domingo, abril 17, 2016

LA VERDAD ESTÁ EN JESÚS.


OASIS V
TEMA 13
LAS VIRTUDES DE JESÚS

© Pastor Iván Tapia Contardo

Lectura bíblica: “5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, / 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo. / 7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.” (1 Timoteo 2:5-7) 

Idea central: Vivir la virtud de la veracidad. 

Propósitos de la lección: a) Comprender, valorar y practicar la virtud de veracidad de Jesucristo, evitando toda mentira y engaño; b) Comprender por qué Jesús no mentía e imitarle; c) Aprender a no adular ni ser falsos, huyendo de toda hipocresía; d) Aprender de Jesús a no esconder la Verdad, proclamando Su Evangelio. 

Resumen: La veracidad es una virtud que todo cristiano debe desarrollar en su vida. No se trata solamente de “no mentir” como cumpliendo un mandamiento por legalismo, sino de ser sincero, no hipócrita, verdadero con el prójimo, por amor a Dios, los demás y a sí mismo. La veracidad implica valentía, no ser un adulador de los demás ni ostentar un amor fingido. Por otro lado, la veracidad me compromete con la Verdad, que es Cristo, la cual debo proclamar en toda circunstancia.
 

O

tra de las virtudes del maestro Jesús es la “verdad”. Él mismo se autodefine como la Verdad, cuando dice: Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (San Juan 14:6). El Hijo de Dios es la Verdad encarnada, por tanto está capacitado para darla a conocer y por medio de ella liberar a Sus seguidores: y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.” (San Juan 8:32) 

El evangelista anota: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (San Juan 1:14). Jesús era pleno de la gracia de Dios y de Su verdad, siendo superior a la Ley escrita, pues es una Persona Divina. 

Como personificación de la Verdad eterna y Hombre lleno del Espíritu, en Jesús la verdad es una virtud que todos deberíamos practicar.  

¿Cómo se expresa la virtud de la verdad en Jesús? 

    1. Jesús no mentía.
A Dios no le agrada la mentira. De hecho uno de los 10 mandamientos dice: “16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.” (Éxodo 20:16) El Señor ordena: De palabra de mentira te alejarás, y no matarás al inocente y justo; porque yo no justificaré al impío.” (Éxodo 23:7) La mentira y el engaño son abominables al Señor. El salmista escribe: No habitará dentro de mi casa el que hace fraude; El que habla mentiras no se afirmará delante de mis ojos.” (Salmos 101:7) 

Consecuente con la voluntad del Padre, Jesús siempre fue verdadero: “21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; / 22 el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca” (1Pedro 2:21,22)  

Él sólo decía la verdad y lo afirma cuando dice: “Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.” (San Juan 8:40) 

Como vino a un mundo de mentiras, engaños y fraudes, no podían creer que Él hablase verdad: “Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.” (San Juan 8:45) 

Nadie podía reprenderle pues no pecó; sin embargo no le creyeron: “¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?” (San Juan 8:46 

Siempre les declaró la verdad a Sus discípulos, pero ellos no siempre le comprendieron, como cuando les habló de Su muerte y de Su resurrección. Como no entendieron Sus palabras, fácilmente las olvidaron: “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.” (San Juan 16:7) 

Jesús no mentía porque:

1)      Es Dios y como tal siempre es verdadero.

2)      No tenía temor de la opinión o reacción de la gente.

3)      Su misión era decir la verdad. 

Como seguidores de Jesucristo y llevando el nombre de “cristianos”, debemos ser Sus imitadores y actuar como Él, no ser mentirosos sino veraces, sinceros.  

    1. Jesús no adulaba.
Jesús no decía a la gente lo que quería oír sino lo que necesitaba oír. Él tampoco tenía miedo de nadie ni miraba su apariencia, porque conocía el corazón de los hombres. Así lo revelan estos textos: 

“Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.” (San Mateo 22:16) 

“Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?” (San Mateo 12:14 

Jesús no adulaba ni discriminaba a las personas; a todos les daba a conocer Su enseñanza: “Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de persona, sino que enseñas el camino de Dios con verdad.” (San Lucas 20:21) 

Él mismo declaró que su juicio sobre las personas y situaciones no era falso: “Y si yo juzgo, mi juicio es verdadero; porque no soy yo solo, sino yo y el que me envió, el Padre.” (San Juan 8:16 

No tuvo temor de los judíos cuando les dijo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. ” (San Juan 8:44) Jesús era capaz de decir con toda valentía lo que pensaba de las personas. Lo hacía saber directamente y no a través de otros, como muchas veces procedemos. Tampoco cubría Sus palabras con halagos, como solemos enmascarar nuestras relaciones con el prójimo, sino que era verdadero. 

Jesús no adulaba porque:

1)      Su misión no era diplomática, no necesitaba establecer paz en la Tierra sino confrontar a las personas consigo mismo y con la Verdad del Evangelio. Por eso dijo: No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.” (San Mateo 10:34)

2)      Necesitaba transmitir con toda claridad Su mensaje.

3)      No vino a pedirnos un favor sino a indicarnos el camino de salvación. Adular es alabar de forma exagerada y generalmente interesada a una persona para conseguir un favor o ganar su voluntad.

4)      Detesta la hipocresía. 

Si somos Sus seguidores e imitadores, debemos aprender de Él y Su modo de actuar con el prójimo. Es necesario que dejemos halagos e hipocresías y seamos veraces.

    1. Jesús no escondía la Verdad.
La predicación de la verdadera palabra de Dios trajo consecuencias muy graves para el Señor. ¿Qué estamos predicando? 

Dice la Biblia que, si bien es cierto, Moisés hizo una gran obra al dar a conocer la Ley de Dios; Jesucristo hizo obra mayor al poner en movimiento la Gracia del Padre, es decir Su misericordia, su amor gratuito por el ser humano: “Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” (San Juan 1:17) 

Jesucristo mismo es la Verdad encarnada. Juan el Bautista dio testimonio de Él: “Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad.” (San Juan 5:33) Jesús podía dar testimonio de sí mismo, pero no le creían porque carecían de Su conocimiento: “Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo, ni a dónde voy.” (San Juan 8:14) 

El caso de los discípulos de Jesús era diferente, ya que ellos conocían de cerca a su Maestro, compartían con Su Espíritu y luego podrían recibirlo en su interior: “el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.” (San Juan 14:17) 

Después sería el propio Espíritu Santo el que daría testimonio de Cristo y estaría dentro de Sus discípulos. Si somos discípulos de Jesucristo, el Espíritu Santo en nosotros da testimonio de Él: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (San Mateo 15:26) 

Este Consolador es el Espíritu Santo, el mismo Espíritu de Dios que sólo habla y transmite Verdad. Da a conocer lo que oye del Padre y de Cristo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.” (San Juan 16:13) 

En una de Sus últimas oraciones en esta Tierra, Jesús rogó para que Sus seguidores fueran santificados, es decir limpiados y apartados, en la verdad de Dios: “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” (San Juan 17:17) 

Al entregarse Jesucristo al martirio de la cruz, se consagraba a Dios y a la Humanidad caída. De este modo cada seguidor Suyo era santificado en ese acto de amor: “Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.” (San Juan 17:19) La misión de Jesús fue darse a conocer como la Verdad y morir por nosotros. Él transmitió la Verdad en todo momento de Su ministerio. 

No dudó en testificar de Sí mismo ante el gobernador o prefecto de la provincia romana de Judea, declarándole la misión a que fue enviado por Dios: “Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. ” (San Juan 18:37) 

En ningún minuto Jesús escondió la Verdad, siempre la declaró, aunque también aconsejó a veces callar y no malgastar el mensaje del Señor: “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.” (San Mateo 7:6) 

Jesús no escondió la Verdad porque:

1)      Fue enviado por Dios para dar a conocer la Verdad. Era el Mesías, Ungido o Salvador, enviado con la misión de pronunciar y cumplir la Verdad.

2)      Se había cumplido el tiempo para la Humanidad de conocer el Evangelio.

3)      Él mismo es la Verdad y ésta Luz no se puede esconder. 

Como Sus discípulos tenemos el mismo papel: anunciar siempre la Verdad de Jesucristo y Su Evangelio. Nada debe detenernos en este propósito y ha de ser nuestra mayor alegría anunciar la Verdad de Dios, aunque muchos se nos opongan. La misión de Jesús es también nuestra misión. 

CONCLUSIÓN.

La virtud de la verdad o veracidad se expresó en forma perfecta en Jesús, pues: 1) Él no mentía, ya que es Dios mismo y es la Verdad personificada; 2) Él no adulaba, ya que desprecia la falsedad e hipocresía; y 3) Él jamás escondió la Verdad, pues Su misión fue proclamarla en esta Tierra. 

ENSEÑANZA DE VIDA.

Como seguidores de Jesucristo seamos  siempre veraces y sinceros con el prójimo, evitando toda mentira y engaño; no usemos de halagos innecesarios para congraciarnos con los demás y evitemos toda forma de hipocresía. Por último, cumplamos el rol que Dios nos ha asignado: Anunciar el Evangelio de Jesucristo.
 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Se considera una persona sincera?

2)      ¿En qué circunstancias suelen mentir las personas?

3)      ¿Recuerda alguna situación en que se vio obligado/a a mentir? ¿Mentimos los cristianos?

4)      ¿Qué está predicando usted en la actualidad? ¿Qué prédica necesita escuchar hoy día la gente?

5)      ¿Qué significa ser santificado, en dos palabras?

6)      ¿Quién es para usted Jesús y qué virtud admira más en Él?

7)      ¿Por qué se dice que Jesucristo es “la Verdad encarnada”?

8)      ¿Por qué a Dios no le agrada la mentira?

9)      ¿Valora el mundo actual la verdad?

10)  ¿Jesús predicaba lo que la gente quería oír o lo que la gente necesitaba oír? ¿Debemos hacer lo mismo hoy día?

11)  ¿Por qué Jesús no adulaba o halagaba a Sus oyentes?

12)  ¿Ha cambiado, desde los tiempos de Jesús, el carácter del Señor con respecto a la hipocresía y la falsedad? ¿Es ahora más tolerante?

13)  ¿Qué consecuencias trajo a Jesucristo anunciar la Verdad del Evangelio?

14)  ¿Ha sentido la presencia del Señor cuando usted habla de Él?

15)  ¿En qué oportunidades es aconsejable callar y no transmitir la Verdad?

16)  ¿Tiene usted como cristiano/a una misión diferente a la de Jesús?

17)  ¿Qué enseñanza de vida le deja este sermón?
 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

  • Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
  • MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
  • (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
  • Demaray, Donald E. (1996). “Introducción a la Biblia” Estados Unidos, Miami: Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos FLET, Editorial Unilit, 1996.
  • (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
  • "Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
  • "Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
  • W. W. Rand “Diccionario de la Santa Biblia”

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