LECCIÓN 21
Lectura
bíblica: “9 Si recibimos
el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el
testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo. / 10 El que cree en
el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha
hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca
de su Hijo. / 11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y
esta vida está en su Hijo. / 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.” (1 Juan 5:9-12)
Idea central: Características del testimonio de Dios.
Objetivos:
a) Conocer las características del testimonio del Padre
acerca del Hijo; b) Comprender
la supremacía del testimonio Divino por sobre el testimonio de los
hombres; c) Conocer cuál es la verdad en la que se basa el testimonio Divino; y
d) Ser capaz de exponer la Verdad del Evangelio.
Resumen: El testimonio más importante
acerca de la realidad y Verdad de Jesucristo y Su Evangelio se caracteriza por
la supremacía de Dios, la fe en el Hijo y el contenido de ese testimonio.
S
|
an Juan nos
revela en esta primera carta a Jesucristo y el Padre de un modo muy especial:
Dios es luz, es amor y es el que nos da la vida verdadera. Nos insta a caminar en
la luz y a echar mano de dos ayudas sobrenaturales: Cristo como Abogado y Cristo
como Propiciatorio. Juan trae a la memoria el gran mandamiento del Señor, amarnos unos a otros como Él nos amó. En
el reino de Dios cada discípulo tiene un nivel de crecimiento; algunos son hijos,
otros son padres y otros jóvenes en Cristo. El cristiano es alguien que ha
renunciado a los falsos preceptos del mundo y advierte el apóstol que antes que
aparezca el anticristo, vendrán precursores del mal. El llamado de Jesús es a
ser transformados a Su semejanza; Jesucristo apareció para quitar nuestros
pecados y para deshacer las obras del diablo. También Juan escribe cómo podemos
reconocer al nacido de Dios e identificar el amor verdadero; nos muestra cómo
podemos saber si somos verdaderos cristianos; da pautas para identificar los distintos
espíritus, cómo es el verdadero amor, cómo permanecer en Cristo y desarrollar un
amor perfecto. En esta carta nos muestra la fe que vence al mundo
y cómo procede
el recién nacido de Dios; en fin la epístola
revela el testimonio del Espíritu Santo acerca de Jesús. En esta
enseñanza amplía este tema indicándonos las características del testimonio de
Dios.
¿Cuáles son las características del testimonio de
Dios?
1. Supremacía del
testimonio Divino.
“9
Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios;
porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.” (1 Juan 5:9)
Siempre será más
convincente y fortalecedor el testimonio de Dios por sobre el de los hombres. Por
ejemplo, si alguien le dice que usted está llamado a anunciar el Evangelio en
una nación extranjera, es probable que dude o no le convenza tan fácilmente y
necesitará orar y preguntarle a Dios si eso es lo que espera de usted. Por
supuesto que no debemos dudar de las palabras de los ministros de Dios, pues
ellos están inspirados por el Espíritu Santo; además el mismo confirmará esas
palabras en el corazón del creyente.
Del mismo modo
podemos darnos cuenta si alguien es realmente un enviado de Dios; el Espíritu
da testimonio poniendo una convicción en nuestro interior. Pero también el
Espíritu habla por medio de la Escritura confirmando o desechando hechos,
pensamientos y personas:
“14
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de
Dios. / 15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra
vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual
clamamos: ¡Abba, Padre! / 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro
espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Romanos 8:14-16)
En este caso la Palabra inspirada del
apóstol Juan nos dice que mayor que cualquier testimonio humano acerca de
Jesús, es el testimonio de Dios. En su época dieron testimonio de Jesús sus
padres, discípulos, hombres y mujeres sanados, los que vieron sus milagros, los
que escucharon sus enseñanzas, los que asistieron a su muerte, en fin los que
le vieron resucitado. Todo ello es potente pero más fuerte es el testimonio que
Dios Padre entregó desde los cielos:
“5
Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la
nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
/ 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran
temor.”
(San Mateo 17:5,6)
“16
Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos
le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y
venía sobre él. / 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia.” (San
Mateo 3:16,17)
“Yo
soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de
mí.” (San Juan 8:18)
Así como Dios Padre testificó acerca del
Hijo, el Hijo testificó del Padre:
“31
El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y
cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. / 32 Y lo que
vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. / 33 El que recibe su
testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.” (San Juan 3:31-33)
“A
Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él
le ha dado a conocer.” (San Juan 1:18)
El Espíritu Santo testifica
del Hijo:
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré
del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio
acerca de mí.” (San
Juan 15:26)
Cuando tenemos hijos los amamos
profundamente desde niños, nos enternecen sus actitudes, juegos, etc. A medida
que crecen nos sorprenden sus progresos y cuando llegan a ser adultos, de algún
modo los seguimos viendo como niños, pero a la vez nos enorgullecemos de sus
logros. Lo normal es que un papá o mamá se ufane de los logros de su hijo y de
testimonio de él a los demás. A su vez el hijo da testimonio de sus padres cuando
es niño y cuando ya es adulto. La mayoría de las personas sienten admiración
por sus padres. ¡Cuánto más se enorgullecerán el Padre del Hijo y el Hijo del
Padre! Y el Espíritu Santo nos transmite ese sentir a todos los hijos de Dios:
“Nosotros
le amamos a él, porque él nos amó primero.” (1 Juan 4:19)
Siempre será mayor el testimonio de Dios.
2. Verdad del
testimonio Divino.
“10
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree
a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha
dado acerca de su Hijo.” (1 Juan 5:10)
Desde el momento en que comenzamos a
creer en Jesús como nuestro Salvador y Señor, el Espíritu Santo viene a
nosotros, quedándose como huésped para siempre. El Espíritu Santo da testimonio
de Dios a nuestro espíritu; por eso San Juan dice que el discípulo tiene el testimonio en sí mismo.
Juan el
Bautista dio testimonio de Jesucristo:
“19
Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén
sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres? / 20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no
soy el Cristo. / 21 Y le preguntaron:
¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
/ 22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos
enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? / 23
Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del
Señor, como dijo el profeta Isaías. / 24 Y los que habían sido enviados eran de
los fariseos. / 25 Y le preguntaron, y
le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el
profeta? / 26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de
vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. / 27 Este es el que viene
después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la
correa del calzado.” (San Juan
1:19-27)
El Bautista vino para testificar de
Cristo:
“7
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que
todos creyesen por él. / 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de
la luz.”
(San Juan 1:7,8)
Los apóstoles y el Espíritu Santo
testificaron de Cristo:
“26
Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu
de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. / 27 Y
vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el
principio.”
(San Juan 15:26,27)
Si el Padre ha respaldado a Jesucristo y
dio testimonio desde el cielo de que Él es Su amado Hijo, al cual debemos
escuchar y obedecer, nuestro deber es someternos a Su voluntad. No hacerlo
significará que no creemos a Dios, que no confiamos en Su Palabra ni en el
Espíritu Santo; es como tratarlo de mentiroso.
En la entrevista que el Maestro tuvo con
Nicodemo, Jesús le llama la atención declarando que Él viene del Cielo:
“12
Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las
celestiales? / 13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el
Hijo del Hombre, que está en el cielo.” (San Juan 3:12,13)
Posteriormente
pronuncia aquellas palabras que son la clásica definición del propósito de la
Biblia:
“16
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. / 17 Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él.” (San
Juan 3:16,17)
Dios ha dado testimonio acerca de su
Hijo y ese testimonio es verdadero.
3. Contenido del
testimonio Divino.
“11
Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en
su Hijo. / 12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de
Dios no tiene la vida.” (1 Juan 5:11,12)
El testimonio de Dios Padre es el
siguiente:
a)
Dios nos ha dado
vida eterna. Los
cristianos, convertidos a Jesucristo, reciben en su persona la “vida” de Dios,
a la que la Biblia llama “vida eterna” porque viene de la eternidad de Dios.
b)
Esta vida está
en su Hijo. Es
la vida sobrenatural que se halla en la Segunda Persona de la Trinidad. Aún
cuando la “vida” habita en las Tres personas, los humanos la recibimos de
Cristo por gracia: “1 En el principio era
el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. / 2 Este era en el
principio con Dios. / 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de
lo que ha sido hecho, fue hecho. / 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz
de los hombres.” (San Juan 1:1-4)
c)
El que tiene al
Hijo, tiene la vida. Tener
a Jesucristo es tener la “vida”, o sea tener la salvación eterna, el perdón de
los pecados, el Amor de Dios derramado en nosotros, la protección del Señor y
Sus ángeles, la pertenencia al Reino de Dios y a la Iglesia o Cuerpo de Cristo.
Lo contrario es la muerte espiritual.
d)
El que no tiene
al Hijo de Dios no tiene la vida. San Juan es radical, si no tienes al
Hijo no tienes la “vida”. Tener al Hijo es tener en nosotros a Dios, como Él
mismo lo prometió: “…El que me ama, mi
palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con
él.” (San Juan 14:23)
Este es el
testimonio del Padre. ¿Cuál debe ser nuestro testimonio como cristianos?
a)
Testimonio de conversión. Todo creyente convertido a Jesucristo tiene una historia personal, un
antes y un después de conocer a Jesucristo. Es importante que tengamos claridad
acerca de ese testimonio personal de Jesucristo en nuestras vidas. Un ejemplo
lo tenemos en San Pablo, quien relata en tres ocasiones su testimonio de encuentro
con Jesús como visión, aparición y revelación: “3
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco,
repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; / 4 y cayendo en
tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? / 5 El
dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura
cosa te es dar coces contra el aguijón. / 6 El, temblando y temeroso, dijo:
Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la
ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.” (Hechos 9:3-6) Es conveniente que escribamos nuestro testimonio y lo
expongamos en la evangelización personal.
b)
Texto de conversión. Muchas veces la conversión de una persona se da durante una prédica. La
Palabra que toca el corazón de la persona es cual espada de dos filos,
penetrante y discernidora de la verdad. Es útil, tanto como forma de fortalecer
el alma en momentos difíciles, profundizar convicciones de fe y evangelizar a
las almas. En mi caso fui convertido a Cristo con este texto: “…Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (San Mateo 4:4)
c)
Texto lema. En la Sagrada
Escritura se encuentra escrita de alguna forma nuestra vida. Hay un texto
bíblico que nos identifica y respalda la vida cristiana personal. A modo de
ejemplo, quien escribe tiene un texto que lo identifica como persona cristiana,
unas palabras que me identifican en mi vida espiritual, y es el siguiente: “4 Y sabréis que yo os envié este mandamiento, para
que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los ejércitos. / 5 Mi pacto con
él fue de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo
temor de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado. / 6 La ley de verdad
estuvo en su boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en
justicia anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad. / 7 Porque
los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su boca el pueblo
buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos.” (Malaquías 2:4-7)
d)
Vivencias cristianas.
Muchas son las experiencias maravillosas que vivimos con Jesucristo. Él
interviene en la vida diaria y en los aspectos más diversos de la vida.
Reflexionar sobre esas vicisitudes, la intervención de Dios en ellas y la
enseñanza que dejan es muy necesario. Conveniente es llevar un cuaderno de
reflexiones espirituales y registrar pruebas, circunstancias e intervenciones
Divinas en nuestra vida.
e)
Testimonio de vida. Hay un testimonio muy poderoso que no debemos desestimar, es el
testimonio de vida, silencioso. Una acción suele ser más penetrante que las
palabras; es preferible mostrar misericordia con alguien que sufre a recitar de
memoria un texto bíblico sobre el sufrimiento.
CONCLUSIÓN
El Padre
testifica acerca del Hijo y este testimonio tiene ciertas características: 1) Supremacía del
testimonio Divino, “Si recibimos el
testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios”; 2) Verdad del testimonio Divino, “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el
testimonio en sí mismo”; y 3) Contenido del testimonio Divino, “Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida
está en su Hijo.”
PARA TRABAJAR EN EL
CENÁCULO:
1)
¿Qué testimonio tiene usted
de sus padres?
2)
¿Cómo debemos entender la
“supremacía del testimonio Divino”?
3)
¿Qué es creer en el Hijo de Dios?
4)
¿Tiene usted vida eterna?
5)
¿Qué
conceptos de Dios tiene actualmente la sociedad?
6)
¿Qué
significa que “Dios es luz” y “Dios es amor”?
7)
¿En
qué situaciones nos acercamos a Jesús como Abogado y como Propiciatorio?
8)
¿Qué
aspecto del mensaje de Jesucristo resalta y recupera el apóstol Juan en esta
epístola?
9)
¿Está
conforme con su nivel de crecimiento?
10) ¿A qué preceptos del mundo debemos
renunciar los cristianos?
11) ¿En qué aspectos se puede ver la
aparición del anticristo en los tiempos que vivimos?
12) ¿Qué cambios ha producido Jesús en su
vida?
13) ¿Cómo identifica usted a un/a
nacido/a de Dios?
14) ¿Cuándo es adecuado exponer
verbalmente un testimonio de Dios y cuando no?
15) ¿Qué debe hacer la Iglesia con los
recién convertidos y aprendices?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·
Reina,
Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia”
Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·
MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados
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· Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
· (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
· https://es.wikipedia.org/
· Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”
· https://www.biblegateway.com
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