domingo, septiembre 22, 2019

LA LIBERTAD CRISTIANA


UNA NACIÓN LIBRE
MENSAJE DE FIESTAS PATRIAS 4





© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica: 17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. / 18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. / 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,  / 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,  / 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,  / 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Hebreos 10:17-22)

Idea central: La libertad cristiana.

Objetivos: a) Valorar la  libertad como uno de los dones más preciados por el ser humano; b) Conocer y apreciar los textos donde la Biblia nos habla de la libertad que Dios puede otorgar al Hombre; c) Conocer, apreciar y aplicar los textos en que el Nuevo Testamento enseña acerca de la libertad cristiana; d) Conocer, profundizar, valorar y comunicar la verdad sobre el origen de nuestra libertad, Jesucristo; e) Apreciar, comprender y darse cuenta del desarrollo de la libertad cristiana que produce la obra del Espíritu Santo; f) Conocer y creer en la liberación futura del Hombre y su entorno; g) Comprender y aplicar cómo debe ser la administración de la libertad cristiana; y h) Comprender y valorar la ley de la libertad cristiana, que es el Amor.


Resumen: El Nuevo Testamento enfatiza la libertad cristiana, originada en la obra de Jesucristo en la cruz y la acción del Espíritu Santo en el creyente; nos enseña cómo administrar ese don maravilloso de Dios, de modo que no ofenda al prójimo ni nos haga recaer en legalismos; y como una verdadera “ley de libertad”, fundada en el Amor de Dios.


C
uando la nación en que nacimos y vivimos recuerda y celebra su libertad o el inicio de un proceso de liberación nacional, es atingente que los cristianos reflexionemos sobre este bien tan preciado como es la “libertad” y cómo debemos vivirla. Hay una libertad física pero también hay una libertad espiritual. De esta libertad está preocupada principalmente la Iglesia y la Palabra de Dios.

Casi 50 veces aparece la palabra “libertad” en el Nuevo Testamento. Es que la libertad es un tema central en toda la Biblia: 1) Dios dio libertad al ser humano para obrar bien y creativamente, incluso para decidir entre lo bueno o lo malo, con las consecuencias que ello implica; 2) Al perder el ser humano su libertad y atarse al pecado y a las tinieblas, Dios le promete liberarlo; 3) El pueblo hebreo fue libertado de la esclavitud en Egipto, por el siervo de Dios Moisés; 4) Los profetas anunciaron un Libertador de Israel y la Humanidad, el Mesías o Cristo; 5) Jesucristo, el Hijo de Dios, fue enviado a la Tierra para libertar al pecador de culpas y pecados; para libertarlo del poder de las tinieblas.

En la época de la Reforma, Martín Lutero escribió dos afirmaciones sobre este preciado don de la libertad que nos legó Jesucristo: “El cristiano es libre señor de todas las cosas y no está sujeto a nadie.” Y “El cristiano es servidor de todas las cosas y está supeditado a todos”. Ambas afirmaciones las fundamentó en los siguientes textos bíblicos:

·         “Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.” (1 Corintios 9:19)
·         “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.” (Romanos 13:8)


¿Qué nos enseña el Nuevo Testamento sobre la libertad cristiana?

1.      Origen, desarrollo y futuro de la libertad cristiana.
“18 El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos”  (San Lucas 4:18)

El Señor Jesucristo vino a la Tierra con el propósito de liberarnos:
a)      Liberarnos de la pobreza e ignorancia espiritual, “para dar buenas nuevas a los pobres”
b)      Liberarnos de culpas, heridas, traumas y complejos, “sanar a los quebrantados de corazón”
c)      Liberarnos de la cautividad del pecado, “ pregonar libertad a los cautivos”
d)      Liberarnos de la ceguera espiritual, “dar vista a los ciegos”
e)      Liberarnos de la opresión de Satanás y las tinieblas, “poner en libertad a los oprimidos”

Jesucristo vino a darnos libertad y nos transmitió una doctrina liberadora, que es el Evangelio:

“17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; / 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”  (Romanos 6:17,18)

La doctrina de Jesús implica:
a)      Obedecerla de corazón; seguir a Jesucristo implica obedecer a Su Evangelio.
b)      Ser libertados del pecado; al creer en Jesucristo somos libertados de la esclavitud del pecado y aunque el pecado nos acecha, luchamos contra él.
c)      Ser siervos de la justicia; de ser esclavos de las tinieblas, Jesucristo nos hizo justos ante Dios.

El origen de nuestra libertad espiritual es Jesucristo y Su doctrina, lo cual produce un resultado:

“Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”  (Romanos 6:22)

El resultado de ser liberados del pecado para ser siervos de Dios, es:
a)      La santificación, el proceso de transformación del carácter que realiza el Espíritu Santo en el cristiano.
b)      La vida eterna, el don de la vida sublime, aquella que sólo Dios puede dar, la vida del espíritu que está por sobre la vida biológica y psicológica.

Dios continuará liberando pecadores hasta el día del regreso de Jesucristo. Los cristianos, pecadores arrepentidos y en proceso de santificación, un día serán completamente liberados de la esclavitud de la carne, mediante la resurrección y transformación. Esa será la libertad gloriosa de los hijos de Dios:

“20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; / 21 porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.” (Romanos 8:20,21)

Pero no sólo la Humanidad será liberada, sino también la naturaleza que sufre en la actualidad los resultados del pecado del ser humano. La Palabra de Dios vaticina que la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción.

En resumen:
·         Jesucristo vino a liberarnos del pecado, por tanto Él es el origen de nuestra libertad.
·         Jesucristo nos transmitió una doctrina liberadora, que es el Evangelio.
·         Esa doctrina produce como resultado nuestra salvación, sanación, renovación y transformación.
·         Su obra culminará en la completa liberación del Hombre y la Creación.


2.      Administración de la libertad cristiana.
“8 Si bien la vianda no nos hace más aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos, seremos menos. / 9 Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles.” (1 Corintios 8:8,9)

Necesitamos aprender a administrar la libertad que tenemos en Cristo.

Lo que comamos o bebamos no nos hace más aceptables para Dios. Somos aceptados por Él por medio de la fe en Jesucristo. No comer carne y preferir verduras puede ser bueno para la salud; beber alcohol puede embotar la mente y ponernos en situaciones difíciles, pero nuestra salvación no depende de ello. Al conocer a Jesucristo hemos sido liberados de todas esas normas religiosas que ponían como ley dejar de comer y beber ciertas cosas.

El consejo paulino es que al usar de esta libertad, nos cuidemos de no ofender la conciencia de personas que dan valor a esos actos. En los tiempos de Apóstol las religiones idólatras sacrificaban animales a sus dioses y solía venderse o regalarse la carne sobrante. Para un cristiano esa carne nada significaba, pero para un hermano de conciencia más débil sí podía ser motivo de tropiezo:

“28 Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. / 29 La conciencia, digo, no la tuya, sino la del otro. Pues ¿por qué se ha de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?” (1 Corintios 10:28,29)

Por causa de aquel que considera pecado o falta comer, beber, fumar u otra costumbre externa, es conveniente que sepamos administrar la libertad que Jesucristo nos ha dado. A veces la libertad cristiana es amenazada:

“3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; / 4 y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, / 5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.” (Gálatas 2:3-5)

Dentro de la Iglesia de los tiempos de los primeros apóstoles había dos posturas frente a la fe, dos modos de entender la salvación: 1) La posición de San Pablo que creía en la salvación exclusivamente por medio de la fe en Jesucristo; y 2) La posición de los judaizantes que pensaban que un cristiano no judío, es decir gentil, debía circuncidarse y guardar todos los ritos de la Ley.

La Gracia nos libertó del cumplimiento de la Ley en términos de ordenanzas, la llamada Ley Mosaica o Ley de Moisés. Los 10 mandamientos expresan para los cristianos más bien que órdenes, 10 principios de vida: Lealtad, fidelidad, reverencia, santidad, respeto a la autoridad, respeto a la vida, pureza, honestidad, veracidad y contentamiento.

El Apóstol enseñaba a judíos y gentiles a vivir la libertad cristiana, libres del pecado, de la carne, del mundo, de las tinieblas y de la Ley. Más había falsos hermanos introducidos a escondidas en las congregaciones. Su propósito al espiar su libertad era volver a los convertidos a la esclavitud legalista.

Aún hoy día se da esta pugna entre una mentalidad legalista y una mentalidad libre dentro de la iglesia. Es la lucha entre los de la Ley y los de la Gracia. La Biblia nos insta a cuidar la libertad que tenemos en Cristo:

“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” (Gálatas 5:1)

La Iglesia en Galacia estaba en aquellos tiempos amenazada en su fe por los que querían volver a los hermanos a la circuncisión. Pablo les recuerda que deben defender su libertad, que deben estar muy firmes en la libertad que Cristo les dio. ¿Cómo puede ser que habiendo sido liberados de tradiciones, costumbres y prejuicios humanos, queramos volver a ellos? Jesucristo nos libertó de una antigua mentalidad en que vivíamos con miedos y culpas, un modo de pensar y vivir que nos tenía prisioneros.

Los cristianos fuimos llamados a libertad. Lo único que debemos cuidar es que el uso de esta libertad no nos lleve a ofender al Señor que nos la dio. Una demostración de que estamos administrándola bien es el amor al prójimo y el amor fraternal:

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.” (Gálatas 5:13)

En Resumen:
      Los cristianos fuimos llamados a libertad.
      Necesitamos aprender a administrar y cuidar la libertad que tenemos en Cristo.
      Nuestra libertad cristiana a veces es amenazada.
      Debemos cuidar del uso que demos a esta libertad
      Debemos cuidar de no ofender al Señor que nos la dio.
      Una demostración de que estamos administrando bien la libertad es el amor al prójimo y el amor fraternal.


3.      La ley de la libertad cristiana.
“15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; / 16 como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.” (1 Pedro 2:15,16)

Dios desea que hagamos el bien y de ese modo, con ese testimonio vivo, tapemos la boca de los malintencionados, los que murmuran de nosotros, los que no aceptan nuestro cristianismo, los insensatos. Debe ser nuestro buen obrar el arma para callar la ignorancia de los hombres insensatos y no el mal hablar, la odiosidad u otra conducta negativa de nuestra parte.

Tenemos la libertad para actuar como pensemos que es mejor en nuestras relaciones humanas, pero en esa libertad deberá primar siempre,  como siervos de Dios, la justicia, la misericordia y la fe:

“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” (San Mateo 23:23)

¿Cómo hemos de ejercer la libertad, sino con amor? Esta es una verdadera ley:

“Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”  (Santiago 1:25)

Cuando leemos la epístola de Santiago, hermano del Señor, nos llama la atención su sentido pragmático de la fe. Para él la verdadera fe se demuestra en acciones, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra. Sin embargo habla de una perfecta ley a la que llama la de la libertad. A nuestro juicio se refiere a la ley de Cristo, la ley del Amor.

¿Por qué la ley del Amor es “la ley de la libertad”? Porque:
1)      Por el gran amor de Dios nos fue enviado un Libertador, Jesucristo.
2)      El gran Amor de Jesucristo le condujo a morir por nosotros en la cruz.
3)      Por medio de ese Amor fuimos libertados.
4)      El Espíritu morando en el cristiano lo libera de incredulidad, orgullo, culpas, egoísmo e ignorancia y lo hace amar a Dios, al prójimo y a sí mismo.

Perseverar en la ley del Amor nos traerá la bienaventuranza de Dios. Será esta la mejor forma de agradecer la maravillosa obra liberadora que hizo y continúa haciendo Jesucristo, nuestro Libertador:

17 añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. / 18 Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado. / 19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,  / 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,  / 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,  / 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Hebreos 10:17-22)

Dios olvida para siempre nuestros pecados al ver a Jesucristo en nosotros, Aquél que murió por nuestras transgresiones para darnos libertad. No es necesaria otra ofrenda por nuestros pecados, ni obra alguna ni que Jesús deba morir otra vez para recibir el perdón. Dios ya nos aceptó, perdonó nuestros pecados, nos dio la salvación y puso Su Espíritu en nosotros para poder vencer al pecado.

Por Jesucristo gozamos de completa libertad para entrar en el Lugar Santísimo en la Presencia de Dios y compartir con Él pensamientos, sentimientos, acciones. Libremente podemos comunicarnos con Dios, ya que Jesús a través de Su carne sacrificada, a la manera del velo que separaba el Lugar Santo del lugar Santísimo en el Tabernáculo, nos comunica con el Padre. Por eso solemos hacer nuestras oraciones “en el nombre de Jesús”.

En la Casa de Dios, Su Iglesia, hay un gran sacerdote que ejerce como Mediador y Abogado de todos los hijos de Dios. Este Sumo Sacerdote no es un ser humano pecador, limitado y con defectos, sino el Hijo de Dios, Jesucristo, Santo y Justo, Misericordioso y conocedor de nuestra humanidad, nuestro Libertador. Por lo tanto “acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”

En resumen;
·         Debemos ejercer la libertad cristiana con amor.
·         La verdadera ley de la libertad es el Amor de Cristo.
·         Perseverar en la ley del Amor nos traerá la bienaventuranza de Dios.
·         Por Jesucristo, nuestro Libertador, gozamos de completa libertad para entrar en la Presencia de Dios.


CONCLUSIÓN.
La  libertad es uno de los dones más preciados por el ser humano. Toda la Biblia nos habla de la libertad que Dios puede otorgar al Hombre. El Nuevo Testamento es particularmente enfático en este aspecto y enseña: 1) El origen, desarrollo y futuro de la libertad cristiana, Jesucristo, la obra de Su Espíritu y la liberación del Hombre y su entorno; 2) Cómo debe ser la administración de la libertad cristiana dada a los creyentes, no ofensiva a nuestros prójimos y cuidadosa de no recaer en legalismos; y 3) La ley de la libertad cristiana, que es el Amor de Jesucristo, nuestro Libertador.

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Es importante para usted tener libertad?
2)      ¿Cuál es el origen de la libertad cristiana?
3)      ¿Tiene usted dificultades para ejercer su libertad cristiana?
4)      ¿Qué diferencias hay entre la libertad física y la libertad espiritual?
5)      ¿Cuántas veces aparece la palabra “libertad” en el Nuevo Testamento?
6)      ¿Qué pasajes del Antiguo Testamento expresan la idea de libertad?
7)      ¿Por qué se dice que Jesucristo es nuestro Libertador?
8)      ¿Qué significa que el cristiano es servidor de todas las cosas y está supeditado a todos?
9)      ¿Cree usted que el cristiano es libre señor de todas las cosas y no está sujeto a nadie?
10)  ¿Cuál es la obra del Espíritu Santo en relación a la libertad?
11)  ¿Qué relación existe entre el ser humano y la actual destrucción del medio ambiente?
12)  ¿Cómo entiende usted la “ley de la libertad”?
13)  ¿Qué piensa usted de una fe cristiana basada en prohibiciones y castigos?


BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 
·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”

·         Lutero, Martín (1520) “La Libertad Cristiana” disponible en http://semla.org/portal/wp-content/uploads/2011/05/La-Libertad-Cristiana-Lutero.pdf


Valparaíso, domingo 22 de septiembre de 2019.

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