lunes, agosto 18, 2008

LA VERDAD DE DIOS

CLAVES PARA LA FELICIDAD
IV PARTE

Pastor Iván Tapia

Lectura Bíblica: Salmo 73

Propósitos de la Charla: a) No envidiar a los impíos en sus éxitos; b) Conocer el destino de los impíos y el de los santos; c) Afirmar el corazón del discípulo en la Verdad.

SALMO 73
Salmo de Asaf.

1 Ciertamente es bueno Dios para con Israel,
Para con los limpios de corazón.
2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;
Por poco resbalaron mis pasos.
3 Porque tuve envidia de los arrogantes,
Viendo la prosperidad de los impíos.

4 Porque no tienen congojas por su muerte,
Pues su vigor está entero.
5 No pasan trabajos como los otros mortales,
Ni son azotados como los demás hombres.
6 Por tanto, la soberbia los corona;
Se cubren de vestido de violencia.
7 Los ojos se les saltan de gordura;
Logran con creces los antojos del corazón.
8 Se mofan y hablan con maldad de hacer violencia;
Hablan con altanería.
9 Ponen su boca contra el cielo,
Y su lengua pasea la tierra.

10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí,
Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.
11 Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?
¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
12 He aquí estos impíos,
Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.
13 Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón,
Y lavado mis manos en inocencia;
14 Pues he sido azotado todo el día,
Y castigado todas las mañanas.

15 Si dijera yo: Hablaré como ellos,
He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.
16 Cuando pensé para saber esto,
Fue duro trabajo para mí,
17 Hasta que entrando en el santuario de Dios,
Comprendí el fin de ellos.
18 Ciertamente los has puesto en deslizaderos;
En asolamientos los harás caer.
19 ¡Cómo han sido asolados de repente!
Perecieron, se consumieron de terrores.
20 Como sueño del que despierta,
Así, Señor, cuando despertares, menospreciarás su apariencia.

21 Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas.
22 Tan torpe era yo, que no entendía;
Era como una bestia delante de ti.
23 Con todo, yo siempre estuve contigo;
Me tomaste de la mano derecha.
24 Me has guiado según tu consejo,
Y después me recibirás en gloria.
25 ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
26 Mi carne y mi corazón desfallecen;
Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

27 Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán;
Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien;
He puesto en Jehová el Señor mi esperanza,
Para contar todas tus obras.


En China ha habido más de 23 mil personas arrestadas por causa de su fe cristiana. Muchos de los que murieron como mártires lo hicieron por su inquebrantable fidelidad a Cristo. Watchman Nee, quien se convirtió en uno de ésos mártires, llevó una vida y ministerio que ocupa un lugar importantísimo en la historia de la cristiandad china, y no sólo de ese país, sino de la cristiandad del mundo.

Watchman Nee nació en 1903 en Fuchow, China. Aunque nació en el seno de una familia conocedora del Evangelio, lo rechazó durante casi toda su adolescencia.

Tratando de decidir si creer o no en el Señor, comenzó a orar. Repentinamente, a la edad de 17 años, lo envolvió la magnitud de sus pecados y la realidad de Jesucristo. Nee aceptó a Cristo en la soledad de su cuarto de baño. Su nombre original, Shu-Tsu derivó al más conocido Watchman, en español “atalaya” o “vigilante”.

Después de este giro, construyó su vida en torno a Dios. Se sumergió en el estudio y la lectura de libros cristianos llegando a contar con una biblioteca de 3000 libros cristianos, llegando a ser uno de los mayores conocedores en materia de Historia de la Iglesia.

Más adelante dejó la escuela secular para entrar en al Instituto Bíblico de Dora Yu en Shangai. A causa de su gran apetito de conocimiento y frecuentes observaciones le solicitaron que abandonara el Instituto. Nee retornó a la escuela y terminó sus estudios graduándose en el Anglican Trinity College.

Watchman Nee tenía una carga doble que él satisfizo con éxito: llevar un testimonio del Señor Jesús y establecer iglesias locales. Comenzó esta tarea viajando con otros cristianos para compartir el Evangelio con personas que nunca habían oído hablar de Jesucristo. Su profundidad, conocimiento y experiencia personal de la resurrección de Cristo llevó a que se publicaran muchos de sus mensajes y una gran cantidad de libros.

Centrándose en el establecimiento de Iglesias, comenzó pequeñas reuniones en casas de familia. Cuando los grupos crecían, era necesario encontrar un lugar adecuado para poder realizar reuniones con mayor comodidad. Esas casa-iglesias se conocieron como “la pequeña multitud” y comenzaron a extenderse a través de China.


Debido a su inquebrantable fidelidad a Dios, debió soportar muchos sufrimientos durante los años de su ministerio. Creyó que debía llevar una vida absolutamente consagrada a la vocación para la que había sido llamado por Dios y rechazó todas las posibilidades de empleo que le fueron ofrecidas.

Los problemas de salud fueron una fuente de dolor que debió soportar. La tuberculosis, una gastritis crónica, angina de pecho eran algunos de las enfermedades que afectaron su salud. Pero no era esa la única fuente de aflicción. Su mayor preocupación concernía al creciente número de hermanos que se reunían en las iglesias locales, muchos de los cuales causaban problemas debido a inmadurez e incompetencia.

Cuando W. Nee predicó sobre la necesidad de preservar la verdad de las Escrituras y protestó sobre aspectos denominacionales del ministerio, esto le condujo a una ruptura temporal de las relaciones con la Iglesia en su ciudad natal.

Cuando a finales de los años ´40 los comunistas tomaron el poder, Nee se convirtió en un blanco obvio. Su ministerio y creencia cristiana contradijo cada vez más al Partido Comunista. En 1952, Nee fue arrestado, acusado por su fe y por su liderazgo de iglesias. Lo encarcelaron en 1956. Luego de más de 15 años de confinamiento en una celda, el “vigilante” Nee murió en mayo de 1972.

El ministerio y la trascendencia de este siervo de Dios para el cristianismo chino y mundial es imponderable. Watchman Nee fue un misionero, un estudioso, un escritor, un pastor y finalmente un mártir. Sus libros han sido traducidos a varios idiomas y se utilizan con frecuencia para los estudios de la Biblia. Las iglesias-casa como "la pequeña multitud” no han cesado de crecer.
Aunque no está más aquí, la herencia de Nee “el vigilante” vive todavía.

La vida de W. Nee es un ejemplo de fidelidad a Jesucristo al punto de dar su vida por la Verdad. Fue un verdadero discípulo de Jesucristo que edificó su vida en la Roca de los siglos. ¿Sobre qué fundamento hemos edificado nuestras vidas? ¿Lo hemos hecho sobre una base de sustentación débil, insegura, ineficaz para sostenernos en toda circunstancia? Watchman Nee fue un hombre feliz y es sin duda feliz en la eternidad junto al Padre, porque renunció a sí mismo, al mundo y al diablo, para seguir a Jesucristo, la Suprema Felicidad.

La verdadera felicidad no es el placer ni una vida sin problemas; todo lo contrario una vida feliz requiere del sufrimiento para crecer y de los problemas para desarrollar virtudes. La felicidad eterna se sustenta en la Sabiduría de Dios, en la Esperanza de la manifestación de Jesucristo y de los hijos de Dios y en la Justicia Divina, que es la reivindicación de nuestra posición ante Dios por la fe en Jesucristo. Hoy añadiremos a esta “cadena” otro importantísimo “eslabón”: la Verdad.

"Est vir qui? ¿Qué es la Verdad?", preguntó Pilatos. Estaba frente a la Verdad misma y no le reconoció. Qué horrible es para un discípulo tener la Verdad, llevarla en el corazón y no asumirla como tal. O sea teniendo la Verdad, Jesucristo, no creer totalmente en ella. A veces sucede esto con los cristianos. La Verdad “habita” en nosotros y no creemos absoluta, definitiva y totalmente en ella. Entonces necesitamos ser tratados por Dios al respecto, para crecer en esperanza y fe. Necesitamos pasar ciertas circunstancias que nos lleven a declarar, como el salmista Asaf:

“La roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”

Hubo un hombre que fue duramente probado pero que salió victorioso. Como Job y el maestro de Eclesiastés, él cuestionó el orden moral al ver la prosperidad de los malvados y el sufrimiento de los justos. El Señor tuvo que revelarle quién era él y quiénes aquellos cuya suerte él envidiaba. Este hombre se llamaba Asaf y escribió el salmo que veremos a continuación. Es un canto de sabiduría que contrasta los destinos de los impíos y de los justos; una verdadera confesión de fe, que nos conducirá a no envidiar a los impíos en sus éxitos y nos aclarará cual es el destino de los incrédulos y cuál el destino de los que aman a Dios.

Asaf, el músico y poeta del templo.
Su nombre significa “el que se junta”, fue un célebre músico del tiempo de David, levita y uno de los directores de la música del templo. Al parecer el cargo era hereditario en su familia. Se le llama también profeta (2 Crónicas 29:30) y su nombre se halla prefijo en doce salmos, escritos tal vez para que él o su familia los cantaran.

Asaf era uno de los músicos principales de David y uno de los escritores de los Salmos del Salterio, como lo atestiguan los siguientes textos bíblicos: “El hermano de Hemán, Asaf, estaba a su mano derecha: Asaf, hijo de Berequías, hijo de Simea” (1 Crónicas 6:39); “Entonces los levitas nombraron a Hemán hijo de Joel; y de sus hermanos a Asaf hijo de Berequías; y de los hijos de Merari, sus hermanos, a Eitán hijo de Cusaías” (1 Crónicas 15:17); “Asaf el jefe, y segundo después de él, Zacarías; después Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom y Jeiel, con instrumentos musicales, arpas, liras; también Asaf tocaba címbalos muy resonantes” (1 Crónicas 16:5); “Entonces en aquel día David, por primera vez, puso en manos de Asaf y sus parientes este salmo para dar gracias al SEÑOR:” (1 Crónicas 16:7); “todos los levitas cantores, Asaf, Hemán, Jedutún y sus hijos y sus parientes, vestidos de lino fino, con címbalos, arpas y liras, estaban de pie al oriente del altar, y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas” (2 Crónicas 5:12); “Porque en los días de David y Asaf, en tiempos antiguos, había directores de los cantores, cánticos de alabanza e himnos de acción de gracias a Dios” (Nehemías 12:46)

Tal vez escribió para el rey este salmo donde describe la relación especial de él con Dios y la conducta digna de un soberano (v.23).

Algunos detalles del salmo de Asaf.
Dios en este salmo se describe así:
- Dios es bueno con Israel (v.1)
- Dios hará volver a su pueblo aquí, y aguas en abundancia serán extraídas para ellos (v.10)
- Al entrar en el santuario de Dios comprendió (v.17)
- La roca de nuestro corazón es Dios (v.26)

Se muestra la debilidad del creyente frente a la aparente “injusticia” del éxito de los incrédulos:
- “casi se deslizaron mis pies” (v.2)
- “tuve envidia de los arrogantes” (v.3)
- “se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas” (v.21)
- “Mi carne y mi corazón desfallecen” (v.26)

Los personajes del salmo:
- Dios, el Altísimo (v.11)
- Asaf
- Los limpios de corazón (v.1), su pueblo (v.10), la generación de tus hijos (v.15)
- Los arrogantes (v.3), los otros mortales (v.5), los demás hombres (v.5), los impíos (v.12)
- Aquél que de ti se aparta (v.27)

En este salmo se expresan sentimientos de:
- Debilidad
- Envidia
- Culpa
- Remordimiento
- Amargura
- Desfallecimiento
- Dudas

1. El problema de Asaf.
En la primera estrofa Azaf expresa cuan bueno es Dios para con sus hijos, los limpios de corazón. Confiesa su debilidad al haber dudado de su camino y envidiar la prosperidad de los impíos. El éxito no es solamente para los que sirven a Dios, sino que puede tenerlo cualquier persona. En esta estrofa se muestra claramente el origen del problema: la envidia y la falta de comprensión del plan de Dios para la vida del ser humano. Estos son sentimientos con los cuales puede identificarse cualquier cristiano. El problema de Asaf, su envidia y fe en la Verdad, es el problema básico de muchos hijos de Dios.

2. Los contrarios de Asaf.
La segunda estrofa hace una descripción de los impíos: no se preocupan de la muerte; tienen buena salud; no sufren calamidades como el resto de los hombres; no son explotados; son soberbios y violentos contra los demás; comen bien y logran todo lo que quieren; se burlan y hacen ostentación de su poder; hablan con altanería; no tienen en cuenta a Dios y viven para sus placeres. Una característica que destaca el salmista en estos hombres es que son arrogantes, soberbios, altaneros.

3. Las dudas de Asaf.
La tercera estrofa dice según una versión más actualizada: “Por eso el pueblo de Dios vuelve a este lugar, y beben las aguas de la abundancia. / Y dicen: ¿Cómo lo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? / He aquí, estos son los impíos, y, siempre desahogados, han aumentado sus riquezas. / Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón y lavado mis manos en inocencia; / pues he sido azotado todo el día y castigado cada mañana.” (Salmo 73:10-14, BDLA) En una versión popular, el primer verso de esa estrofa es traducido: “Por eso la gente los alaba y no encuentra ninguna falta en ellos.” (DHH) En nuestra versión “Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos” pareciera decirnos este oscuro pasaje que el Señor nos hará volver a esta confrontación, hasta que aprendamos que no debemos envidiar al malvado. El pueblo de Dios se confunde; dan vuelta acá y acullá, perplejos, dudando del conocimiento y cuidado de Dios. Esta estrofa da cuenta de las dudas del salmista y el pueblo. Este salmo es una escalera de fe y puede dividirse en dos partes: a) Los peldaños que Asaf descendió alejándose de Dios (v.1-14) y los peldaños que escaló de regreso al Señor (v.15-28)

El meollo de este salmo se encuentra aquí: “Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia; / Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas” (v.13,14) La duda en la Verdad de Dios es el problema de Asaf y de muchos cristianos.

4. La visión de Asaf y el destino de los impíos.
El dilema se resuelve en la cuarta estrofa por medio de una visión profética recibida en el templo, que revela los destinos diferentes de los justos y los malvados. No fue fácil para Asaf hallar la solución a su lucha interior “Cuando pensé para saber esto, fue duro trabajo para mí” (v.16). Si no hubiera entrado en el santuario de Dios, en Su Presencia, no habría comprendido el fin de los impíos. Los tres versículos siguientes nos hablan acerca de su suerte: se deslizarán, “los pones en lugares resbaladizos” (v.18; BDLA); serán asolados, destruidos, “los arrojas a la destrucción” (v.18; BDLA); su fin será repentino, sin aviso “¡Cómo son destruidos en un momento! Son totalmente consumidos por terrores repentinos” (v.19; BDLA); viven como en un sueño y cuando despierten el Señor los menospreciará (v.20).

Para los impíos sólo espera la destrucción (v.20, 27) “los que están lejos de ti perecerán; tú has destruido a todos los que te son infieles” (v.27; BDLA).

5. El destino de los justos.
Azaf fue tentado a envidiar a los impíos, quienes parecían no tener problemas y aumentaban sus riquezas sobre las espaldas de aquellos de quienes se aprovechaban, pero entonces consideró su destino final. Entonces, en contraste con lo que ellos anhelaban en sus vidas, declara que lo más importante para a él es Dios: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti? Y fuera de Ti nada deseo en la tierra” (v.25). Para él, una relación con Dios es lo que más importaba sobre todo lo demás en la vida.

La quinta estrofa comienza con la autocrítica que hace el salmista acerca de su comportamiento, se considera como un animal sin entendimiento. Reconoce la guía de Dios en esas tinieblas en que caminó: “Me tomaste de la mano derecha. / Me has guiado según tu consejo” (v. 23, 24); es la acción del Espíritu Santo en la vida de los cristianos, el Espíritu que nos convence de pecado, regenera, habita, sella, enseña, recuerda las cosas cuando las necesitamos, guía, revela la Verdad, consuela y ayuda, da dones, llena, fructifica, potencia y unge. Descubre así cual es el fin de los santos: Dios nos recibirá en gloria. La esperanza de Asaf es Dios, el mejor deseo, el Supremo Bien en la tierra; “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.” (v. 25). Aunque desfallezca nuestra vida en esta tierra, siempre se afirmará el corazón en la Roca, Jesucristo. Necesitamos aferrarnos totalmente a Él, para no dudar y esperar confiadamente en nuestra Porción.

6. Conclusión y enseñanza de Asaf.
La sexta y última estrofa de este salmo contiene la conclusión y enseñanza. Quienes se aparten de Dios serán destruidos. La decisión del salmista es acercarse a Jehová y poner en Él toda su esperanza. En Dios debe estar nuestra mirada y no en la prosperidad en esta tierra.

El corazón de los impíos, los que no tienen a Dios, es arrogante, soberbio, orgulloso, altanero. Son prósperos, mas Dios de repente los hace caer. Allí quedan botados, sin esperanza.

El corazón de los santos a veces, cuando no se han desarrollado en fe y esperanza, puede sentir envidia de los incrédulos y hasta desfallecer en su confianza. Pero, en el santuario, Dios les revelará cual será el fin de unos y otros: para los impíos la perdición eterna, la destrucción y para los que tienen fe, salvación y prosperidad espiritual sin fin.

El corazón de los santos debe estar afirmado en la roca de la Verdad y no tambalear de ella. Dios es su territorio, su “porción”. A los israelitas les fue dada una porción de tierra por cada tribu. Los cristianos hemos recibido como porción a Jesucristo. Él es la Verdad, la Roca sobre la que debemos permanecer inamovibles, sin importar lo que nos suceda o lo que veamos.

La felicidad de la que hablamos es la felicidad eterna, que se apoya y fundamenta en la Verdad. La Verdad personificada es Cristo. Digamos con toda convicción, junto al salmista, “La roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”

PARA REFLEXIONAR:
1) ¿Cómo aplicaremos esta enseñanza para nuestra felicidad eterna?
2) ¿Ha tambaleado alguna vez su corazón de la Verdad? ¿En qué circunstancias? y ¿cómo lo ha superado usted?
3) ¿Cómo concilia usted los conocimientos adquiridos en el mundo con el conocimiento del Señor?


BIBLIOGRAFÍA.
1) Roberto Jamieson, A.R. Fausset & David Brown; “Comentario Exegético y explicativo de la Biblia”; Tomo I: El Antiguo Testamento; Casa Bautista de Publicaciones; 1958.
2) “Biblia de Estudio La Biblia de las Américas”; The Lockman Foundation; California; U.S.A.; 2000.
3) “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular”; Sociedades Bíblicas Unidas; 1979.
4) “La Santa Biblia”; Reina – Valera; Broadman & Colman Publishers; Tennessee; U.S.A.; 1960.
5) “Conociendo al Espíritu Santo”; “En Contacto”; Ministerios En Contacto; Febrero, 2004.
6) Juan Medina & Les Thompson; “El Mensaje que Predicamos”; Ministerios LOGOI; Florida; U.S.A.; 2008.
7) “Biografías” http://biografas.blogspot.com/2006/11/watchman-nee.html

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