MENSAJE DE AÑO NUEVO Nº9
AÑO 2019
© Pastor Iván Tapia
Lectura bíblica: “14
Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el
día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, /
15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra. Y fue así. / 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera
mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en
la noche; hizo también las estrellas. / 17 Y las puso Dios en la expansión de
los cielos para alumbrar sobre la tierra, / 18 y para señorear en el día y en
la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. /
19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.” (Génesis 1:14-19)
Idea central: Nuestras lumbreras espirituales.
Objetivos: a) Identificar las lumbreras espirituales del cristiano; b) Reflexionar en el año nuevo acerca del
progreso y las dificultades de nuestro Camino de fe; c) Comprender y reconocer la importancia de las
lumbreras Cristo-Iglesia-santos en la vida cristiana; d) Planificar los días
venideros en términos generales, atendiendo a la misión encargada por Dios a
cada uno; y e) Valorar el papel de la voluntad y Palabra de Dios es nuestras
vidas.
Resumen: Así como Dios puso en Su
creación lumbreras en los cielos para iluminar y guiar a los seres humanos en
su vida sobre la Tierra, también puso unas lumbreras para orientar nuestra vida
de fe: Cristo el Sol de Justicia, la Iglesia como Luna que refleja la gloria de
Dios y los grandes testigos de la fe, miríada de estrellas en nuestro
firmamento espiritual.
E
|
l cuarto día de la Creación, Dios
creó tres lumbreras, las que puso en los cielos. Una es la lumbrera mayor que
se enseñorea en el día, es decir el Sol. Otra es la lumbrera menor, señora de
la noche, la Luna. Otras lumbreras son las estrellas.
Cuando Dios prometió a Abraham
que le daría en su vejez un heredero que traería para él tanta descendencia
como las estrellas del firmamento y ordenó que le ofrendara, sucedió lo
siguiente: “Mas a la caída del sol
sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad
cayó sobre él.” (Génesis 15:12)
Los hombres dormimos cuando el sol se va y la llegada de la noche siempre trae
temor. Este es el primer versículo de la Biblia en que aparece la palabra
“sol”, por tanto marca la interpretación que la Escritura da a esta “lumbrera
mayor”. El Sol es dador de vida y luz, seguridad y calor, centro del sistema
solar.
Desde un punto
de vista espiritual es la máxima autoridad; tal es así que llama al Mesías “Sol
de justicia”: “1 Porque he aquí, viene el
día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad
serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los
ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. / 2 Mas a vosotros los que teméis
mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y
saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. / 3 Hollaréis a los malos,
los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo
actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.” (Malaquías 4:1-3)
En cuanto a la
Luna, es la principal lumbrera nocturna, pauta para la medición del tiempo y su
división en meses; la fijación de la fecha de la Pascua y las fiestas anuales: “Hizo la luna para los tiempos; El sol
conoce su ocaso.” (Salmo 104:19). Así como el Sol es
designado con el género masculino, la Luna lo es con el femenino y la
depravación del hombre le volvió objeto de adoración. La mayoría de las
naciones llegaron a ser adoradoras de la Luna. Tal superstición se infiltró en
Israel, según lo registra la Escritura: “1
De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén
cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba. / 2 E hizo lo malo
ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová
había echado de delante de los hijos de Israel. / 3 Porque volvió a edificar
los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a
Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró
a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas.” (2 Reyes 21:1-3)
El calendario del pueblo hebreo
era lunar, ya que la luna nueva marcaba el comienzo de cada mes. Además de
todas las otras fiestas religiosas, los judíos celebraban el inicio del séptimo
mes del año, considerándolo santo, a semejanza del séptimo día de la semana.
Esta fiesta del mes de Tisri, celebrada en nuestro septiembre-octubre, vino a
ser la celebración del Año Nuevo hebreo.
Desde una mirada espiritual, los
escritores cristianos de los primeros siglos gustaban de comparar a la Iglesia
con la Luna, ya que la luz que posee ésta no es propia sino que la recibe del
Sol, así como la Iglesia refleja la luz de Dios, la luz de Jesucristo. Dios es
masculino y posee a la Iglesia, la cual es femenina. Dios Padre nos ilumina en
Cristo y la Iglesia nos ilumina con la Palabra de Dios en el Evangelio.
Pero también hay unas luces
menores, las estrellas. Incontables como las estrellas serían los hijos de
Abraham. Cuando el último libro de la Biblia muestra siete estrellas en las
manos del Cristo Glorificado, se refiere a mensajeros o ángeles. Puede ser
interpretado de dos formas: Son los pastores de esas iglesias y/o los ángeles
que las cuidan: “El misterio de las siete
estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las
siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros
que has visto, son las siete iglesias.” (Apocalipsis 1:20) Podemos decir que las estrellas representan a
seres humanos que con su vida y testimonio iluminan a los demás. A través de
toda la Historia de la fe, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento,
encontramos seres humanos que fueron luz de Dios para su entorno, tales como
Noé, Abraham. Moisés, Pablo, Pedro, Juan, etc. Sin embargo ellos no deben ser
adorados sino imitados en su fe.
Ni el sol, ni la luna, ni las
estrellas, existen para ser adorados; sólo Dios merece nuestra adoración. El
Señor advierte contra esta idolatría: “15
Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que
Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; / 16 para que no os corrompáis
y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o
hembra, / 17 figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave
alguna alada que vuele por el aire, / 18 figura de ningún animal que se
arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la
tierra. / 19 No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y
las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a
ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos
debajo de todos los cielos.” (Deuteronomio
4:15-19)
¿Qué nos enseñan estas lumbreras para este
nuevo año?
- Las lumbreras del cielo separan el día
de la noche.
“14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para
separar el día de la noche;... / 18 y para señorear en el día y en la noche, y
para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1:14,18)
Cuando el Señor nos llamó a Su
Reino, Él puso lumbreras para iluminar nuestro camino: Él mismo vino a habitar
dentro de nosotros por medio de Su Espíritu Santo; nos introdujo en Su Iglesia
para ser alimentados e iluminados por Su Palabra y nos dio por ejemplo a
seguir, el testimonio de hombres y mujeres santas.
Al convertirnos Dios separó en
nuestra mente y en nuestro corazón la luz de las tinieblas. Antes caminábamos
en la oscuridad del pecado y las
tinieblas de Satán; hoy lo hacemos en la luz de Cristo. Puede que a veces
andemos en “valles de sombras de muerte”, pero Él nunca nos abandona y de una u
otra forma ilumina nuestro camino. Podemos andar en lo que algunos místicos han
llamado “la oscuridad de la fe”, otros “el desierto”, pero el Espíritu Santo
jamás nos abandonará.
La promesa de Dios dice:
·
“Lámpara
es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.” (Salmo 119:105)
·
“Otra
vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (San Juan 8:12)
La función de las lumbreras, sean
sol, luna y estrellas, o Cristo, la Iglesia y los héroes de la fe, es separar
la luz de las tinieblas. Cada vez que un ministro de Dios predica, el Espíritu
en él está separando la luz de la oscuridad; cada vez que un cristiano obra en
Amor de Dios, está separando la luz de las tinieblas; cada palabra de la Biblia
tiene por propósito separar la luz de las tinieblas en nuestra mente y
conciencia.
Con nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones separemos el
día de la noche, separemos la luz de las tinieblas. En este nuevo año hagámonos
el propósito de vivir en la luz y abandonar toda oscuridad.
- Las lumbreras del cielo nos sirven para
armar el calendario.
“14... y sirvan de señales para las estaciones, para días y años” (Génesis 1:14)
El Señor, la Palabra de Dios
predicada por la Iglesia y el ejemplo de los patriarcas, profetas, apóstoles y
líderes de la Iglesia, son el modelo a seguir y marcan el itinerario o plan de
vida de cada cristiano. Son varias las estaciones espirituales que vive un hijo
de Dios.
Comienza con una Primavera cuando
nace a la Familia de Dios, período de gran regocijo en que aprende las verdades
básicas del Evangelio y en que se vive un tanto despreocupadamente, disfrutando
del Amor del Señor y la hermandad cristiana.
El Verano es tiempo de calor y
sequedad, para algunos un verdadero desierto, cuando el discípulo es tratado en
aquellos aspectos que requiere crecer y superar; hay quienes no resisten esta
etapa y abandonan.
En el Otoño caen del árbol las
hojas, la persona queda desnuda ante sí mismo y Dios, se enfrenta a los
aspectos negativos de su persona, su viejo hombre, pero el Espíritu Santo le
riega y limpia con Amor para hacerlo una criatura más acorde con el Evangelio.
El Invierno es un tiempo de
soledad, necesaria para el crecimiento personal cristiano, cuando el ser se
desarrolla en el conocimiento de Dios y Su Palabra, bajo la guía de un hermano
mayor.
Nuevamente vendrá la Primavera
para florecer en virtudes, el Verano para cosechar buenos frutos, y así un
ciclo tras otro.
Los días como
los años del creyente son de puro aprendizaje: “El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus
pasos.” (Proverbios 16:9) A los
seres humanos nos toca hacer planes, planificar nuestras vidas, pero finalmente
es Dios quien dirige nuestros pasos. Necesitamos tener en cierto modo un
calendario personal, una pauta de vida a seguir, con propósitos claros. Para
ello requerimos conocernos a nosotros mismos, tarea fundamental del discipulado
personal.
Conociendo la voluntad de Dios escrita en Su Palabra, teniendo el
discernimiento que da el ministerio de la Palabra en la Iglesia y viendo el
ejemplo de nuestros hermanos mayores del pasado y del presente, más el
autoconocimiento (cualidades, dones, talentos, defectos, debilidades, etc.),
podremos armar nuestro calendario de vida y planificar nuestro quehacer
espiritual.
Planifiquemos, bajo la luz del Espíritu, objetivos, principios y acciones
para el nuevo año que tenemos por delante.
- Las lumbreras del cielo iluminan la
Tierra.
“15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar
sobre la tierra. Y fue así. / 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos
para alumbrar sobre la tierra” (Génesis
1:15,17)
Sin Dios, sin Cristo, sin la
Palabra de Dios, sin los ministros del Señor que la prediquen y vivan, la
Tierra estaría en total oscuridad espiritual. Estas son las lumbreras que
iluminan el caminar del ser humano en esta vida. Ya lo dijo Jesús:
“14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte
no se puede esconder. / 15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,
sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. / 16 Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (San Mateo 5:14-16)
La invitación del Señor en este
nuevo año es a ser lumbreras que iluminemos con nuestros actos y palabras al
prójimo. A veces nuestras acciones y reacciones son vulgares, de mal gusto o
impropias, nos permitimos que actúe la carne y eso no debe ser así:
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que
sepáis cómo debéis responder a cada uno.” (Colosenses 4:6)
Tampoco debemos apegarnos
desmedidamente a los bienes materiales, son una bendición del Señor para
bendecir a otros:
“6
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el
que siembra generosamente, generosamente también segará. / 7 Cada uno dé como
propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al
dador alegre. / 8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda
gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente,
abundéis para toda buena obra; / 9 como está escrito: Repartió, dio a los
pobres; Su justicia permanece para siempre. / 10 Y el que da semilla al que
siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y
aumentará los frutos de vuestra justicia, / 11 para que estéis enriquecidos en
todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de
gracias a Dios.” (2
Corintios 9:6-11)
“5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis
ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; / 6 de manera que
podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda
hacer el hombre.” (Hebreos 13:5-16)
Seamos este nuevo año lumbreras que iluminan la Tierra, seamos la luz del
mundo y no su oscuridad.
CONCLUSIÓN.
Semejantes a las lumbreras que Dios puso en los cielos –sol, luna y
estrellas– son las lumbreras espirituales que ha dado a los seres humanos:
Jesucristo, la Iglesia y los ministros de Dios. Es bueno reflexionar sobre ello
al término e inicio de un año. Las lumbreras del cielo nos enseñan en el campo
espiritual que ellas: 1) Separan el día de la noche, la luz de las tinieblas;
sin ellas no reconoceríamos nuestra condición ni lo que Dios quiere de
nosotros; 2) Nos sirven para armar el calendario, es decir para planificar
nuestros días venideros, sometidos al tiempo tenemos unos límites para cumplir
la misión encargada por Dios a cada uno; y 3) Iluminan la Tierra, sin Dios, la
Iglesia y los héroes de la fe, no tendríamos claridad de cómo actuar
correctamente en esta vida; gracias a ello es que conocemos el Camino.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)
¿Qué personas, aparte de Jesucristo, han
sido una luz para su vida espiritual?
2)
¿Qué personaje bíblico ha impactado más
en su vida cristiana?
3)
¿Cómo ha sido
el año que termina para su desarrollo espiritual?
4)
¿Cómo podemos
separar la luz de la oscuridad en nuestra vida?
5)
¿Cuál es la
misión que Dios le ha encargado para esta vida?
6)
¿Qué rol
cumplen hoy los hombres y mujeres que han sido heroicos en su fe?
7)
¿Qué
propósitos tiene para el próximo año?
8)
¿Qué aspectos
personales le gustaría superar el año próximo?
9)
¿Cuáles fueron
sus principales logros del año que termina?
10)
¿Qué nombres
pondría al sol, la luna y las estrellas en un dibujo metafórico de la
espiritualidad?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·
Reina,
Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia”
Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·
MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson
Inc.
·
(1979) “Dios
Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·
(1960)
“La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas
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·
“Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·
“Diccionario de la Real Academia de la
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Disponible en: http://www.rae.es/
·
“Concordancia
electrónica de la Biblia” Disponible en:
http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·
Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·
(1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios
habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
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https://es.wikipedia.org/
·
Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto
Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”
·
https://www.biblegateway.com
·
https://www.primeroscristianos.com/41969/
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