© Pastor Iván Tapia
Contardo
Lectura bíblica: “8 Y oyeron la voz de Jehová
Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. / 9
Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? / 10 Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí.” (Génesis 3:8-10)
Idea central: Descubrir y cubrir nuestra
desnudez.
Objetivos: a) Identificar las tres mentiras del diablo; b) Identificar las tres
tentaciones al pecado; c) Reconocer nuestra desnudez espiritual; y 4) Recibir
la vestidura del Señor.
Resumen: Adán y Eva, al caer en pecado, fueron
“desvestidos” de su pureza e ingenuidad. El hombre está desnudo ante Dios. La
desnudez simboliza nuestra condición de pecadores necesitados de una cobertura.
Jesucristo es la única Vestidura que puede cubrir esa desnudez.
L
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a desnudez siempre ha sido un tema álgido en la vida social.
Mostrar el cuerpo en esta sociedad es sinónimo de inmoralidad, lujuria,
tentación, pecado. Hay pueblos que cubren el cuerpo de la mujer totalmente, con
ropas oscuras, para evitar su propia inmoralidad, para evitar la tentación de
la lujuria, el adulterio, la fornicación. Sin embargo en el Arte, el desnudo es
visto como motivo de belleza, pero muchas veces se evita mostrar los órganos
sexuales. La desnudez, se enseña, no debe descubrirse delante de otros, salvo
en la intimidad del matrimonio. Algunos están obsesionados con ver desnudos a
otros seres humanos y esto es motivo de la pornografía y desviaciones sexuales.
Pero finalmente el desnudo es cuestión de la cultura en que vivimos; algunas
religiones castigan duramente el desnudo, mas el problema no está en el desnudo
mismo sino en el ojo del que mira, más propiamente en el corazón del
observador. Si mi ojo es lujurioso miraré con lujuria, pero si mi ojo es limpio
miraré limpiamente. El problema no es mirar, sino mirar con deseo. En un campo
nudista nadie se extraña de ver cuerpos desnudos; como estar en las duchas del gimnasio
o en un baño sauna; un médico mira a la enferma desnuda como una paciente
necesitada de ayuda, pero a su esposa desnuda la mira como su mujer. El artista
no ve con deseo a la modelo, sino como un objeto estético. Depende del contexto
es como vemos la desnudez.
En la Biblia se nos presenta por primera
vez la desnudez en las personas de Adán y Eva, nuestros primeros padres.
Mientras ellos permanecieron en la gracia no se percataron de que estaban
desnudos, no le daban importancia a algo tan evidente, como que los animales
tampoco usaban vestidos, salvo su piel, pelaje, escamas o plumas. Pero bastó
que desobedecieran al Señor para que se dieran cuenta de su desnudez y aquella
comenzara a ser un problema para ellos. Adán cuando pecó conoció su propia desnudez
y sintió culpa; entonces quiso vestirse. Tontamente pensó esconderse de Dios,
Aquél de quien nadie puede huir porque Él es ELROÍ, el Dios que todo lo ve (Génesis 16:13)
La pareja que siempre conversaba con el Señor, que se paseaba en
el huerto de Edén, al aire del día, ahora se escondía de Dios, pues el pecado
nos aleja de nuestro Creador y avergüenza.
En el Edén no necesitaban vestidos para cubrir sus cuerpos
porque estaban vestidos de pureza e ingenuidad. Esta última característica es
la del ingenuo, el cual es sincero, candoroso y sin doblez y actúa sin tener en
cuenta la posible maldad de alguien o la complejidad de una situación. Así eran
ellos: de un corazón sincero, sin doblez y sin malicia. Por tal motivo pudo el
diablo aprovecharse de ellos y conducirlos a la desobediencia. Fueron demasiado
ingenuos. Al caer en pecado fueron “desvestidos” de su pureza e ingenuidad, se
sintieron impuros y procuraron vestirse de algún modo físico, pero no
espiritual.
Del mismo modo el pecador trata de vestirse de justo y bueno
ante sí mismo, los demás y el dios que tenga, si lo tiene. Pero en verdad, sea
lo que nos pongamos para cubrirnos, nada podrá tapar nuestro pecado, sólo el
arrepentirnos y volvernos a Dios para recuperar aquel estado de gracia en que estaban
nuestros primeros padres antes de pecar. Necesitamos entender que estamos
desnudos ante Dios; necesitamos descubrir nuestra desnudez espiritual. Si
aceptamos las debilidades, errores y pecados que tenemos, entonces podrá Dios
cubrir nuestra desnudez, pero si pretendemos cubrirla nosotros, seguiremos muy
lejos de Él, tanto como lo estuvieron Adán y Eva después de la caída.
¿Cómo podemos cubrir nuestra
desnudez?
- Identificando las tres mentiras del diablo.
“1 Pero la serpiente era
astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la
cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del
huerto? /“2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del
huerto podemos comer; / 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto
dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. / 4 Entonces
la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; / 5 sino que sabe Dios que el día
que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el
bien y el mal.” (Génesis 3:1-5)
La serpiente, con la astucia del diablo, trató de
desorientar a la mujer en cuanto a la orden de Dios, quien le había dicho que
podía comer de todos los árboles del huerto menos del árbol de la ciencia del
bien y del mal (Génesis 2:17) La
mujer recordaba y entendía perfectamente la orden de Dios. Entendía que si lo
hacían morirían, pero fue débil a los argumentos de Satanás.
La mentira de la serpiente contiene las aseveraciones:
1) “No moriréis” Es una mentira que pretende
inyectar desconfianza contra el Señor. A nosotros nos dice: nada te sucederá si haces lo que te gusta.
2) “El día que comáis de él, serán abiertos
vuestros ojos, y seréis como Dios,” En cierto modo era cierto, pues al
rebelarse contra Dios entraría la corrupción diabólica en ellos y tomarían
conciencia del bien y el mal. Pero no serían como Dios. “Ser como Dios” es la
tentación con que el diablo siempre trata de hacer caer al ser humano, que
tenga poder y dominio sobre muchos. Lo hizo con Jesús cuando le ofreció este
mundo: “8 Otra vez le llevó el diablo a
un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
/ 9 y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares.” (San Mateo 4:8,9) A nosotros nos dice: Si haces lo que te gusta te sentirás
realizado y será una gran persona.
3) “sabiendo el bien y el mal.” Cuando Adán y
Eva obedecían en todo a Dios, desconocían lo malo como el robo, el asesinato,
la lujuria, la ambición y cualquier pecado. Al desobedecer a Dios y dar paso a
la ambición y el desengaño, además de entrar la culpa en ellos, conocieron la
diferencia entre obedecer y desobedecer, hacer lo bueno y hacer lo malo, entre
pecar y no pecar. En otras palabras, ellos antes de desobedecer estaban en la
Gracia de Dios. El “árbol de la ciencia del bien y del mal” es como la Ley que
nos da a conocer lo bueno y lo malo. Cuando Adán y Eva comieron de su fruto,
desobedecieron a Dios y despertaron al pecado. A nosotros nos dice: Has lo que te agrada y verás que tendrás
mucha experiencia conociendo lo bueno y lo malo de la vida.
- Identificando las tres tentaciones al pecado.
“6 Y vio la mujer que el
árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable
para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su
marido, el cual comió así como ella.” (Génesis 3:6)
Tres características, tenía el “árbol de la ciencia
del bien y del mal”:
1) “Árbol era bueno para comer” retrata la
tentación de la carne. El diablo, en la tentación de Jesús en el desierto, le
incitó a comer convirtiendo piedras en panes: “2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo
hambre. / 3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que
estas piedras se conviertan en pan.” (San
Mateo 4:2,3) La tentación de la carne apunta a las necesidades más básicas
del ser humano: comer, dormir, tener sexo; de allí la importancia del ayuno, la
vigilia y la continencia en el camino de santificación. La lujuria, la gula y
la pereza son pecados que nacen de estas tentaciones de la carne.
2) “Agradable
a los ojos” retrata los deseos superficiales, lo mundano. Un ardid satánico es
tentarnos con lo superficial, frívolo, vano, como preocuparnos del qué dirán,
de nuestra apariencia, de seguir la moda exageradamente, el sentido estético
por sobre lo ético. La avaricia, la envidia y la ira son pecados relacionados
con el “mundo”, el deseo de los ojos.
3) “Codiciable para alcanzar la sabiduría”
muestra la tentación de ser “dios”, retrata la tentación del diablo; el pecado
fundamental de Lucifer y de todo hombre pecador: la vanagloria de la vida, el
pecado de soberbia u orgullo del corazón rebelde contra Dios.
San Juan resume esta condición del pecador en estas
palabras: “Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la
vida, no proviene del Padre, sino del mundo.” (1 Juan 2:16) La carne, el mundo y el diablo son nuestros
principales enemigos.
- Reconociendo nuestra desnudez.
“7 Entonces fueron abiertos
los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas
de higuera, y se hicieron delantales.” (Génesis 3:7)
Cuando Adán y Eva consumaron su pecado, es decir
comieron del fruto prohibido desobedeciendo la orden de Dios, conocieron el
bien y el mal, y se dieron cuenta que estaban desnudos. Antes no les preocupaba
andar desnudos por el huerto de Edén, como todas las demás criaturas. Pero
cuando pecaron descubrieron su desnudez, se sintieron sucios y quisieron
cubrirse. Sobre todo cubrieron sus sexos, se avergonzaron de mostrar su
intimidad, ya que los órganos sexuales son lo más íntimo que tenemos en el
cuerpo “y a aquellos del cuerpo que nos
parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros
son menos decorosos, se tratan con más decoro.” (1 Corintios 12:23)
Nosotros también cuando pecamos descubrimos nuestra
desnudez, la debilidad de la carne y del alma que nos hace caer en la maldad y
ofender al Señor. Nuestros primeros padres quisieron cubrir esa desnudez con
hojas de higuera. Este es el primer árbol nombrado en la Biblia, después del
árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Las hojas de la
higuera, arrancadas del árbol, ásperas y malolientes, pronto se marchitan, así
es que serán un vestido de muy poca duración. Simbolizan la religión hecha por
el hombre y la falsa justicia, que procura encubrir nuestra miseria. Es sabido
que la higuera representa a Israel, el pueblo de Dios. La religión legalista
que pretende justificarnos por obras humanas, no quita la culpa ni liberta al
ser humano.
Dos situaciones se dan cuando caemos en pecado:
1) Son abiertos los ojos; reconocemos el error
y sentimos dolor por haber pecado.
2) Conocemos que estamos desnudos; nos
percatamos de la debilidad humana.
La solución al problema no es cubrirnos con nuestras
pobres “hojas de higuera” como:
a) Negar el pecado.
b) Buscar una justificación o pretexto.
c) Hacer un sacrificio para agradar a Dios.
d) Hacer buenas obras para sentirnos buenos
El inicio de la solución es reconocer que estamos desnudos
frente a Dios, es decir que somos pecadores.
- Recibiendo la vestidura del Señor.
“8 Y oyeron la voz de Jehová
Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. / 9
Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? / 10 Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí.” (Génesis 3:8-10)
La solución a nuestra desnudez espiritual y moral es aceptar
la vestidura que Dios nos da. Él con misericordia por la primera pareja humana
en pecado, mató un animal para hacerles vestiduras:
“Y Jehová Dios hizo al hombre
y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” (Génesis 3:21) Fue el primer sacrificio de sangre; asimismo
lo ha hecho por nosotros: envió a Su Hijo a morir en la cruz para cubrir
nuestra desnudez.
Los cristianos necesitamos cubrirnos con Cristo como
si fuera un vestido: “pues así seremos
hallados vestidos, y no desnudos.” (2
Corintios 5:3); “Estad, pues, firmes,
ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia”
(Efesios 6:14); “Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el
mismo, Y tus años no acabarán.” (Hebreos
1:12)
Nos cubrimos de Cristo en oración, dando los siguientes pasos:
1)
Reconociendo
el pecado ante Dios
2)
Doliéndonos
por ofender la santidad del Señor
3)
Pidiendo
perdón al Señor
4)
Acudiendo
a la sangre de Jesucristo derramada en la cruz
5)
Aplicando
la Palabra de Dios
La desnudez del pecador sólo puede ser cubierta por la
sangre de Jesús. Hoy otro tipo de hojas cubre nuestra desnudez: las hojas del
árbol de la vida que es Cristo: “En medio
de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la
vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol
eran para la sanidad de las naciones.” (Apocalipsis 22:2)
El ser humano pecador tiene miedo de Dios porque conoce Su
severidad; sabe que Dios es un Ser moral con una Ley estricta. A veces opta por
negarlo, decir y pensar que Dios no existe; o bien vestir a Dios con un traje
distinto, hacerse un dios a su medida. Muchas veces prefiere esconderse de Dios
y justificarse a sí mismo con todo tipo de obras y buenas intenciones. Pero
Dios siempre nos está mirando y nos pregunta ¿Dónde
estás tú?
Como hijos de Adán, siempre tememos a Dios y Su castigo. Mas Él nos llama a Su
lado para perdonarnos, para decirnos cuánto nos ama, para que conozcamos Su
gran amor en Jesús y para que cubramos nuestra desnudez.
Queridos
hermanos: No nos engañemos, estamos desnudos. Somos pecadores, “Si decimos que no hemos pecado, le hacemos
a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.” (1 Juan 1:10) Todos en esta Iglesia necesitamos descubrir nuestra
desnudez (pecado, debilidad) ante Dios, para que Él la cubra con la vestidura
de Cristo.
CONCLUSIÓN.
Es necesario que todo ser
humano reconozca su desnudez, que es un pecador. Los cristianos también debemos
comprender que estamos desnudos ante Dios y que no somos superiores a los
demás. Esa desnudez de alma y espíritu debe ser cubierta, pero no por hojas de
higuera o falsas vestiduras, sino por las hojas del árbol de la vida que es
Jesucristo. El camino correcto para cubrir nuestra desnudez es: 1) Identificando las tres mentiras del diablo, No moriréis, serán abiertos vuestros ojos,
y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal; 2) Identificando las tres
tentaciones al pecado, los deseos de la
carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida; 3) Reconociendo nuestra
desnudez; y 4) Recibiendo la vestidura del Señor.
PARA
TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Considera usted inmoral la desnudez?
2) ¿Ha vivido en su vida cristiana la
experiencia de alejarse de Dios?
3) ¿Cómo podemos recuperar el estado de gracia
en que estaban nuestros primeros padres antes de pecar?
4) ¿Es bueno o malo estar desnudo ante Dios?
5) ¿Qué debilidades, errores y pecados desea
superar?
6) ¿Qué árboles de la Biblia se nombraron en
este sermón?
7) ¿Por qué Adán y Eva cubrieron sus órganos
sexuales?
8) ¿Qué representa la higuera en la Biblia?
9) ¿Actúa Dios con nosotros del mismo modo con
que lo hizo con Adán y Eva cuando pecaron?
10) ¿Qué lugar se debe dar al sacrificio en la
vida cristiana?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
- Reina, Casiodoro de
(1960). “La Santa Biblia”
Estados Unidos: Broadman
& Holman Publishers.
- MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson
Inc.
- (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
- (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
- “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
- “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
- “Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
- Rizo Martínes, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
-
(1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios
habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
1 comentario:
Gracias por publicar este estudio, es ecxente y es de mucha bendicion a mi.
Dios bendiga su ministerio y le siga usando poserosamente.
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