CONCEDIENDO EL PERDÓN EN GRACIA

 EL DISCÍPULO FIEL

CAPÍTULO IV

EL FIEL SE VISTE DE PERDÓN

 

© Pastor Iván Tapia

Concediendo el perdón en Gracia (charizomai)

“7 así que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. / 10 Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo” (2 Corintios 2:7,10) 

En la primera carta que Pablo escribió a los hermanos de la ciudad de Corinto es drástico en cuanto al trato que deben dar a un hermano que ha caído en fornicación. Les dice: “4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, / 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” (1 Corintios 5:4,5) En cambio en la segunda carta les pide que lo perdonen y consuelen. Para perdón usa el término griego “charizomai” traducido en varias ocasiones como “perdonar”. Es un perdón que se concede gratuitamente, como gracia o favor incondicional. 

“Charizomai” (dicción: jarízomai) es tratar generosamente, hacer merced de, perdonar en forma incondicional, en definitiva es conceder el perdón en la Gracia de Dios. Es el perdón que les solicita San Pablo a los corintios: “Porque ¿en qué habéis sido menos que las otras iglesias, sino en que yo mismo no os he sido carga? ¡Perdonadme este agravio!” (2Corintios 12:13) 

Tener buena voluntad, comprensión y simpatía entre cristianos, compasivos los unos con los otros y perdonando en la Gracia, no como un mandato sino por amor, así como lo hizo Jesús, es lo que Dios nos pide en Su Palabra: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.” (Efesios 4:32) 

Él aplicó este tipo de perdón, el “charizomai”, nos perdonó gratuitamente, en la Gracia dando Su vida en la cruz por nosotros: “13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, / 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, / 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:13-15) Él nos ama en la Gracia: “Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.” (Oseas 14:4) 

No es por Ley que debemos perdonar, no se trata de una obligación legalista sino más bien un compromiso de amor con Cristo. Que el tutor haga entender el principio de la Gracia al fiel es muy importante para que este traiga a la luz sus sentimientos adversos contra los que le han ofendido, se disponga a comprender, cubrir y olvidar, concediendo el perdón en Gracia.

 

(Del libro "El Discípulo Fiel")