domingo, agosto 06, 2017

LA INTOLERANCIA RELIGIOSA.


 
Lapidación de Esteban con el consentimiento de Saulo de Tarso
 
 
 
 
NEUMATOLOGÍA
LECCIÓN 10
© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. / 3 Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.” (San Juan 16:2,3) 

Idea central: Perfil de los intolerantes religiosos. 

Objetivos: a) Comprender que la intolerancia religiosa es producto de un desconocimiento de la relación entre Jesucristo y el Espíritu Santo; b) Identificar el perfil de los intolerantes; c) Examinar en sí mismo y corregir rasgos religiosos intolerantes. 

Resumen: El desconocimiento de la relación entre Jesucristo y el Espíritu Santo puede conducir al enjuiciamiento de personas e instituciones espirituales, desconociendo la acción Divina en ellas. Esta intolerancia religiosa fue advertida por Jesucristo a Sus apóstoles y debe ser también una advertencia para nosotros. 

H

ay obras que no son posibles sin el Espíritu Santo, como el arrepentimiento, la salvación, ser hechos miembros del Cuerpo de Cristo, la proclamación del Evangelio, el poder de Jesús, la manifestación del poder de Cristo en nosotros; nuestra resurrección; la concepción de Jesús; los profetas y los jueces del Antiguo Testamento; la inspiración e interpretación de la Biblia. Por tanto no deberíamos ser indiferentes al Espíritu Santo. Sin embargo en la actualidad se dan algunas formas de indiferencia al Espíritu. Una de las causas es el desconocimiento de la relación entre Jesús y el Espíritu Santo.
 
Hay un gran problema en la Iglesia que es la intolerancia. Tan fuerte como la guerra religiosa contra otras formas de creencia en el mundo, es la permanente guerra dentro de la Cristiandad contra todos los que piensen distinto a nuestra postura teológica. A veces parecen ser más fuertes las ideas que nos separan que el amor y la Persona de Jesucristo. ¿Acaso no debería unirnos el amor del Señor y nosotros deponer nuestras diferencias para aceptarnos en la diversidad? No toleramos una ligera diferencia, a veces nos molestamos por una pequeña palabra o rechazamos cierta costumbre y criticamos, atacamos, nos separamos y dividimos el Cuerpo de Cristo en la Tierra.  

La intolerancia religiosa es un cáncer en el mundo y particularmente en la Iglesia. No existe la Iglesia perfecta, sino la que está avanzando en un camino de perfección. Jesús ha dejado para el cumplimiento de esa tarea al Espíritu Santo, el cual trabaja en cada creyente por su santificación. Dios produce en cada cristiano salvación, sanación, renovación y transformación. Hay una íntima relación entre Jesucristo y el Espíritu Santo. Desconocer el trabajo que el Espíritu hace en otros creyentes es desconocer la obra de Dios. 

¿Cómo actúan los intolerantes religiosos? 

1.      Expulsan a otros creyentes.
“Os expulsarán de las sinagogas” 

Jesucristo profetizó a Sus discípulos que ellos no serían aceptados por sus mismos compatriotas y hermanos en la fe de Jehová, que serían un día expulsados de las sinagogas. La primera vez que los apóstoles, ya constituidos como Iglesia, son perseguidos fue en Jerusalén: “1 Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los saduceos, / 2 resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. / 3 Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde. / 4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de los varones era como cinco mil. / 5 Aconteció al día siguiente, que se reunieron en Jerusalén los gobernantes, los ancianos y los escribas, / 6 y el sumo sacerdote Anás, y Caifás y Juan y Alejandro, y todos los que eran de la familia de los sumos sacerdotes; / 7 y poniéndoles en medio, les preguntaron: ¿Con qué potestad, o en qué nombre, habéis hecho vosotros esto?” (Hechos 4:1-7). Pero Dios no permitió que se detuviera la predicación de Su Evangelio: “17 Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; / 18 y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. / 19 Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: / 20 Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.” (Hechos 5:17-20). Saulo de Tarso, que luego se convertiría en apóstol de Jesús, perseguía a los cristianos: “1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, / 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.” (Hechos 9:1,2). El mismo testifica de esto: “9 Yo ciertamente había creído mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret; / 10 lo cual también hice en Jerusalén. Yo encerré en cárceles a muchos de los santos, habiendo recibido poderes de los principales sacerdotes; y cuando los mataron, yo di mi voto. / 11 Y muchas veces, castigándolos en todas las sinagogas, los forcé a blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extranjeras.” (Hechos 26:9-11) 

Los predicadores de esta nueva fe que era el Evangelio de Jesús, eran rechazados y expulsados de las sinagogas judías porque para ellos eran: a) Unos mentirosos, farsantes y engañadores; b) Blasfemos que trastocaban la fe judía, considerando a Jesús como Dios; y c) Una secta de herejes que practicaban un culto extraño. 

Una de las causas de la indiferencia al Espíritu Santo es desconocer la relación que hay entre Jesús y el Espíritu Santo. El Señor dejo al Paráclito o Parakletos (del griego parákleton, “aquél que es invocado”) como Su reemplazante y representante. Ambos, el Hijo y el Espíritu actúan en forma coordinada y en acuerdo; por tanto rechazar al Espíritu es rechazar a Jesucristo.  

¿Puedo ser expulsado de la Iglesia? 1) Si soy expulsado de la Iglesia por “pecador” significa que esa Iglesia desconoce el consejo de Jesús: “15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. / 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. / 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.” (San Mateo 18:15-17). Nadie puede ser expulsado, aunque sí se le puede considerar un inconverso y tendrá que ser tratado como tal. 2) Si soy expulsado de la Iglesia injustamente, por una calumnia fraguada contra mí, esa comunidad está pecando contra el Espíritu Santo ya que no reconoce en mí Su presencia. 

¿Puedo expulsar a alguien de la Iglesia? Queda claro, por las respuestas anteriores, que tal cosa no debe hacerse, ya que la Iglesia debe dar ejemplo de tolerancia, comprensión, perdón, humildad, en fin amor. 

  1. Asesinan a otros creyentes.
“y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate” 

Llegará un tiempo, les advirtió el Maestro, en que les asesinarán. Tal cosa se inició con Esteban, el primer mártir cristiano. Él era uno de los varones escogidos para atender a las mesas, es decir un diácono: “2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. / 3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. / 4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. / 5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; / 6 a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.” (Hechos 6:2-6). El relato de Lucas describe a Esteban como un hombre lleno de fe y del Espíritu Santo, lo cual queda en evidencia en su lapidación. Fue condenado a muerte en base a mentiras urdidas en su contra: “8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. / 9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban. / 10 Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba. / 11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios. / 12 Y soliviantaron al pueblo, a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al concilio. / 13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; / 14 pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés.” (Hechos 6:8-14). Si analizamos la conducta de estos perseguidores nos damos cuenta que les movió la envidia, la venganza, el fanatismo religioso y el miedo a que su religión y costumbres fueran cuestionadas y cambiadas. 

El segundo mártir de la Iglesia fue Jacobo: “1 En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. / 2 Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan.  / 3 Y viendo que esto había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro.” (Hechos 12:1-3). Este Jacobo es uno de los Doce, hermano del apóstol Juan e hijo de Zebedeo, llamado también Santiago el Mayor para diferenciarlo de Santiago hijo de Alfeo. Jesús ya le había profetizado sobre su muerte: “35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se le acercaron, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. / 36 El les dijo: ¿Qué queréis que os haga? / 37 Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. / 38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? / 39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados” (San Marcos 10:35-39) 

Posteriormente, en el año 64 DC, durante la cruel persecución del emperador Nerón, fueron martirizados muchos cristianos, acusados del incendio de Roma. No fue la única persecución del Imperio Romano contra el Cristianismo. La Historia registra diez, las de: 1) Nerón (64-68 DC), 2) Domiciano (81-96 DC), 3) Trajano (109-111 DC), 4) Marco Aurelio (161-180 DC), 5) Septimio Severo (202-210 DC), 6) Maximiano (235 DC), 7) Decio (250-251 DC), 8) Valeriano (256-259 DC), 9) Dioclesiano (303-313 DC), y 10) Juliano (360-363). Numerosos cristianos ilustres murieron bajo esta perversa persecución de siglos, hasta que el cristianismo fue respetado como religión y en el año 380 fue declarado religión exclusiva del Imperio por el emperador Teodosio. Pero a través del tiempo no han faltado persecuciones a la fe cristiana, hasta el día de hoy. 

Se asesina cristianos por intolerancia religiosa y por temor al avance de una fe distinta. Casi siempre la persecución proviene de otra religión, aunque a veces también es por filosofía política. Hay distintos grados de intensidad de la persecución: 1) amenazas; 2) pago de impuesto suplementario; 3) confiscación de bienes; 4) destrucción de propiedades; 5) incitación a abjurar de la fe; 6) incitación a delatar a otros cristianos; 7) arresto sin garantías; 8) disminución de derechos públicos; 9) encarcelamiento; 10) azotamiento y tortura; 11) ejecución o martirio. 

¿Puedo ser asesinado por causa de mi fe cristiana? Claro que sí, pero también ese asesinato puede ser psicológico y no necesariamente físico. Cuando se hace mofa de nuestra fe, cuando se nos calumnia y denigra, cuando se nos rechaza y aísla del medio, estamos siendo martirizados en lo emocional y psicológico, causándonos gran daño.  

El cristiano debe estar preparado contra la persecución de las tinieblas, con la virtud de “fortaleza” que es la que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien, nos permite vencer el temor y hacer frente a las pruebas y persecuciones. Jesucristo es ejemplo de fortaleza: “33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (San Juan 16:33) 

¿Puedo matar a alguien por causa de su fe? Lamentablemente sí. De tal cosa debemos tener cuidado, nosotros que estamos tan convencidos de estar en la Verdad. Recordemos que todos los creyentes, sean de la religión o secta que sean, piensan que están en la verdadera fe. ¿Y quién puede asegurarnos esto? Seamos más humildes y callemos confiando en la misericordia del Señor: “3 Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.” (Romanos 12:3) 

  1. Matan como servicio a Dios.
“y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.”

Los judíos anti-cristianos estaban convencidos de que servían a Dios al perseguir y lapidar a los que ellos consideraban enemigos de su fe en Jehová. En el Antiguo Testamento se validaba el matar a los impíos en pro de la conquista de la Tierra Prometida. Dios permitió tales matanzas para dar a Su pueblo escogido un lugar geográfico, una patria, más todo ello cambió en el Nuevo Testamento. Todo lo sucedido antes del advenimiento de Jesucristo es tan sólo una sombra del Nuevo Pacto: “1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.” (Hebreos 10:1) 

En el Nuevo Testamento la guerra no es contra personas sino contra las tinieblas; en el Nuevo Pacto a nadie se da muerte pues ya Jesucristo murió por todos; en este nuevo régimen buscamos recibir y dar vida, jamás muerte. Nadie puede servir a Dios dando muerte a otro semejante. Dios promueve el amor, la misericordia, la compasión y no el odio ni la venganza. Jesús dijo: “10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (San Juan 10:10) y “27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (San Juan 14:27) 

Lamentablemente los cristianos a veces en la Historia hemos olvidado este principio de paz y vida, y hemos muerto a los que piensan en forma diferente, como sucedió durante las Cruzadas. Estas duraron casi dos siglos, entre los años 1096 y 1291. Consistió en campañas de guerra contra los musulmanes. Volvió a repetirse algo así en el tiempo de la Reforma, cuando una organización católica como la Santa Inquisición persiguió, torturó y asesino a miles de protestantes. También hubo persecución y matanza de católicos en esa época, por parte de Enrique VIII y el gobierno de Inglaterra. Hoy día se persigue a los cristianos en Corea del Norte, Somalia, Afganistán, Pakistán, Sudán, Siria, Irak, Irán y Eritrea, entre otros. La Humanidad religiosa aún no ha aprendido la tolerancia.  

¿Cuándo olvidamos estas enseñanzas del Espíritu Santo?: “8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.” (1 Timoteo 2:8) y “17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. / 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. / 19 No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. / 20 Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. / 21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” (Romanos 12:17-21) 

¿Es un servicio a Dios ser asesinado por mi fe cristiana? Para el que mata, sea física o espiritualmente, es un gran pecado del cual tendrá que dar cuentas al Señor. Para el que es muerto es un martirio, un testimonio de fe en Dios, si no reniega de ella. Esteban murió perdonando a sus persecutores, como Jesús: “60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.” (Hechos 7:60 

¿Sirvo a Dios si mato a alguien por causa de mi fe cristiana? Jamás matar a alguien por causa de fe, será un servicio a Dios. El mandamiento es claro: “No matarás” (Éxodo 20:13) Y en el Nuevo Testamento ratifica: “17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.” (San Juan 15:17) 

  1. No conocen el corazón de Dios.
“Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí.”  

Quien conoce al Padre sabe que Él es amor. Quien conoce al Hijo sabe que el Hijo de Dios es misericordioso y actúa en la Gracia. Quien conoce el Espíritu Santo sabe que es un Espíritu de amor, consolación, perdón, reconciliación, y no de odio ni muerte.  Expulsar de las iglesias u otros templos, asesinar por causa de la religión, matar equivocadamente como si fuera un servicio a Dios es un total contrasentido, es desconocer totalmente el pensamiento y el corazón del Señor misericordioso. 

¿Actúan como conocedores de Dios los que hoy matan en nombre de la fe? Evidentemente no conocen a Dios, creen conocerlo pero desconocen la naturaleza íntima del corazón del Señor: “8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8) Matar en nombre de la fe cristiana es la más grande aberración ya que todo el mensaje de Dios por medio de Jesucristo y Su Evangelio es un mensaje de amor, misericordia y reconciliación. Quienes matan físicamente a otro por su fe, lo torturan o denigran, le hacen guerra psicológica o desprestigian, quienes matan la imagen de un hermano, prójimo o semejante, desconocen el sentir de Dios, no lo conocen y pecan contra el amor. 

¿Actúo como conocedor de Dios si hoy mato en nombre de la fe? Un verdadero discípulo de Jesús nunca hará tal cosa. Como Jesús, estamos para dar vida y no muerte; estamos para perdonar y no juzgar ni culpar; estamos para mostrar y demostrar el amor de Dios y no el odio del diablo; estamos para ser luz y no tinieblas. 

CONCLUSIÓN.
La intolerancia religiosa es producto de un desconocimiento de la relación entre Jesucristo y el Espíritu Santo. Los intolerantes religiosos tienen este perfil: 1) Expulsan a otros creyentes; 2) Asesinan a otros creyentes; 3) Matan como servicio a Dios; y 4) No conocen el corazón de Dios.
 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Es bíblico expulsar a alguien de la Iglesia? (Ver San Mateo 18:15-17)
2)      ¿Es pecado contra el Espíritu Santo calumniar a un hermano?
3)      ¿Puede un cristiano matar a alguien por causa de fe?
4)      ¿Ha oído usted algo acerca de estos hombres: Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Severo, Maximiano, Decio, Valeriano, Dioclesiano, Juliano?
5)      ¿Actúan como conocedores de Dios los que hoy matan en nombre de la fe?
6)      ¿Cuál es la naturaleza íntima del corazón del Señor? (Ver 1 Juan 4:8)
7)      ¿Cómo podemos reconocer a un intolerante religioso?
8)      ¿Actúo como conocedor de Dios si hoy mato física o psicológicamente en nombre de la fe?
9)      ¿Qué obras no son posibles sin el Espíritu Santo?
10)  ¿Quién puede asegurar que su fe es la verdadera fe?
11)  ¿Quiénes fueron los primeros mártires de la Iglesia?
12)  ¿Se puede servir a Dios matando por causa de la fe?
13)  ¿Cómo se relacionan estos textos: Éxodo 20:13 y Juan 15:17?
 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         Apuntes de clases de Neumatología del profesor Rvdo. David King, Seminario Teológico De La Gracia, Chile, noviembre de 2008.

·         Howard F. Vos (1960) “Breve Historia de la Iglesia Cristiana” Chicago, Illinois: Editorial Portavoz

 

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