LECCIÓN 5
© Pastor Iván Tapia
Contardo
Lectura
bíblica: “1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la
doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los
muertos y del juicio eterno. / 3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite.”
(Hebreos
6:1-3)
Idea central: Las doctrinas fundamentales del
cristianismo.
Objetivos: a) Comprender, valorar y enseñar las seis doctrinas fundamentales del
Cristianismo; b) Comprender y enseñar la importancia del arrepentimiento de
obras muertas; c) Profundizar y desarrollar la fe en Dios; d) Comprender y
practicar la doctrina de bautismos; e) Comprender, valorar y enseñar la imposición
de manos; f) Comprender la doctrina de la resurrección de los muertos; y g) Conocer
y valorar las enseñanzas sobre el juicio eterno.
Resumen: Se
explica cada una de las doctrinas que el libro de Hebreos señala como fundamentales
o “rudimentos de la doctrina de Cristo”: el
arrepentimiento, la fe, el bautismo, la
imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno.
A
|
lo largo del
desarrollo de este tema, El Fundamento, nos hemos hechos diversas preguntas: ¿Por
qué se dice que Jesucristo es el Fundamento del cristiano?; ¿Qué significa “el fundamento de los apóstoles”?; ¿Por qué
Jesucristo es nuestro Fundamento?; ¿Qué “órganos” posee el hombre interior?; ¿Cómo
adquiere las virtudes básicas el hombre interior? Todas estas interrogantes
tienen como propósito la comprensión de la Persona, los principios, las
virtudes y todo aquello que está a la base de nuestro desarrollo espiritual.
La primera lección dejó en claro que estamos fundados
los cristianos sobre la Persona de Jesucristo; la segunda lección precisó la
función de los primeros apóstoles como edificadores del fundamento de la
Iglesia; la tercera lección profundizó en la Persona de Cristo como Fundamento,
Jefe, Roca, Arquitecto y Constructor; la
cuarta lección nos enseño los cuatro órganos básicos del ser humano (corazón,
conciencia, espíritu y mente) y las virtudes sobrenaturales que se alojan en
ellos (fe, paz, amor y esperanza).
Como el cristianismo no es sólo una experiencia
espiritual o mística, sino también un cuerpo teológico, es necesario aclarar
cuáles son las doctrinas básicas enseñadas en la primera etapa del discipulado
cristiano.
¿Cuáles
son las doctrinas fundamentales del Cristianismo?
1.
El arrepentimiento
de obras muertas.
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas,...” (Hebreos
6:1)
Se ha definido el Arrepentimiento de diversas maneras. Algunos
dicen que es el dolor de haber ofendido a Dios con nuestro pecado. También se
dice que no es una obra, una acción, sino tan sólo una especie de radiografía,
un darse cuenta de quién soy yo como pecador, algo así como verse al espejo y
avergonzarse. No negamos estos significados pero reconocemos que es en primer
lugar un cambio de actitud ante
Dios: de desobediente a obediente, de incrédulo a creyente, de orgulloso ante
Dios a humilde.
Cuando Jesús comenzó a predicar Su Evangelio invitaba a
arrepentirse: “14 Después que Juan fue
encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de
Dios, / 15 diciendo: El tiempo se ha
cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el
evangelio.” (San Marcos 1:14,15)
El Arrepentimiento, por ser un cambio de una actitud rebelde a
un corazón sumiso, es sujeción al Cuerpo
de Cristo, como dice la Escritura: “Someteos
unos a otros en el temor de Dios.” (Efesios
5:21). Un cristiano arrepentido no es un orgulloso y rebelde, sino una
persona sumisa a Cristo y sujeta a la Iglesia.
El Arrepentimiento implica un traslado de Reino: “el cual
[el Padre] nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al
reino de su amado Hijo” (Colosenses
1:13) Si no fuera así aún estaríamos viviendo bajo el imperio espiritual de
las tinieblas y el Diablo.
Otro aspecto del Arrepentimiento es la mutación de egocéntrico a Cristo-céntrico; antes
era el yo o ego el que gobernaba todas nuestras decisiones, ahora es Jesucristo
quien está sentado en el trono del corazón y dirige cada determinación que
tome: “14 Porque el amor de Cristo nos
constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; /
15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para
aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Corintios 5:14,15)
El Arrepentimiento
es, además del dolor de haber ofendido al Señor y una toma de conciencia de
nuestra pecaminosidad: a) Cambio de actitud; b) Sujeción al Cuerpo de Cristo;
c) Traslado de Reino; y d) Mutación de egocéntrico a Cristo-céntrico.
El arrepentimiento de obras muertas es una de las
doctrinas fundamentales del Cristianismo.
2.
La fe
en Dios.
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios” (Hebreos
6:1)
La Biblia define la
fe como “...la
certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos
11:1)
La primera vez que aparece el verbo hebreo “aman”, que
se traduce como creer, es cuando se dice de Abraham: “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.” (Génesis 15:6). Esta fe está basada en
una absoluta confianza en Dios, es la fe salvadora, como la que tuvo Abraham,
el padre de la fe, quien creyó a Dios.
En el Nuevo
Testamento se afirma: “El que cree en el
Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida,
sino que la ira de Dios está sobre él.” (San Juan 3:36) La fe es la virtud que conecta el alma con el Dios
Eterno. Tal virtud es dada por el mismo Dios para salvar al ser humano: “Porque por gracia sois salvos por medio de
la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)
Tan importante
es la fe, porque por ella podemos alcanzar la salvación: “que
si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que
Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:9). La salvación es por fe y
no por las obras de la Ley: “20 ya que por las obras de la ley ningún
ser humano será justificado delante de él; porque por medio de la ley es el
conocimiento del pecado. / 21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado
la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; / 22 la
justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en
él. Porque no hay diferencia” (Romanos 3:20-22)
La fe verdadera
se manifiesta en el buen obrar: “Así
también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.” (Santiago
2:17) Primero es la fe, luego las obras como una consecuencia de ésta, pues
es Dios quien pone la fe en nuestro interior y produce las buenas obras.
La fe cristiana
es muy diferente a la fe que pueden tener otros en objetos, elementos de la
naturaleza, animales, ídolos, personajes muertos, etc. el hombre natural puede
creer en la existencia de Dios y lo sobrenatural, pero no creerle a Él. La fe
correcta no sólo cree en la existencia de un Dios, sino también confía
plenamente en Él: “Tú crees que Dios es
uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.” (Santiago 2:19)
La fe en Dios es otra de las doctrinas
fundamentales del Cristianismo.
3.
La doctrina
de bautismos.
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la
doctrina de bautismos,...” (Hebreos 6:1,2)
El Bautismo
forma parte de lo que se llama “la puerta del Reino”, indicada por el apóstol
Pedro en su primer discurso público, en Pentecostés: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del
Espíritu Santo.” (Hechos 2:38)
Es una orden de Cristo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (San
Mateo 28:19) Se bautiza en nombre de la Trinidad, aunque a veces
los apóstoles lo hicieron en el nombre de Jesucristo. El bautismo es una
ratificación ante Dios y la Iglesia de que la persona ha creído y nacido de
nuevo: “El que creyere y fuere bautizado,
será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” (San Marcos 16:16)
Pero el Bautismo
en agua es también símbolo de muerte
y resurrección, en que la inmersión
significa la muerte del viejo hombre y al salir del agua se anuncia el
nacimiento de una nueva vida, un nuevo hombre o mujer: “3 ¿O
no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido
bautizados en su muerte? / 4 Porque somos sepultados juntamente con él para
muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la
gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” (Romanos
6:3,4)
Es necesario
nacer del agua y del Espíritu: “3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
/ 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? / 5 Respondió Jesús:
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no
puede entrar en el reino de Dios. / 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y
lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” (San Juan 3:3-6)
Otro significado del Bautismo dice relación con el lavamiento
del agua. Somos perdonados y liberados
en la conciencia de toda culpa. Así como Noé y su familia salió del mundo
antediluviano para emerger en un nuevo mundo, también nosotros: “20 los que en otro tiempo desobedecieron,
cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se
preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas
por agua. / 21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando
las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia
hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo” (1 Pedro 3:20,21). Nuestra conciencia es lavada por Cristo.
Por el Bautismo nacemos a
la Familia de Dios. El Padre nos llama a pertenecer a Su familia eterna,
haciéndonos hermanos de Jesús, nuestro Hermano mayor. Como hijos adoptados por
el Padre, pasamos a formar parte de la Familia de Dios, al ser bautizados –lo
que significa “sepultados” –o introducidos en el Cuerpo de Cristo: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos
bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a
todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (1 Corintios 12:13)
Como decíamos al principio, el Bautismo es una orden de Jesucristo. Por
tanto debemos cumplir con ello, aunque no nos parezca importante, para aprender obediencia: “8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció
aprendió la obediencia; / 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de
eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:8,9)
En definitiva,
el Bautismo es una orden de Cristo, símbolo de muerte y resurrección, que
refleja cómo somos perdonados y liberados en la conciencia de toda culpa;
anuncia que nacemos a la Familia de Dios.
Debemos cumplir con este mandato de Jesús para aprender obediencia. La doctrina
de bautismos es otra de las doctrinas fundamentales del Cristianismo.
4.
La
imposición de manos.
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la
doctrina de bautismos, de la imposición de manos,...” (Hebreos
6:1,2)
La imposición de manos, que significa que una
autoridad espiritual pone sus manos sobre la cabeza de un menor, haciendo
oración o proclamando, es mencionada en
el Nuevo Testamento 24 veces.
Se imponen manos para diversas circunstancias en la
Iglesia:
a) Para levantar y bendecir a un líder: “No
descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del
presbiterio.” (1 Timoteo 4:14)
b)
Para sanar: “Y aconteció que el
padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; y entró
Pablo a verle, y después de haber orado, le impuso las manos, y le sanó.” (Hechos
28:8)
c)
Para recibir el Espíritu Santo (bautismo del Espíritu
Santo): “Y habiéndoles
impuesto Pablo las manos, vino
sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.” (Hechos 19:6) El Bautismo del Espíritu
Santo es la recepción del Espíritu de Dios con el fin de darnos Su poder para
vencer las tentaciones de la carne, el pecado, el mundo, las tinieblas y al
Diablo. El Espíritu Santo otorga dones y desarrolla Su fruto en el discípulo.
d)
Para hacer milagros: “Y llegado el día de reposo,
comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De
dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es dada, y estos
milagros que por sus manos son
hechos?” (San Marcos 6:2)
e)
Para bendecir a los niños: “Entonces le fueron presentados
unos niños, para que pusiese las manos
sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.” (San Mateo 19:13)
La imposición de
manos es una importante doctrina fundamental del Cristianismo.
5.
La
resurrección de los muertos.
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la
doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los
muertos...” (Hebreos 6:1,2)
El poder de Dios triunfa sobre la muerte. Esta es una doctrina
fundamental de la Escritura, avalada tanto en pasajes del Antiguo como del
Nuevo Testamento. La resurrección del hijo de la viuda de Sarepta por el
profeta Elías y la resurrección del hijo de la sunamita por el profeta Eliseo,
son demostración de ello. El arrebatamiento de Enoc y el del profeta Elías nos
enseñan que los amados del Señor pueden escapar de la muerte.
En el Nuevo Testamento encontramos varios casos de resurrección.
Están las hechas directamente por Jesucristo: el hijo de la viuda de Naín, la hija de Jairo y Lázaro, Su amigo. También
están los muertos que salieron de los sepulcros cuando Jesús resucitó. Luego
tenemos a Dorcas, resucitada por Pedro, y a Eutico, el joven que se quedó
dormido mientras Pablo predicaba y cayó por una ventana, muriendo, que fue
resucitado por el Apóstol.
Como en la creación natural se
observa que a partir de la muerte surge la vida, así sucederá con la
resurrección: “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae
en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.” (San
Juan 12:24)
Los resucitados tendrán un cuerpo transformado: incorruptible,
glorioso, lleno de poder, sobrenatural: “42
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará
en incorrupción. / 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra
en debilidad, resucitará en poder. / 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará
cuerpo espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.” (1 Corintios 15:42-44)
El cuerpo de los
resucitados será semejante al cuerpo de Jesucristo resucitado: “20 Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; / 21 el
cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante
al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a
sí mismo todas las cosas.” (Filipenses
3:20,21)
La primera
resurrección tendrá lugar al regreso de Cristo, en el momento del rapto de la
Iglesia. Será la resurrección de los creyentes antes del comienzo del Milenio: “4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos
los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían
adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes
ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. / 5 Pero los otros
muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la
primera resurrección. / 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la
primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que
serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (Apocalipsis
20:4-6)
La segunda resurrección será para los que no aceptaron al
Salvador y Señor Jesucristo. Tendrá lugar después del Milenio, para dar inicio
a lo que se ha llamado “el Juicio Final”: “13
Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron
los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. /
14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte
segunda. / 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado
al lago de fuego.” (Apocalipsis
20:13-15)
Los cristianos estamos llamados a tener parte en la primera
resurrección.
La resurrección
de los muertos es una doctrina fundamental del Cristianismo, que nos da
respuesta sobre la muerte y esperanza de una vida eterna.
6.
El juicio
eterno.
“1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de
la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el
fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, / 2 de la
doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los
muertos y del juicio eterno.” (Hebreos 6:1,2)
En realidad el término “juicio final” no aparece en la Biblia.
Nunca comparecerá toda la Humanidad ante Dios, como piensa mucha gente. Hay dos
grandes juicios colectivos en las Escrituras: el Juicio de las Naciones y el Juicio
ante el Gran Trono Blanco. Estas son sus características, al compararlos.
El Juicio de las Naciones
|
El Juicio ante el Gran Trono Blanco
|
Se describe en San
Mateo 25
|
Se describe en Apocalipsis
20
|
Se juzga a personas vivas, naciones vivientes.
|
Se juzga a personas muertas
|
Juicio a los que están vivos en ese momento.
|
Juicio a todos los que han muerto en sus pecados sin creer en
Jesucristo.
|
No se menciona a los muertos.
|
No se menciona a los vivos.
|
Cristo separa las ovejas (creyentes) de los cabritos
(incrédulos).
|
Cristo juzga a los muertos por las cosas que están escritas en
los libros.
|
Se desarrolla en la Tierra.
|
Se desarrolla en el Cielo.
|
Ante el Hijo del Hombre (Jesucristo)
|
Ante el Hijo de Dios (Jesucristo)
|
Unos son salvados y otros perdidos.
|
Todos son perdidos.
|
Juicio referido al trato dado a los hermanos del Señor, sin
mención de pecados.
|
Juicio referido a los pecados sin mención del trato dado a los
hermanos del Señor.
|
Al comienzo del Milenio.
|
Al fin del Milenio.
|
Sin embargo los cristianos no iremos a juicio pues
Jesús tomó sobre Si nuestros pecados y recibió el juicio y castigo: “13 Y a vosotros, estando muertos en pecados
y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él
[Jesucristo], perdonándoos todos los pecados, / 14 anulando el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz, / 15 y despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:13-15)
Jesús pagó el castigo del pecado mediante Sus
padecimientos y muerte. Por tanto ya no hay juicio para el que está en Cristo.
El juicio del pecador se ejecutó en la cruz del monte Calvario en Jesucristo.
Así se cumplió la afirmación del Señor: “De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (San Juan 5:24)
El juicio eterno
es una doctrina fundamental del Cristianismo, que nos da esperanza de salvación
y vida eterna.
CONCLUSIÓN.
La fe cristiana
se basa, según el escritor de Hebreos, en seis doctrinas fundamentales,
aquellas que los discípulos aprendices reciben durante su discipulado: 1) El arrepentimiento de obras muertas; 2) La fe
en Dios; 3) La doctrina de bautismos; 4) La imposición de manos; 5) La
resurrección de los muertos; y 6) El juicio eterno.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)
¿Conocía usted todas las doctrinas
expuestas en el sermón?
2)
¿Cuál de estas doctrinas considera usted
más importante?
3)
¿Cómo se puede equilibrar en la
formación del discípulo la formación teológica con la praxis de la enseñanza?
4)
¿Qué concepto de Arrepentimiento tiene
usted?
5)
¿Por qué se dice que Jesucristo es el
Fundamento del cristiano?
6)
¿Qué “órganos” posee el hombre interior?
7)
¿Cómo adquiere las virtudes básicas el
hombre interior?
8)
¿Qué importancia reviste para usted el
Bautismo?
9)
¿Qué experiencia tiene usted con la
imposición de manos?
10) ¿Por
qué es tan importante la resurrección para el Cristianismo?
11) ¿Qué
amenazas enfrenta la Iglesia de hoy?
12) ¿Qué
otras enseñanzas debieran entregarse en la primera etapa del discipulado
cristiano?
13) ¿Cuándo,
a su juicio, alguien debe ser bautizado?
14) ¿Ir a
juicio o no ir a juicio?
15) ¿Qué
diferencia hay entre imponer las manos, ungir y bendecir?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
·
Reina, Casiodoro de (1960) “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
·
MacArthur,
John (2011) “Biblia de Estudio MacArthur”
Estados Unidos: Thomas Nelson Inc.
·
(1979)
“Dios Habla Hoy, La Biblia Versión
Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
·
(1960)
“La Santa Biblia” Sociedades Bíblicas
Unidas. Recuperado de: http://www.gentle.org/biblia/
·
“Nuevo Testamento, Edición Pastoral” Chile, Ediciones Mundo, 1974.
·
“Diccionario de la Real Academia de la
Lengua de España”
Disponible en: http://www.rae.es/
·
“Concordancia
electrónica de la Biblia” Disponible en:
http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
·
Rizo
Martínes, José L. “Diccionario Bíblico”
Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
·
(1966, 1970, 1979, 1983, 1996) “Dios
habla hoy” ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, Disponible en: https://www.biblegateway.com/versions/Dios-Habla-Hoy-DHH-Biblia/
·
(2011)
“Nuevo Testamento Interlineal Griego
Español” Argentina, Iglesia en Salta, Ministerio Apoyo Bíblico.
·
https://medium.com/@JPauloMartinez/con-quién-era-la-deuda-que-jesús-pagó-en-la-cruz-566eca7a4426
No hay comentarios.:
Publicar un comentario