehová. El llamado del Señor es a servirle, enrolarnos en Sus filas para luchar con las armas de la luz, por Su Reino: “1 Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. / 2 Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros. / 3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. / 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.” (2 Timoteo 2:1-4) 

Pero puede ocurrir que haya miembros de una familia o comunidad que no quieran servir a Dios. Josué les dice: Y si mal os parece servir a Jehová”. Una persona, cristiana o no cristiana, puede parecerle mal servir a Dios por diversas razones: a) Porque no cree en la existencia de Dios; b) Porque cree que Dios es un tirano injusto; c) Porque está enojada con Dios; d) Porque tiene sus propios planes para su vida y cree que Dios le alejará de ellos; e) Porque no está dispuesta a dejar ciertos disfrutes; f) Porque cree que la religión es limitante; g) Porque no le agradan los pastores o las costumbres de la Iglesia; etc. etc.  

Ante estas “razones” el líder cristiano interpela a la persona o la familia a escoger su camino: “escogeos hoy a quién sirváis” A los judíos que mataron a Jesús, Pedro les insta al arrepentimiento: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19) Ante el poder que mostraban los apóstoles, unos habitantes de Listra quisieron adorarles como dioses y “14 Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces / 15 y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.” (Hechos 14:14,15) 

Josué les dice a sus hermanos que ellos pueden servir a los falsos dioses del mundo si quieren. “Si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis” da lo mismo, todos son un engaño. Quizás ese miembro disidente crea que seguir su propio ideal es mejor que servir al Señor, y no es malo como quien cae en el vicio o la carnalidad, pero para Dios hay un solo camino, Jesucristo, quien dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (San Juan 14:6) 

La firme determinación del padre, madre o líder de familia siempre ha de ser servir al Señor: “pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”  

Inducir al arrepentimiento ayuda pueblo a tomar una decisión ante Dios.

 

  1. Dialogar con el pueblo, le ayuda a establecer un compromiso con Dios.
“16 Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; / 17 porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. / 18 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios.” (Josué 24:16-18) 

De aquí en adelante, en el capítulo se da un diálogo entre Josué y el pueblo. Éste reacciona y pone de manifiesto que desea servir al Señor y no ofenderle con sus idolatrías. Pero Josué les contradice que no serán capaces porque son unos rebeldes pecadores, volverán a los ídolos y Dios les destruirá: “19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. / 20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien.” (Josué 24:19,20) 

Josué les toca su amor propio y ellos aseguran: “21 El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos.” (Josué 24:21) 

El líder les hace tomar un compromiso: “Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.” (Josué 24:22) y luego les ordena: “Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel.” (Josué 24:23) 

El pueblo hebreo entonces ratificó su decisión de seguir al Señor en obediencia: “Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos.” (Josué 24:24) 

“25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem. / 26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová. / 27 Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios. / 28 Y envió Josué al pueblo, cada uno a su posesión.”  (Josué 24:25-28) 

Así fue como allí mismo, en Siquem, el lugar del último discurso de Josué, el pueblo hizo un pacto con Dios. Josué les organizó con leyes y decretos, los que escribió en el libro de la ley de Dios. Después puso bajo la encina que había en el santuario del Señor, una gran piedra como testigo de la promesa que ellos hacían ese día delante de Jehová. 

Los cristianos necesitamos: 

a) Que se nos refresque la memoria. Muchas veces los creyentes necesitamos que se nos recuerden los grandes hechos de Dios en nuestro pasado personal, familiar o eclesial, para despertar. Muchos sermones son precisamente ese remezón que requiere la conciencia para “despertar” de la modorra espiritual.  Pero también está el trato directo del Espíritu Santo con nosotros cuando nos enrostra nuestra falta de consideración hacia el prójimo, liviandad en la fe y servicio de Dios o indiferencia con la Iglesia. No debiera ser así pero a causa de la naturaleza humana caída y de mala memoria espiritual, requerimos que se nos recuerde la Verdad una y otra vez: “12 Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. / 13 Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación” (2 Pedro 1:12,13). Como Pedro, también Pablo usa de la repetición: “Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.” (Filipenses 3:1 

b) Considerar nuestros compromisos ante Dios. ¿Necesitaremos nosotros, los cristianos, actos de compromiso público y objetos que nos los recuerden, como esa gran piedra puesta por Josué en el altar? El compromiso cristiano se manifiesta públicamente en el bautismo, el sacramento de entrada al Reino de Dios. Actos como el matrimonio y el ungimiento de ministros y servidores, sin ser considerados sacramentos, son compromisos públicos y ante Dios de fidelidad y servicio. Siempre el culto culmina con la exposición de la Palabra de Dios y a su vez ésta con la oración y compromiso de cada oyente a la obediencia a la Palabra. Nuestra oración es un acto de compromiso con el Señor a obedecerle y ser fiel a nuestras promesas. En la Gracia no dejamos un elemento concreto material de nuestro compromiso en el altar, pero sí permanece nuestra palabra ante el eterno altar de Dios, de lo cual nos será exigida respuesta: 4 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. / 5 Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. / 6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?” (Eclesiastés 5:4-6 

Dialogar con el pueblo, le ayuda a establecer un compromiso con Dios. 

CONCLUSIÓN.
Pronto a morir, el líder de Israel, Josué, reúne a su pueblo y sigue un procedimiento destinado a que su gente vuelva al buen camino y se comprometa con Jehová. Tal procedimiento es aún aplicable hoy, tanto a nivel personal como familiar y eclesial, y consiste en tres pasos: 1) Exponer el pasado ayuda al pueblo a discernir y decidir; 2) Inducir al arrepentimiento ayuda pueblo a tomar una decisión; y 3) Dialogar con el pueblo, le ayuda a establecer un compromiso con Dios.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Si usted estuviera pronto/a a morir, qué determinaciones espirituales tomaría?

2)      ¿Qué procedimiento considera usted mejor para ayudar a un prójimo en su vida espiritual?

3)      ¿Cómo se expresa el compromiso de un cristiano con Dios?

4)      ¿En qué ayuda mirar hacia el pasado?

5)      ¿Cómo podemos inducir a una persona al arrepentimiento?

6)      ¿Qué oportunidades tiene la Iglesia de hoy?

7)      ¿Necesitaremos los cristianos actos de compromiso público y objetos que nos los recuerden, como esa gran piedra puesta por Josué en el altar?

8)      ¿Cómo puedo conquistar a mi familia para Cristo?

9)      ¿Cuáles son las principales características de su familia?

10)  ¿Cómo ha experimentado usted el arrepentimiento?

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         (1974) “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         Rollo Marín, Antonio (1954) “Teología de la Perfección Cristiana” Biblioteca de Autores Cristianos.

·         (2011) “Nuevo Testamento Interlineal Griego Español” Argentina, Iglesia en Salta, Ministerio Apoyo Bíblico.

·         “Wikipedia, la Enciclopedia Libre” https://es.wikipedia.org/wiki/Bethel

 

 

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