lunes, abril 23, 2007

DIOS ES LA FUENTE DE TODA AUTORIDAD




EL PRINCIPIO DE AUTORIDAD EN EL REINO DE DIOS
II PARTE

Lectura bíblica: Hechos 5:32



Propósitos de la charla: Comprender que a) Dios es la fuente de toda autoridad y b) que Él nos ha delegado Su autoridad en el Espíritu Santo.


Puesto que Dios es el Creador, de Él emana toda autoridad; es el poder y gobierno supremo sobre todas las cosas. Nada puede ocurrir sin que Jehová lo sepa y permita que eso ocurra. Él es Soberano. No siempre sabemos por qué algunas cosas ocurren, pero Dios si lo sabe y tiene un propósito para todo. Dios creó el mundo solamente con dar la orden para su existencia, no tiene limitación de poder. Él conoce todas las cosas y está siempre presente. Dice el profeta: "Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos" (Isaías 55:9)

UN RÍO BAJO EL TRONO.
"Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero" (Apocalipsis 22:1)

El apóstol San Juan, para algunos Juan el Teólogo, contempló el poder y la autoridad de Dios. Cuenta en el libro de Revelación que él vio el trono de Dios y del Cordero. El trono es símbolo de gobierno y completo dominio; los reyes se sentaban en un trono de oro y piedras preciosas, artísticamente tallado con figuras que hablaban de ese poder. El trono estaba siempre puesto en un lugar más alto, para que la figura del gobernante fuese vista de todos y su mirada estuviera por sobre los súbditos. Aún hoy día, en que no es la monarquía el tipo de gobierno más frecuente, el "sillón presidencial" inspira respeto porque es un lugar de autoridad. El asiento ha sido utilizado por siglos como símbolo de autoridad o preponderancia: el trono, la silla del dueño de casa, el lugar del invitado principal, el estrado del juez. Hay un lenguaje en protocolo y ceremoniales, a través de ello se quiere expresar cuan importante es esa persona. La Persona de Cristo, imagen visible del Dios Invisible, se destaca sobre Su trono. Cuando Él juzgue a los seres humanos lo hará en su gran trono blanco.

Bajo el trono de Dios, San Juan vio un río con características singulares:
Limpio. Es un río santo, sin pecado, sin suciedad. El río es otro elemento siempre presente en las más antiguas tradiciones sagradas. Así tenemos el río Nilo en Egipto, el río Ganges. que para los hindúes nace en el cielo, o el Vilcabamba de los Incas. Tal vez porque en torno al río se establece la vida sedentaria, surge la agricultura y prosperan las ciudades, se asocia el río a un fluir de vida que viene de Dios. Este es el verdadero río sagrado y nace limpio, inmaculado, en el mismo trono de Dios.

Agua de vida. El líquido de este río da una vida mejor que la de los otros ríos naturales, pues este es un río sobrenatural. Tiene la particularidad de dar vida al que bebe de sus aguas. ¿Has bebido tú de este río?

Resplandeciente como el cristal. Es un río de aguas transparentes, en él no existe nada oscuro, es todo luz y claridad. No es un río que asuste con sus profundidades lóbregas sino que resplandece y hasta ilumina al que se acerca a él. Indudablemente es el río de Dios.

Sale del trono de Dios y del Cordero. Este río de santidad, vida y luz, se origina en la autoridad de Dios y Cristo, no es un río humano, es el río del Espíritu Santo que fluye del trono Divino. Sólo por medio del ejercicio de la autoridad Divina puede disfrutarse del Espíritu de Dios.

EL RÍO DEL ESPÍRITU.
De lo anterior podemos inferir que de la aceptación de la autoridad Divina sobre nuestra vida fluye el Espíritu Santo. Por eso la Palabra asegura que el Espíritu Santo es dado a quienes le obedecen (Hechos 5:32) La obediencia mencionada aquí es simplemente la fe en Cristo en los que obedecen al Evangelio. Cristo promete que "de su interior correrán ríos de agua viva" al que cree en El. Luego, explica que los "ríos" se refieren al Espíritu Santo (San Juan 7:38-39)

Mucho valoramos al Espíritu Santo, porque también es Dios, tercera Persona de la Trinidad. Es Dios en nosotros, Emanuel viviente en nuestro corazón. Y es así porque usted ha creído en Jesucristo y ha obedecido a Su llamado. Si así no fuera, usted no tendría el Espíritu de Dios. No nos confundamos: todos los seres humanos tienen espíritu pero no todos tienen al Espíritu de Cristo morando dentro de ellos. Recuerde: este Espíritu es dado a los que han obedecido a Su llamado. No que si usted desobedece a Dios, el Espíritu Santo le será quitado, no hay tal cosa. El Espíritu Santo podrá entristecerse pero no se irá de usted. No es Dios una Persona veleidosa, cambiante, sino que eterna y Su promesa permanece.

Como la salvación, el Espíritu Santo no se puede perder, es Imperdible. Dios es fiel a Su promesa. Si usted tiene Su Espíritu, querrá hacer siempre lo mejor para Dios; muchas veces fallará, como fracasa un hijo en su intento por agradar a los padres, mas por eso no es quitado de la libreta de familia. Tenga confianza en Dios y Su Promesa. El Espíritu Santo ha sido llamado también "la promesa del Padre". Esa maravillosa promesa es disfrutada por todo cristiano desde el día que creyó en Jesús. Mucho se ha hablado y escrito sobre el "bautismo del Espíritu Santo", lo cual es una experiencia real, pero no constituyamos ello como clave de salvación. La única clave para nuestra salvación eterna es la fe en Cristo crucificado. Cuando creemos en Él recibimos Su Espíritu Santo en plenitud.

En definitiva ¿qué nos quiere enseñar este pasaje de Apocalipsis? "Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero"

a) Del trono de Dios fluye Su Espíritu. De Su autoridad emana ese Espíritu Santo que es Él mismo. Esa autoridad la llevamos dentro y necesitamos saber administrarla. Cuando oramos por otros, cuando rogamos por los enfermos, cuando hablamos a la gente, cuando escuchamos y aconsejamos, cuando discipulamos, cuando servimos, en fin cuando ejercemos nuestra fe, estamos haciendo uso de la autoridad Divina. Como no es nuestra autoridad sino una autoridad delegada, debemos ejercerla con humildad y amor.

b) Ese Espíritu es un río limpio. El Espíritu que necesita fluir de nuestras acciones ha de ser limpio: pensamientos puros, palabras rectas y directas, no falsedades, acciones motivadas en buenos sentimientos.

c) Ese Espíritu es un río de agua de vida. Estamos para transmitir vida a otros, ánimo, entusiasmo, optimismo, fe; no estamos para entregar desánimo, desesperación, pesimismo ni depresión. Somos llamados por Dios a fluir su río de agua de vida.

d) Ese Espíritu es un río resplandeciente como el cristal. Que nuestra vida de fe tenga el resplandor, lo cristalino, el sonido prístino del cristal, será una buena cosa para el reino de Dios. La única forma en que Dios podrá transmitir Su autoridad por medio nuestro, es permitiendo que fluya Cristo en nosotros de un modo cristalino.

e) El Espíritu Santo es la autoridad de Dios en nosotros. Si tienes el Espíritu Santo tienes autoridad. Tu autoridad no reside en tu inteligencia, en tu capacidad, en tu santidad, en tu palabra, en tu personalidad o carácter; tu autoridad reside en el Cristo que habita en ti. Si en el nombre de ese Cristo, empiezas a orar, a evangelizar, a testificar, a servir, a amar, a discipular, etc. estarás usando la autoridad que Él ha transmitido a todo cristiano directamente desde Su trono. Esa misma autoridad te señala también que debes someterte a las autoridades seculares y eclesiales. No necesitas esperar tener responsabilidades en la Iglesia para comenzar a ejercer esta autoridad básica que Dios te ha dado para amar en Su nombre.

PARA REFLEXIONAR:
1) ¿Estoy ejerciendo la autoridad del Espíritu Santo en la oración?
2) ¿Qué transmito en mi conversación?
3) ¿Estoy sirviendo a mi prójimo con humildad y amor?
4) ¿Son rectos y puros los sentimientos que motivan mis acciones?
5) ¿Fluye Cristo en mi vida?

BIBLIOGRAFÍA.
1) Apuntes del ministerio a los líderes de la Comunidad Ecuménica Renovación de la Iglesia, obrero David Soto Godoy, 1981.
2) Walter Thomas Conner, "Doctrina Cristiana"; Casa Bautista de Publicaciones, USA, 1962.
3) "El Espiritu Santo Morando En Nosotros"; pastor Ron Crisp; Iglesia Bautista Independence, Kentucky, USA; http://www.firstbaptistchurchindependence.org/hs.chapter12.spanish.html
4) http://www.thirdmill.org/files/spanish/8429~7_24_01_10-39-53_PM~people07.htm

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