LECCIÓN 3
© Pastor Iván Tapia
Contardo
Lectura
bíblica: “18 No
os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del
Espíritu, / 19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos
espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; / 20 dando
siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo.” (Efesios 5:19)
Idea central: El idioma cristiano.
Objetivos: a) Comprender que Dios nos llama a tener un idioma diferente al que
posee el mundo; b) Valorar y practicar un lenguaje que edifique al prójimo; c) Transmitir
el mensaje del Evangelio en palabras y acción; d) Buscar, descubrir y practicar
un idioma común entre cristianos; e) Adquirir un lenguaje sencillo para
transmitir la Verdad; y 3) Comprender, valorar y practicar el idioma del amor
de Jesús.
Resumen: Como toda nación, el Reino de Dios tiene su
propio idioma. Tal lenguaje encierra todos los valores que Jesucristo nos legó
y es la comunicación, en palabras y obras, que tenemos con los hermanos en la
fe y con el mundo. Nuestro idioma es el amor.
U
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n lunes de
Oración Mística le preguntamos al Señor ¿Cuál
es el camino para esta Iglesia? y Él respondió así: 1) Descubre tu desnudez (pecado, debilidad) y luego cúbrela con
Cristo; 2) Aliméntate de Cristo pues desfalleces de hambre, por falta del Pan
de Vida. Y como tercer aspecto nos invitó a: 3) Hablar el mismo idioma y que
sea un lenguaje comprensible, un idioma que los cristianos comprendan; un
idioma que niños, adultos, jóvenes y ancianos entiendan.
¿Cuál
es el idioma que el Señor desea que hablemos?
1.
Un idioma común.
A veces pensamos
que todos los cristianos, por el hecho de creer en Jesús y Su Evangelio,
estamos hablando el mismo idioma y nos entenderemos muy bien entre nosotros,
pero al acercarnos y compartir la fe nos damos cuenta que somos muy distintos.
Nos separan las doctrinas, las interpretaciones, el modo de ver y vivir el
cristianismo; a veces nos separan hasta las palabras. Hablamos idiomas
distintos, o tal vez debería llamarlos dialectos; así como hay diversas formas
de hablar el castellano y es muy distinto cómo se hace en España a como se da
en Chile o Colombia, en que cada país y región tiene modos de hablar diferente y
palabras con significado propio.
La iglesia de
Corinto ya sufría este problema: “10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre
de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya
entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma
mente y en un mismo parecer. / 11 Porque he sido informado acerca de vosotros,
hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. / 12 Quiero
decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de
Cefas; y yo de Cristo. / 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo
por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?” (1
Corintios 1:10-13)
Entre
cristianos, por ejemplo, para unos “hablar en lenguas” será decir palabras
inspiradas en un idioma desconocido, para otros será sencillamente una
habilidad para hablar idiomas extranjeros;
para unos la “Virgen” será el nombre que darán a la madre de Jesús, para
otros será el modo de llamar a cualquier mujer soltera; para unos el Espíritu
es el Espíritu Santo de Dios, Persona de la Trinidad que habita en cada
creyente, para otros será el énfasis de una idea o principio divino; para unos
“evangélico” es sinónimo de protestante, no católico, para otros es todo lo que
se desprende del Evangelio; en fin para unos iglesia es el Cuerpo de Cristo, la
comunidad de cristianos, y para otros es sólo el templo.
En la primera
iglesia ya se daba este conflicto entre posturas o doctrinas distintas, por
ejemplo entre los “conservadores” liderados por Santiago o Jacobo, los “centristas”
como Pedro y los más “avanzados” como Pablo, lo cual se deja ver en este
pasaje: “11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le
resistí cara a cara, porque era de condenar. / 12 Pues antes que viniesen
algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron,
se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. / 13 Y
en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun
Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.” (Gálatas
2:11-13) Los conservadores no querían apartarse de las tradiciones judías,
los avanzados estaban abiertos a una Iglesia de gentiles, sin guardar la Ley, y
los centristas eran conciliadores.
El deseo de Dios
es que, a pesar de nuestras diferencias, seamos todos de un mismo sentir,
estando “Unánimes entre vosotros; no
altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia
opinión.” (Romanos 12:16) Lo
mismo se enfatiza en los textos a continuación: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos
fraternalmente, misericordiosos, amigables” (1 Pedro 3:8); “Solamente que
os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a
veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo
espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio” (Filipenses 1:27)
Recordemos que
todos los cristianos, cualquiera sea nuestra denominación, somos parte de un
mismo Cuerpo: “Por lo cual, desechando la
mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos
de los otros.” (Efesios 4:25)
¿Cómo podemos
comunicarnos entre los cristianos, sin importar la denominación a la que
pertenezcamos? ¿Podemos llegar a tener o descubrir el idioma común? Es
imprescindible que cada uno descubra el idioma común del Evangelio de
Jesucristo.
2.
Un idioma sencillo.
Si entre
nosotros, los cristianos, muchas veces no podemos comunicarnos ¡Cuánto más será
con los no creyentes! si nos separa con ellos la fe en Jesús. Ellos no creen en
Dios o a lo menos no le dan importancia ni le obedecen; otros reniegan de la
religión cristiana y las iglesias, por diversas razones, plausibles o no, y se
declaran ateos o por último agnósticos, es decir incapaces de probar la
existencia de Dios. La mayoría desconoce la Biblia y muchas veces se reconocen
ignorantes de ella; también están los que tienen prejuicios contra la Escritura:
Que es un libro pasado de moda, de otra cultura, invento de hombres, etc. Así
es que comunicar nuestra fe a los no creyentes, que es el gran desafío que
Jesús nos dejó, comienza por establecer un contacto natural a través del
idioma.
La orden del Señor fue: “19
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; / 20 enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28:19,20); y en otro texto, “15
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. / 16
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será
condenado.” (San Marcos
16:15,16)
Cumplir tal
orden no es fácil, casi imposible para nosotros que no podemos convencer a
todos sobre el Evangelio, pero Jesús nos ha dado Su Espíritu y Su didáctica que
dice: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio
de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.” (San
Mateo 10:16). No debemos desesperar en el trabajo evangelizador, ya que el
mismo Maestro nos capacitará: “16 Andando
junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red
en el mar; porque eran pescadores. / 17 Y les dijo Jesús: Venid en pos de mí, y
haré que seáis pescadores de hombres.” (San Marcos 1:16,17)
¿Qué palabras
usaremos para comunicar el Evangelio? ¿Entenderán las personas términos tales
como salvación, justificación, ley, gracia, expiación, etc.? Evidentemente no las
entenderán, salvo si se las explicamos o utilizamos equivalentes a esas
palabras. Sabido es que la transmisión de la Verdad del Evangelio no es sólo
una cuestión de comunicar conceptos,
sino además comunicar vida; por
tanto yo mismo debo ser una encarnación del Evangelio. La transmisión del
mensaje cristiano es la suma de Logos + Rema, Palabra Escrita + Palabra Vivida.
Así como nuestro Maestro, también nosotros debemos ser encarnación del Verbo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó
entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno
de gracia y de verdad.” (San Juan 1:14); “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de
Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2:20)
Es necesario que con una vida coherente y palabras sencillas
podamos transmitir la Verdad de Jesucristo.
3.
El idioma del amor.
En último
término ¿Cuál es el idioma que hablamos? ¿Es el catolicismo, el idioma
bautista, el pentecostalismo, el de los testigos, el idioma mormón, el
adventista o el idioma de nuestra iglesia particular? Hemos nacido de nuevo,
“del agua y del Espíritu” ha dicho Jesús; ahora somos nuevas criaturas, ya no
somos lo que éramos antes de conocer al Señor y convertirnos a Él; ahora
tenemos claridad acerca del sentido de la vida, sabemos de dónde somos y hacia
dónde vamos, además de entender quiénes somos, hijos y amigos de Dios. Llevamos
dentro al Espíritu Santo que nos habita, regenera, convence, guía, enseña, da poder y santifica.
Antes nuestro idioma eran las groserías, los insultos, las herejías, las
bravatas, las mentiras, las burlas, las palabras hirientes, la murmuración, las
quejas contra todo, era el idioma de las tinieblas. Como hijos de luz nuestro
lenguaje ha cambiado y se ha tornado positivo: “29 Ninguna
palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la
necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. / 30 Y no contristéis
al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención. / 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y
maledicencia, y toda malicia.” (Efesios 4:29-31)
Tanto lo que hablamos como nuestra actuación ahora es para edificación
del prójimo: “3
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre
vosotros, como conviene a santos; / 4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni
truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.” (Efesios
5:3,4)
Idioma y acción expresan a quien llevamos dentro: el Espíritu de
Jesucristo. Por ello decimos que nuestra lengua es Cristo. Una de las primeras
señales que dio el Espíritu Santo cuando se derramó sobre los apóstoles en
Pentecostés, cuando se inició la Iglesia, fue el hablar en otras lenguas; ellos
hablaban en diversos idiomas para que el mensaje evangélico fuese entendido por
todos: “4
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. / 5 Moraban entonces en
Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. / 6 Y
hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno
les oía hablar en su propia lengua. / 7 Y estaban atónitos y maravillados,
diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? / 8 ¿Cómo, pues, les
oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? / 9
Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en
Capadocia, en el Ponto y en Asia, / 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las
regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos
como prosélitos, / 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas
las maravillas de Dios.” (Hechos
2:4-11)
Si antes de
conocer a Jesús hablábamos un idioma ajeno a Dios hoy hablamos el lenguaje de
Jesucristo que es el amor. Este idioma nos hace pacientes, bondadosos, humildes, delicados,
altruistas, serenos, joviales, compasivos y magnánimos con nuestro prójimo.
Es impostergable la necesidad que
tenemos todos los cristianos de comprender que nuestro idioma no es otro que la
Persona de Jesucristo viviendo en nosotros.
CONCLUSIÓN.
Dios nos llama a
tener los cristianos un idioma diferente al que posee el mundo, que es de
quejas, groserías, agresividad, etc. lo cual no edifica sino que destruye.
Puesto que habitamos en lugares celestiales y pertenecemos a un Reino de Luz,
que tenemos la grave misión de transmitir Su mensaje, el Evangelio, Dios desea
que hablemos: 1) Un idioma común; 2) Un idioma sencillo; y 3) El idioma del
amor.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Cuál es su experiencia con hermanos de
otras denominaciones?
2) ¿Qué aspecto le resulta más difícil al
relacionarse con hermanos de otras iglesias?
3) ¿Qué doctrinas considera usted
irrenunciables?
4) ¿Se considera un cristiano/a conservador,
centrista o avanzado?
5) ¿Qué indicaciones daría usted a alguien que
desee evangelizar?
6) ¿Cuál es el idioma que el Señor desea que
hablemos?
7) ¿Cómo debemos reaccionar ante doctrinas que
chocan con la nuestra?
8) ¿Cómo podemos comunicarnos entre los
cristianos, sin importar la denominación a la que pertenezcamos?
9) ¿Cuál es, a su juicio, el idioma común del
Evangelio de Jesucristo y cómo vivirlo?
10) ¿Cómo puedo acercar al Evangelio a una
persona que no cree en Dios?
11) ¿Qué se puede hacer con aquellas personas
que reniegan de la religión cristiana y las iglesias?
12) ¿Cómo podemos transmitir una mejor
valoración de la Biblia?
13) ¿Evangelizar es sólo comunicar conceptos?
14) ¿Qué significa la fórmula Evangelización=
Logos + Rema?
15) ¿Cuál es la gran diferencia entre lo que
éramos antes de conocer a Cristo y ahora?
16) ¿Es en todo tiempo mi lenguaje positivo?
17) ¿Por qué decimos que nuestra
lengua es Cristo?
18) ¿De qué otra forma se puede
entender el milagro de las lenguas en Pentecostés?
19) ¿De qué pecados de la lengua necesitamos
arrepentirnos?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
- Reina, Casiodoro de
(1960). “La Santa Biblia”
Estados Unidos: Broadman
& Holman Publishers.
- MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson
Inc.
- (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
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- “Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
- Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
- (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
- “Unidad y Pluralismo en
la Iglesia Primitiva” Disponible en: https://revista.ecaminos.org/article/unidad-y-pluralismo-en-la-iglesia-primitiva/
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