domingo, agosto 25, 2019

REVELACIÓN DE CRISTO EN SAN JUAN.




EPÍSTOLAS DE SAN JUAN
LECCIÓN 1
  
© Pastor Iván Tapia

Lectura bíblica:1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida / 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); / 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. / 4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.” (1 Juan 1:1-4)

Idea central: La Persona de Jesús.

Objetivos: a) Conocer los peligros doctrinales que enfrentó la Iglesia del primer siglo; b) Comprender que Jesucristo es el Verbo de Dios encarnado en Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre; c) Comprender y valorar como Jesucristo es la Vida que viene de Dios, “vida eterna” o zoé; d) Comprender que Jesucristo es el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, Dios mismo; y e) Comprender y aceptar a Jesucristo como nuestro gozo completo y suficiente para la salvación y vida.

Resumen: El más joven de los Doce hubo de enfrentar al término del primer siglo de cristianismo la infiltración de raras doctrinas gnósticas en la Iglesia. De los versos iniciales de su epístola primera se desprende su concepción de Jesús como Verbo de Dios, Vida divina, Hijo de Dios y completo gozo del cristiano.


E
s posible que esta primera carta del apóstol San Juan fuera escrita en la ciudad de Éfeso a finales del siglo I, alrededor de los años 90. Es una epístola dirigida a todos los cristianos de su época, un escrito para circular por las iglesias y ser leído por los hermanos. El trato que da a los discípulos es cariñoso y como el de un padre: “hijitos míos”, “amados”. Su propósito al escribirles, como su obispo, es que crezcan en gozo del Señor (1 Juan 1:4); que se protejan del pecado (1 Juan 2:21); advertirles de falsas doctrinas (1 Juan 2:26); fortalecerles en la fe y darles la seguridad de la salvación (1 Juan 5:13). Se puede decir que es una carta pastoral dirigida a las iglesias del Asia Menor.

La Iglesia ya estaba siendo atacada por falsos maestros y muchos hermanos alejándose de la doctrina que enseñaran Jesús y los apóstoles. Entonces se requería volverlos a la sana doctrina, a los principios básicos de la fe cristiana. El Apóstol les recuerda que Dios es Vida, que Dios es Luz y que Dios es Amor. Tal Dios desea que Sus hijos sean plenos de Vida sobrenatural, iluminen al mundo con sus actos y transmitan con su testimonio el verdadero Amor. Es una carta que transmite, desde sus primeras frases, la convicción de la realidad de Jesucristo, el Hijo de Dios, Salvador del Mundo y Señor Resucitado. Alguien ha dicho que esta carta puede ser llamada “carta de las certezas”.

En ese tiempo comenzaban a infiltrarse entre los cristianos raras enseñanzas llamadas bajo el nombre genérico de “gnosticismo”. Estas falsas doctrinas perturbaban la fe y comunión de los discípulos. Textos apócrifos como “El Evangelio de Tomás”, “El Evangelio de Felipe”, “El Evangelio de la Verdad”, “El Evangelio a los Egipcios”, “El Apocalipsis de Pablo”, la “Carta de Pedro a Felipe” y “El Apocalipsis de Pedro” transmitían ideas como que el conocimiento de sí mismo era conocimiento de Dios; que el ser individual y lo Divino son lo mismo; que Jesús no vino a salvarnos del pecado sino a sacarnos de un estado de ilusión e iluminarnos con un conocimiento; que Jesús no es el Hijo de Dios sino un ser igual a todos; que la serpiente del Edén no es malvada sino el principio de sabiduría que convence a nuestros primeros padres de compartir el conocimiento o “gnosis”, mas Dios les amenaza y expulsa cuando lo logran.

Antes estas aberraciones doctrinales, San Juan reacciona:

·         Afirmando la Divinidad de Jesucristo, 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); / 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” (1 Juan 1:2,3)

·         Mostrando nuestra filiación con el Padre, “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2)

·         Reprobando la conducta de los “anticristos”, “18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. / 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.” (1 Juan 2:18,19)

·         Revelando una vez más que Dios es Amor y por ese amor nos salva de la condenación eterna, “8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. / 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. / 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4:8-10)

El ministerio de Juan es un ministerio de “restauración”. Como en aquella época hoy, al final de los tiempos, necesitamos urgentemente un ministerio que nos devuelva los principios básicos de la fe. Restaurar significa poner algo en el estado en que se encontraba antes. Desde el punto de vista bíblico, significa devolver al estado inicial, pero no en forma estática sino dinámica, experimentando crecimiento y desarrollándose para alcanzar un nivel superior al inicial. Un ejemplo de restauración es Job, quien después de ser probado, recibió mucho más de lo que perdió.

Desde los primeros versículos, esta primera carta de San Juan, nos transmite la idea de un Dios revelado en forma humana y se esfuerza por convencernos de esa experiencia y de los principios que Jesús le transmitió a él y sus condiscípulos.

¿Quién es Jesús según San Juan?

1.      Jesucristo es el Verbo.
1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (1 Juan 1:1)

Jesucristo existe desde el principio de los tiempos, porque es Dios. Ya lo había declarado San Juan en su Evangelio: “1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. / 2 Este era en el principio con Dios. / 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (San Juan 1:1-3) El Génesis en su primer capítulo nos habla del principio del planeta Tierra, mas el Evangelio de San Juan retrocede al principio de la creación de todas las cosas. Y en esos inicios tiene un rol activo el Cristo Eterno, el mismo que se encarnó en Jesús.

Los apóstoles conocieron y convivieron con Jesús de Nazaret, el Cristo encarnado. Le oyeron, le vieron le contemplaron y tocaron; tuvieron una experiencia real y sensible del Hijo de Dios. Los falsos maestros pensaban que uno era Jesús y otro el Cristo, pues despreciaban el mundo material y no concebían a Dios haciéndose hombre. Hoy en día persisten muchos en ese pensamiento y separan a Jesucristo de Dios o le quitan su calidad de Dios Creador. También están los que creen que hay otros redentores, salvadores o enviados de Dios, aparte de Jesús. Sin embargo nuestra fe es tajante: “5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, / 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” (1 Timoteo 2:5,6)

Jesucristo es el Verbo de Dios, la Palabra que genera vida, el Logos Divino que hizo todo lo que existe. Tal cosa es inconcebible para los “gnósticos” que no creen en la divinidad de Jesús. En el siglo primero los ebionitas, creyentes de origen judío, pensaban que Jesús era un simple hombre, pero muy santo. La doctrina de que en Jesucristo hay una doble naturaleza, verdadero Dios y verdadero Hombre, fue ratificada recién en 451 DC, siglo V, en el Concilio de Calcedonia. Por supuesto no es una doctrina fácil de comprender para la lógica humana. San Juan, en su Evangelio, lo expresa así: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” (San Juan 1:14)

La experiencia vivencial de San Juan con Jesucristo, le lleva a declarar que Él es el Verbo de Dios.


2.      Jesucristo es la Vida.
“2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó)” (1 Juan 1:2)

Cuando San Juan habla de “la vida” no se refiere a la energía que potencia el desarrollo y crecimiento de vegetales, animales y humanos; tampoco a las circunstancias que cada persona sufre en este mundo, sino a una fuerza superior, sobrenatural, Divina. No es la vida del cuerpo, bíos; tampoco la vida del alma, psique; sino la vida sobrenatural, la vida del espíritu, la vida “zoé”. A esa misma vida se refiere Jesús cuando dice: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (San Juan 10:10)

Esa vida sobrenatural, de los cielos, fue manifestada en esta Tierra. Insiste Juan en que Dios se manifestó en carne, contra los preceptos espiritualistas que no aceptan tal manifestación. Marción, Valentín y Basílides reducían la carne de Cristo a una apariencia: “Parece que come, parece que camina, parece que está cansado...” Pero Él es un hombre real que come, bebe, se cansa, etc. Jesús, el Dios hecho humano, realmente estuvo en la Tierra. Jesús comía, dormía, se cansaba, lloraba, en fin tenía todas las características de un ser humano porque fue humano: “41 Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? / 42 Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. / 43 Y él lo tomó, y comió delante de ellos.” (San Lucas 24:41-43)

Los apóstoles vieron esa “vida” celestial en Jesucristo. Testifican de ello y anuncian la “vida eterna”, esa vida que pertenece y está en Dios. El Enemigo de Dios no quiere que creamos en la manifestación concreta de Dios en Jesucristo; tampoco quiere que creamos en la posibilidad de una vida eterna con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Desea que nos amarguemos en la soledad de la existencia, que no tengamos esperanza en la eternidad y que pensemos que la vida termina con la muerte.

El apóstol Juan fue testigo de la divinidad de Jesús en el llamado “monte de la transfiguración”: “1 Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; / 2 y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. / 3 Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. / 4 Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. / 5 Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. / 6 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. / 7 Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. / 8 Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.” (San Mateo 17:1-8)

La manifestación de Jesucristo en sus distintos milagros, señales, actitudes y enseñanzas, son para San Juan una muestra de que en Él está la “vida eterna”, pues Jesús es la Vida.


PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Qué aspecto nuevo aporta San Juan acerca de Jesús y el Evangelio?
2)      ¿Quién es Jesucristo para usted?
3)      ¿Cómo es su relación con Jesús?
4)      ¿Qué papel tuvo el Cristo en la creación de todas las cosas?
5)      ¿De qué modo se encarna Cristo en el cristiano?
6)      ¿Qué dejó en Juan y los apóstoles la experiencia de convivir con Jesús?
7)      ¿Por qué los falsos maestros no concebían a Dios haciéndose hombre?
8)      ¿Conoce usted iglesias o sectas que separen a Jesús de Dios o le quiten su calidad de Creador?
9)      ¿Podemos pensar los cristianos que haya otros redentores, aparte de Jesús?
10)  ¿Qué es el Verbo de Dios?
11)  ¿Qué determinó el Concilio de Calcedonia el año 451 DC, con respecto a Jesucristo?
12)  ¿Qué creían los judíos ebionitas, con respecto a Jesús?
13)  ¿Podemos basar nuestra fe sólo en la experiencia vivencial de San Juan y los apóstoles?
14)  ¿Qué significa que Jesucristo sea la Vida?
15)  ¿Es tener la “vida eterna” vivir eternamente, o es algo más?
16)  ¿De qué manera se manifestó la Vida en esta Tierra?
17)  ¿Qué pensaban Marción, Valentín y Basílides acerca del cuerpo de Jesús?
18)  ¿Cree usted que Jesús vino en carne o en espíritu?
19)  ¿Tenía Jesús todas las características de un ser humano?
20)  ¿De qué forma los apóstoles vieron la vida celestial en Jesucristo?
21)  ¿Cuál fue, en su opinión, la mayor lección que recibieron Pedro, Santiago y Juan en el monte Tabor?
22)  ¿Cuál es el mayor propósito del enemigo de Dios con respecto a los cristianos?
23)  ¿Por qué cree usted en Jesucristo como Señor y Salvador?


3.      Jesucristo es el Hijo.
“3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” (1 Juan 1:3)

Juan y los apóstoles vieron el testimonio de Jesús, Sus hechos maravillosos; y oyeron Sus enseñanzas. Como testigos de Jesucristo, dieron a conocer Su Persona y anunciaron Su Evangelio. La prédica de los apóstoles no era una invención de ellos, sino la transmisión de un mensaje celestial dada por el Padre a Jesucristo: “15 Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado? / 16 Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió.” (San Juan 7:15,16)

El propósito de los apóstoles al transmitir a los cristianos la enseñanza inspirada por el Espíritu Santo, es tener comunión con ellos. La comunión es la “común unión”, unirse a ellos en lo que tienen en común: Jesucristo y Su mensaje. Al entrar en comunión con los apóstoles, de inmediato se unen en comunión al Dios Trino: “...nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.” (1 Juan 1:3); “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.” (2 Corintios 13:14); “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” (1 Corintios 1:9)

La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, hay una profunda comunión espiritual entre la Cabeza y el Cuerpo; el Cuerpo no puede estar separado de la Cabeza espiritual. La Iglesia ha heredado las enseñanzas de Jesucristo dadas a los apóstoles, es verdadera columna que sostiene el Evangelio y un baluarte que defiende la Verdad de Dios: “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” (1 Timoteo 3:15)

Al creer en Jesús pasamos a formar parte del Cuerpo de Cristo, ingresamos en la Iglesia y comenzamos a tener comunión con todos los cristianos, los apóstoles, Jesús, el Espíritu y el Padre. Quienes tenemos comunión con Dios sabemos que Jesucristo es el Hijo de Dios.


4.      Jesucristo es nuestro gozo.
“4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido.” (1 Juan 1:4)

En este verso San Juan declara que el propósito de su carta es que ellos tengan el gozo completo de Dios; que no requieren de algo más, como lo sugerían los gnósticos. En tiempos apostólicos ya existía una lucha contra un movimiento protognóstico o gnóstico antiguo, el que negaba la resurrección de Jesucristo; afirmaba que los cristianos podían tener cualquier conducta y no estarían cometiendo pecado; además de negar que Jesús hubiese venido en carne. Los gnósticos pensaban que sólo unos pocos podían alcanzar el “conocimiento” y negaban la bondad del mundo material y la vida física, para ellos fuente de toda corrupción. Creían que la mayoría de las personas eran carnales y muy pocas espirituales, capaces de ser libres del sistema mundano maligno.

Estas extrañas doctrinas se infiltraron en la Iglesia a fines del siglo I, cuando el apóstol Juan ejercía su ministerio. Estas herejías provenían de la mezcla de filosofías griegas y tradiciones religiosas orientales. Pretendían tener una gnosis o conocimiento secreto de Dios.

El apóstol luchaba contra esos que alardeaban de espiritualidad y conocimiento, mas vivían en la inmoralidad: El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:4). Pretendían vivir más allá del bien y el mal, a lo que el apóstol les respondía: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” (1 Juan 1:8). Para los que se consideraban “iluminados”, les aclara: El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.” (1 Juan 2:9). Conocer a Dios no es tener una gnosis misteriosa sino que: El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” (1 Juan 4:8)

Jesucristo es el gozo del cristiano y ninguna otra cosa. Tenerlo a Él en el corazón, vivir cada día con Cristo, procurar Su disfrute con nosotros, hacer Su voluntad, es nuestro máximo gozo. Nada más requerimos: Ni misteriosas doctrinas, ni nuevas sensaciones, novedades teológicas, prosperidad material y éxito mundano, fama ni nada que supere al Amor del Señor. En Jesús nuestro gozo es cumplido.


CONCLUSIÓN.
En una Iglesia que está siendo infiltrada por extrañas doctrinas llamadas “gnósticas”, el apóstol San Juan proclama quién es realmente Jesús: 1) Jesucristo es el Verbo de Dios encarnado en Jesús, el Hombre, es verdadero Dios y verdadero Hombre; 2) Jesucristo es la Vida, la que viene de Dios, la “vida eterna” o vida zoé; 3) Jesucristo es el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, Dios mismo; y 4) Jesucristo es nuestro gozo completo, no requiriendo para conocerle más experiencia que Su amor en nosotros.


PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)      ¿Qué significa que Jesucristo sea el Verbo y la Vida de Dios?
2)      ¿Qué consecuencias tendría que Jesucristo no fuera el Hijo de Dios?
3)      ¿Qué ventaja tuvieron los apóstoles en su relación con el Señor, en comparación con nosotros?
4)      ¿Cuál fue el resultado de esa relación?
5)      ¿De quién proviene el mensaje del Evangelio?
6)      ¿En qué consiste la comunión cristiana?
7)      ¿Cómo define la Biblia las funciones que tiene la Iglesia con respecto a la Verdad?
8)      ¿En qué nota usted que alguien tiene el gozo del Señor?
9)      ¿Cuáles eran las principales enseñanzas de los gnósticos cristianos en cuanto a Jesús?
10)  ¿Qué es, a su juicio, conocer a Dios?
11)  ¿Qué falsas ideas se están infiltrando en los cristianos de hoy?
12)  ¿Qué se debe hacer con las personas que alardean de espiritualidad y conocimiento?
13)  ¿Cree usted que el mundo material es bueno o malo?
14)  ¿De dónde proviene la corrupción?
15)  ¿Qué diferencia hay entre ser natural, carnal y espiritual?
16)  ¿Qué filosofías y tradiciones se han introducido en la Iglesia de hoy?
17)  ¿Cómo podemos precavernos de no vivir más allá del bien y del mal?
18)  ¿Existen hoy día, cristianos que se consideren “iluminados”?
19)  ¿Cree usted que basta sólo Jesucristo para disfrutar del gozo de Dios?
20)  ¿Qué es tener a Jesucristo en nosotros?


BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·         Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
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·         https://www.significadobiblico.com/restauracion.htm
·         https://es.aleteia.org/2017/06/18/los-autores-de-los-evangelios-gnosticos-quienes-eran-y-que-creian/
·         https://opusdei.org/es-cl/article/tema-8-jesucristo-dios-y-hombre-verdadero/
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·         https://nuestropandiario.org/2010/03/%C2%BFque-era-el-gnosticismo/
·         https://www.lavozeterna.org/estudios/juangnos.htm
·         http://www.ibrsuba.org/ibrs/index.php/devocional/68-reflexiones/487-una-iglesia-confesional

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