lunes, abril 08, 2019

LA OBEDIENCIA EN EL CUERPO.

HEBREOS COMENTADO
LECCIÓN 26

 


© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:17) 

Palabra clave del capítulo: OBEDIENCIA. 

Idea central: La obediencia de pastores y ovejas. 

Objetivos: a) Interpretar bajo una mirada diferente el versículo 17 de Hebreos, capítulo 13, considerando los deberes tanto de pastores como ovejas; b) Comprender y practicar que todos los creyentes nos debemos obediencia unos a otros, como al Señor; c) Aprender a obedecer a la autoridad; d) Comprender la importancia de sujetarse al Cuerpo de Cristo; e) Instar a todo cristiano a velar por las almas; f) Comprender y valorar que todos daremos cuenta de nuestro comportamiento cristiano en el Tribunal de Cristo; g) Servir a nuestros semejantes y a Dios con alegría; h) No quejarse en el servicio; e i) Disfrutar el provecho de servir al Señor. 

Resumen: El último capítulo del libro de Hebreos tiene como principal acento la obediencia. Esta enseñanza la hemos centrado en el verso 17 que nos invita a la obediencia, la sujeción, la fraternidad, el compromiso con Dios, el servicio gozoso y el provecho de estar en Cristo.
 

H
ebreos no es propiamente una carta sino una homilía anónima, destinada a ser leída en voz alta ante los fieles. Está dirigida a judíos convertidos al cristianismo. Fue escrito en griego, entre los años 60 y 65 del siglo I, antes de la destrucción del Templo por los romanos el año 70 DC. 

El capítulo 13 de Hebreos, último de esta enseñanza a la comunidad de judíos convertidos, hace diez encargos muy prácticos, útiles para todo creyente. Son nuestros deberes cristianos:

·         Amar a nuestros hermanos en la fe (Hebreos 13:1)

·         Ser hospitalarios en nuestro hogar (Hebreos 13:2)

·         Ser compasivos con los que sufren (Hebreos 13:3)

·         Tener una conducta sexual ordenada (Hebreos 13: 4)

·         Practicar el contentamiento y la generosidad (Hebreos 13:5,6)

·         Imitar a los pastores (Hebreos 13:7)

·         Vivir en la Gracia de Jesucristo (Hebreos 13: 8-15)

·         Ser solidarios con nuestros hermanos (Hebreos 13:16)

·         Obedecer a los pastores (Hebreos 13:17)

·         Orar por los ministros de Dios (Hebreos 13:18)
 

Pero en esta oportunidad nos vamos a detener en el versículo 17, que dice: Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” (Hebreos 13:17) 

En este versículo encontramos siete aspectos muy importantes tanto para el pastor como para la oveja. Todos los cristianos somos ovejas, incluidos los pastores; pero no todas las ovejas son pastores, pues el pastorado es un ministerio, un llamado o vocación específica hecha por el Señor. Todos somos ovejas del rebaño de Jesús, nuestro Pastor. Así es que estos aspectos tocan a ambos y muy especialmente al pastor. Este versículo está dirigido tanto a las ovejas como a los pastores. Que cada uno escuche lo que deba oír del Espíritu Santo. 

¿Qué nos recuerda el verso 17 de Hebreos 13? 

1.      Obedecer a la autoridad.

“Obedeced a vuestros pastores...”

La obediencia es fruto de la fe que descubre a Dios en toda autoridad. Dios es Invisible pero se visibiliza en este mundo en personas que reciben cierta cantidad de poder para ejercerlo sobre otros, por ejemplo los padres sobre los hijos, los maestros sobre los alumnos, los jefes sobre subalternos, y así jueces, policías, autoridades civiles, etc. ostentan una medida de autoridad en este mundo. Es lo que se llama autoridad delegada puesto que se recibe de otro, que en principio es de Dios. Por medio de esta autoridad delegada Dios ordena y dirige este mundo.  

La Iglesia también vive esta autoridad, sobretodo porque es, al decir del Apóstol “el Cuerpo de Cristo”, siendo el Señor Cabeza de este Cuerpo. Los pastores son un peldaño en esta escala de autoridad. Por lo general llamamos “pastores” a cualquier ministro de Dios, sea éste apóstol, profeta, evangelista, propiamente pastor o maestro. En verdad debemos obediencia a nuestros superiores. Puede que exista entre el pastor y nosotros otras autoridades, como diáconos y líderes diversos que ejercen una función y tienen un cargo que deben cumplir, del cual deberán dar cuenta al Señor. A todos ellos debemos obediencia.  

La autoridad en el mundo suele ser cuestionada. Lamentablemente hoy día también sucede esto en la Iglesia. No debe ser combatida sin razón. Cuando un pastor o líder excede su campo de autoridad y abusa indudablemente ha de ser investigado y sancionado por la Iglesia, en un proceso que el Señor ya indicó en el Evangelio: “15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. / 16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. / 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. / 18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo. / 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos. / 20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (San Mateo 18:15-20) 

Pero cuestionar, criticar, desprestigiar a los ministros de Dios, sin mayor fundamento, sólo por murmuraciones o puntos de vista, es una grave falta. No debemos permitir que los pastores sean denostados.

Como ovejas del Señor, los pastores también están bajo autoridad. Deben obediencia a Dios. Toda iglesia tiene un presbiterio, un consejo de ancianos, oficiales o como sea que se les denomine, que debe velar por el buen comportamiento del pastor y éste debe obediencia a ellos. Pero también está la comunidad de hermanos que sostiene al pastor con sus diezmos, sus oraciones y su respeto al ministerio que éste ejerce. Ellos son autoridad como Cuerpo frente al pastor y el pastor se debe a ellos. La Iglesia no es un sistema absolutamente vertical en que las autoridades se transforman en verdaderos dictadores sino que es una asamblea que levanta y sostiene a sus líderes, los cuales están al servicio de ella. Cuenta el Evangelio que cuando hubo una disputa entre los apóstoles sobre quién de ellos sería el mayor, Jesús les enseñó: 25...Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; / 26 mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve. / 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve.” (San Lucas 22:24-27) 

Pastores y ovejas se deben obediencia mutua. Tal obediencia proviene de la fe.
 

2.      Sujetarse al Cuerpo de Cristo.

“y sujetaos a ellos”

La sujeción al Cuerpo de Cristo es un principio básico en la vida cristiana. Mucha importancia le damos al estar sometidos al Señor, pero si esto no se demuestra en la sujeción a la Iglesia es tan sólo un ideal, palabras bonitas que se dicen pero que no se demuestran en sujeción al organismo que Jesús ha dejado para que pertenezcamos a él y obedezcamos. 

Sujetarse a un pastor o a un hermano mayor significa respetar, obedecer, considerar y creer que Dios habla a través de esa persona a mi vida. Todos necesitamos el consejo de alguien con una experiencia y conocimiento distinto, de un verdadero amigo. No se trata de alguien que nos de órdenes, sino consejos sabios o que nos escuche y aporte con su experiencia. Eso es la sujeción.  

Los pastores también debemos sujetarnos al Cuerpo de Cristo. Algunas iglesias tienen obispos a quienes consideran pastores de pastores; también hay organizaciones pastorales en las que un siervo de Dios puede encontrar apoyo y consejo; pero en primer lugar está la propia comunidad cristiana a la que pertenece, a ella se debe y es necesario que la escuche, pues allí también hay ancianos que pueden animarlo y aconsejarlo en el camino de la fe. 
 

3.      Velar por las almas.

“porque ellos velan por vuestras almas” 

Los ministros de Dios, en especial los pastores, son los encargados de velar por las almas de su iglesia. Velar significa vigilar, estar atento a las dificultades, progresos, peligros, necesidades y todo lo que involucra el desarrollo espiritual de las vidas que el Señor ha puesto a su cargo. Tal trabajo no es fácil pues todos tienen la libertad de tomar el sendero que les apetezca, por tanto la labor del pastor, además de orar por las almas, es persuadirles mediante la Palabra de Dios y el consejo oportuno, acerca del mejor camino para sus vidas. En esto no ha de ser irrespetuoso, autoritario, irónico ni entrometido, más bien cauto, inteligente, sabio, humilde y enseñar con el buen ejemplo.  

Pero no sólo el pastor debe velar por las almas de la congregación. También debe hacerlo todo cristiano y orar y cuidar a sus hermanos, mayormente cuando tiene un cargo o llamado dentro del Cuerpo: “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” (1 Tesalonicenses 5:11
 

4.      Considerar que daremos cuenta.

“como quienes han de dar cuenta” 

Los pastores daremos cuenta al Señor Jesucristo sobre nuestro servicio a la Iglesia, cuando nos presentemos ante el Tribunal de Cristo, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.” (2 Corintios 5:10) No se trata del juicio final ante el gran trono blanco, sino de un juicio especial para los cristianos. Si bien es cierto nuestra salvación ya está decidida en la cruz y al momento de aceptar y recibir el perdón y Espíritu de Dios, por tanto no es discutible ese aspecto; pero sí estamos llamados a cumplir ciertos estándares que nos plantea Jesús en el Evangelio, los cuales serán evaluados, “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.” (Romanos 14:12) 

El Señor es Justo y solicitará de nosotros el cumplimiento de Su voluntad. No es legalismo, sino justicia. Por ejemplo si Él dijo “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.” (San Juan 13:34), pero yo no lo he cumplido en su totalidad, recibiré de parte de Él quizás alguna palabra de reprensión, mas si he actuado conforme a Su voluntad seré premiado en alguna medida: “13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. / 14 Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. / 15 Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” (1 Corintios 3:13-15) Es lógico pensar que si Dios se ha propuesto un objetivo con cada cristiano, quiera al término de la carrera evaluarlo. Resultado de ello habrá sanción o aprobación, aunque no eterna perdición. 

Como se puede inferir, esta evaluación no es sólo para pastores sino para todos los cristianos. Todos hemos sido llamados, capacitados por el Espíritu Santo y enviados a algún tipo de misión. ¿Cuál es la misión o misiones que Dios le ha dado a realizar en esta vida? Sobre ello Dios le evaluará y usted tendrá que rendir cuenta. Pero quizás antes del cumplimiento de una tarea específica, está la más importante cosa que es su desarrollo como cristiano, su crecimiento espiritual en fe, paz, amor y esperanza, con todas las virtudes que de estas cualidades básicas provienen. ¿Qué virtudes aún no ha desarrollado? ¿Cuál es el aspecto que Dios está tratando hoy en su vida?
 

5.      Servir con alegría

“para que lo hagan con alegría” 

Los cristianos sabemos que estamos llamados a servir; nos lo dice la parábola del buen samaritano, el ejemplo de Jesús que “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.” (Hechos 10:38) y todas Sus enseñanzas sobre el amor al prójimo. El mismo Espíritu nos impulsa a servir, pero si lo hacemos sólo por obligación, con desgano, como una pesada carga, reclamando y quejándonos, no será el servicio que espera el Señor, será un servicio pero imperfecto. A veces es preferible no servir, si lo haremos de mala gana. Dios busca al dador alegre y a éste bendice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” (2 Corintios 9:7) 

Siempre el servicio a Dios y al prójimo, que es para Él, debe ser hecho con alegría: “1 Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. / 2 Servid a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo.” (Salmo 100:1,2) Pastores y ovejas han de servir al prójimo y a la Iglesia con gozo, un fruto del Espíritu.
 

6.      No quejarse en el servicio.

“y no quejándose”  

Aún sirviendo a Dios con alegría, podemos obtener malos resultados, como pérdida de hermanos, alejamiento de colaboradores, descrédito y murmuración, ingratitud, poco fruto, etc. y todo ello causarnos dolor. A esto se refiere la frase “para que lo hagan con alegría, y no quejándose”. En la obra del Señor, como en todo trabajo en este mundo, habrá sinsabores, dificultades, problemas; es algo propio de nuestra humanidad caída, los cardos y espinas. Pero muchos de esos sufrimientos pueden ser atenuados si colaboramos con nuestros pastores y si los pastores somos más comprensivos con las ovejas. 

En verdad no debiéramos hacer una diferencia tan marcada entre pastores y ovejas, ya que como decíamos al comienzo, todos somos ovejas del Señor. No debemos perder de vista la doctrina del sacerdocio universal de los creyentes. Todos estamos llamados a obedecer, sujetarnos unos a otros, velar por nuestros hermanos, servir con alegría y sin quejas. En el libro de los Hechos se observa esta igualdad en los cristianos cuando se produjo el problema del servicio a las mesas por el reclamo de que unos eran mejor atendidos que otros. Democráticamente los hermanos escogieron a siete varones para el diaconado. No fueron escogidos por los apóstoles, lo que da cuenta de un sistema más abierto, no tan vertical como podríamos suponer. Hay quienes sirven para predicar y otros más para ayudar, repartir, colaborar, etc. mas todos son importantes y necesarios. Si cada uno está en lo suyo, con alegría, sujeción, obediencia, no habrá quejas, no habrá más dolores que los propios de nuestro estar en este mundo.
 

7.      Disfrutar el provecho de servir al Señor.

“porque esto no os es provechoso.”  

¿Qué provecho tiene servir al Señor? Indudablemente que mucho. Algunos de los resultados son:

a)      Protección. Somos cuidados por Él, protegidos como Sus siervos. Nuestro Patrón no es como muchos del mundo, que son explotadores y hasta abusan de sus obreros. Dios nos da una buena paga, tanto material como espiritual, porque Él tiene cuidado de nosotros: “6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; / echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” (1 Pedro 5:6,7)

b)      Sabiduría. Comparte con nosotros Su sabiduría, por medio de la Palabra de Dios y las iluminaciones de Su Espíritu Santo, cambiando nuestro modo de pensar y renovándonos continuamente. Ahora podemos decir que tenemos Su mente: “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.” (1 Corintios 2:16)

c)      Testimonio. Alcanzamos prestigio por el testimonio de Jesús en nuestra vida. La gente debe reconocer que somos personas honestas y sinceras en nuestro proceder, además de misericordiosos y atentos a sus problemas. Finalmente somos favorecidos con el aprecio de los no creyentes: “46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, / 47 alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” (Hechos 2:46,47)

d)     Honor. Es un gran gozo saber que trabajamos para el Señor del universo, para el Dueño de la creación, el Salvador de los pecadores, el Maestro de maestros, el Patrón de la viña. No es poca cosa en nuestro currículo ser un obrero de Jesús. Es la mayor alegría saber que estamos laborando por la salvación de las almas, la máxima tarea de Dios en esta Tierra: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.” (San Juan 15:13) 

CONCLUSIÓN.

El versículo 17 de Hebreos, capítulo 13, siempre se lee como una exigencia para todo cristiano, el obedecer a su pastor; mas también es exigencia al pastor obedecer a la autoridad de la asamblea. En verdad todos los creyentes nos debemos obediencia unos a otros, como al Señor, ya que Éste actúa en medio de la Iglesia. Así esta enseñanza analiza cada parte del versículo con las demandas para ambos: pastores y ovejas. Por tanto nos enseña a: 1) Obedecer a la autoridad; 2) Sujetarse al Cuerpo de Cristo; 3) Velar por las almas; 4) Considerar que daremos cuenta; 5) Servir con alegría; 6) No quejarse en el servicio; y 7) Disfrutar el provecho de servir al Señor. 

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Cuál es la misión o misiones que Dios le ha dado a realizar en esta vida?

2)      ¿Qué virtudes aún no ha desarrollado?

3)      ¿Cuál es el aspecto que Dios está tratando actualmente en su vida?

4)      ¿Qué provecho tiene servir al Señor?

5)      ¿Qué ministerio le llama a usted más la atención: apóstol, profeta, evangelista, pastor o maestro?

6)      ¿Por qué se dice que Hebreos es una homilía anónima?

7)      ¿Recuerda alguno de los diez deberes cristianos presentes en este último capítulo de Hebreos?

8)      ¿Qué aspecto analizado del verso 17 de Hebreos 13 le ha llamado más su atención?

9)      ¿Cuál es la diferencia entre pastores y ovejas?

10)  ¿Considera usted que la Iglesia del tiempo de los apóstoles era una comunidad autoritaria?

11)  ¿Cómo podemos relacionar la doctrina del sacerdocio universal de los creyentes con el verso 17 de Hebreos?

12)  ¿Qué misión y cargos tiene usted en la iglesia?

13)  ¿Cómo visualiza usted el término de su carrera en el Señor?

14)  ¿Qué le ha hablado personalmente esta enseñanza?

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960) “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

·         Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd

·         (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/

·         https://es.wikipedia.org/

·         Pérez Millos, Samuel “Comentario Exegético Al Texto Griego del Nuevo Testamento – Hebreos”



 

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