LECCIÓN 17
© Pastor Iván Tapia Contardo
Lectura bíblica: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún
la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo
alcanzado.” (Hebreos 4:1)
Palabra clave del capítulo: REPOSO.
Idea central: Entrar en el reposo de Dios.
Objetivos: a) Comprender y experimentar el Reposo de Dios como un estado de plena
confianza en la Gracia del Señor, ajeno a las obras propias; b) Comprender que
el reposo es algo más que recibir la salvación del alma y el perdón de pecados;
c)Conocer y practicar lo que Hebreos enseña acerca del reposo de Dios; d)
Comprender y valorar que Dios nos promete Su reposo; e) Comprender, aceptar y
practicar la obediencia que permite entrar en el reposo de Dios; y f) Entender
a cabalidad que el verdadero reposo de Dios es descansar de nuestras obras.
Resumen: Dios desea que entremos
en Su reposo, un estado de Gracia en el que el cristiano permite que Él sea el
Señor de su vida y trabaje en su alma para lograr el propósito de Dios. entrar
en el reposo de Dios es una promesa del Señor, algo que se logra por la
completa obediencia y descansando definitivamente de nuestras obras.
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odos queremos descansar en algún
momento de la vida. Especialmente el que trabaja duro una semana, anhela la
llegada de ese día de descanso el fin de semana, quiere disfrutar junto a sus
seres queridos. Algunos acostumbran al término de la jornada laboral diaria, ir
a compartir con sus amigos a un lugar público o un club. Las vacaciones anuales
son ocasión de relax, tranquilidad, alegría, contemplación... El reposo es una
necesidad humana; el cuerpo y el alma necesitan descanso después de la
agitación. Por otro lado es propio del mundo natural que después de la tormenta
venga la calma; después del crudo invierno florezca la primavera; junto a
escarpadas montañas existan valles blandos y plácidos; estos contrastes de violencia
y paz, dificultad y facilidad, trabajo y descanso, son los opuestos que
constituyen la vida.
El reposo es un estado de
tranquilidad y disfrute luego del trabajo duro. La Biblia atribuye este estado
humano a Dios. En verdad podríamos decir que Dios es tanto trabajo como
descanso; Él está siempre trabajando, o bien una vez lo hizo todo y ahora Su
creación sigue funcionando; pero también Él está siempre en reposo pues es un
Dios de tranquilidad, descanso y paz. Al Dios Todopoderoso no se le puede
encerrar en un solo término; por eso el Libro Sagrado le asigna tantos nombres
diversos. Dice Génesis que Dios creó todas las cosas en seis días y al séptimo
descansó. Y en Salmos, ratificado por Hebreos, señala que muchos de Su pueblo
no entrarán en Su reposo. ¿Qué significa realmente el “reposo de Dios”? Es lo
que procuraremos dilucidar en esta enseñanza.
En este capítulo de Hebreos aparece la palabra
“reposo” o alguno de sus derivados en diez ocasiones.
¿Qué enseña Hebreos acerca del
Reposo de Dios?
1. Dios
nos promete Su reposo.
“1
Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no
haberlo alcanzado. / 2 Porque también a
nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó
el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. / 3 Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: ‘Por
tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo’;
aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo.” (Hebreos
4:1-3)
Advertencia: Hay
una promesa Divina que consiste en entrar en el reposo de Dios. Quizás sea ésta
la mayor promesa de Dios para el creyente, además de la salvación eterna de su
alma. Él nos muestra una forma de entrar en ese descanso, pero nosotros
insistimos en hacerlo a nuestro modo; es el eterno problema del ser humano, querer
hacer las cosas a su modo y no al modo del Creador.
A los cristianos
y a los hebreos que salieron de Egipto, a ambos se nos anunció la buena nueva o
Evangelio. Hoy día el mensaje es proclamado en todo lugar y de diversas formas;
cualquier persona puede acceder a la salvación, sólo está en que crea al
mensaje y en Jesucristo, quien lo trajo a esta Tierra. La buena nueva ha sido
anunciada a muchos, pero no todos han creído en ella. La dureza del corazón, la
rebeldía, el querer hacer las cosas a su modo, son algunas de las razones para
no aceptar el Evangelio.
A los judíos no
les aprovechó porque no tuvieron fe, al contrario de los cristianos. Si a
muchos judíos y gentiles les sirvió obedecer a este mensaje de amor alcanzando
perdón y convicción de salvación, es porque tuvieron “fe”. Ésta es la clave de
la conversión, la clave de salvación, la clave de seguir a Cristo y también la
clave de entrar en el reposo de Dios.
Los que tienen
fe entran en el reposo de Dios. Es muy claro que sólo entrarán en ese descanso,
en esa vida confiada en el Altísimo, en esa paz profunda, los que pongan en
ejercicio no el conocimiento, no el esfuerzo personal, no las obras propias,
sino la fe en Jesús.
El reposo no es
algo nuevo, existe desde la fundación del mundo. Relacionándolo con el capítulo
3 de Hebreos, está en el HOY de Dios. HOY es el día de entrar en el reposo de
Dios.
2. Por
la obediencia entramos en el reposo de Dios.
“4
Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. / 5 Y otra vez
aquí: No entrarán en mi reposo. / 6
Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes
primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, /
7 otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio
de David, como se dijo: ‘Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros
corazones.’” (Hebreos 4:4-7)
Dios reposó de
toda obra el séptimo día, el sábado Divino, algo muy amado por los judíos y
judaizantes actuales. Se suele exaltar el “sábado” como día de la semana en que
hemos de reposar de toda obra. Algunos lo toman en forma literal. Los
cristianos celebramos el domingo como el día de la resurrección de Jesús y
acostumbramos hacer el culto a Dios ese día, en el que descansamos del trabajo
y las preocupaciones del mundo para dedicarlo al Señor. Pero en verdad todos
los días son de Él. El “reposo” es algo más que un día, es una vida completa
descansando en Dios.
Si Dios dice “No entrarán en mi reposo” es porque aún falta que algunos o muchos entren en Su
reposo. Todavía hay muchas personas que no conocen a Jesús y por tanto no han
entrado en el reposo; pero también hay innumerables cristianos que aún no
entran en una vida reposada, descansada, afirmada en la Gracia y no en la Ley.
Los que no
entraron fue porque fueron desobedientes. ¿Pasará hoy lo mismo con muchos
cristianos? La desobediencia de los creyentes quizás no sea la de faltar a
alguno de los diez mandamientos, sino de no poner plena confianza en Dios y
querer hacer sus vidas conforme a su propia manera de ver y sentir las cosas;
son los cristianos que discuten con Dios y los pastores, los cristianos que
tienen sus propias teorías de la fe, los cristianos que se esfuerzan por
alcanzar sus propias metas y no escuchan a Dios. Éstos, de ese modo no podrán
entrar en el reposo de Dios.
Nuevamente se
refiere al HOY de Dios en tiempos de David. Si el Éxodo hebreo ocurrió
aproximadamente en el 1.400 AC. y David vivió entre el 1040 y 966 AC, Dios
volvió a hablar acerca de Su reposo después de cuatro siglos. Hoy nos vuelve
Dios a hablar de Su reposo porque es algo muy importante para continuar
avanzando en la vida de fe. Si no entramos en ese reposo seguiremos dando
vueltas en nuestro desierto sin alcanzar la meta y los propósitos que tiene el
Señor con cada uno de nosotros.
3. El
verdadero reposo de Dios es descansar de nuestras obras.
“8
Porque si Josué les hubiera dado el reposo,
no hablaría después de otro día. / 9 Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. / 10 Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. / 11 Procuremos,
pues, entrar en aquel reposo, para
que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. / 12 Porque la palabra
de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y
penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y
discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. / 13 Y no hay cosa
creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están
desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.” (Hebreos
4:8-13)
Con Josué, el
pueblo hebreo entró en la tierra de promisión, pero no en el reposo de Dios. Me
pregunto si es lo mismo entrar en la salvación, en el Reino de Dios, en Cristo
y “entrar en el reposo de Dios”. Al parecer no es así y todavía “queda un reposo para el pueblo de Dios”. Tal reposo se halla en la
Gracia. Una cosa es vivir bajo la Ley y otra bajo la Gracia. Haber encontrado
la salvación en Cristo no implica vivir en la Gracia. Ésta me trajo a Jesús,
pero bien puedo seguir viviendo bajo la Ley y jamás entrar en una vida de
Gracia, de descanso, de confianza, de fe, de “reposo” en Dios. Muchos
cristianos viven afanados en sus obras y no entran en el reposo.
Si alguien no ha
reposado de sus obras, aún no entra en el reposo Divino. Hay muchos cristianos
que aún no descansan de sus obras. Descansar de mis obras es: a) Antes de hacer
preguntar a Dios; b) No desesperarme por “hacer la obra”; c) No culparme por
todo lo que no soy o no puedo; d) Orar y meditar más que hacer; e) Escuchar al
Espíritu Santo y obedecerlo.
Seguir en los
esfuerzos personales, en las obras propias, es estar en desobediencia, vivir
como aquellos que vagaban en sus almas y por las arenas de su desierto
personal. Es necesario que comencemos a detenernos y evaluar nuestras vidas
como cristianos, preguntándole a Jesús, como lo hizo San Pablo: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6)
La Palabra de
Dios es penetrante, llega hasta lo más profundo del ser y discierne entre lo
que es verdadero y lo que es falso. Él es muy claro: Nosotros pensamos que
estamos muy bien en cómo vivimos la fe cristiana, pero aún no hemos entrado
verdaderamente en Su reposo, todavía no confiamos en Él y queremos ganarnos el
Cielo por propios esfuerzos. Esto de vivir por obras no es un mal que sólo
afecte a católicos, en toda la Iglesia hay orgullosos y vanidosos que quieren
ganar su salvación por propio esfuerzo y figurar en los anales de la Iglesia. Pero
el Señor nos quiere allá, en las nubes, en la eternidad, en el HOY, en el
REPOSO eterno, porque Jesucristo ya hizo Su obra perfecta. Ahora Él sigue
trabajando por Su Espíritu dentro de cada cristiano, en Su Cuerpo, la Iglesia.
CONCLUSIÓN.
El capítulo 4 de
Hebreos habla acerca del Reposo de Dios. Éste consiste en un estado de plena
confianza en la Gracia del Señor, ajeno a las obras propias. El reposo es algo
más que recibir la salvación del alma y el perdón de pecados. En relación al
reposo de Dios, la Sagrada Escritura enseña que: 1) Dios nos promete Su reposo;
2) Por la obediencia entramos en el reposo de Dios; y 3) El verdadero reposo de
Dios es descansar de nuestras obras.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)
¿Cómo entiende usted el reposo de Dios?
2)
¿Qué es para usted la Gracia?
3)
¿Está usted descansando de sus obras?
4)
Pregunta usted siempre a Dios antes de decidir
una acción importante en su vida?
5)
¿Se desespera cuando no le resultan las cosas en
el tiempo o la forma que las tenía programadas?
6)
¿Qué razonamientos debería uno hacer para no
autoculparse por no ser alguien o no poder hacer algo?
7)
¿Es usted una persona meditativa o de acción?
8)
¿Es obediente al Espíritu Santo?
9)
¿Cómo son las personas que “vagan en sus almas”?
10)
¿Gano el Cielo por mis obras o por mi fe?
11) ¿Cuál
es el peligro del concepto de “salvación por obras”?
12) ¿Encontrar
la salvación en Cristo es vivir en la Gracia?
13)
¿Qué enseñanza personal le deja este sermón?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
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Reina,
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Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
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(1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios
habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
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Pérez Millos, Samuel
“Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento –
Hebreos”
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https://bendicionescristianaspr.com/salmo-95/
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