miércoles, febrero 26, 2014

FE Y SALVACIÓN.


Pastor Iván Tapia Contardo
 
“3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, / 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, / 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. / 6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, / 7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, / 8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; / 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” (1 Pedro 1:3-9)
 

N

ecesitamos salvarnos de la oscuridad en que Satanás ha sumido a los seres humanos. La muerte fue una de las consecuencias de la desobediencia de Adán y Eva, pero gracias al amor de Dios Padre, Jesucristo nos trajo la vida y la posibilidad de salvarnos de la eterna condenación al Infierno. Él puede conducirnos al Cielo, si creemos en Su sacrificio redentor en la cruz. La salvación espiritual y corporal será completa cuando venga Jesucristo. Mientras tanto, en el camino del cristiano, la fe nos guarda para esa salvación. 

·        La “salvación” del alma es lo más importante en la vida. No hay cosa más trascendental que alcanzar la salvación eterna.
·        El ser humano es pecador. El pecado es desobediencia a Dios. Heredamos de Adán genéticamente la tendencia a la rebelión contra el Creador.
·        El pecado nos conduce a la condenación y el infierno.
·        Dios envió a Su Hijo para concedernos la salvación. Nos lanzó un salvavidas.
·        La única forma de ser salvados de esa rebelión y lo que produce, es reconciliarnos con Dios, arrepentirnos de nuestros pecados, pedir perdón a Dios y creer en el medio de salvación que Dios ha provisto: Jesucristo crucificado. 

El apóstol Pedro bendice a Dios por las siguientes razones:

a)      Porque es un Dios misericordioso. “3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia”

b)      Porque nos da una verdadera esperanza. “nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos”

c)      Porque nos deja una herencia. 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” 

Esta herencia tiene las siguientes características:
a)      Incorruptible, no se corrompe como las herencias materiales.
b)      Incontaminada, no se contamina con ningún pecado.
c)      Inmarcesible, no se puede marchitar, siempre está viva.
d)     Reservada en los cielos, se guarda para todo creyente en los cielos. 

La salvación tiene dos dimensiones: 1) La salvación en vida, de nuestro ser espiritual. Somos salvados del poder de las tinieblas cuando entregamos la vida a Jesús; y 2) La salvación futura, salvación plena que incluirá el cuerpo resucitado. Seremos salvados cuando se manifieste Jesucristo, en Su segunda venida. 

Para poder alcanzar esa salvación eterna, la fe cumple un papel crucial. 

¿Cuál es el rol de la fe en nuestra salvación eterna?

  1. La fe nos guarda para salvación.
(1 Pedro 1:5)
Mientras esperamos disfrutar esa herencia celestial Dios nos cuida mediante:

a)      El poder del Espíritu de Dios. “5 que sois guardados por el poder de Dios”

b)      La fe, que es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. 

“para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” La salvación se manifiesta “en el tiempo postrero”. Esto significa el tiempo final. Podemos considerar ese tiempo postrero de tres formas:

a)      El final de este sistema de cosas, cuando Jesucristo vuelva a la tierra, pero ya no como Salvador sino como Rey, para gobernarla por mil años, el “milenio”

b)      El final de los tiempos, cuando la Humanidad se presente ante el gran trono blanco para el juicio final.

c)      El final de nuestra vida, cuando la muerte nos conduzca hacia esa otra realidad que es la eternidad con Dios o la eternidad sin Dios. 

  1. La fe debe ser probada como el oro.
(1 Pedro 1:6,7)
Tal esperanza nos alegra, a pesar de los sufrimientos y circunstancias difíciles que pasamos en la vida. El propósito de estos dolores es que nuestra fe sea sometida a prueba: “6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, / 7 para que sometida a prueba vuestra fe” 

La fe es tan valiosa que se la compara con el oro, es “mucho más preciosa que el oro”. Igual que éste, la fe necesita ser probada. Esto significa que la fe requiere: a) crecer, desarrollarse; b) ponerse en práctica; c) fortalecerse.  

  1. La fe será evaluada y juzgada.
(1 Pedro 1:7b)
Cuando Jesucristo se manifieste a los cristianos en el Tribunal de Cristo, donde todos los creyentes compareceremos, esta bendita fe será evaluada y podrá recibir: a) alabanza, elogios, aprobación; b) gloria, reconocimiento, una posición en el Reino venidero; c) honra, honor, un premio o corona.
 

  1. La fe es la inexplicable convicción de lo que no vemos.
(1 Pedro 1:8)
Esto sucederá “cuando sea manifestado Jesucristo”. Por ahora nuestra relación con Él es así:

a)      Le amamos sin verle, “8 a quien amáis sin haberle visto”

b)      Creemos en Él sin verle, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis”

c)      Nos alegramos profundamente con Él, con “gozo inefable y glorioso”, inexplicable con palabras.
 

  1. La fe tiene el más grande propósito.
(1 Pedro 1:9)
El propósito de la fe es la salvación del alma: 9 obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.”
 

CONCLUSIÓN.
Nada más importante que la salvación eterna. En esta tarea que cada ser humano debe procurar para sí, la fe cumple un rol fundamental., pues: 1) La fe nos guarda para salvación; 2) La fe debe ser probada como el oro; 3) La fe será evaluada y juzgada; 4) La fe es la inexplicable convicción de lo que no vemos; y 5) La fe tiene el más grande propósito, nuestra salvación eterna. 

No importa si temprano o tarde adquirimos esta fe que es un regalo de Dios, una gracia inmerecida del Padre. Lo importante es que antes de marcharnos de este mundo reconozcamos nuestra condición y entreguemos con fe la vida a nuestro Señor Jesucristo, así como lo ha hecho este amigo y hermano que despedimos hoy.
 

Responso pronunciado el miércoles, 26 de febrero de 2014 en el templo de la Iglesia Metodista de Chile, en Valparaíso, en memoria de mi compañero de liceo, amigo y hermano, Sr. Miguel Ángel Sessarego Rivera.  

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