REFLEXIÓN Nº3
© Pastor Iván Tapia
Contardo
Lectura
bíblica: “Cada uno según el don que ha recibido,
minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de
Dios.” (1
Pedro 4:10)
Idea central: La diversidad espiritual.
Objetivos: a) Comprender, aceptar y experimentar la diversidad como una característica de la obra de Dios; b) Conocer
cómo la Biblia presenta la diversidad en el aspecto espiritual; c) Comprender y
aceptar que hay diversos tipos de personas; d) Identificar las diversas
razones por las que nos acercamos a Dios; e) Conocer y valorar los diversos
dones naturales y sobrenaturales; y f) Conocer y apreciar los diversos rasgos
de Cristo que los cristianos podemos reflejar.
Resumen:
La Biblia nos muestra la diversidad de la creación de Dios tanto en el plano
físico como en el espiritual. Dios nos ha hecho a todos diferentes, con
distintas motivaciones y dones naturales y sobrenaturales. Al llegar a Cristo
somos conducidos a reflejar algunos de Sus diversos rasgos, según Él mismo lo
planificó en la eternidad.
L
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a diversidad es una de las
características de la creación de Dios. Él hizo todo tipo de animales que
pueblan el mar, la tierra y el cielo. En la esfera espiritual creó diversidad
de seres espirituales: Querubines, serafines, tronos, dominios, principados,
potestades, virtudes, arcángeles y ángeles. Si tomamos sólo una especie, como
por ejemplo el perro, encontramos diversidad de razas. Así también sucede en el
reino vegetal, con diversos tipos de árboles, arbustos y hierbas, y en el
mineral, donde se identifican hasta ahora ciento dieciocho elementos.
El ser humano no escapa a esta condición
de diversidad, la cualidad de diverso o variado. Es lo que está constituido por
elementos de la misma naturaleza pero con características diferentes. Teniendo
la Humanidad una sola raíz, la primera pareja humana, Adán y Eva, hablamos de
la “raza humana”. Sin embargo hay diversidad de colores de piel, diversidad de
culturas, diversidad de lenguas, a partir del derribo de la torre de Babel. Hay
en la Tierra diversas religiones y conceptos de la Divinidad.
Si observamos las religiones del mundo:
Judaísmo, Cristianismo, Islamismo, Hinduismo, Budismo, etc. nos daremos cuenta
que cada una tiene a la vez diversas corrientes. Esto es muy propio de la
diversidad humana y no debemos sorprendernos ni rechazarlo. Pensemos sólo en
nuestra fe y encontraremos: Católicos, protestantes, ortodoxos, etc. Así dentro
del protestantismo están los: Luteranos, presbiterianos, anglicanos,
metodistas, bautistas, pentecostales, etc.
La diversidad es un sello de lo que Dios
produce en el ser humano en el aspecto espiritual. Él no quiso que Su mensaje
quedara enclaustrado entre los judíos, sino que se abriera a todas las
naciones. El mandato de Jesús es “predicar el Evangelio a toda criatura”. Su
Iglesia es un Cuerpo u Organismo vivo compuesto de una gran diversidad de:
Dones, ministerios, operaciones y lenguas (1
Corintios 12:4,5,6,10)
La diversidad en la Casa de Dios está
representada en las palabras del rey David con referencia al Templo que
construiría su hijo Salomón para Jehová:
“Yo
con todas mis fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas
de oro, plata para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para
las de hierro, y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras
preciosas, piedras negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras
preciosas, y piedras de mármol en abundancia.” (1 Crónicas 29:2)
Eso somos
nosotros, los cristianos, una gran variedad de piedras preciosas para
Jesucristo.
¿Cómo se presenta
la diversidad en la Biblia?
1.
Hay
diversos tipos de personas.
“10 Cada uno según el don que ha recibido,
minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de
Dios. / 11 Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno
ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios
glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los
siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 4:10,11)
Cada cristiano tiene un modo personal de incorporarse a Cristo.
Cada persona es diferente: unos son más emocionales que otros más racionales;
hay también quienes son más corporales y otros que, por decirlo de algún modo,
en forma natural son más espirituales.
a) Los emocionales
son sentimentales, les guía más el corazón que la razón, buscan la aprobación
de los demás, tienen más apego a las personas y los recuerdos. En el ámbito de
la fe gustan de la alabanza y darán mayor curso a las emociones, teniendo
expresiones que pueden parecer intensas. Se emocionarán más con el testimonio
de otros y el sufrimiento del prójimo. A veces reaccionarán en forma impulsiva
ante las necesidades. En el Antiguo Testamento tenemos al rey y salmista David
como un buen ejemplo de un creyente emocional:
“1 Jehová Dios mío, en ti he confiado;
Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, / 2 No sea que desgarren mi
alma cual león, Y me destrocen sin que haya quien me libre.” (Salmo
7:1,2)
El apóstol Pedro era un hombre emocional:
“8 Pedro le dijo: No me lavarás los pies
jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. / 9 Le
dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.”
(San
Juan 13:8,9)
“36 Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde
vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me
seguirás después. / 37 Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora?
Mi vida pondré por ti. / 38 Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De
cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres
veces.” (San Juan 13:36,37)
b) Los racionales son
más mentales o cerebrales, se guían por la lógica, los hechos concretos y sus
consecuencias, lo que les permite ser más previsores, aunque también pueden
equivocarse. En apariencia son más fríos y pueden tener posturas legalistas.
Tienden a ser exigentes consigo mismos y los demás. Necesitan explicaciones de
todas las cosas y al acceder al Evangelio, les interesa conocer las razones de
la fe. Se inclinarán a la Teología, resultándoles difícil comprender la
diversidad de expresiones del Evangelio, cayendo a veces en una excesiva
adquisición de conocimientos más que vivencias espirituales. El escritor del
Evangelio, San Lucas, ejemplifica esa intelectualidad racional:
“1 Puesto que ya muchos han tratado de
poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido
ciertísimas, / 2 tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron
con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, / 3 me ha parecido también a
mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su
origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo, / 4 para que
conozcas bien la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido.” (San
Lucas 1:1-4)
El apóstol Pablo es el mejor ejemplo de un cristiano racional,
aunque no exento de pasión por las almas:
“36 Después de algunos días, Pablo dijo a
Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos
anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. / 37 Y Bernabé quería que
llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; / 38 pero a Pablo
no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde
Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. / 39 Y hubo tal desacuerdo entre
ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a
Chipre” (Hechos 15:36-39)
“12 Porque todos los que sin ley han
pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por
la ley serán juzgados; / 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante
Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. / 14 Porque cuando los
gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos,
aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, / 15 mostrando la obra de la ley
escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o
defendiéndoles sus razonamientos, / 16 en el día en que Dios juzgará por
Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.” (Romanos
2:12-16)
c) Los corporales son
aquellas personas que aman la actividad física, su cuerpo, son deportistas, les
gusta el baile, la actuación, se preocupan de su salud y estado físico,
principalmente. Tienen sentimientos, como todos, y también razonan, pero su
norte es el cultivo de lo físico. En la Iglesia gustan de actividades
corporales como la danza sagrada, el teatro, las excursiones y la práctica de
los deportes, son activos y adoran con todo el cuerpo. Un ejemplo bíblico es el
de Sansón:
“5
Y Sansón descendió con su padre y con su madre a Timnat; y cuando llegaron a
las viñas de Timnat, he aquí un león joven que venía rugiendo hacia él. / 6 Y el Espíritu de Jehová vino sobre
Sansón, quien despedazó al león como quien despedaza un cabrito, sin tener nada
en su mano; y no declaró ni a su padre ni a su madre lo que había hecho.” (Jueces 14:5,6)
“28
Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y
fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome
venganza de los filisteos por mis dos ojos. / 29 Asió luego Sansón las dos
columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso
sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. / 30
Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su
fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba
en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado
durante su vida.” (Jueces
16:28-30)
d) Los espirituales
son personas inclinadas a la búsqueda y práctica de la espiritualidad, no
necesariamente cristiana, pero que tienen una marcada inclinación hacia lo
religioso o místico. Pueden ser orientalistas, poetas, seguidores de la Nueva
Era, de maestros o filósofos, y desean trascender. Si se convierten a
Jesucristo serán cristianos de oración, meditación, contemplación y todo lo que
dice relación con la vida devocional. San Juan, apóstol, evangelista y profeta,
es un ejemplo de hombre espiritual:
“23 Y uno de sus discípulos, al cual Jesús
amaba, estaba recostado al lado de Jesús. / 24 A éste, pues, hizo señas Simón
Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. / 25 El entonces,
recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es?” (San
Juan 13:23-25)
“1 La revelación de Jesucristo, que Dios le
dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la
declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, / 2 que ha dado
testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas
las cosas que ha visto.” (Apocalipsis 1:1-2)
Seamos emocionales, racionales, corporales o espirituales, todos
tenemos cabida en el Cuerpo de Cristo, siempre que reconozcamos nuestros
pecados y tengamos fe en Su sacrificio expiatorio en la cruz.
Hay diversos tipos de personas. ¿Qué tipo de persona es usted?
2.
Hay diversas
razones por las que nos acercamos a Dios.
“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por
cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar
a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a
los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos” (San Lucas 4:18)
Hay diversos tipos de personas con necesidad de Dios:
- Los hambrientos de Dios.
- Los necesitados de Su Palabra.
- Los que quieren salvación.
- Los que se sienten solos.
- Los que buscan el Espíritu.
- Los que anhelan ser llenos.
- Los que sufren soledad y le buscan.
- Los que vagan sin rumbo.
- Los que requieren una meta.
- Los que buscan el sentido de sus
vidas.
- Los que sienten el llamado de Dios.
- Los que desean liberarse de vicios.
- Los que buscan la sanidad.
- Los que quieren sobrevivir y trabajar.
- Los que anhelan compañía y amigos.
- Los que desean ser amados por Dios.
- Los que necesitan liberación.
- Los que necesitan realmente del
Evangelio.
- Los que buscan la Verdad.
- Otros.
Para algunas personas la fe cristiana viene a dar explicación a
su búsqueda del sentido de la vida; para otras, entrega el consuelo que
necesitaban para sus numerosos sufrimientos; en cambio para algunas es el
encuentro con una forma de vida que anhelaban. Encontrarse con Cristo es tener
un encuentro personal con Jesucristo, pero también es enfrentarse a una
doctrina, conocer una Iglesia, conocer un tipo de personas, etc.
Hay diversas razones por las cuales nos acercamos a Jesucristo,
pero finalmente todos tenemos que atravesar la misma puerta:
a)
Reconocimiento
de la existencia de un Dios Todopoderoso (todo lo puede), Omnisciente (todo lo
sabe) y Omnipresente (está en todo lugar).
b)
Reconocimiento
ante Dios de que somos pecadores, fallamos a la Ley de Dios, ofendemos Su
Santidad, causamos dolor al Padre.
c)
Fe y
aceptación del sacrificio expiatorio de Jesucristo en la cruz, recibiendo a
Jesús como Salvador.
d)
Recepción
del perdón de mis pecados.
e)
Decisión
a no seguir más en rebelión contra Dios, sino en obediencia a Él, aceptando a
Cristo como Señor (Dueño) de mi vida.
El apóstol Pedro resume la puerta del Reino en tres elementos:
a) Arrepentimiento, b) Bautismo en agua y c) Bautismo del Espíritu:
Nuestra fe es
Cristocéntrica: Cristo es la entrada, Cristo es el camino y Cristo es la meta.
Jesús mismo lo declaró:
“1 De cierto, de cierto os digo: El que no
entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte,
ése es ladrón y salteador. / 2 Mas el
que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. / 3 A éste abre el portero, y las
ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. /.../ 7
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta
de las ovejas.” (San Juan 10:1-3,7)
Hay diversas razones por las que nos acercamos a Dios. ¿Por cuál
razón se acercó usted al Señor?
3.
Hay
diversos dones naturales y sobrenaturales.
“14 Porque el reino de los cielos es como
un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. / 15 A uno dio cinco talentos, y
a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue
lejos. / 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y
ganó otros cinco talentos. / 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó
también otros dos. / 18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra,
y escondió el dinero de su señor. / 19 Después de mucho tiempo vino el señor de
aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. / 20 Y llegando el que había recibido
cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me
entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. / 21 Y su
señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho
te pondré; entra en el gozo de tu señor. / 22 Llegando también el que había
recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he
ganado otros dos talentos sobre ellos. / 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo
y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu
señor. / 24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo:
Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges
donde no esparciste; / 25 por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en
la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. / 26 Respondiendo su señor, le dijo:
Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde
no esparcí. / 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al
venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. / 28 Quitadle,
pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. / 29 Porque al que tiene,
le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será
quitado. / 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será
el lloro y el crujir de dientes.”
(San Mateo 25:14-30)
El talento era una unidad de moneda existente en el imperio
romano. Adquirió fama por su mención en esta parábola de Jesús, de cuya
interpretación deriva inteligencia (capacidad de comprender o entendimiento) y
aptitud (capacidad para desempeñar una actividad). Cuando hoy día decimos
“talento” nos referimos a una especial aptitud que tiene en forma natural una
persona.
Todos tenemos talentos, pero al convertirnos, el Señor nos
otorga Su Espíritu, el cual aporta con dones sobrenaturales (carismas, frutos,
servicios, ministerios), pero Dios respeta la natural forma de ser de cada uno
y de acuerdo a sus dones particulares, tanto naturales como sobrenaturales,
desarrolla su nueva vida en Cristo. Es lo que llamamos “ideal personal”, el
modo original de incorporarse a Cristo.
Hay dones naturales, que se traen al nacer o se desarrollan a lo
largo de la vida, antes de conocer a Jesucristo. Estos dones o capacidades, son
llamados “talentos”. Dios los utilizará para Su obra ya que forman parte de los
recursos que trae consigo el nuevo creyente, pero no será lo único ni lo más
relevante en su servicio cristiano. Por ejemplo, Saulo de Tarso tenía ciertas
capacidades naturales: Conocimiento de las Escrituras hebreas, al haber
estudiado con Gamaliel; habilidad para hacer tiendas de campaña, de lo cual
vivía; habilidad para el debate teológico aprendida en la sinagoga. Dios usó
sus conocimientos escriturales y capacidad de discusión para su trabajo
posterior como apóstol, pero su oficio de constructor de tiendas de campaña
sólo tendría un valor simbólico en la Iglesia, como “perito arquitecto”. Esos
talentos naturales necesitaban de capacidades sobrenaturales para tener un
efecto realmente profundo en su apostolado.
Pasada la puerta del Reino, Dios dota al cristiano de dones que
le hacen útil en el Cuerpo de Cristo. Esos dones que comienzan a aparecer en su
nueva vida, en verdad fueron planificados por Dios en la eternidad:
“3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo, / 4 según nos escogió en él antes de la fundación del
mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él” (Efesios
1:3,4)
“15 El
es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. / 16 Porque
en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay
en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. / 17 Y
él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; / 18 y él es
la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito
de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; / 19 por cuanto
agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, / 20 y por medio de él
reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las
que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.” (Colosenses
1:15-20)
Hay diversos dones naturales y sobrenaturales. ¿Cuáles son sus
dones naturales y sobrenaturales?
4.
Hay
diversos rasgos de Cristo que podemos reflejar.
“1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es
el labrador. / 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo
aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. / 3 Ya vosotros
estáis limpios por la palabra que os he hablado. / 4 Permaneced en mí, y yo en
vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece
en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. / 5 Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. / 6 El que en mí no permanece,
será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el
fuego, y arden.” (San Juan 15:1-6)
El ideal personal es el modo original de incorporarse a Cristo.
Mediante el “ideal personal” nos sujetamos a Jesucristo, nos hacemos pámpanos
de Él. La meta de nuestra vida es una Persona, Jesucristo. Nos injertamos a Él
como lo hace el injerto al tronco del árbol original y pasa a ser parte de él,
irrigado por la savia del árbol. La sangre de Cristo riega y da vida a nuestro
ser espiritual.
También nos revestimos de Él como por un vestido. El ideal
personal es nuestra manera original de encarnar las virtudes de Cristo. Estas
son nuestras ropas: Paciencia, bondad, humildad, delicadeza, altruismo, serenidad,
jovialidad, compasión, magnanimidad (1
Corintios 13:4-7). Este es nuestro traje: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre
y templanza (Gálatas 5:22,23).
Jesús, Primogénito de toda criatura, es el Prototipo según el
cual Dios nos creó, que lamentablemente fue corrompido por el pecado y
distorsionado en sus propósitos por el diablo. Pero cuando nos volvemos a Jesús
se inicia un trabajo sobrenatural de recomposición de ese proyecto. Jesucristo
es el Modelo por el cual el Espíritu Santo nos modelará a partir del nuevo
nacimiento.
El ideal personal es el modo original de “reproducir” a
Jesucristo que tendrá el Espíritu Santo en cada discípulo. Son tantas las
posibilidades de reproducir a Jesús como cristianos hay, habrán y han habido en
el mundo. Por eso es tan apasionante la búsqueda del “ideal personal”, la que
se trata de algo más que conocer mis dones.
En verdad Jesucristo quiere “revivir” en cada cristiano; Él
desea volver a la vida, resucitar en cada uno de Sus discípulos, que somos
nosotros. ¿No es eso fascinante? Por eso somos llamados “cristianos”, porque
somos pequeños cristos, otros Cristos viviendo en nuestra época. Mas eso
significa tener Sus características, Sus rasgos, Sus propósitos, Sus anhelos,
Sus sueños, Sus metas, Su sentir, Su Palabra, Su misión y actitudes.
La pregunta que cada uno de nosotros debe hacerse es ¿Qué rasgos
de Cristo quiero y debo reflejar en mi vida? “Quiero” porque habrá de ser un
deseo profundo, una pasión en el corazón; “debo” porque es nuestro deber
cumplir el cometido para el cual fui llamado por Jesús. Preguntémonos ¿Para qué
fui llamado por Jesús?
La imitación de Jesucristo no se realiza como una copia
mecánica. No es una copia obtenida de una matriz, no es un calco, no es una
especie de fotocopia ni reproducción en serie. En verdad más que ser
“imitadores” de Jesucristo, somos “reflejos” de Él. Reflejamos Su imagen, así
como Él refleja al Padre:
“El es la imagen del Dios invisible, el
primogénito de toda creación.”
(Colosenses 1:15)
“el cual, [el Hijo] siendo el resplandor de
su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas
con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros
pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas” (Hebreos
1:3)
La imagen de Cristo la encontramos en el Evangelio. Cada
Evangelio ofrece un retrato específico de Jesucristo: San Mateo lo presenta
como un Rey que viene a gobernar los espíritus humanos; San Marcos lo refleja
como el Siervo de Dios y del Hombre, dispuesto a entregarlo todo por amor a
Dios y la Humanidad; San Lucas lo retrata en Su ser Hombre, el Hijo del Hombre,
pleno de amor y misericordia; y San Juan nos lo presenta como Dios, el Hijo, el
Verbo encarnado. En Jesús encontraremos los rasgos que nuestra persona debe y
quiere expresar como reflejo del Salvador, Señor y Maestro.
Hay diversos rasgos de Cristo que podemos reflejar. ¿Qué rasgos
del Señor quiere y debe reflejar usted?
CONCLUSIÓN.
La diversidad es una característica de
la obra de Dios que debemos asumir y celebrar. La Biblia presenta, en el
aspecto espiritual, la diversidad de la siguiente forma: 1) Hay diversos tipos de personas; 2) Hay
diversas razones por las que nos acercamos a Dios; 3) Hay diversos dones
naturales y sobrenaturales; y 4) Hay diversos rasgos de Cristo que podemos
reflejar.
PARA
TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Cómo debe el cristiano enfrentar la diversidad de
creencias?
2) ¿Qué tipo de persona es usted: emocional,
racional, corporal o espiritual?
3) ¿Por cuál razón se acercó usted al Señor?
4) ¿Cuáles son sus dones naturales y
sobrenaturales?
5) ¿Qué rasgos del Señor quiere y debe
reflejar usted?
6)
¿Cómo podemos adaptar la evangelización
a los distintos tipos de personas?
7)
¿Por qué se dice que Cristo es la
entrada, el camino y la meta en el Reino de Dios?
8)
¿Qué capacidades, experiencias y
conocimientos aporta usted al Reino de Dios?
9) ¿Con qué dones sobrenaturales está usted
sirviendo a la Iglesia?
10) ¿Para
qué fue llamado/a por Jesús?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
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(2011) “Nuevo Testamento Interlineal Griego
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“Wikipedia, la Enciclopedia
Libre” https://es.wikipedia.org/
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