ISAÍAS, EL PROFETA MESIÁNICO
CAPÍTULO 4
© Pastor Iván Tapia
Jesucristo Revelará la
hermosura y gloria de Su santidad.
“2
En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto
de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel.” (Isaías 4:2)
Cuando los profetas escriben la frase
“en aquel tiempo” se están refiriendo a un tiempo específico, llamado también
“el Día del Señor” que corresponde al tiempo en que Jesucristo regresará a
buscar a Su Iglesia y luego a instalar Su gobierno en la Tierra por mil años.
Por tanto Isaías está aquí profetizando acerca de ese tiempo futuro, tanto para
su época como para la nuestra.
Él dice que en el tiempo del fin se
manifestará “el renuevo”. En Escrituras anteriores a Isaías se habla de
plantaciones y renuevos que son los retoños que brotan después de podarse la
planta. Hay un Salmo que lo expresa en singular: “14 Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y
considera, y visita esta viña, / 15 La planta que plantó tu diestra, Y el
renuevo que para ti afirmaste. / 16 Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por
la reprensión de tu rostro.” (Salmos
80:14-16) La plantación de Jehová es Su pueblo, Él lo riega, lo cuida y lo
poda; pero hay un renuevo que Él considera con especial predilección. Se puede
comprender mejor el mensaje de Isaías al respecto si leemos en un capítulo muy
posterior lo siguiente: “1 Saldrá una
vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. / 2 Y reposará
sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.”
(Isaías 11:1,2) Otro profeta lo dirá
más claramente: “En aquellos días y en
aquel tiempo haré brotar a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y
justicia en la tierra.” (Jeremías
33:15) Sí, el Señor Jesucristo es el Renuevo, el Retoño de la Vid Verdadera.
El Renuevo de Jehová, o sea nuestro
Señor Jesucristo, ofrecerá Su hermosura y gloria a toda la Humanidad, será
visto y aplaudido por las naciones. Su pueblo escogido, Israel, por fin tendrá
el fruto de su esfuerzo, grandeza y honra por haber perseverado en su fe
durante siglos y en especial durante la Gran Tribulación. Este período de siete
años previo al regreso del Señor será sumamente doloroso para los judíos y para
los cristianos que no sean “arrebatados”. Habrá persecución religiosa, ellos no
podrán comprar alimentos y andarán huyendo o estarán escondidos en lugares
apartados de las ciudades. Muchos morirán martirizados por reconocer a
Jesucristo y otros sobrevivirán. Los martirizados por ser fieles a Dios,
resucitarán el día de la resurrección y tanto ellos como los sobrevivientes
disfrutarán el milenio. “Los sobrevivientes
de Israel” de los cuales habla el profeta es el pueblo que se ha mantenido
fiel a Dios. Esta es la multitud vestida
de ropas blancas que adora a “Dios que está sentado en el trono, y al
Cordero”, de la que escribe San Juan:
“13
Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de
ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? / 14 Yo le dije: Señor, tú
lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y
han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. / 15
Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo;
y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. / 16
Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor
alguno; / 17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y
los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos
de ellos.” (Apocalipsis 7:13-17)
Jesucristo es el Renuevo de Dios que
revelará toda la hermosura de Su santidad y glorioso poder ante Su pueblo
sobreviviente al mal. El pueblo de Dios podrá descansar y disfrutar en Él de
grandeza y honra.
(Fragmento del Capítulo 4 de "Isaías, el Profeta Mesiánico")
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