ISAÍAS, EL PROFETA MESIÁNICO
CAPÍTULO 24
(PRIMERA PARTE)
© Pastor Iván Tapia
“1 He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. / 2 Y sucederá así como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que da a logro, así al que lo recibe. / 3 La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra.” (Isaías 24:1-3)
Hemos visto una serie de profecías registradas por Isaías que contienen juicios de Dios contra Jerusalén, Israel y distintas naciones. Ahora culmina con un juicio hacia toda la Tierra. Es lo que Jesús llamará “gran tribulación”: “21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. / 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.” (San Mateo 24:21,22) Esta tribulación acaecerá antes del regreso del Mesías: “29 E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. / 30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.” (San Mateo 24:29,30)
Cuando la Biblia dice que Dios vaciará la Tierra se refiere a que muchos morirán, más de la tercera parte de la Humanidad: “Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres.” (Apocalipsis 9:15). El hecho de poseer un cargo o un lugar más importante en la sociedad, tener más o menos dinero, no eximirá a los hombres de ser juzgados por Dios. Los juicios de Dios serán sufridos por todos, sin excepción, lo que implica que los redimidos ya no estarán en la Tierra, salvo aquellos que se conviertan durante este terrible período.
La Tierra se ha llenado de pecado, como en los días de Noé, por tanto Dios dejará caer Su juicio y, como en aquel tiempo, salvará de esa catástrofe a un pequeño remanente. ¿Cómo lo salvará? Por medio del arrebatamiento o rapto de la Iglesia, tema que trataremos en otra oportunidad.
Es de esperar que usted se cuente dentro de ese pequeño remanente que ha creído y obedecido a Dios, de modo que no sea necesario que pase por ese espantoso período que será la gran tribulación. La única manera de escapar a ella es siendo coherentes con nuestra fe, es decir vivir el Evangelio y no sólo creerlo como una excelente teoría. La gran tribulación es el juicio de Dios sobre una Humanidad pecadora, rebelde, desobediente y orgullosa, que rechaza la participación del Creador en sus esquemas de funcionamiento. Por eso Él, quien es el Señor y Dueño de Su creación, decide someter a los seres humanos a tribulación en castigo y disciplina por su mal comportamiento. En castigo porque es la pena merecida por su delito, aunque no es el castigo eterno del Infierno aún; como disciplina, corrección que Dios da a Sus hijos, pues Él es Soberano y bien podrá tratar por ese medio a cristianos que no formaron parte del pequeño remanente.
Esta primera parte de la profecía
anuncia un tiempo de gran dolor para el planeta, tiempo que Jesús nominó como
la “gran tribulación”.
Del capítulo "Una Gran Tribulación" del libro "Isaías, el Profeta Mesiánico"
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