© Pastor Iván Tapia Contardo
Lectura
bíblica: “9 Mas vosotros sois linaje
escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que
anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; / 10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora
sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero
ahora habéis alcanzado misericordia.” (1
Pedro 2:9,10)
Idea central: Anunciar las virtudes de Jesús
es vivir Sus virtudes.
Propósitos de la lección: a) Comprender
y practicar el propósito de la Iglesia; b) Comprender el significado de “anunciar las virtudes de Jesucristo”; c)
Entregar la vida a Jesús para que Sus virtudes se encarnen en nosotros; d)
Evitar la demagogia espiritual abocándose a la vida cristiana; e) Vivir las
virtudes de Jesús.
Resumen:
A veces los cristianos caemos en teorías y demagogias, olvidando que el
cristianismo es vida y una práctica permanente de las enseñanzas de Jesús;
menos palabras y más acción. Anunciar las virtudes del Señor es más que hacer
propaganda o “presentar” el Evangelio, es vivir a Jesús y Sus virtudes.
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apóstol Pedro, apodado Petros, es decir “piedra”, por su Maestro Jesucristo,
dice que el Salvador es una “piedra viva” que los hombres desecharon pero que para
Dios es “escogida y preciosa”. Y así como Jesús es una piedra viva, los
cristianos también, deben ser como piedras vivas de un templo. Además somos
sacerdotes que ofrecen sacrificios espirituales a Dios por medio de Jesucristo.
El apóstol recuerda que en el Antiguo Testamento se profetiza que Cristo es “La
piedra que los edificadores desecharon”. Los que rechazan a Jesús “tropiezan en
la palabra, siendo desobedientes”.
Por
el contrario los cristianos son: a) linaje escogido;
b) real sacerdocio; c) nación santa; y d) pueblo adquirido por Dios.
a) Linaje escogido. El linaje es la ascendencia
ilustre de una persona; somos hijos de Dios y eso es lo más importante que
puede haber; somos hijos e hijas del Rey. Para ser de Su linaje, del linaje de
Jesucristo, fuimos escogidos por Dios.
b)
Real sacerdocio.
Todos los cristianos estamos llamados a ser sacerdotes de Jesucristo, el Rey.
El sacerdote es un intermediario entre Dios y los hombres; intercede ante el
Señor a favor de los hombres y, en sentido contrario, intercede ante los
hombres a favor de Dios. Jesucristo es el Sumo Sacerdote y los cristianos Sus
servidores.
c)
Nación santa.
Los cristianos pertenecemos a la Iglesia que es una comunidad social con una
organización propia y con una ética distinta a la del mundo, regida por la
Palabra de Dios y cuyo ideal es la santidad en Cristo.
d)
Pueblo adquirido por Dios. El Señor nos compró a precio de sangre y ahora no
pertenecemos al diablo sino a Jesucristo. Como todo pueblo compartimos vínculos
históricos, culturales y religiosos; tenemos conciencia de pertenecer al pueblo
cristiano; y hablamos el mismo idioma, el lenguaje del amor, la lengua de
Jesús.
Ciertamente esto es lo que somos, pero ¿Con
qué propósito? ¿Para qué nos ha escogido, llamado, salvado y trasladado el
Señor al Reino de Dios? ¿Cuál es el propósito de Dios para los cristianos? El apóstol
Pedro responde: “para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó
de las tinieblas a su luz admirable”
¿Qué significa anunciar las virtudes de Jesucristo?
- No es hacer propaganda de Jesús.
Podemos hacerle propaganda a Jesús pero no vivir como
Jesús. Se puede repartir folletos, pegar afiches, ir a la radio y la televisión,
predicar en la calle y hablar mucho de Jesús; hacerle propaganda como quien da
a conocer una marca comercial, pero eso no es “anunciar las virtudes” de Jesús.
Eso es solamente dar a conocer quién es Jesús y qué hizo por la Humanidad, algo
que todo el mundo ya sabe, por lo menos en occidente. Jesucristo, el Padre y el
Espíritu Santo no necesitan más propaganda.
La obra que Jesús vino a hacer es la santificación de
personas mediante la salvación, la sanidad, la renovación y la transformación
de sus vidas; cosa que no se logra con pura “propaganda” sino con: a) el
testimonio vivo de la Iglesia; b) la intervención de Dios en la conversión; c)
la formación del Espíritu Santo en el discipulado.
Los
cristianos somos cartas vivas escritas por Dios: “1 ¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos
necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de
recomendación de vosotros? / 2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en
nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; / 3 siendo
manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con
tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón.” (2
Corintios 3:1-3)
- No es hablar mucho de Dios.
No se trata de hablar tanto del Señor sino de vivir al
Señor, de experimentar Su vida en nosotros. La gente que habla mucho de Dios
termina siendo desagradable y parece fanática. Llevar todo tema de conversación
al tema de Dios es de mal gusto; es cierto que todas las cosas de la vida se
relacionan finalmente con Dios, pero no es éste el modo que Dios ha escogido
para darse a conocer. Esa no es la manera de “anunciar las virtudes” de Jesús.
Hay cristianos que piensan que es poco “espiritual”
hablar de deporte, de arte, de ciencia u otro tema, y que siempre debe hablarse
sólo de Dios. Eso está bien para las sectas pero no para gente normal como
nosotros. Ser cristiano no es ser aburrido ni anormal, es ser una persona que
de todo puede aprender algo interesante y disfrutar la vida con sencillez. No
es necesario que vayamos por la vida dando lecciones de santidad ni enseñando
teología. Cada cosa en su momento y lugar. Además, nuestra misión es conquistar
las almas y no alejarlas de Dios, es atraerlas y no asustarlas. No somos jueces
ni conciencia de nuestros prójimos. Debemos ser “amigos de todo el mundo”.
Los cristianos debemos adaptar nuestra conversación: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio
de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.”
(San Mateo 10:16)
- No es hablar de las virtudes de Jesús.
Tampoco se trata de estar siempre recitando las
maravillosas características de Jesús como quien ofrece un producto a consumir.
Una cosa es anunciar a Jesucristo como una buena oferta y otra es “anunciar sus
virtudes”.
No predicamos un evangelio de ofertas, aunque es una “buena
nueva”, sino que predicamos el Evangelio del Reino, mas éste lo hacemos en el
momento adecuado cuando ya hemos establecido con las personas una relación de
amistad. De los pescadores necesitamos aprender a ser lo que Jesús llama
“pescadores de almas”. Para pescar un pez se requiere no sólo el anzuelo y la
caña; también necesitamos una buena carnada, aquella comida sabrosa que el pez
quiera degustar. Nadie va a degustar la Palabra de Dios si no ve en usted el
fruto de esa Palabra. Por tanto es usted la verdadera carnada que Dios mueve en
Su red para atraer todo tipo de peces. Puede llevar años llegar a ser una buena
carnada del Señor, el Pescador de hombres.
Los
cristianos estamos para mostrar la luz: “Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (San Mateo 5:16)
- No es hablar mucho del Evangelio.
¡Ah, entonces no hablemos de
Jesús sino de Su mensaje, el Evangelio! dirá alguien. No, no se trata de hablar del Evangelio
sino de vivirlo. Si comenzamos a experimentar la Verdad del Evangelio, recién
ahí estaremos viviendo las virtudes de Jesús y eso sí es “anunciar sus
virtudes”.
Para que otros puedan conocer la Verdad no basta con transmitirles
una teoría de la Verdad, tenemos que poseer esa Verdad en nosotros. Aquí no
resulta aquello de “haz lo que digo pero no lo que hago”; por eso es tan
difícil poner en práctica ese otro dicho: “No mire al pastor, mire a Dios”;
pero en realidad nunca dejaremos de ver al hombre o a la mujer que nos
transmite la Verdad. Si ellos no viven la Verdad, difícilmente creeremos en
ella. Conocer la Verdad es experimentarla, vivirla en carne propia; recién
conocemos el amor de pareja cuando nos enamoramos, antes es sólo teoría.
Conocemos la fe cuando la vivimos y así con todas las virtudes. Por tanto se
conoce a Jesucristo cuando vivimos Su Persona en nosotros.
Los cristianos conocemos la Verdad al vivirla: “31 Dijo entonces Jesús a los judíos que
habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos; 32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres.” (San Juan 8:31,32)
- Es vivir las virtudes de Jesús.
No podemos anunciar a Jesús si no vivimos sus virtudes.
Y para alcanzar aquello es necesario que muramos a nuestro yo para que Él
comience a vivir en nosotros.
Una de las principales trabas para el
crecimiento espiritual es el orgullo. La vanidad es pensar que somos muy
listos, muy sabios, muy buenos y ufanarnos de ello; pero el orgullo es peor
porque no sólo piensa lo anterior sino que además no permite que otro se meta en
su vida. El orgulloso dice “yo me mando solo”, “yo sé resolver mis problemas”,
“yo me entiendo sólo con Dios, a mi Dios me habla”, “no necesito intermediarios
con Dios”. Esas personas no aceptan ser guiados por otro hermano, no aceptan el
discipulado y apenas el pastorado. Lo más extremo en estos casos es prescindir
de la Iglesia; “yo y Dios nos entendemos”, “sólo me someto a Dios”. No se percatan
que si no se sujetan a la Iglesia no están sometidos al Señor. La humildad que
depone al orgullo es la primera virtud que el Señor quiere desarrollar en todo
cristiano. De esa raíz emergerá un hermoso árbol de virtudes cristianas que
serán anunciadas no tanto por su boca como por su vida. Ese es el verdadero
“testimonio”.
Los
cristianos nos humillamos ante Dios para que Él desarrolle en nosotros Sus
virtudes: “6 Humillaos, pues, bajo la
poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; / 7 echando
toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. / 8 Sed
sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar; / 9 al cual resistid firmes en la fe,
sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en
todo el mundo. / 10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria
eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo
os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. / 11 A él sea la gloria y el
imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 5:6-11)
Amor, mansedumbre, sabiduría, prudencia,
justicia, misericordia, fidelidad, verdad, obediencia, imparcialidad,
son las virtudes de Jesús que hemos estudiado en este libro pero no completan
la inmensa gama de virtudes que Él posee. Estas mismas virtudes o cualidades
son las que el Espíritu Santo desea desarrollar en los cristianos.
Llegamos
a vivir las virtudes de Jesús a través de un proceso de desarrollo cristiano
basado en la obediencia, la humildad y la fe, llamado Discipulado. Someta su
vida Cristo y sujétese a un hermano como tutor y experimentará ese desarrollo
que le conducirá a la madurez cristiana.
CONCLUSIÓN.
Antes de conocer a Jesucristo teníamos
propósitos personales más bien egoístas. Al convertirnos y pasar a formar parte
de la familia de Dios, aquello cambió y encontramos un nuevo sentido de vida. La
Iglesia en la Tierra tiene un propósito, el cual es para todo cristiano, “anunciar
las virtudes de Jesucristo”.
Este anuncio: 1) No es hacer propaganda de Jesús; 2) No es hablar mucho de Dios;
3) No es hablar de las virtudes de Jesús; 4) No es hablar mucho del Evangelio;
sino que 5) Es vivir las virtudes de Jesús.
PARA
TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Cuál era su sentido de vida antes de
conocer a Jesucristo?
2) ¿Cuál es su propósito de vida como
cristiano/a?
3) ¿Es usted de las personas que habla mucho
de Dios?
4) ¿Cómo ejerce usted su función sacerdotal?
5) ¿Cuál es el idioma del pueblo cristiano?
6) ¿Cuál es el propósito de Dios para los
cristianos?
7) ¿Cuál de estas virtudes el Espíritu ya ha
desarrollado en su persona: Amor, mansedumbre, sabiduría, prudencia, justicia,
misericordia, fidelidad, verdad, obediencia, imparcialidad?
8) ¿Qué opina del dicho “No mire al pastor,
mire al Señor”?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
- Reina,
Casiodoro de (1960). “La Santa
Biblia” Estados Unidos: Broadman
& Holman Publishers.
- MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados
Unidos: Thomas Nelson Inc.
- (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·
Demaray,
Donald E. (1996). “Introducción a la
Biblia” Estados Unidos, Miami: Facultad Latinoamericana de Estudios
Teológicos FLET, Editorial Unilit, 1996.
·
(1960).
“La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas
Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
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“Diccionario de
la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
·
“Concordancia
electrónica de la Biblia” Disponible
en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
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