ISAÍAS, EL PROFETA MESIÁNICO
CAPÍTULO 8
© Pastor Iván Tapia
2. Santificad al
Señor.
“13 A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. / 14 Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén. / 15 Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y serán apresados.” (Isaías 8:13-15)
A esta altura de la profecía, Dios manifiesta que el trato no sólo será duro para el Reino del Norte, sino también para Judá, el Reino del Sur. Ambos reinos tropezarán con Dios y Su mandamiento, ambos reinos serán desestabilizados y castigados. Acerca de esta disciplina anuncia que Él será por:
1) Santuario, un templo que ha adquirido un carácter sagrado por haberse manifestado allí algo divino. Por medio de este duro trato, Dios se manifestará a ese pueblo infiel.
2) Piedra para tropezar, y por tropezadero para caer. La “piedra” en la cual tropezarán será la Ley, la voluntad suprema de Dios, al no cumplirla.
3) Lazo y red al morador de Jerusalén. Aquellos que se consideran escogidos, privilegiados porque pertenecen o están bajo el gobierno de la casa de David, verán que Dios les quita Su protección, a causa de su idolatría. En el Reino de Dios no hay privilegiados, sin importar el nivel de autoridad en que se encuentren en el Cuerpo de Cristo.
Muchos hebreos, tanto del norte como del sur, morirán o serán atrapados y llevados en cautividad por los asirios. Hoy día también podemos sufrir una de estas disciplinas:
a) Muerte temporal en el pecado, cuando el diablo atrapa a un cristiano y lo hace caer en grave pecado (adulterio, pornografía, robo, etc.) El Espíritu Santo no dejará tranquilo a este hermano o hermana, llamando a su conciencia hasta que lo haga volver al redil. Dios permite esta disciplina para que el cristiano conozca sus debilidades, sufra la culpa de ofender al Señor, se arrepienta, entregue esas áreas de su persona al Señor y confíe en el poder de Dios que puede fortalecerlo para no volver a caer en ese aspecto.
b) Cautividad en
las tinieblas, cuando un cristiano es atrapado por una falsa doctrina, una
filosofía humana, una culpabilidad que no acepta el perdón de Dios, una fuerte
depresión, en fin cualquier situación que lo aleja de la Gracia de Dios. Está
en sus manos volverse a Dios, pero su poca fe y debilidad espiritual le impiden
por cierto tiempo levantarse y reanimarse.
Aún en tiempos de crisis, debemos santificar al Señor, adorándole, orando, alimentándonos de Su Palabra, teniendo comunión con la Iglesia. Cuando somos infieles, el Señor se ve en la necesidad de tratarnos con dureza. Lo hace de la siguiente forma:
a) Nos hace tropezar
con Sus mandamientos de amor, Su voluntad. Esta es la “piedra” en la cual
tropezamos al no cumplirla y caemos.
b) Nos somete a un
tiempo de disciplina, como el padre que enseña a sus hijos con rigor.
c) Nos hace sentir
que no estamos en un lugar de privilegio, aunque el hecho de que se preocupe de
nosotros disciplinándonos para que maduremos significa que no somos bastardos
sino hijos.
d) A veces nos hace
“morir” por un tiempo.
e) A veces nos entrega a las tinieblas para que seamos llevados en cautividad por un tiempo.
El Señor aconsejó al pueblo santificar
al Señor.
(Fragmento del Capítulo 8 de "Isaías, el Profeta Mesiánico", Ata el testimonio)
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