VIDA DEVOCIONAL
IV PARTE
Lectura
bíblica:
“11 Terminó, pues, Salomón la casa de
Jehová, y la casa del rey; y todo lo que Salomón se propuso hacer en la casa de
Jehová, y en su propia casa, fue prosperado. / 12 Y apareció Jehová a Salomón
de noche, y le dijo: Yo he oído tu oración, y he elegido para mí este lugar por
casa de sacrificio. / 13 Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si
mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi
pueblo; / 14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y
oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces
yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. /
15 Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este
lugar; / 16 porque ahora he elegido y
santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos
y mi corazón estarán ahí para siempre.” (2
Crónicas 7:11-16)
Objetivos: a) Valorar la oración en la comunicación con Dios; b) Conocer la actitud del Señor ante nuestras
oraciones; c) Adquirir la convicción de que Dios atiende siempre a la oración
de Sus siervos; d) Saber en qué condiciones Dios abomina una oración; y e) Aprender
a vivir velando en oración.
Resumen:
Nada más importante en la vida devocional del discípulo de Jesucristo que la
práctica de la oración. Hay tres actores que pueden intervenir en ella: Dios,
el pecador y el creyente santo. Frente a cada uno, el Señor tiene algo que
enseñarnos: Él siempre nos escucha y responde; Él abomina la oración del
desobediente; y Él espera que velemos en oración.
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forma sencilla podemos definir la oración como una conversación con Dios, pero
ésta no es siempre vocalizada; a veces puede ser una meditación mental o
simplemente contemplativa. Como sea es un encuentro con Dios, basado en el
mutuo amor; nadie querría conversar con Alguien a quien no ve y ni siquiera
responde en forma audible, si no es motivado por el amor. Es este sentimiento
de gratitud, de admiración y atracción hacia el Padre, y sobre todo el Hijo, lo
que nos motiva a acercarnos a Dios en oración. También está la necesidad de
satisfacer o resolver problemas, pero siempre lo hacemos movidos por la fe.
También
el Padre ora. Desde el momento que la oración es comunicación, diálogo con
Dios, significa que Él también ora. En esta comunicación hay tres tipos de
actores: a) la Divinidad; b) el pecador, una persona que ha caído en faltas
contra Dios; y c) el cristiano santificado por la sangre de Jesucristo.
La
palabra “oración” aparece en la Biblia 116 veces. Hemos escogido tres
versículos para descubrir cómo es la posición de cada uno de estos actores
frente a la oración: el primer verso en que aparece la palabra oración, el
último y aquel que está justo en el centro, o sea en el lugar 58. Cómo lo más importante
es saber qué piensa Dios acerca de la oración, nos haremos la siguiente
pregunta:
¿Cuál es la actitud del Señor ante nuestras oraciones?
1. Dios atiende a la oración de Sus siervos.
El
primer texto en que aparece la palabra “oración” dice: “Con todo, tú
atenderás a la oración de tu
siervo, y a su plegaria, oh Jehová Dios mío, oyendo el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante
de ti” (1 Reyes 8:28)
La
primera vez que aparece una palabra en la Escritura, marca el significado de
esa palabra en el resto de los libros. Así este texto nos deja claro que la
oración es una relación entre dos personas: el siervo y su Dios, Jehová. Es una
comunicación en que Dios asegura Su atención y oído. Este texto nos da completa
seguridad de que el Señor escucha nuestras oraciones y las responde.
Es
falso pensar que Él no escucha a sus siervos si éstos no hacen las oraciones de
acuerdo a ciertas cláusulas que los mismos hombres inventan o suponen más
espirituales. El versículo en estudio nos dice cuatro cosas con respecto al
Señor y la oración:
a)
El Señor atiende a las oraciones de Sus hijos: “Con todo, tú atenderás a la oración de tu siervo.” Los cristianos somos “siervos” de un Señor, es
decir esclavos, servidores. “Atiende” implica que Dios pone atención e interés
en nuestras oraciones y las responde.
b)
El Señor atiende a nuestras plegarias: “y a su plegaria, oh Jehová Dios mío”. La
plegaria es una oración hecha con clamor, sentimiento, entrega afectiva.
c) El Señor escucha
el clamor y la oración de Su pueblo: “oyendo
el clamor y la oración”. No
es un Dios indiferente sino atento a las peticiones de Sus hijos.
d)
El Señor escucha a Sus siervos: “que tu siervo hace hoy delante de ti”. No
hay otro u otra a quien orar y levantar plegarias, sino al Señor Jesucristo. El
siervo ora a su Señor.
Un ejemplo de que Dios atiende a la
oración de Sus siervos es cuando, después de ser interrogados por el concilio,
los apóstoles Pedro y Juan, los creyentes piden confianza y valor, a lo que el
Señor respondió de inmediato:
“23
Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los
principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. / 24 Y ellos,
habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú
eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos
hay; / 25 que por boca de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las
gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? / 26 Se reunieron los reyes de la
tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo.
/ 27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo
Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo
de Israel, / 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado
que sucediera. / 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos
que con todo denuedo hablen tu palabra, / 30 mientras extiendes tu mano para
que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo
Hijo Jesús. / 31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados
tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la
palabra de Dios.”
(Hechos 4:23-31)
Denuedo significa: brío,
esfuerzo, valor, intrepidez.
2. Dios abomina la oración del que se aparta de Él.
El
texto central en que aparece la palabra “oración” dice: “El que
aparta su oído para no oír la ley, Su oración
también es abominable.” (Proverbios 28:9)
La
gente no lee la Biblia porque la considera un libro difícil de entender, aunque
tal vez nunca han hecho el intento. Es más fácil y agradable ver una película
en la televisión o el cine, que trate alguno de sus muchos relatos, aunque se
corre el riesgo de conocer una versión tergiversada de lo que realmente está
escrito en la Biblia. Pero puede ser también que se evite leerla porque la
Palabra de Dios nos enfrenta con Su voluntad y con nuestra pobre condición de
pecadores.
Si
en el primer texto era Dios el Sujeto principal, aquí lo es el pecador, aquel
que no quiere enfrentarse a Dios porque teme el juicio. Todos somos pecadores,
así es que este verso también puede ser aplicado a un creyente. Este versículo
nos dice tres cosas con respecto al pecador y la oración:
a)
El pecador evita la Palabra: “El que aparta su oído”. El pecador evita acercarse a Dios y Su
Palabra por miedo al juicio, en cambio el creyente no teme y lo hace con mucha
confianza pues “En el amor no hay temor,
sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí
castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.” (1 Juan 4:18)
b) El pecador no
quiere oír la voluntad de Dios: “para
no oír la ley” Sabe que no será aprobado por la Palabra, así es que
prefiere no escucharla ni leerla: “20
Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para
que sus obras no sean reprendidas. / 21 Mas el que practica la verdad viene a
la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.” (San Juan 3:20,21)
c)
El pecador tiene una oración despreciable: “Su oración
también es abominable.” Este es un proverbio antitético, es decir
que presentan una antítesis u oposición. Su oración es detestable, no agradable
a Dios.
Un
ejemplo de que el pecador no será escuchado por Dios en su petición es cuando,
después de haber pecado el rey David con su vecina Betsabé, tuvo como resultado
un hijo que luego enfermó. David oró mucho y ayunó, pero Dios no contestó a su
petición pues no permitiría que Sus enemigos blasfemaran. La muerte del niño
fue una consecuencia necesaria:
“13 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová.
Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. / 14
Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el
hijo que te ha nacido ciertamente morirá. / 15 Y Natán se volvió a su casa. Y
Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó
gravemente. / 16 Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y
entró, y pasó la noche acostado en tierra. / 17 Y se levantaron los ancianos de
su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni
comió con ellos pan. / 18 Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos
de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el
niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se
afligirá si le decimos que el niño ha muerto? / 19 Mas David, viendo a sus
siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo
David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto.” (2 Samuel 12:13-19)
3. Dios nos ordena velar en oración.
El
último texto en que aparece la palabra “oración” versa así: “Mas el fin
de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.” (1 Pedro 4:7)
La última vez que una palabra aparece en la Biblia, está referida al final de
nuestra vida, el planeta o a la eternidad. Aquí anuncia que el fin de todo está
cercano y, por tanto debemos guardar una conducta adecuada a ello. Es
advertencia y consejo a la vez.
Si
en el primer texto era Dios el Sujeto principal, en el segundo texto era el
pecador, aquí es el cristiano. El versículo nos muestra la importancia de la
oración para los últimos tiempos que vivimos en la actualidad:
a) El cristiano sabe
que todo terminará: “Mas el fin de
todas las cosas se acerca” El universo en que vivimos llegará a su fin,
pero sabemos que antes sucederá un tiempo breve de tribulación en el planeta,
luego mil años de gobierno de Jesucristo y después el juicio final y la
desaparición de todas las cosas.
b) El cristiano se
comporta con sobriedad: “sed, pues,
sobrios,” Tanto el momento del juicio –para nosotros el tribunal de Cristo-
como todos los nombrados, requieren de una actitud correcta de parte nuestra.
Lo primero es ser sobrios. Esto significa ser moderados y discretos, en
especial en el comer, beber, en la forma de hablar o de moverse o en sus
costumbres. En otras palabras ser templados teniendo dominio propio. Todo lo
material, como lo conocemos, desaparecerá un día y debemos prepararnos para ese
día.
c) El cristiano permanece
en vela: “y velad en oración.” Es lo más importante
estar despiertos; el diccionario dice que velar es “hacer de centinela”.
El atalaya permanece despierto durante la noche para avisar a la ciudad cuando
viene el enemigo. Debe estar alerta, del mismo modo debemos vivir los
discípulos del Señor: despiertos, como centinelas, alertas, velando en el
Espíritu. Esto significa que vela con oración. El buen cristiano sigue el
consejo paulino: “17 Orad sin cesar. / 18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo
Jesús. / 19 No apaguéis al Espíritu.” (1
Tesalonisenses 5:17)
Como el cristiano sabe que todo terminará,
entonces se comporta con sobriedad y permanece velando en oración.
Un
ejemplo de que Dios nos ordena velar en
oración, lo encontramos en el siguiente pasaje: “36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y
dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro. / 37 Y
tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a
angustiarse en gran manera. / 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy
triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. / 39 Yendo un poco
adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es
posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. / 40
Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no
habéis podido velar conmigo una hora? / 41 Velad y orad, para que no entréis en
tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. / 42
Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de
mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. / 43 Vino otra vez y los
halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. / 44 Y
dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas
palabras. / 45 Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y
descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en
manos de pecadores. / 46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.”
(San Mateo 26:36-46)
CONCLUSIÓN.
La
oración es una importante disciplina espiritual. Es la comunicación que el alma
y espíritu humano tiene con Dios; es una relación de amor mutuo. La actitud del
Señor ante nuestras oraciones se puede resumir en tres frases: 1) Dios atiende
a la oración de sus siervos; 2) Dios abomina la oración del que se aparta de Él;
y 3) Dios nos ordena velar en oración.
PARA TRABAJAR
EN EL CENÁCULO:
1)
¿Querría usted conversar con alguien a quien
no ve y ni siquiera responde en forma audible? ¿En qué condiciones lo haría?
2)
¿Qué es lo que a
usted más le motiva a la oración?
3)
¿Por qué decimos
que Dios también ora?
4)
¿Cuál era la
mayor petición de los primeros cristianos y los apóstoles?
5)
¿Por qué la gente
no lee la Biblia? ¿Cómo podremos ayudar a que lo hagan?
6)
¿Qué entendió que dice el Señor con respecto al pecador y la oración?
7) ¿Qué experiencia tiene usted de peticiones no
respondidas por Dios?
8) ¿Cree que existen las oraciones no respondidas?
9)
¿Qué conductas
deben tener los cristianos de los últimos tiempos?
10) ¿Cómo deben ser las oraciones de los discípulos de
hoy?
11) ¿Cómo podemos ser sobrios en la vida familiar,
laboral, social y eclesial?
12) ¿Qué es velar en oración?
13) ¿Se considera un/a atalaya o centinela de su familia?
VOCABULARIO DE
INTERÉS:
·
Plegaria · Denuedo
· Proverbio antitético
· Sobrio
· Velar
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
- Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
- MacArthur, John. (2011). “Biblia
de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc.
- (1979). “Dios Habla Hoy, La
Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
-
(1960).
“La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas
Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
-
“Nuevo
Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
-
“Diccionario de
la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
-
Concordancia
electrónica de la Biblia” Disponible
en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
-
Rizo Martínes, José L. “Diccionario
Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
- (1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios
habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
-
Oraciones
respondidas en la Biblia. Disponible en: http://www.gotquestions.org/Espanol/evidencia-oraciones-contestadas.html#ixzz3fM1QeZ00
- Por qué algunas
oraciones no son respondidas. Disponible en: http://justchristians.org/SanasPalabras/SPDownload/Sermones/S093sp.pdf
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