CAPÍTULO 4
© Pastor Iván Tapia
Lectura bíblica: “22 En cuanto a la pasada manera de vivir,
despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, /
23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, / 24 y vestíos del nuevo hombre,
creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios
4:22-24)
Idea
central: Los principios de una vida discipular.
Objetivos:
a) Comprender que el
discípulo aprendiz debe reorientarse en su modo de ver y vivir la fe cristiana;
b) Empapar al aprendiz con los principios que encierra el Discipulado de
Jesucristo; c) Conocer y practicar los principios del Discipulado; d) Conocer
las Palabras de Jesús que declaran los principios discipulares; y e) Entender y
aplicar los principios de: Imitación, Resignación, Abnegación, Fidelidad,
Servicio y Sujeción que implica el Discipulado de Jesús.
Resumen: El Discipulado
es el método enseñado por Jesús para la formación de Sus seguidores. Este
método Divino tiene unos principios que son eje de la formación de un cristiano
capacitado: Imitación, Resignación, Abnegación, Fidelidad, Servicio y Sujeción.
Nuestra misión como tutores de aprendices consiste en transmitir esos
principios al nuevo cristiano.
E
|
n esta serie
titulada “El Discípulo Aprendiz” hemos revisado en la primera lección: La definición
de discípulo aprendiz, los requisitos para ser un discípulo aprendiz y cuáles
deben ser las enseñanzas para un discípulo aprendiz. En la segunda lección
vimos las acciones que debe hacer un discípulo
aprendiz para tener un real crecimiento y en la tercera lección, los pasos necesarios para experimentar su sanidad interior.
Dios desea intervenir principalmente en cuatro áreas del ser interior
del discípulo: El corazón, la conciencia, el espíritu y la mente. En cada una
de esas áreas Él ha infundido una virtud celestial: Fe en el corazón, Paz en la
conciencia, Amor en el espíritu y Esperanza en la mente. Cada una de ellas ha
de ser estimulada y desarrollada, labor que dependerá de los siguientes
factores:
a)
Acción del Espíritu
Santo y voluntad de Dios.
b)
Disposición del
discípulo al crecimiento.
c)
Calidad del
Discipulado y/o Pastorado que reciba.
d)
Enfrentamiento de
pruebas y disciplina del Señor.
Discípulo /
Área
|
Corazón
|
Conciencia
|
Espíritu
|
Mente
|
APRENDIZ
|
Sumisión y sujeción
|
Sanidad
|
Oración
|
Principios
del Discipulado
|
FE
|
PAZ
|
AMOR
|
ESPERANZA
|
Teniendo en cuenta que “...ni el que planta es algo, ni el que
riega, sino Dios, que da el crecimiento” (1 Corintios 3:7) y “Si Jehová no edificare la casa, En vano
trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la
guardia” (Salmos
127:1) más lo sugerido por Jesús, “¿Y
quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (San Mateo 6:27); el trabajo del
discipulador o tutor de un discípulo aprendiz tendrá como objetivos lo
siguiente.
Su objetivo general será
a) Edificar al discípulo aprendiz
sobre el buen Fundamento, desarrollando en él las virtudes básicas del
cristiano.
b) Hacer de él un discípulo fiel a
Cristo y la Iglesia, confiable y capaz de guiar otras vidas a un encuentro con
Cristo.
Los objetivos específicos para el
desarrollo del discípulo aprendiz son:
a)
Desarrollar la sumisión al Señor, entendiéndola como esa actitud de obediencia y
amor a Jesucristo que siempre se empeña en adorarle y agradarle con sus actos.
b)
Desarrollar la sujeción al Cuerpo de Cristo, como una actitud de respeto y
obediencia al tutor, al pastor y toda autoridad de la Iglesia
c)
Sanar
el alma
en aquellos aspectos más graves que trae de la vida como no creyente y
experimentando el perdón de Dios.
d)
Desarrollar una vida de oración personal, disciplinada y frecuente, de relación
íntima con el Señor.
e)
Adquirir los conocimientos básicos del Discipulado.
A través de
encuentros periódicos con el discípulo aprendiz, se intentará alcanzar estos
objetivos y transmitirle los principios del Discipulado, los que le habilitarán
para el resto de su vida. En el Evangelio podemos encontrar las Palabras que
Jesús pronunció al respecto.
¿Cuáles
son los principios del Discipulado?
1. Principio de Imitación: El discípulo llegará
a ser como su maestro.
“24 El discípulo no es más que su maestro,
ni el siervo más que su señor. / 25 Bástale al discípulo ser como su maestro, y
al siervo como su señor. Si al padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?” (San Mateo 10:24,25)
Ser discípulo no es
cosa fácil y muchos ha habido y habrá que caerán en su intento por seguir a
Cristo. El Maestro nos advierte del costo
de seguirlo a Él, expresado en el rechazo, a veces violento, de la
sociedad, las autoridades, la familia y quienes nos rodean. Aún los propios
cristianos harán escarnio del discípulo, como lo hicieron los judíos con Jesús.
En esto hay una regla: “El discípulo debe conformarse con llegar a ser como su
maestro, y el criado como su amo. Si al jefe de la casa lo llaman Beelzebú,
¿qué dirán de los de su familia?” (VP. DHH).
Aquí esta
expresada y confirmada la meta del discípulo de Cristo, ser como su Maestro. Esto lo dice muy bien Pablo, cuando afirma
que lo máximo para él es encontrarse unido a Jesucristo por la fe:
“7
Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor
de Cristo. / 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he
perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, / 9 y ser hallado en
él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe
de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; / 10 a fin de conocerle, y el
poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a
ser semejante a él en su muerte, / 11 si en alguna manera llegase a la
resurrección de entre los muertos.” (Filipenses 3:7-11)
"El
discípulo llegará a ser como su Maestro" es un principio de imitación en el Discipulado, que nos
enseña la configuración y conformación con Cristo.
Configuración es la disposición de las
partes que componen una cosa y le dan su peculiar forma o manera de ser; los
discípulos de Jesucristo nos configuramos a la Persona de Jesús.
Conformación es la disposición de las partes que forman una cosa; los
discípulos tomamos la forma de nuestro Maestro.
El discipulador o tutor es un ejemplo para
el discípulo, por ello ha de cuidar su comportamiento e imitar a Jesucristo.
Siempre, quiéralo o no, el discípulo imitará a su tutor en su modo de vivir la
fe. Como los hijos admiran e imitan a sus padres, lo hacen los aprendices en el
Camino de Cristo. La imitación es un principio básico en la formación del
discípulo aprendiz.
2. Principio de Resignación: El discípulo carga
la cruz y sigue a Cristo.
“34 Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. / 35
Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su
vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” (San
Marcos 8:34,35)
La vida del discípulo
de Cristo ha dejado de ser egocéntrica,
para tomar como centro, motor y meta a su Señor -léase Amo, Dueño-. La idea es
olvidarnos de nuestro yo, dolores, preocupaciones, frustraciones, anhelos,
ambiciones, etc. y dar paso a los sentimientos, ideas y motivaciones del
Maestro. Ahora son válidos sus deseos y aspiraciones para con la Humanidad. Él
está interesado en la salvación del mundo, en la santificación de hombres y
mujeres, en su justificación e iluminación con la sabiduría Divina. Pues bien,
esa debe ser también la preocupación fundamental de cada discípulo. Esa es la
cruz de Cristo y por ende, como sus seguidores, la nuestra:
“23
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente
tropezadero, y para los gentiles locura; / 24 mas para los llamados, así judíos
como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. / 25 Porque lo
insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más
fuerte que los hombres. / 26 Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no
sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; / 27
sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo
débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; / 28 y lo vil del
mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
/ 29 a fin de que nadie se jacte en su presencia. / 30 Mas por él estáis vosotros
en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación,
santificación y redención; / 31 para que, como está escrito: El que se gloría,
gloríese en el Señor.” (1
Corintios 1:23-31)
“Porque
aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. Pues también
nosotros somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para
con vosotros.” (2 Corintios 13:4)
La cruz de Jesucristo
fue el madero. La tortura que él pasó por la Humanidad nadie más puede ni necesita sufrirla pues Su sacrificio
fue perfecto y aceptado por el Padre. Cuando el mundo lo rechaza, dice que su
muerte fue inútil y no escucha su mensaje, se burla del Cristianismo y sus
siervos; cuando sigue pecando y desobedeciendo a Dios, continúa crucificándolo.
Tomar su cruz es asumir sus dolores ante la burla y el rechazo de la sociedad. Los
sufrimientos generados por nuestro propio pecado son naturales pues pertenecen
a la ley de causa y efecto; pero los
sufrimientos de Cristo son superiores y dicen relación con una antigua disputa
entre la luz y las tinieblas. Tomar la
cruz significa cargar junto con Cristo Su cruz. No confundamos la nobleza
de su misión con el dolor propio de la caída del ser humano. El único orgullo o
gloria que podemos exhibir es Jesucristo crucificado.
"El
discípulo carga la cruz y sigue a Cristo" es un principio del Discipulado,
que implica la resignación en Cristo, paciencia o conformidad en las dificultades
o adversidades. Es más que probable
que usted cargue una cruz personal en su vida; esta será más ligera si se la
entrega al Señor como alabanza. Mejor cargue, como el Cirineo[1],
la cruz de Jesús, el Evangelio.
3. Principio de Abnegación: El discípulo
renuncia al mundo.
“25 Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: / 26 Si
alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
/ 27 Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
/ 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta
primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? /
29 No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos
los que lo vean comiencen a hacer burla de él, / 30 diciendo: Este hombre
comenzó a edificar, y no pudo acabar. / 31 ¿O qué rey, al marchar a la guerra
contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con
diez mil al que viene contra él con veinte mil? / 32 Y si no puede, cuando el
otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. /
33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no
puede ser mi discípulo.” (San Lucas
14:25-33)
El abandono de los
bienes materiales y del amor al mundo, es otra norma del discipulado. Hay
quienes lo han asumido de forma literal, textual; pero, sea que dejemos todo o
no material y concretamente, el llamado de Cristo es radical e implica
abandonar de corazón toda riqueza. Esto significa estar dispuestos a perderla
en cualquier momento y considerarla no como nuestra sino como un préstamo de
Dios para ser administrado por nosotros:
“15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno
ama al mundo, el amor del Padre no está en él. / 16 Porque todo lo que hay en
el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo. / 17 Y el mundo pasa, y sus
deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.” (1 Juan 2:15-17)
Venimos y nos vamos
desnudos de este mundo, nada nos pertenece “porque
nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar” (1
Timoteo 6:7).
"El
discípulo renuncia al mundo" es un principio del Discipulado que significa
abnegación por Cristo, esto es
sacrificio o renuncia de la voluntad, afectos o bienes materiales en servicio
de Dios. La abnegación es la renuncia a los propios gustos y placeres, para
servir a Dios. Las cosas y el dinero
que poseemos son tan sólo un préstamo de Dios, nada nos pertenece. Nos son
dadas para administrarlas para la gloria del Señor.
4. Principio de Fidelidad: El discípulo es fiel
a Su enseñanza.
“31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si
vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos; / 32 y conoceréis la verdad,
y la verdad os hará libres.” (San
Juan 8:31,32)
La fidelidad a su
enseñanza es la otra nota que hace Jesús sobre el discipulado. Al hacer o poner
por obra su consejo, experimentamos la Verdad y por lo tanto somos libertados de la ley
del pecado, del mundo y del diablo. Al realizar la voluntad Divina somos
salvados de la muerte eterna.
Si subrayamos en estos
versículos las palabras: permaneciereis,
seréis y conoceréis, descubriremos
la relación y correlación entre ellas y como su corolario se encuentra en
"os hará libres":
a)
Permanecer en su
Palabra implica leerla o escucharla, ponerla por obra y aplicarla en todo
momento. A todos nos llega la hora de la prueba en cuanto a este punto, momento
en que tenemos que decidir entre practicar la voluntad de Dios escrita en la Biblia o seguir nuestras
propias y pobres verdades.
b)
Ser
verdaderamente sus discípulos es consecuencia de lo anterior; no se es un
real discípulo de Jesús si no se lleva a la práctica su Verdad y enseñanza.
c)
Nótese que luego habla de conocer la Verdad
¿Acaso no se sabe ésta al leer su Evangelio, lo cual está en el aspecto
"permanecer"? Esto nos lleva a concluir que aquí se trata de otro
tipo de conocimiento, no de un carácter meramente intelectual sino más bien
práctico. Cuando el Maestro dice "conoceréis la verdad" se está
refiriendo a una experiencia, vivir la Verdad de Dios en carne propia y esto es el
resultado de permanecer en su Palabra y ser verdadero discípulo de Él.
Finalmente tal
conocimiento o vivencia profunda de Dios, nos hace libres; ya no dependemos de la opinión o juicio de otros; ya
no vivimos asustados y escondiéndonos de Dios; ya no somos esclavos de las
pasiones del viejo hombre porque tenemos victoria en Cristo; ya no estamos bajo
el yugo del Maligno, sino que caminamos libres con Jesús Resucitado.
"El
discípulo es fiel a Su enseñanza" es un principio del Discipulado que
implica la fidelidad a Cristo y Su Evangelio.
5. Principio de Servicio: El discípulo ama a sus
hermanos hasta la muerte.
“12 Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto,
volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? / 13 Vosotros me
llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. / 14 Pues si yo, el
Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros
los pies los unos a los otros. / 15 Porque ejemplo os he dado, para que como yo
os he hecho, vosotros también hagáis. / 16 De cierto, de cierto os digo: El
siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. /
17 Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.” (San Juan
13:12-17)
Dentro de la imitación de Cristo por parte del
discípulo, está la entrega en el servicio, con amor hacia sus
hermanos y amigos. “Lavarse los pies unos a otros” significa limpiarse el polvo
de los caminos de la vida, sostener al otro en momentos de aflicción, buscar el
descanso del hermano amado, reconfortarse mutuamente pues es dura la lucha del
soldado de Cristo. Esto también requiere humildad. Este amor entre hermanos es
la señal de que verdaderamente somos discípulos de Cristo:
“34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os
he amado, que también os améis unos a otros. / 35 En esto conocerán todos que
sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (San Juan 13:34,35)
"El
discípulo ama a sus hermanos hasta la muerte" es un principio del
Discipulado que implica el servicio a Cristo en la persona del hermano
y todo prójimo.
6. Principio de Sujeción: El
discípulo se sujeta a Cristo y la Iglesia.
“1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. / 2 Todo pámpano
que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo
limpiará, para que lleve más fruto. / 3 Ya vosotros estáis limpios por la
palabra que os he hablado. / 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el
pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. / 5 Yo soy la vid, vosotros los
pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer. / 6 El que en mí no permanece, será echado
fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y
arden.” (San Juan 15:1-6)
El discípulo de
Jesucristo es uno que está injertado a Él, la vid verdadera. ¿Qué significa
esto sino que uno que está sujeto, pegado, unido al árbol de Cristo, el árbol
de la Vida ? El
discípulo es una persona conectada al tronco, a la voluntad divina señalada en
Su Palabra, que es el elemento que nos limpia, nos purifica de acciones
incompatibles con Dios. A medida que conocemos y experimentamos Su Verdad vamos
purificándonos, santificándonos más y más.
Como el dueño de una
vid, Jesús poda y limpia aquellas personas que dan más fruto. Aquí se refiere
a nuevas vidas convertidas a Él más que
a los frutos del Espíritu Santo. La única forma de dar ese tipo de frutos,
nuevos cristianos, es permaneciendo
sujetos al árbol, que es por donde fluye la vitalidad de su Espíritu Santo.
Cristo es la vid y nosotros sus ramas. Permaneciendo unidos a Él, fuente de
Vida, podremos dar nuevos pámpanos.
La multiplicación de discípulos es otra
característica del verdadero discípulo de Jesucristo. La coronación de un
trabajo de formación cristiana es la multiplicación, esto es tener hijos
espirituales.
"El
discípulo se sujeta a Cristo y la Iglesia" es un principio del Discipulado
que implica la sujeción a Cristo y el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. ¡Qué importante
es sujetarse y permanecer en la Palabra de Dios! Al hacerlo, instintivamente
nos adheriremos a un hermano mayor para recibir la sabiduría, el amor y la
visión que fluye de Cristo en Su Cuerpo. Tan importante como someterse al Señor
es sujetarse a Él y a Su Iglesia.
CONCLUSIÓN
El discípulo aprendiz
debe reorientarse en su modo de ver y vivir la fe cristiana. Necesita empaparse
de los principios que encierra el Discipulado de Jesucristo, los cuales fueron
enunciados por el Maestro en el Evangelio:
1)
Imitación. El discípulo llegará a ser como su maestro.
Ser como Jesús; el Discipulado es un asunto de imitación o aprendizaje a través
del modelo.
2)
Resignación.
El discípulo carga la cruz y sigue a
Cristo. Todos llevamos una cruz. La de Jesús fue el pecado de toda la Humanidad y la renuncia
a su naturaleza de Dios. Nosotros, alguna debilidad o circunstancia que nos
hace vulnerables.
3)
Abnegación. El discípulo renuncia al mundo. No se
puede vivir en dos aguas, o con "medias tintas". El Señor exige una
definición absoluta por el bien.
4)
Fidelidad. El discípulo es fiel a su enseñanza.
Fidelidad que consiste en ser cristianos practicantes más que
"parlanchines" de su Palabra.
5)
Servicio. El discípulo ama a sus hermanos hasta la
muerte. El sello distintivo de un discípulo de Jesucristo es que ama a sus
hermanos.
6)
Sujeción. El discípulo se sujeta a Cristo y la Iglesia.
La obediencia es
fundamental para que exista orden en el cosmos; si los elementos no obedecieran
a las leyes impuestas por el Creador, ya todo se habría destruido. Para que la Iglesia marche en su
propósito, Dios nos requiere sujetos.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Es
necesario que el nuevo cristiano reciba enseñanza y apoyo espiritual
individual?
2) ¿Cuál de los Principios del
Discipulado considera usted más importante?
3)
¿Cuál es la
cruz personal que usted carga en su vida cristiana y cómo ha resuelto llevarla?
4) ¿De qué modo ha experimentado usted el
rechazo o persecución, por causa de Cristo?
5) ¿Qué piensa usted acerca de las cosas y el
dinero que posee?
6) ¿Está permaneciendo en la Palabra de Dios?
7) ¿En qué conductas descubre usted que ha
imitado a su discipulador/a?
8)
¿A qué gustos y placeres ha debido
renunciar para servir a Dios?
9)
¿Qué está
haciendo con las cosas y el dinero que posee?
10) ¿Cómo ha sido su experiencia
formando discípulos aprendices?
11) ¿Cuál de los siguientes factores, cree usted, que es más determinante en el
desarrollo cristiano: Acción del Espíritu Santo, voluntad de Dios, disposición
del discípulo, discipulado, pastorado, pruebas y disciplina del Señor?
12) ¿Cómo podemos incentivar el amor
dentro de la Iglesia?
13) ¿En qué consiste la “abnegación”
del cristiano?
14) ¿De qué modo vive la
“resignación” el discípulo de Jesucristo?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
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Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·
MacArthur,
John. (2011) “Biblia de Estudio
MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc.
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http://www.rae.es/
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“Concordancia
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Rizo
Martínes, José L. “Diccionario Bíblico”
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(1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios
habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
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https://es.wikipedia.org/
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Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo
Testamento – Hebreos”
·
https://www.biblegateway.com
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Tapia, Pastor Iván (2009) “Sosteniendo vidas” Iglesia Cristiana Discípulos de Jesucristo.
Tapia, Pastor Iván (2011) “El Discipulado I” Iglesia Cristiana Discípulos de Jesucristo.
[1] Simón de Cirene (San Mateo 27:32)
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