domingo, julio 08, 2018

¿EGOISMO O ALTRUISMO?

AMIGOS DE JESÚS
Enseñanza 25

 

© Pastor Iván Tapia Contardo
© Maestra Elena Montaner 

“4 El amor... / 5 no hace nada indebido,
no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;”
1 Corintios 13:5
(Reina Valera 60)
 

  • Las distintas traducciones del Texto apuntan a una conducta que no busca lo suyo, no es egoísta, no es interesada ni busca su propio interés. Es lo que hoy día se conoce como ALTRUISMO.
  • Se llama ALTRUISMO a la “diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.” (RAE). El término se refiere a la conducta humana y es definido como la preocupación o atención desinteresada por el otro o los otros, al contrario del egoísmo. Un ejemplo contemporáneo de altruismo es el magnate y ahora filántropo Leonardo Farkas, quien hace ya varios años  ha entregado numerosas donaciones a personas necesitadas, tales como damnificados de catástrofes o los 33 mineros rescatados el año 2010, así también a innumerables personas a través de los años. Suele hacerlo públicamente porque su idea es dar ejemplo a los empresarios para que hagan lo mismo que él. Si bien, la definición no se cumple completa en Farkas pues no es a costa de él mismo, ya que no pierde sino al contrario gana prestigio como filántropo, sin embargo su ayuda siempre ha sido acertada.
  • Ayudar al prójimo despojándose uno mismo puede ser señalado como altruismo ya que, dar significaría postergar los propios deseos frente a las necesidades de los demás. El acto de altruismo realizado tal como dice la definición, es un comportamiento que nace preferentemente en los seres humanos que viven una religión. El desarrollo de la espiritualidad y la imitación que podemos hacer del Señor Jesucristo, Dios hecho hombre, en su paso por la Tierra, donde solo se dedicó a dar generosamente su amor demostrado en sanar y salvar al ser humano, es lo que nosotros hacemos en la medida que los dones otorgados y activados por el Señor Jesús, nos permiten hacer gestos y acciones altruistas.
  • Sin embargo, también existe el altruismo en personas que no son cristianas, personas que colaboran generosamente en todos los aspectos a otros.
  • Tenemos sinónimos de altruismo: abnegación, sacrificio,  generosidad, desinterés, filantropía, desprendimiento, liberalidad,  dadivosidad, largueza, magnificencia, prodigalidad, benevolencia, caridad, acogimiento, hospitalidad, piedad, limosna. 

  1. ORIGEN DEL ALTRUISMO.
Podríamos indicar que el altruismo, como concepto y actitud espiritual se puede visualizar desde los inicios de la humanidad. Jehová Dios, en esencia altruista por su amor eterno a los hombres, sin esperar nada a cambio que no fuera la felicidad de ellos y de  ese primero creado por sus propias manos, el que vivió en un régimen altamente generoso, teniendo comida y un lugar bello para vivir sin tener que trabajar presionado por nada que no fuera el cuidado del Jardín del Edén: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase” (Génesis 2:15). Crearlo  a su imagen también fue un acto de generosidad divina: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó” (Génesis 1:27), brindándole también su amistad como Supremo Creador. Sumemos la generosidad de Dios cuando decidió que Adán necesitaba ayuda idónea para lo que tenía que hacer en ese lugar: “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Génesis 2:22) 

Un día el amor de Dios fue derramado por el Espíritu Santo en todo creyente, desde el momento que estos cruzaron la Puerta del Reino. Ese amor Divino no es como el amor humano, no busca su interés sino la voluntad del Cielo. El amor humano suele ser: a) sensual, b) interesado, c) autocomplaciente, d) limitado, e) egoista; en cambio el amor Divino es:  a) espiritual, b) generoso, c) benigno, d) ilimitado, e) altruista.
 

  1. EL ALTRUISMO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Tenemos en al A.T. grandes ejemplos de interés abnegado por el bienestar de  otros o por una causa superior. Por ejemplo:  

a)      El caso de la mujer sunamita que decidió ayudar: “Y aconteció que un día pasaba Eliseo por Sunem, donde había una mujer distinguida, y ella le persuadió a que comiera. Y así fue que siempre que pasaba, entraba allí a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí, ahora entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa, es un hombre santo de Dios. Te ruego que hagamos un pequeño aposento alto, con paredes, y pongamos allí para él una cama, una mesa, una silla y un candelero; y será que cuando venga a nosotros, se podrá retirar allí.” (2 Reyes 4:8-10) Recordemos que Eliseo fue el sucesor del profeta Elías, quien antes de ser  transportado en el carro de fuego hacia el cielo, le dijo a Eliseo que le pidiera lo que quisiera que hiciera por él  “…Elías dijo a Eliseo: pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego una doble porción de tu espíritu sobre mí.” (2 Reyes 2:9) 

b)      También tenemos un ejemplo de altruismo en una persona que no era creyente en Jehová Dios. Hablamos del rey Asuero, quien había elegido a Ester como su reina. Como parte  de la  celebración del nombramiento de Ester como reina, Asuero disminuyó tributos a las provincias y actuó generosamente con sus habitantes: “Hizo el rey un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio mercedes conforme a la generosidad del rey.” (Ester 2:18) 

c)      Otro ejemplo de altruismo lo vemos en Job. Dejemos que hable por sí mismo, cuando en medio de su desgracia recordaba los tiempos buenos. “Los oídos que me oían me llamaban bienaventurado / Y los ojos que me veían me daban testimonio, / Porque yo libraba al pobre que clamaba, y al huérfano que carecía de ayudador. / La bendición del que se iba a perder venía sobre mí, y al corazón de la viuda yo daba alegría. / Me vestía de justicia, y ella me cubría; Como manto y diadema era mi rectitud. / Yo era ojos al ciego, y pies al cojo. / A los menesterosos era padre, y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia; / Y quebrantaba los colmillos del inicuo, y de sus dientes hacía soltar la presa.” (Job 29:11-17 
 

3.      EL ALTRUISMO EN EL NUEVO TESTAMENTO. 

Lo más común es que el ser humano busque lo suyo, lo que le conviene personalmente y pase por alto los intereses de otros. Somos desde que nacemos, esencialmente individualistas, personalistas, y estamos educados para el egoísmo. Esto sucede porque somos una raza caída.  

Sin embargo Jesucristo nos muestra la actitud ideal del Hombre creado por Dios. Él es el Prototipo, el Primogénito de toda creación y como tal el Modelo de ser humano, no egoísta sino altruista, como se observa en los siguientes pasajes del Evangelio: 

a)      La pesca milagrosa: Jesús predicó desde la barca de Simón. Una vez finalizada su prédica, dijo a Simón que saliera mar adentro y que echara las redes. Ellos no habían pescado nada y las redes estaban lavadas y ya guardadas, pero Simón aceptó la propuesta de Jesús. Echaron las redes y éstas se colmaron de peces, tanto que la barca casi se hundía con el peso de la pesca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. / Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. / Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía.” (San Lucas 5:4-6) Sabemos que posterior a este acto, Jesús los llamó para que fueran pescadores de hombres. 

b)     Alimentación de los cinco mil: El milagro de los peces y los panes a todos nos impactó y aún nos impacta. Los apóstoles le dijeron al caer la tarde que dejara ir a las personas para que buscaran alimento y hospedaje, pero Jesús les indicó que tomaran dos pescados y cinco panes y que les dieran de comer a toda esa cantidad de gente, cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Fue tal la cantidad que sobraron dos cestas llenas de peces y panes. El les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud. / Y eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: Hacedlos sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta. /Así lo hicieron, haciéndolos sentar a todos. / Y tomando los cinco panes y los dos pescados, levantando los ojos al cielo, los bendijo, y los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente. /Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que les sobró, doce cestas de pedazos.” (San Lucas 9:13-17) 

c)      La enseñanza del Buen Samaritano: Así como Él hizo demostraciones de amor, misericordia y generosidad incondicional, también nos enseña por medio de esta parábola para que seamos altruistas.  Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. /Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. /Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. /Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; /y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. /Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese.” (San Lucas 10:30-35) 

d)     El discurso inaugural del ministerio de Jesús. El amor de Dios sembrado en nuestro espíritu no es interesado, no busca lo suyo, sino que es desinteresado en lo personal. Quiere el bien de Dios y el bien del prójimo; desea que se cumpla la voluntad amorosa de Jesucristo, que escuchen las buenas nuevas, que sean sanadas, libertadas e iluminadas con la Verdad del Evangelio:

“El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
/ A predicar el año agradable del Señor.”(San Lucas 4:18,19

 



4.      ¿CÓMO PODEMOS SER ALTRUISTAS? 

a)      Asumiendo una actitud Cristocéntrica. El hombre nuevo no es egocéntrico, su vida no gira en torno a Sí mismo sino en torno a Dios. El hombre y la mujer cristianos son Cristo-céntricos. ¿Qué significa esto? a) Deponer el propio yo y aceptar que Jesús viva en mi; b) Dejar atrás la escala de valores del mundo y optar por los valores del Reino de Dios, los cuales se sustentan sobre la fe en Jesucristo y el amor de Dios; c) Poner en primer lugar a Dios y Su Evangelio, sometiéndome a Cristo como Señor-Dueño de mi vida. 

El discípulo de Jesucristo no busca su propio interés, sino el interés del Reino de Dios. ¿Cuál es este interés? a) Que muchos conozcan a Dios; b) Que el Señor gobierne la vida de nuestras familias, amigos y compañeros; c) Que la Iglesia se fortalezca en fe, paz, amor y esperanza; d) Que los atribulados de la Humanidad sean consolados con el amor de Dios y nuestro servicio: 

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, / el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.” (2 Corintios 1:3,4) 

b)      Reconociendo que todo el poder y la riqueza son de Dios. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.” (1 Crónicas 29:12). Jamás olvidemos que todo proviene de Dios, trabajamos para ganar una remuneración, pero este dinero es la voluntad de Dios que lo ganemos. Es la oportunidad que Él nos da para ganarlo. Es finalmente la posibilidad que tomemos algo para ayudar a otros. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.” (Efesios 4:28 

“6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. / 7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. / 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; / 9 como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. / 10 Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, / 11 para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.” (2 Corintios 9:6-11) 

c)      Activando el dar. Intentar ser altruista no es imitar lo que hace un filántropo, no necesariamente. Intentar ser altruista es activar por ejemplo la abnegación, la generosidad, el desinterés, es decir dar algo a los demás sin esperar nada a cambio, es desprenderse de lo que apreciamos para darlo al prójimo, es ser benevolentes, caritativos, acogedores, hospitalarios y piadosos, no buscar lo nuestro, sin olvidar lo que el Señor Jesucristo nos enseña: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (San Marcos 10:45) 

d)     Ocupándose del prójimo. Los cristianos no deben buscar sus propios intereses; no es propio de los seguidores de Jesús ser indiferentes al dolor y a las necesidades del prójimo, esconder la cabeza frente a las injusticias y no tener misericordia de los que sufren. Son discípulos de Jesús los que tienen como prioridad en sus vidas:

a) El servicio al prójimo (samaritanado);

b) el amor por la gente (filantropía);

c) la ayuda al que necesita apoyo material, psicológico o espiritual (bondad);

d) el consuelo al que sufre (compasión o misericordia);

e) el dar con disfrute (disposición); y

g) el hacer buenas obras por generosidad (altruismo). 

En conclusión, el verdadero amor, nacido de lo alto, de Dios, implantado por el Espíritu Santo en nuestro espíritu, no busca lo suyo, no es egoísta, no es interesado ni busca su propio interés. Hoy día se conoce como ALTRUISMO, término contrario del egoísmo. ALTRUISMO es la “diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.” (RAE). Es lo que Jesús espera de nosotros, sus discípulos: 

“5 A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, / 6 sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. / 7 Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. / 8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.” (San Mateo 10:5-8) 

Oremos pidiendo perdón a Jesús si no hemos sido altruistas y roguemos al Espíritu Santo para que nos llene de amor misericordioso y generoso con nuestros semejantes.
 
 
 

No hay comentarios.: