domingo, agosto 16, 2020

EL PUEBLO QUE ANDABA EN TINIEBLAS VERÁ GRAN LUZ

 ISAÍAS, EL PROFETA MESIÁNICO

CAPÍTULO 9

Mt 4,12-23). LA BUENA NOTICIA DEL REINO – En la Escuela de las ...

                                                                                                                       © Pastor Iván Tapia

“1 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. / 2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.” (Isaías 9:1,2) 

La nación de Dios se encuentra en angustia, mas el Señor le da una esperanza enorme en esta profecía. “No habrá siempre oscuridad” le dice, pues estar angustiado, triste, desesperado, es para el alma como andar a ciegas, sin ver. La esperanza es luz y Dios siempre nos ilumina con Sus promesas ciertas. 

Zabulón y Neftalí eran dos tribus de Israel que ocupaban el territorio cercano al Mar de Galilea, al norte del territorio nacional, por tanto las que estaban en mayor peligro para una invasión asiria. Serían las primeras en ser atacadas y caer bajo el poder enemigo. Por otro lado, estas tribus se encontraban más cerca de naciones no judías y tenían habitantes gentiles entre ellas. Por eso el profeta la llama “Galilea de los gentiles”. 

Una hermosa promesa hace Dios a Su pueblo cuando dice por boca de Isaías: “al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.” Esa gloria que iluminará Galilea será la gloria del Mesías, el Ungido de Jehová prometido por las Escrituras. ¿Acaso no fue Jesús quien caminó sobre las aguas del mar de Galilea? Así el pueblo que andaba en tinieblas verá la más grande Luz de la Historia, a Jesucristo, la Luz del Mundo; les resplandecerá la Luz del Amor y la Vida. Un día el Cristo afirmará: “…Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (San Juan 8:12) 

Andar en tinieblas es:

1)      No tener fe, ser un incrédulo y desestimar a Dios; no creer en Su Palabra. La incredulidad es una de las características básicas de quien vive en tinieblas.

2)      Ser orgulloso, rebelde y desobediente a Dios, no querer aceptar Su autoridad.

3)      No tener paz en la conciencia, como producto de los pecados que comete; vivir con culpabilidad y culpando también a otros.

4)      Vivir sumido en el egoísmo, sin amor por otros.

5)      Ignorancia espiritual, no tener esperanza, desconocer las cosas de Dios y del mundo espiritual. 

Al llegar la Luz de Dios, que es Cristo, se iluminarán las tinieblas con Su Amor y la Vida que Él traerá a las almas muertas en pecados.


(Fragmento del Capítulo 9 de "Isaías, el Profeta Mesiánico", Un Niño nos es nacido)

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