domingo, marzo 05, 2017

EL ESPÍRITU SANTO GUIÓ A LOS JUECES.


NEUMATOLOGÍA
LECCIÓN 7
© Pastor Iván Tapia Contardo 

Lectura bíblica: “Y así que vino hasta Lehi, los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.” (Jueces 15:14) 

Idea central: El Espíritu Santo guía a jueces y líderes. 

Objetivos: a) Comprender y valorar el rol de los Jueces en la Biblia, como ejemplo de liderazgo; b) Valorar el llamado de Dios al liderazgo para guiar al pueblo; c) Comprender que los líderes, como los Jueces, no son perfectos pero sí reúnen las virtudes necesarias para guiar a los creyentes; d) Comprender y valorar la participación del Espíritu Santo en la vida de Jueces y líderes, para poder cumplir su misión; e) Conocer, apreciar y experimentar las virtudes de un líder lleno del Espíritu Santo; f) Pedir a Dios valentía para vencer al diablo y guiar a otros; g) Buscar la inspiración de Dios en cuanto realizamos, sobre todo en Su obra; h) Orar al Señor para que nos transforme en guerreros libertadores en medio de la sociedad y la Iglesia; y i) Buscar la fuerza sobrenatural de Dios.  

Resumen: Los Jueces bíblicos, verdaderos héroes de fe, son un ejemplo de buen liderazgo y comunión con Dios. En esta lección, a través de la vida de cuatro jueces, se descubre las virtudes básicas que debe reunir el liderazgo: valentía, inspiración, búsqueda de la libertad y fuerza sobrenatural o poder de Dios.

 

T

anto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se señala a los jueces como héroes comisionados por Dios para liberar a Su pueblo. El profeta Samuel hace mención de algunos jueces para demostrar que el Señor cumplió Su promesa de suscitar libertadores cuando Israel se hallase oprimido: “Entonces Jehová envió a Jerobaal, a Barac, a Jefté y a Samuel, y los libró de mano de vuestros enemigos en derredor, y habitasteis seguros.” (1 Samuel 12:11). En la epístola a los Hebreos se les nombra entre los héroes de la fe: “32 ¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; / 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, / 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.” (Hebreos 11:32-34) 

Para cumplir tal misión, ellos son llamados, capacitados y enviados por el Espíritu Santo. Sin la participación y el poder del Espíritu Santo no habría sido posible la obra de los Jueces o héroes de Israel en el Antiguo Testamento. Pero tal tarea no es sólo para los jueces, también lo fue para patriarcas, reyes y apóstoles; como lo es hoy día para todo cristiano que sea llamado al ministerio.  

En esta enseñanza analizaremos la persona y obra de cuatro jueces, tocados por el Espíritu: Otoniel, Gedeón, Jefté y Sansón. Ellos son un ejemplo de liderazgo dirigido por el Espíritu Santo. En estos textos se puede apreciar las características de un líder lleno del Espíritu. 

¿Qué cualidades tiene un líder lleno del Espíritu Santo? 

  1. El líder lleno del Espíritu es un guerrero valiente.
“7 Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera. / 8 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.  / 9 Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb. / 10 Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusan-risataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusan-risataim. / 11 Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.” (Jueces 3:7-11) 

Otoniel fue el héroe que libertó a Israel del dominio de Cusan-risataim. Su nombre significa “Dios es poderoso”. Fue hijo de Cenaz y medio hermano de Caleb, quien prometió dar su hija Acsa en casamiento a quien se apoderara de Debir (Quiriat-sefer). Otoniel llevó a cabo esta empresa y se casó con Acsa: “15 De aquí subió contra los que moraban en Debir; y el nombre de Debir era antes Quiriat-sefer. / 16 Y dijo Caleb: Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré mi hija Acsa por mujer. / 17 Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz hermano de Caleb; y él le dio su hija Acsa por mujer.” (Josué 15:15-17; Jue. 1:11-13). “11 De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriat-sefer.  / 12 Y dijo Caleb: El que atacare a Quiriat-sefer y la tomare, yo le daré Acsa mi hija por mujer. / 13 Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio Acsa su hija por mujer.” (Jueces 1:11-13). 

Más tarde, este guerrero liberó a Israel de la tiranía de Cusan-risataim rey de Mesopotamia, y vino a ser juez. Bajo su gobierno Israel tuvo cuarenta años de paz, es decir una completa paz. 

Cuando el Espíritu Santo actúa a través de una persona, trae victoria y paz a su entorno.

Otoniel, el primero de los jueces, como líder lleno del Espíritu liberó a su pueblo de la tiranía de Cusan-risataim. El líder lleno del Espíritu Santo es un libertador de la opresión, que genera victoria y paz, es un guerrero poderoso y valiente. Esta cualidad no es sólo para líderes sino para todo discípulo de Jesucristo: valentía para vencer al diablo y guiar a otros. 

  1. El líder lleno del Espíritu es un guerrero inspirado por Dios.
“1 Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años. / 2 Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, por causa de los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados. / 3 Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban. / 4 Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos. / 5 Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla. / 6 De este modo empobrecía Israel en gran manera por causa de Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.” (Jueces 6:1-6) 

Fue en este contexto histórico que Dios levantaría, por medio de Su Santo Espíritu, un héroe que liberaría al pueblo de la opresión de los enemigos madianitas. Este hombre sería Gedeón. 

El nombre de Gedeón significa “cortante”, pues él habría de cortar a los enemigos de su pueblo. Un día que sacudía el trigo en el lagar de Ofra, para sustraerlo a los bandidos madianitas, el ángel de Jehová lo llamó para que librara a su pueblo: “Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.” (Jueces 6:12). Gedeón le reclamó al Señor para qué los había sacado de Egipto, si ahora los desamparaba entregándolos en manos de los madianitas. Pero Dios le respondió: “...Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?” (Jueces 6:14). Gedeón se sentía pobre y débil, por ser el hijo menor de la familia, pero “Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.” (Jueces 6:16). 

Gedeón ofreció un sacrificio y exclamó: ...Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.” (Jueces 6:22). Como el Señor le dijo: “...Paz a ti; no tengas temor, no morirás.” (Jueces 6:23), Gedeón edificó allí un altar para Dios y lo llamó Jehová-salom, es decir “Dios es Paz”. 

Esa noche derribó el altar de Baal, que pertenecía a su padre, y erigió un altar a Jehová. Los habitantes de la ciudad exigieron la muerte de Gedeón, pero su padre argumentó que Baal mismo debía defender su causa, si era dios. Gedeón recibió el nombre de Jerobaal, que significa “que Baal contienda”.  

Cuando los enemigos se unieron contra el pueblo de Dios y acamparon frente a ellos, el Espíritu de Dios bajó sobre Gedeón y al tocar el shofar se unieron a él todos los de la familia de Abiezer o Jezer, integrantes de la tribu de Manasés, a la que perteneció Gedeón: “33 Pero todos los madianitas y amalecitas y los del oriente se juntaron a una, y pasando acamparon en el valle de Jezreel. / 34 Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.” (Jueces 6:33,34) 

Gedeón convocó a los hombres de otras tribus de Israel: “Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.” (Jueces 6:35) 

Él y sus hombres persiguieron a los madianitas hasta los confines del desierto; tomaron prisioneros a los dos reyes de Madián, y finalmente Gedeón les dio muerte. El pueblo ofreció la corona a Gedeón, pero él la rechazó pues Jehová era el rey de Israel: “22 Y los israelitas dijeron a Gedeón: Sé nuestro señor, tú, y tu hijo, y tu nieto; pues que nos has librado de mano de Madián. / 23 Mas Gedeón respondió: No seré señor sobre vosotros, ni mi hijo os señoreará: Jehová señoreará sobre vosotros.” (Jueces 8:22,23).  

Cuando el Espíritu Santo actúa en una persona, trae liberación de las tinieblas enemigas. El líder lleno del Espíritu actúa bajo inspiración Divina, mas todo discípulo de Jesucristo debe buscar la inspiración de Dios en todo lo que hace y sobre todo en Su obra. 

  1. El líder lleno del Espíritu Santo es un guerrero libertador.
“1 Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. / 2 Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. / 3 Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.” (Jueces 11:1-3) 

El nombre Jefté significa “él abrirá, liberará”. Su padre se llamaba Galaad y además vivió toda su juventud en Galaad. Por ser hijo ilegítimo, sus hermanos lo expulsaron de casa, lo cual produjo en él gran resentimiento. 

Cuando fue echado Jefté, el territorio de Israel al este del Jordán fue invadido por los amonitas y estuvieron en él 18 años. Los ancianos de Galaad, angustiados imploraron el retorno del que habían expulsado y le suplicaron que fuese su caudillo y libertador. Acusó a los ancianos de Galaad de haberle aborrecido: “Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción?” (Jueces 11:7) 

Jefté preguntó a los ancianos de Galaad: “9...Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo? / 10 Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices. / 11 Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.” (Jueces 11:9-11) 

Al ponerse a la cabeza de los galaaditas, Jefté realizó las siguientes acciones:

a)      Informó a los efrainitas, su tribu vecina, del apuro de Galaad, y los exhortó a que socorrieran a sus hermanos. Como buen líder buscó la unidad y el apoyo de otros para su tribu, pero esta gestión no tuvo resultado. 

b)      Preguntó al rey de los amonitas por la razón de su hostilidad. La respuesta del rey fue: “Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz.” (Jueces 11:13). Jefté razonó defendiendo la posición de Israel, explicando que los israelitas no quitaron tierras ni a los moabitas ni a los amonitas; el rey de Edom no los dejó pasar por sus territorios y ellos respetaron su decisión; lo mismo sucedió con el rey de Moab; cuando atravesaron el desierto, fueron rodeando los territorios de Edom y de Moab; otro tanto hicieron con Sihón, el rey amorreo de Hesbón, pero él desconfió y no les permitió pasar por su país y los atacó, mas el Dios de Israel les dio la victoria y se adueñaron de todo el territorio de los amorreos de esa región. Por último Jefté pregunta al rey:
 
“23 Así que, lo que Jehová Dios de Israel desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él? / 24 Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos. / 25 ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo guerra contra ellos? / 26 Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo?” (Jueces 11:23-26)
 
Concluye Jefté: “Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón.” (Jueces 11:27)
 
Como líder prudente, Jefté procuró razonar con el enemigo para evitar una mortandad, pero no tuvo éxito en ese propósito. 

Al rey amonita no le convencieron las razones de Jefté, así es que los israelitas tuvieron que recurrir a las armas. El Espíritu de Dios daba valentía y decisión a los guerreros de Su pueblo, además de guiarles en la batalla. Cuando el espíritu del Señor vino sobre Jefté, éste recorrió varios  pueblos para finalmente invadir el territorio de los amonitas: “29 Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.” (Jueces 11:29) 

Desde el punto de vista humano la victoria era incierta, pero Jefté se encomendó al Señor, aunque haciendo un imprudente voto: ofrecer en holocausto a cualquiera que saliera a recibirle de su casa, si el Señor entregaba en sus manos a sus enemigos: “30...Si me das la victoria sobre los amonitas,  / 31 yo te ofreceré en holocausto a quien primero salga de mi casa a recibirme cuando yo regrese de la batalla.” (Jueces 11:30,31) 

El líder lleno del Espíritu es un libertador, pero también debe serlo todo discípulo de Jesucristo. Por tal motivo necesitamos siempre orar al Señor para que nos transforme en guerreros libertadores de creyentes y no creyentes. 

  1. El líder lleno del Espíritu es un guerrero fuerte.
“Pues he aquí que concebirás y darás a luz un hijo; y navaja no pasará sobre su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de mano de los filisteos.” (Jueces 13:5) 

Sansón significa “pequeño sol” y fue uno de los jueces más destacados. El ángel de Jehová predijo su nacimiento y anunció que libraría a Israel del yugo filisteo. Fue nazareo desde su nacimiento. Los capítulos 13, 14, 15 y 16 de Jueces relatan la vida de este juez. 

Las tribus de Judá y Dan estaban expuestas a los ataques filisteos y sólo podían responder con contragolpes de pequeños grupos. El Espíritu de Dios empezó a manifestarse pronto en Sansón en los campos de Dan: “24 Y la mujer dio a luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo.  / 25 Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol.” (Jueces 13:24,25) 

En varias oportunidades Sansón demostró la gran fuerza que poseía. Animado por el Espíritu del Señor, una vez rompió las cuerdas en el momento en que iba a ser entregado a los enemigos; con una quijada de asno persiguió a los filisteos y dio muerte a mil. Sediento gritó que su liberación procedía de Jehová y le suplicó por agua. Dios le respondió haciéndola brotar de una cavidad de la roca.  

Desde ese día,  los hombres de Judá consideraron a Sansón como su liberador: “Y juzgó a Israel en los días de los filisteos veinte años.” (Jueces 15:6-20). Se dirigió a Gaza, y cayó allí en pecado. La gente de la ciudad cerró las puertas para apoderarse de Sansón. A medianoche salió de la ciudad, habiendo arrancado de quicio las puertas de la muralla, con sus dos pilares y cerrojo, dejando todo en la cumbre del monte que se halla frente a Hebrón: “1 Fue Sansón a Gaza, y vio allí a una mujer ramera, y se llegó a ella. / 2 Y fue dicho a los de Gaza: Sansón ha venido acá. Y lo rodearon, y acecharon toda aquella noche a la puerta de la ciudad; y estuvieron callados toda aquella noche, diciendo: Hasta la luz de la mañana; entonces lo mataremos. / 3 Mas Sansón durmió hasta la medianoche; y a la medianoche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue y las subió a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.” (Jueces 16:1-3) 

Su relación con la filistea Dalila lo perdió. Ésta, instigada por los príncipes filisteos, apremió a Sansón a que le revelara el secreto de su fuerza. Él le respondía con mentiras, pero finalmente se lo reveló: “Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.” (Jueces 16:17) 

Dalila vendió su secreto a los filisteos que le cortaron el cabello, lo prendieron y dejaron ciego. Lo llevaron al templo del dios Dagón para mostrarlo como espectáculo. Oró al Señor y, empujando violentamente las columnas del templo, las hizo caer, derrumbándose todo. Sansón murió junto a una gran cantidad de filisteos. 

Sansón estaba dotado de una fuerza física sobrenatural y cuando fue impulsado por el Espíritu de Dios, llevó a cabo grandes hazañas. Tal poder no estaba en sus cabellos, como se creía, sino en su consagración al Señor. El pelo era tan sólo un símbolo de su entrega a Dios.  

Cuando Sansón violó su consagración al Señor, no fue capaz moralmente de conservar su cabellera. Perdió su testimonio y el Señor le abandonó. Sin embargo luego le sería restaurada la fuerza en respuesta a su oración. Dios había llamado a este hombre con voto nazareo para que los libertara de los filisteos. Entonces se dieron cuenta, por su testimonio de fe, de la superioridad de un siervo de Dios. 

El líder lleno del Espíritu es un guerrero con gran fortaleza espiritual. Como Sansón tuvo fuerza física, el líder cristiano la ha de tener en el espíritu. Buscar la fuerza sobrenatural de Dios ha de ser uno de los propósitos del discípulo de Jesucristo. Necesitamos ser transformados por el Espíritu Santo en guerreros con gran fuerza espiritual. Esta fuerza sobrenatural no es otra cosa que el “poder de Dios”. 

CONCLUSIÓN.
Los jueces son ejemplo de un liderazgo adecuado para guiar al pueblo de Dios. Ellos no fueron perfectos pero sí reunieron las virtudes necesarias para liberar a los creyentes de la opresión del enemigo. Lo más importante es que fueron visitados y guiados por el Espíritu Santo para cumplir su misión. Así, el líder lleno del Espíritu es: 1) Un guerrero valiente; 2) Un guerrero inspirado por Dios; 3) Un guerrero libertador; y 4) Un guerrero fuerte.

 

PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:

1)      ¿Necesitan los cristianos de líderes que los guíen?

2)      ¿Qué cualidades considera usted que debe tener un buen líder cristiano?

3)      ¿Cómo podemos ser guiados por el Espíritu Santo para cumplir nuestra misión?

4)      ¿Se considera una persona valiente?

5)      ¿Quiere ser un/a guerrero/a espiritual inspirado/a por Dios?

6)      ¿De qué cosas deben ser actualmente liberados los creyentes y no creyentes?

7)      ¿Qué tipo de fuerza necesitan los discípulos de Jesucristo?

8)      ¿Por cuál de estos cuatro jueces siente usted más admiración: Otoniel, Gedeón, Jefté y Sansón?

9)      ¿Qué es para usted ser “lleno del Espíritu Santo”?

10)  ¿Cuáles son sus miedos?

11)  ¿Cuál es su mayor inspiración en la Iglesia?

12)  ¿Qué enseñanza le deja la promesa que hizo Jefté al Señor?

13)  ¿Ha guardado usted algún resentimiento como le sucedió a Jefté con sus hermanos?

14)  ¿Qué batalla está usted librando ahora y cómo está luchando en ella?

15)  ¿Qué juez de Israel combatió a cada uno de esos enemigos: Cusan-risataim, madianitas, amonitas, filisteos?

16)  ¿Cómo puede una iglesia adquirir la fuerza sobrenatural de Dios?

17)  ¿El poder de Sansón residía en sus cabellos o en su consagración al Señor?

18)  ¿Qué grandes hazañas le gustaría a usted protagonizar?

19)  ¿Por qué el Señor no abandonó a Sansón, a pesar de que había pecado?

20)  ¿Se considera un/a guerrero/a espiritual?

21)  ¿Le ha utilizado el Señor para liberar personas de algún tipo de opresión?

 

 

BIBLIOLINKOGRAFÍA.

·         Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.

·         MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. 

·         (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.

·         (1960). “La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/

·         “Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.

·         “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/

·         Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php

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