domingo, mayo 05, 2019

CRISTO JUSTIFICADO EN EL ESPÍRITU.

EL MISTERIO DE LA PIEDAD
LECCIÓN 2 

© Pastor Iván Tapia 

Lectura bíblica: “Dios fue manifestado en carne, / Justificado en el Espíritu” (1 Timoteo 3:16) 

Idea central: El Espíritu Santo justificó que Jesús es el Mesías. 

Objetivos: a) Comprender el significado que tiene en el texto la palabra “justificar”; b) Comprender que el Espíritu Santo siempre estuvo con Jesús; c) Comprender que el Espíritu Santo es dado por Jesús; d) Comprender que el Espíritu Santo dio poder a Jesucristo; y e) Comprender que el Espíritu Santo resucitó a Jesucristo. 

Resumen: La segunda línea del misterio de la piedad dice que Jesús fue “justificado en el Espíritu”. En este caso el término justificar significa demostrar. Por tanto el Espíritu que habitaba en y con Jesús, también es dado por Él, le daba poder y finalmente lo resucitó, demostrando así que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías prometido.
 

L
a segunda línea que nos presenta este “credo” de la primera carta de San Pablo a Timoteo, dice en su verso 16 que Dios fue “Justificado en el Espíritu”. El uso de la palabra justificado nos hace pensar equivocadamente, por darse en el contexto bíblico, que se refiere a la doctrina de la “justificación”, es decir aquella que enseña que Dios nos justificó o hizo justos en Cristo. Pero en verdad no debemos interpretar este pasaje así. 

Para una mejor comprensión, vayamos al diccionario y leamos qué entiende la Academia por “justificar”:

1)      Es hacer una cosa que otra sea admisible o no parezca censurable, inadecuada o inoportuna. Por ejemplo una persona con pocos estudios opina sobre un asunto científico y dice una falacia; quienes son más cultos o tienen grandes conocimientos sobre el tema, le perdonan a esa persona sus expresiones pues son fruto de su ignorancia, así lo “justifican”. No es que esa persona diga algo cierto o que los más entendidos aprueben su opinión; sólo es que se comprende que tal persona carece de información. Esto también sucede cuando un individuo muy joven actúa precipitadamente, con imprudencia o desatino; se entiende que le falta madurez y experiencia en la vida y se piensa “ya madurará y comprenderá mejor”, o sea se le justifica. Jesús tuvo una actitud así con Sus torturadores en la cruz, consideró que ellos no comprendían cabalmente la situación y actuaban en ignorancia: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (San Lucas 23:34) 

2)      Otra definición de “justificar” es exponer razones o presentar documentos para demostrar que algo es admisible o no censurable, inadecuado o inoportuno. Es lo que hace en un juicio, tanto el abogado defensor como el fiscal que acusa. Ambos procuran presentar las pruebas y los razonamientos más contundentes para defender o acusar al imputado. Esta definición apunta más a lo que es razonable, a la explicación del hecho con pruebas y argumentos firmes. Por ejemplo un cónyuge engaña al otro y comete adulterio. El adúltero lo niega pero el engañado, que ha contratado a un detective, lo justifica con fotografías y hasta grabaciones. Como último recurso el adúltero justifica su adulterio alegando que el otro no le dedicaba tiempo. Para las malas acciones pueden haber tantas justificaciones como para las buenas. Justificar no significa necesariamente algo positivo o bueno. En el Evangelio está el caso de un señor que entrega a cada uno de sus diez siervos una “mina” o parte de su tesoro, con el propósito de que ellos trabajen y multipliquen su riqueza. Se va de viaje y cuando vuelve consulta a cada uno qué ha hecho con la “mina” que les encargó. Todos, menos uno, la multiplicaron. El que no lo hizo y la guardó bajo siete llaves, se justifica: “20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; / 21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.” (San Lucas 19:20,21) 

Volviendo a la frase que nos ocupa, “Justificado en el Espíritu” significa que el Espíritu Santo proporcionó todas las evidencias de que Jesucristo era el Hijo de Dios, el Salvador del mundo, el Mesías prometido en las Escrituras antiguas. Los hechos concretos e históricos lo comprobaban y lo justificaban como el Señor. En Él se cumplieron todas las profecías que prometían un Salvador que se sacrificaría por los pecadores. 

Fue justificado en el Espíritu tanto en Su vida, como en Su muerte y en Su resurrección. Al renunciar a Su autoridad Divina como Hijo de Dios, descendió en forma de hombre y siervo hasta la muerte como un delincuente. Mas el Espíritu Santo lo reivindicó como el auténtico Hijo de Dios y Señor de todo, restituyéndolo a Su primera posición. Le justificó en Su derecho de Dios. 

El Espíritu Santo hizo una gran obra en Jesucristo: 1) Le guardó sin pecado durante toda su vida y ministerio; 2) Le proveyó del poder sobrenatural para realizar actos portentosos; 3) Le levantó de entre los muertos en Su resurrección. 

¿Qué significa que Cristo fue justificado en el espíritu? 

1.      El Espíritu Santo descendió sobre Jesús.

“16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él.” (San Mateo 3:16) 

“Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él.” (San Marcos 1:10 

“y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”  (San Lucas 3:22 

“También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (San Juan 1:32)  

Los cuatro Evangelios registran este hecho sobrenatural, el descenso del Espíritu Santo sobre la persona de Jesús. Si unimos toda la información podemos decir que después que Jesús fue bautizado, salió del agua y tanto Él como Juan el Bautista vieron abrirse los cielos y al Espíritu Santo de Dios descender sobre Él en forma corporal, como una paloma, la que permaneció sobre Él. En seguida escucharon una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia.”  

El hombre Jesús, pese a ser el Hijo de Dios encarnado, debía bautizarse para arrepentimiento, aunque no lo necesitaba, pues no tenía pecado. Por eso Juan el Bautista se oponía a bautizarlo, pero según Jesús, era necesario que se cumpliera toda justicia. Para dar ejemplo se bautizó. Al momento de cumplir con este acto de obediencia, se manifestó el Espíritu Santo en una forma visible, como una paloma, símbolo de la benevolencia Divina, Su buena voluntad y amor hacia los seres humanos, indulgente y tolerante. Jesús tenía el Espíritu Santo desde Su nacimiento, pues en Él habitaba la Deidad, pero al inicio de Su ministerio debía recibir la unción para cumplir el propósito de Su vida en esta Tierra. En este suceso se puede observar la Trinidad actuando unida: El Padre que reconoce a Jesús como Su Hijo, Jesucristo Hijo de Dios y el Espíritu Santo en forma de paloma. 

Como Jesús quiso ejemplificarlo, nosotros necesitamos recibir el Espíritu Santo de Dios, luego de nuestro bautismo y arrepentimiento. El Espíritu es Dios mismo habitando en nuestro interior. Son símbolos del Espíritu Santo: La paloma, el fuego, el agua, el aceite, el viento, la luz. Pero el Espíritu de Dios es algo más que un símbolo, es una Persona que nos habita, regenera, convence, guía, enseña,  empodera y santifica. 

Que Cristo fue justificado en el Espíritu significa que el Espíritu Santo descendió sobre Él para confirmarlo ante la gente como el Hijo.
 

2.      El Espíritu Santo es dado por Jesús.

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” (San Mateo 3:11) 

El profeta Juan, llamado el Bautista porque bautizaba en agua para arrepentimiento, anunció la venida del Mesías con gran humildad. Dijo que Su poder era tal que, así como él bautizaba en agua, Éste bautizaría en el fuego del Espíritu Santo. El Bautista, primo de Jesús, lo señaló muy bien: El único que podría bautizar, es decir sumergir o sepultar, en el Espíritu de Dios, sería Jesucristo, el Salvador del mundo. 

En una oportunidad, ya resucitado, el Maestro se apareció a los apóstoles y sopló aliento en ellos. Ocurrió un domingo, cuando ellos estaban escondidos, por miedo a los judíos. Jesús repentinamente se apareció en medio de ellos saludándoles “Paz a vosotros”. Para que se convencieran de que era él, les mostró las manos heridas y el costado; ellos se pusieron muy contentos. “21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. / 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. / 23 A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son retenidos.” (San Juan 20:21-23) Así les indicó que teniendo el Espíritu podrían declarar el perdón de Dios, su sanidad y reconciliación, por la obra de Él en la cruz. De esa forma Jesús les estaba anunciando que recibirían un gran poder y les estaba delegando la autoridad de Dios por el Espíritu Santo. 

El bautismo en el Espíritu Santo lo recibirían los discípulos definitivamente en Pentecostés, cuarenta días después, cuando Jesucristo fuera ascendido al Padre. El Espíritu no es enviado sólo por el Padre sino también por el Hijo, como también procede de ellos. Por eso es llamado tanto “Espíritu del Padre” como “Espíritu del Hijo”: 

·         “19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar. / 20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de vuestro Padre que habla en vosotros.” (San Mateo 10:19,20) 

·         “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!” (Gálatas 4:6). 

Jesús mismo envía el Espíritu Santo: “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.” (San Juan 15:26) 

Entre el Espíritu y el Hijo hay una relación de profundo Amor y por tanto mutua sujeción; lo mismo sucede entre el Espíritu Santo y el Padre, y entre el Padre y el Hijo. Los tres están unidos en Amor y obediencia mutua. El Espíritu, al proceder del Padre y el Hijo, justifica todos los actos y planes de Jesucristo, Hijo de Dios. El Espíritu al habitar en el creyente, es un fuego que arde en amor por Dios y las criaturas, quema todo pecado, ilumina con sabiduría y conocimiento, calienta el alma con Su amor. 

Que Cristo fue justificado en el Espíritu significa que el Espíritu Santo dado por Jesús a todo creyente transmite el fuego purificador del Cristo. 
 

3.      El Espíritu Santo le daba poder a Jesucristo.

Pero si yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, ciertamente ha llegado a vosotros el reino de Dios.” (San Mateo 12:28 

Jesucristo declara que Él puede echar fuera demonios, porque lo asiste el Espíritu Santo. Él puede liberar a los poseídos por el diablo y a los que sufren ataduras espirituales. Basta que de la orden a los demonios y espíritus inmundos, para que estos abandonen el cuerpo que torturan. Las sanidades, liberaciones y milagros que hacía Jesús, eran la evidencia de que el Espíritu de Dios estaba con Él. Jesucristo sigue en estos tiempos haciendo estos milagros, como respuesta a las oraciones de Su pueblo y también utilizando cristianos que son instrumentos de liberación y sanidad. El poder del Espíritu Santo está en Su Iglesia para glorificar al Señor. 

Jesús dijo que esto era señal de que el reino de Dios había llegado a ellos. Cuando Jesús se acerca a una vida, es el Reino de Dios el que llega, el gobierno espiritual que todo lo transforma. Oremos para que el Espíritu Santo obre prodigios en nuestras comunidades cristianas, para gloria de Jesucristo. 

cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:38 

El Padre ungió con el Espíritu Santo a Jesús de Nazaret. Mediante la Persona del Espíritu hizo el bien a muchos, sanando, liberando, alimentando, enseñando, escuchando los problemas de la gente. Desde el inicio de Su ministerio se perfiló cual sería Su misión: “18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; / 19 A predicar el año agradable del Señor.” (San Lucas 4:18,19 

Necesitamos rogar al Espíritu Santo para que nos acompañe activamente en el ministerio, que no sea sólo un concepto, una idea en nuestras mentes, una parte diluida de Dios, una abstracción, sino que podamos discernir que es una Persona con pensamientos, sentimientos y voluntad, capaz de actuar poderosamente. ¡Asociémonos al Espíritu, junto con Jesús! 

Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel”  (Hechos 4:27 

El Hijo de Dios fue ungido por el Padre y el Espíritu Santo para realizar una obra redentora, cosa que el enemigo, el príncipe de tinieblas aborreció y atacó, utilizando a algunas autoridades romanas, sacerdotes, maestros de la Ley, gentiles y judíos. Siempre que se levante el estandarte de la Verdad, habrá quienes se opongan, agentes de las tinieblas. 

Que Cristo fue justificado en el espíritu significa que el Espíritu Santo le daba poder para hacer señales de que Él es el Hijo de Dios, el Mesías prometido.

 

4.      El Espíritu Santo resucitó a Jesucristo.

que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”  (Romanos 1:4) 

Jesucristo fue declarado ser el Hijo de Dios cuando resucitó de entre los muertos. ¿Quién ha regresado de la muerte, aparte de Cristo? Nadie, salvo los que resucitó el mismo Jesús, como Lázaro, el hijo de la viuda de Naín y la hija de Jairo, mas estos alguna vez volvieron a morir, como está destinado a todo ser humano. Jesucristo venció a la muerte, volvió a la vida y nunca más murió, porque Él es la resurrección y la vida. Él mismo es Dios que vive para eternidad. Ha habido muchos maestros de sabiduría en el mundo, pero sólo Uno ha resucitado después de muerto, Jesucristo.  

El Espíritu de poder, el Espíritu Santo lo resucitó de entre los muertos. La mejor prueba de que Jesús es el Hijo de Dios es Su resurrección. Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” (1 Corintios 15:14) La resurrección es un punto fundamental de nuestra fe; sin resurrección no hay victoria de Jesucristo, significaría que Él murió en vano y que no venció la muerte, que es el resultado de nuestro pecado. “20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. / 21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. / 22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.” (1 Corintios 15:20-22) 

El Espíritu Santo justificó la misión, la vida, la doctrina, la obra y la muerte de Jesús, al resucitarle de entre los muertos. Si no lo hubiese resucitado todo lo anterior no tendría más sentido que una vida santa de un hombre sabio y bueno; pero ello no habría limpiado nuestros pecados, no habría vencido a Satanás, no habría instalado el Reino de Dios ni nos habría dado la salvación eterna. 

Que Cristo fue justificado en el espíritu significa que el Espíritu Santo resucitó a Jesucristo, ratificando así que Él era el Mesías prometido, el Hijo de Dios.
 

CONCLUSIÓN.

El “credo” de Primera de Timoteo, 3:16 plantea que Jesucristo fue “Justificado en el Espíritu”. Justificar, en este caso, debe entenderse como hacer que algo sea admisible, demostrándolo con pruebas y razones. De ese modo el Espíritu Santo “justificó” que Jesucristo era el Mesías, el Hijo de Dios. Que Cristo fue justificado en el espíritu significa que: 1) El Espíritu Santo descendió sobre Jesús; 2) El Espíritu Santo es dado por Jesús; 3) El Espíritu Santo le daba poder a Jesucristo; y 4) El Espíritu Santo resucitó a Jesucristo.

 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuándo descendió el Espíritu Santo sobre usted?

2)      ¿Cree usted que el Espíritu Santo le resucitará un día?

3)      ¿Necesitaba Jesucristo ser justificado por el Espíritu?

4)      ¿El Espíritu Santo que recibimos es el mismo que tenía Jesús?

5)      ¿Para qué necesitamos los cristianos tener el Espíritu Santo?

6)      ¿Cómo ratificó el Espíritu Santo que Jesús era el Mesías prometido, el Hijo de Dios?

7)      ¿Qué ejemplos de justificación tenemos en la vida diaria?

8)      ¿Cómo se puede ejemplificar la justificación en la dinámica de un tribunal?

9)      ¿Qué diferencia hay entre justificar un mal actuar y la justificación por fe?

10)  ¿Cómo se puede observar la benevolencia (buena voluntad, amor, indulgencia, tolerancia) de Dios hacia los seres humanos?

11)  ¿Deben los creyentes orar para que el Espíritu Santo obre prodigios en sus comunidades cristianas?

12)  ¿Cree usted que el Espíritu Santo habita en nuestro interior, nos visita en ocasiones o va a nuestro lado?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”



6 comentarios:

Unknown dijo...

Hermano muchas gracias por saber mmas de la Trinidad y por connocer mas del Espiritu Santo de nuestro Señor. Nuestro Señor eterno le bendiga y guarde. Saludos

Unknown dijo...

Cómo lo explican qué Dios fue manifestado en carne?

Iván Tapia Contardo dijo...

Estimado hermano: En cuanto al aspecto que "Dios fue manifestado en carne" puede leerlo en el siguiente link, en este mismo blog
https://charlasbiblicas.blogspot.com/2019/04/dios-fue-manifestado-en-carne.html
Muchas gracias por interesarse en estos temas. El Señor le bendiga!

Unknown dijo...

que hermoso saber que Dios lo hizo posible para vida en Cristo manifestado a los hombres para perdón de pecado y salvación eterna por amor y que privilegio que el more en nuestros corazones que amor tan grande de jehova

Unknown dijo...

que hermoso saber que Dios lo hizo posible para vida en Cristo manifestado a los hombres para perdón de pecado y salvación eterna por amor y que privilegio que el more en nuestros corazones que amor tan grande de jehova

Unknown dijo...

Bendiciones PASTOR ha sido de gran edification, su comentario biblico sobre el gran misterio de la piedad.