domingo, agosto 02, 2020

DOS CABOS HUMEANTES Y UN EMANUEL


ISAÍAS, EL PROFETA MESIÁNICO
CAPÍTULO 7

 Ajaz - Wikipedia, la enciclopedia libre
Moneda representando al rey Ajaz



Profeta Isaías - EcuRed

Profeta Isaías según Miguel Ángel Buonaroti



© Pastor Iván Tapia



“1 Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para combatirla; pero no la pudieron tomar. / 2 Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento.” (Isaías 7:1,2)



D
os profecías pronuncia Isaías en este séptimo capítulo, y lo hace en medio de una situación muy preocupante para los judíos. El rey de Siria, Rezín, ha hecho alianza con Peka, rey de Israel, el Reino del Norte, y avanza hacia Jerusalén, la capital de Judá, con intenciones de tomarla. El temor a un ataque extranjero que podría ser devastador, invade el ánimo del pueblo judío. Entonces, por orden Divina, el profeta, acompañado de su hijo Sear-jasub, se dirigen a conversar con el rey de Judá, Acaz.


¿Qué profecías hizo Isaías cuando Judá fue amenazado?



1.      La profecía de los dos cabos humeantes
“3 Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y Sear-jasub tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador,  / 4 y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías. / 5 Ha acordado maligno consejo contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo: / 6 Vamos contra Judá y aterroricémosla, y repartámosla entre nosotros, y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel. / 7 Por tanto, Jehová el Señor dice así: No subsistirá, ni será.  / 8 Porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo. / 9 Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.” (Isaías 7:3-9)

Dios envió a Isaías con un mensaje de ánimo para el rey Acaz, hijo de Jotam y nieto de Uzías. El mensaje consistía en que debía estar tranquilo. Siria e Israel eran sólo “dos cabos de tizón que humean” El rey sirio se había coludido con el rey del norte contra los judíos y querían aterrorizarles, repartirse las tierras de Judá y poner como gobernante al hijo de Tabeel. El consejo de Dios es que Acaz no tema al rey sirio Rezín ni al israelita Péqah, hijo de Remalías, ya que el maligno plan de sus enemigos fracasará y dentro de 65 años Efraín, es decir Israel, el reino del Norte, ya no será pueblo. A la postre ninguno de los dos subsistirá. El reino de Judá también será destruido finalmente, pero en el futuro un pequeño grupo de judíos regresará a reconstruirlo.

No sólo el mensaje del profeta trae ánimo y esperanza al pueblo del rey Acaz; también el propio nombre de Isaías, que significa “Salvación de Jehová”, y el del hijo del profeta, Sear-jasub, que lo acompaña y cuyo nombre significa “Un remanente volverá”. ¡No sólo la Palabra de Isaías y sus actos son proféticos, también su nombre!

Cuando estamos en dificultades, el Señor suele enviarnos un mensaje de ánimo, así como lo hizo con el rey Acaz. Sea por medio de la lectura de la Palabra de Dios, la exhortación de un ministro o el buen consejo de un amigo, siempre es el Espíritu Santo quien nos alienta a ver las cosas desde un punto de vista de fe. No debemos tener la reacción negativa de rechazo a esa sugerencia, consejo o palabra de ánimo que el Señor nos da; no debemos ser orgullosos ni altaneros con Él y Su gran Amor.

Dios sabía que las naciones enemigas de Judá no podrían invadir Jerusalén, pues Él siempre tiene el control y sabe de antemano nuestro destino. Confiemos entonces en Su sabiduría y sintámonos seguros con Dios.

Como los nombres del profeta y su hijo, también nuestros nombres pueden contener un significado interesante para nuestra fe. No desechemos esa bendición y hagamos uso de tal conocimiento.

La profecía de los dos “cabos humeantes” nos ayuda a identificar a esos enemigos que suelen ser enviados por el Enemigo de nuestras almas, pero que son nada más que eso, puro humo. En Cristo, en cambio, somos vencedores: “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37)

(Fragmento del capítulo 7 de "Isaías, el Profeta Mesiásnico")

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