VII PARTE
Pastor Iván Tapia Contardo
Lectura
bíblica:
“1 Alabad a Dios en su santuario;
Alabadle en la magnificencia de su firmamento. / 2 Alabadle por sus proezas;
Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. / 3 Alabadle a son de
bocina; Alabadle con salterio y arpa. / 4 Alabadle con pandero y danza; Alabadle
con cuerdas y flautas. / 5 Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con
címbalos de júbilo. / 6 Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.” (Salmo 150:1-6)
Objetivos: a) Comprender la razón básica de la alabanza en
la Iglesia; b) Identificar diversas formas de alabanza; c) Comprender por qué
alabamos; d) Consagrar los dones dados por Dios por medio de la alabanza; e)
Honrar al Señor en la alabanza; y f) Alabar a Dios porque Él es digno de
alabanza.
Resumen:
La alabanza a Dios es una de las actividades más importantes en la vida
devocional personal y comunitaria de los cristianos. Hay diversas formas de
alabar pero el motivo de la alabanza siempre será consagrarnos a Dios y
honrarlo porque Él es digno de alabanza.
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la Biblia podemos encontrar aproximadamente 200 versículos que hablan acerca de
la alabanza en forma explícita, y 100 de ellos utilizan directamente la palabra
“alabanza”. Específicamente en el Nuevo Testamento encontramos esta palabra en
17 ocasiones. Si leemos concienzudamente, podemos descubrir las muchas formas
en que el pueblo de Dios debe y puede alabar al señor de la Iglesia: recitando
textos, palabras de alabanza, cantando, creando cantos nuevos, himnos y salmos,
saltando, aplaudiendo, danzando, tocando instrumentos, marchando ante Su
Presencia, etc. El cómo alabar es explícito en la Biblia y en cierto modo
sencillo, aunque muchos se detienen en hacerlo de ese modo por su cultura,
vergüenza, costumbres de iglesia, forma personal de ser, etc. Pero lo más
importante es por qué lo hacemos, qué sentido tiene la alabanza en la vida
cristiana.
¿Por qué alabar?
1. Porque así nos consagramos a Dios.
Alabar, en hebreo es halal y significa “alabar, celebrar, glorificar, cantar, alardear”. La primera vez que aparece la palabra
“alabanza” en la Biblia dice: “23 Y cuando entréis en la tierra, y plantéis toda clase de árboles
frutales, consideraréis como incircunciso lo primero de su fruto; tres años os
será incircunciso; su fruto no se comerá. / 24 Y el cuarto año todo su fruto
será consagrado en alabanzas a Jehová. / 25 Mas al quinto año comeréis el fruto
de él, para que os haga crecer su fruto. Yo Jehová vuestro Dios.” (Levítico 19:23-25)
La
Tierra Prometida es el Reino de Dios. Al convertirnos a Jesucristo seguimos
haciendo toda clase de obras y paulatinamente nos vamos santificando. Mejor
dicho el Espíritu Santo nos santifica. En otras palabras plantamos “toda clase de árboles
frutales”. La Palabra nos dice que no consideremos esos primeros frutos. Ya el
cuarto año todo su fruto será consagrado en alabanzas a Jehová. No se trata de
cuatro años cronológicos sino que el cuatro tiene un significado simbólico.
Señala lo que sigue a la creación de
Dios en la Trinidad: Sus obras creativas. Es conocido por las cosas que son
vistas. En este caso, ya comienzan a ser vistos los frutos del Espíritu Santo
en la persona, nadie da frutos de inmediato. El número 4 tiene siempre
referencia a todo lo que es creado. Dios crea en Sus hijos hombres nuevos con
frutos nuevos.
Ese fruto del Espíritu debe ser
consagrado a Dios en alabanza. Los frutos del Espíritu Santo son alabanzas para
el Señor. Luego comenzamos a alimentarnos del fruto.
La alabanza al comienzo de la Biblia es señalada
como consagración de nuestro ser a Dios.
Dicho lo anterior, la alabanza es
marcada en la Biblia junto al fruto del Espíritu. Se alaba a Dios con los
frutos. Estos se consagran al Señor por medio de la alabanza.
2. Porque así honramos a Dios.
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salmos dicen la palabra “alabanza” y en sí, la mayoría de los salmos son
alabanzas al Señor. Se nomina salmo a una “canción/oración cantada y
acompañada por instrumentos musicales”. En el libro de los Salmos ellos aprendemos que:
a)
Dios habita entre las alabanzas de Israel: “Pero
tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas
de Israel.” (Salmos 22:3).
Cuando le alabamos traemos Su Presencia a la comunidad cristiana.
b)
La alabanza debe
ser hecha con alegría, pero también requiere de nosotros que limpiemos nuestra
vida de todo pecado pues en los íntegros es hermosa la alabanza: “Alegraos, oh
justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la alabanza.” (Salmos 33:1).
c)
¿Es sólo el culto
el tiempo de alabar? No, sino en todo tiempo: “Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.” (Salmos 34:1).
d)
A veces el
Espíritu Santo pone en nuestros labios un canto no escuchado antes, es un
cántico nuevo de alabanza al Señor, testimonio a los incrédulos: “Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto
muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.” (Salmos 40:3).
e)
Si en el Antiguo
Testamento se sacrificaba animales, hoy podemos hacer sacrificios de alabanza
para Dios: “Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al
Altísimo” (Salmos 50:14), lo
cual es una honra para Él y “El que
sacrifica alabanza me honrará; Y
al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.” (Salmos 50:23).
f) Necesitamos glorificar Su nombre y poner gloria en su alabanza: “Cantad la gloria de su nombre; Poned gloria en su alabanza.” (Salmos 66:2).
g) Estas prácticas de alabanza en nuestra vida devocional
serán transmitidas a nuestros hijos y descendientes contando a la generación
venidera las alabanzas de
Jehová, Su poder y las maravillas que hizo: “No
las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y
las maravillas que hizo.” (Salmos
78:4). El compromiso es de generación en generación cantarle alabanzas: “Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para
siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas.” (Salmos
79:13).
h) Cada vez que nos acerquemos al Señor, hagámoslo con alabanzas y aclamémosle con cánticos: “Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.”
(Salmos 95:2). El culto siempre ha
de comenzar con acciones de gracias y alabanzas:
“Entrad por sus puertas con acción de
gracias, Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.” (Salmos
100:4).
i)
Todo esto porque “Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es
inescrutable” (Salmos 145:3).
La
alabanza en los Salmos nos enseña que Dios es digno de alabanza, acción de
gracias, honra, prácticamente un mandato del Señor, mas no lo hagamos por
obligación sino por un genuino amor y deseo de horrarle como se lo merece.
3. Porque Dios es digno de alabanza.
Las
últimas veces que se pronuncia la palabra “alabanza” en la Biblia es en la voz
de seres celestiales y dirigidas a Jesucristo: “11 Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los
seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones, / 12
que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la
fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. / 13 Y a todo lo creado que está
en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas
las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al
Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los
siglos. / 14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro
ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos
de los siglos.” (Apocalipsis 5:11-14)
Tal
cosa significa que el destino final de la alabanza será para el Señor
Jesucristo. Ángeles, seres vivientes y ancianos alrededor del trono, son los
que declararán por la eternidad su alabanza al Cordero de Dios. Ellos gritan
que Aquél que dio Su vida por la Humanidad, es digno de tomar poder, riquezas,
sabiduría, fortaleza, honra, gloria y alabanza, siete cosas que forman la
perfección de Su autoridad. Luego toda la creación declara cuatro cosas –porque
4 es el número de lo creado- que el Cristo merece, siendo primera la alabanza.
Le siguen honra, gloria y poder.
La palabra “Alabanza” al final de la Biblia nos
señala su propósito. Nuestro destino es
el reconocimiento de la honra, la gloria y el poder de Jesucristo, mediante la
alabanza. Por tanto es lo que debemos hacer diariamente.
Es
necesario finalmente dejar en claro lo que la alabanza no es:
a)
La alabanza no es
en función del hombre,
b)
No es para
satisfacción propia,
c)
No es por el
gusto de cantar, porque mi vocación sea la música o
d)
para que el culto
sea bonito.
No,
la única razón de la alabanza es para dar honra, gloria y poder a Jesucristo;
porque Él sólo es digno de tomar poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honra,
gloria y alabanza.
CONCLUSIÓN.
Todo
lo que hagamos en nuestra vida cristiana, mayormente lo relacionado con la vida
devocional, es necesario comprenderlo en su razón de ser. Sabemos diversas
formas de alabanza, pero ¿por qué alabamos? Esta enseñanza nos guía a
comprender el fundamento de la alabanza. Alabamos porque: 1) Así nos
consagramos a Dios; 2) Así honramos a Dios; y 3) Dios es digno de alabanza.
VOCABULARIO DE
INTERÉS:
·
Alabar
·
Salmo
PARA TRABAJAR
EN EL CENÁCULO:
1) ¿Qué razón le mueve
personalmente a alabar al Señor?
2) ¿Cuál es su forma habitual
de alabar a Dios?
3) ¿Se considera un/a
cristiano/a consagrado/a a Dios?
4) ¿Qué es para usted alabar al Señor?
5) ¿Le gustaría
escribir un Salmo a Dios?
6) ¿Cuáles fueron sus
principales dificultades después de la conversión?
7)
¿Puede identificar los primeros cambios operados por el Espíritu Santo en
usted?
8)
¿Qué significado
tiene el cuatro en la Biblia?
9)
¿Por
qué se dice que “los frutos son alabanzas para el Señor”?
10) ¿Qué consagraría
usted al Señor en alabanza?
11) ¿Por qué es
necesaria la lectura de los Salmos?
12) ¿Es sólo el
culto el tiempo de alabar?
13) ¿Qué papel tiene
la alabanza en el culto?
14) ¿Qué no es la
alabanza?
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