domingo, noviembre 26, 2006

ERES PERSONA






Lectura bíblica: San Juan 8:23,24


Propósitos de la charla: Comprender la doctrina acerca de la Personalidad de Dios.


Aquel memorable día de mi conversión en el sencillo templo de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, en Santiago de Chile, cuando escuché de labios del entonces estudiante de Teología, hoy pastor Josué Muñoz, la palabra que dice "No sólo de pan vive el hombre sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios"; mi corazón, espíritu y mente fueron tocados con una revelación: Dios es una Persona interesada en mi salvación y en mi felicidad. Entonces, ante el altar exclamé "¡Eres Persona!".


Dios es algo más que un concepto, la causa eficaz que explica la creación y la existencia, Dios es algo más que la respuesta a nuestra necesidad de uno que llene la soledad metafísica del ser humano, más que la seguridad para nuestra humana debilidad. Dios es una Persona, la Persona que ha creado la vida, la sustenta y la dirige hacia un propósito muy claro. Dios es la respuesta a todas mis interrogantes y la solución a todas mis necesidades. Es la Persona más importante que hay en mi vida.


Lo curioso es que no necesitamos verle ni tocarle ni escucharle de modo audible para aceptar su Personalidad. Él es tan real como el más cercano de nuestros amigos.


CRISTO PIENSA A DIOS COMO UNA PERSONA
En el Evangelio, Jesús nos presenta a Dios como una maravillosa Persona, un Padre amoroso que cuida a sus hijos con ternura. El amor y la justicia son cualidades de este Dios que Cristo enfatiza. Él mismo vivencia esos atributos: paciencia (es sufrido, sabe soportar), bondad (es benigno, bondadoso), humildad (no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso), delicadeza (no es grosero, injurioso), altruismo (no es egoísta, no busca lo suyo), serenidad (no se enoja, no se irrita), jovialidad (no guarda rencor, no piensa el mal), compasión (no se alegra de la injusticia sino de la verdad) y magnanimidad (todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta). (1 Corintios 13:4-7).


Jesús es expresión de todos los atributos de Dios, como la luz de la vela es la manifestación de la energía de la llama. (Hebreos 1:3)


CONCIENCIA PROPIA.
Se dice que una persona tiene conciencia propia, es decir que posee un claro conocimiento de su existencia, separada de la existencia de otros y del medio en el cual vive. El bebé no discrimina entre sí mismo y su madre; aún no ha formado esa conciencia propia y por tanto no diferencia el yo del no-yo. Recién al año, cuando ha desarrollado mejor sus sentidos y distingue los rostros y voces de sus padres, se inicia este proceso de toma de conciencia. Aquí estamos hablando de la conciencia o consciencia, es decir del estar consciente, no de la conciencia moral que distingue lo bueno de lo malo. La conciencia propia permite que nos veamos a nosotros mismos como personas con cualidades especiales, distintas a los demás. La adolescencia es un período en que se produce un fuerte cuestionamiento del modo de pensar, sentir y actuar de nuestros padres, se confronta la tradición recibida y surge un modo de ser personal a la vida adulta. En esta etapa se establece nuestra personalidad. La conciencia propia es característica de nuestra personalidad. Todo ser humano tiene conciencia propia, salvo aquél que está en "estado vegetal".


De acuerdo a lo anterior ¿podemos decir que Dios tiene personalidad? ¿Es Él un Ser con conciencia propia? Dejemos que la misma Biblia nos lo responda:


"Moisés era pastor del rebaño de Jetró su suegro, sacerdote de Madián. Una vez llevó las ovejas más allá del desierto; y llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. / El ángel de Yahveh se le apareció en forma de llama de fuego, en medio de una zarza. Vio que la zarza estaba ardiendo, pero que la zarza no se consumía./ Dijo, pues, Moisés: "Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza."/ Cuando vio Yahveh que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza, diciendo: "¡Moisés, Moisés!" Él respondió: "Heme aquí."/ Le dijo: "No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada."/ Y añadió: "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob." Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios. / Dijo Yahveh: "Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos./ He bajado para librarle de la mano de los egipcios y para subirle de esta tierra a una tierra buena y espaciosa; a una tierra que mana leche y miel, al país de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los perizitas, de los jivitas y de los jebuseos.Así pues, el clamor de los israelitas ha llegado hasta mí y he visto además la opresión con que los egipcios los oprimen./ Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los israelitas, de Egipto."/ Dijo Moisés a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón y sacar de Egipto a los israelitas?"/ Respondió: "Yo estaré contigo y esta será para ti la señal de que yo te envío: Cuando hayas sacado al pueblo de Egipto daréis culto a Dios en este monte."/ Contestó Moisés a Dios: "Si voy a los israelitas y les digo: "El Dios de los padres de ustedes me ha enviado a vosotros"; cuando me pregunten: "¿Cuál es su nombre?", ¿qué les responderé?"/ Dijo Dios a Moisés: "Yo soy el que soy." Y añadió: "Así dirás a los israelitas: "Yo soy" me ha enviado a vosotros." (Éxodo 3:1-14)


Jehová es un Ser Divino con conciencia propia. Jesucristo, como Hijo y expresión de Dios Padre, también tiene esa conciencia. En ocasiones Jesús usó el "YO SOY", el nombre personal de Dios en el Antiguo Testamento. Lo máximo de todos los nombres para el Señor Jesucristo es el "YO SOY." Esta es la razón por la cual el apóstol Pablo escribió: "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para Gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:9-11). Jesús es el Señor. El nombre que está sobre todos los nombres es "Señor", y este es equivalente a "Jehová" o Yahweh, "YO SOY EL QUE SOY." Claramente dijo "antes que Abraham fuese, yo soy" (San Juan 8;58). Siete veces Jesús clama a ser el gran "YO SOY" (San Juan 4:26; 6:20; 8:24,28,58; 13:19; 18:5). En cada uno de estos contextos "YO SOY" mantiene reforzando la deidad de Jesús. Él está manteniendo su clamor para ser Dios.


Es posible decir "yo soy yo" sólo si tengo conciencia de mí mismo.


DETERMINACIÓN PROPIA.
Otro aspecto de la persona es la determinación propia. Trátase de aquella capacidad de decidir que tiene todo ser humano, aún desde niño. Todos tenemos la capacidad de decidir nuestro destino. La consideramos un derecho, es la libertad de conciencia y de acción inherente a nuestro ser. Se puede negar a alguien la libertad física pero no perderá jamás su determinación propia. Ésta no se encuentra limitada por circunstancias externas ya que forma parte de nuestra persona. San Pablo tenía la firme determinación de evangelizar su mundo, podía estar encarcelado mas decía "la palabra de Dios no está presa" (2 Timoteo 2:9).


Toda persona tiene una voluntad propia, la capacidad de tomar su propio camino. Asimismo Dios, Él por voluntad o determinación propia asumió el riesgo de crear unos seres que fuesen libres de tomar decisiones, si obedecerle a Él o desobedecerle. Creó entonces los espíritus celestes: querubines, serafines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades, principados, arcángeles y ángeles. Lucifer, el querubín, optó por rebelarse y oponerse a Su voluntad. Luego creó en la tierra las plantas y animales, quienes no tienen determinación propia, y al hombre y la mujer, que si la tienen.


INTELIGENCIA.
La inteligencia es otra característica de la personalidad. Es la capacidad de asimilar, guardar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas, cosa que también son capaces de hacer los animales e incluso los ordenadores. Pero el ser humano va más allá, desarrollando una capacidad de iniciar, dirigir y controlar nuestras operaciones mentales y todas las actividades que manejan información. Aprendemos, reconocemos, relacionamos, mantenemos el equilibrio y muchas cosas más sin saber cómo lo hacemos. Pero tenemos además la capacidad de integrar estas actividades mentales y de hacerlas voluntarias, en definitiva de controlarlas, como ocurre con nuestra atención o con el aprendizaje, que deja de ser automático como en los animales para focalizarlo hacia determinados objetivos deseados.


La Biblia habla de inteligencia:
"Hizo, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón, á quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para que supiesen hacer toda la obra del servicio del santuario, todas las cosas que había mandado Jehová." (Exodo 36:1). Aquí está referida a una habilidad artística y artesanal para confeccionar objetos sagrados.


"Guardadlos, pues, y ponedlos por obra: porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia en ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, gente grande es ésta" (Deuteronomio 4:6) La sabiduría y el entendimiento para gobernar la vida de un pueblo. Podríamos hablar de una inteligencia política o para autogobernarse.


"Y díjole Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, mas demandaste para ti inteligencia para oír juicio" (1 Reyes 3:11) La inteligencia es una capacidad para discriminar lo bueno de lo malo y juzgar.


"Hijo mío, está atento á mi sabiduría, Y á mi inteligencia inclina tu oído" (Proverbios 5:1) La inteligencia, como toda capacidad, viene de Dios.


"Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir inteligencia vale más que la plata" (Proverbios 16:16) La inteligencia es atributo de la persona humana pero se debe desarrollar.


"Y á estos cuatro muchachos dióles Dios conocimiento é inteligencia en todas letras y ciencia: mas Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños" (Daniel 1:17) Hay quienes desarrollan su inteligencia en planos más espirituales o sobrenaturales.


"Leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi inteligencia en el misterio de Cristo" (Efesios 3:4) La revelación o la capacidad de recibir un conocimiento superior de parte de Dios, es la máxima inteligencia.


Es evidente que Dios es un Ser inteligente. Uno de los siete dones de Dios es la inteligencia. "Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor" (Isaías 11:2) Por lo tanto tenemos otra evidencia que Él es una Persona.


CONCIENCIA MORAL.
La conciencia de que una acción es buena o mala, mejor o peor que otra, el sentimiento de culpa, el conocimiento y la aceptación de un código de comportamiento social para vivir en armonía con los demás y con la naturaleza, son parte de lo que llamamos conciencia moral.


La palabra moral traduce la expresión latina moralis, que derivaba de mos (en plural mores) y significaba costumbre. Con la palabra moralis, los romanos recogían el sentido griego de êthos, del cual deriva la palabra ética: las costumbres también se alcanzan a partir de una repetición de actos. La palabra moralis tendió a aplicarse a las normas concretas que han de regir las acciones.
La moral es un conjunto de juicios relativos al bien y al mal, destinados a dirigir la conducta de los humanos. Estos juicios se concretan en normas de comportamiento que, adquiridas por cada individuo, regulan sus actos, su práctica diaria. A menudo es un conjunto de preguntas y respuestas sobre qué debemos hacer si queremos vivir una vida humana, es a decir, una vida no con imposiciones sino con libertad y responsabilidad.


La ética, por otro lado, es una reflexión sobre la moral. La ética, como filosofía de la moral, se encuentra en un nivel diferente: se pregunta por qué consideramos válidos unos y no otros comportamientos; compara las pautas morales que tienen diferentes personas o sociedades buscando su fundamento y legitimación; investiga lo qué es específico del comportamiento moral; enuncia principios generales o universales inspiradores de toda conducta; crea teorías que establezcan y justifique aquello por el que merece la pena vivir.


La moral da pautas para la vida cotidiana, la ética es un estudio o reflexión sobre qué origina y justifica estas pautas. Pero las dos, si bien son distinguibles, son complementarias. Es por ello que un autor, reconociendo la vinculación entre teoría y práctica, llama a la ética moral pensada y a la moral, moral vivida.


LA PERSONALIDAD DE DIOS
Conciencia propia, determinación propia, inteligencia y conciencia moral son atributos imprescindibles para que exista una personalidad. Dios tiene todas estas características, por tanto tiene una personalidad. Es una personalidad perfecta. Es necesaria la personalidad de Dios para dar razón de la personalidad del hombre, como creación suya. Dios nos hizo conforme a Su imagen. Si Dios no fuese una persona, entonces las cualidades del ser humano no tendrían explicación.
Toda nuestra relación con Dios, lo que llamamos la vida cristiana, se basa en la firme creencia de que Él tiene personalidad, es una Persona. El pecado es falta contra una Persona; uno se arrepiente por haber ofendido a una Persona; la fe es confianza en una Persona. Si Dios no es Persona, la religión no es más que superstición y pura farsa.


La revelación cristiana se funda en la idea de la Personalidad de Dios. Él no es una idea abstracta sino un Ser, una Persona con autoridad sobre toda la creación y particularmente sobre nuestras vidas. La experiencia de comunión con Dios disipa toda duda acerca de Su Personalidad, la cual es tan cierta como la de cualquiera de nuestros seres queridos. ¡Hemos encontrado a la Persona más importante del universo!



BIBLIOGRAFÍA.
Walter Thomas Conner, "Doctrina Cristiana"; Casa Bautista de Publicaciones, USA, 1962.
http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=138
http://www.abideinchrist.org/selahes/mar19.html

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