Pastor Iván Tapia Contardo
Lectura
bíblica: “Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas.” (San Mateo 6:33)
Idea central: Cualidades de Josafat.
Objetivos: a) Comprender, valorar e imitar las cualidades del reinado de Josafat;
b) Aprender a defendernos de los enemigos concretos y espirituales, atendiendo
a la Palabra de Dios; c) Buscar a Dios cada día, utilizando los medios de
gracia; d) Comunicar la Verdad del Evangelio con fervor y persistencia; e) Desarrollar
un testimonio de vida que inspire respeto al Señor y Su reino; y 5) Aprender a ser
previsores, tanto en el plano material como espiritual.
Resumen:
Josafat tuvo grandes cualidades como gobernante, las que debiera imitar todo
buen cristiano: fortaleza, devoción a Dios, comunicación, presencia de Cristo y
previsión. Tales virtudes fueron producto de la base sólida en que construyó su
reino: el conocimiento y la obediencia a Dios.
El reino de Judá o Reino del Sur tuvo 20
reyes antes de ser destruido y llevado al cautiverio en Babilonia por
Nabucodonosor II. La historia del reino de Judá se relata en los libros
históricos de Samuel, Reyes y Crónicas. Los cuatro primeros monarcas fueron:
Roboam, Abías, Asa y Josafat. El primero fue hijo de Salomón; el segundo, hijo
de Roboam; el tercero, hijo de Abías y nieto de Salomón; el cuarto fue hijo de
Asa. Es decir que el trono de Judá fue hasta ese tiempo, una sucesión.
Josafat fue hijo de Asa, un rey piadoso,
y como tal aprovechó muy bien la oportunidad que el Señor le daba para no
gobernar solo sino bajo el señorío de Dios, sometiéndose a la voluntad Divina.
Su período se distingue por las buenas reformas que hizo, el fortalecimiento
militar, la prosperidad, la educación y la justicia. Puede decirse que Dios
gobernó a través de Josafat dejando su testimonio una excelente huella en la
Historia de Judá.
¿Qué nos
enseña el reinado de Josafat?
1. Defendernos de los enemigos.
“1
Reinó en su lugar Josafat su hijo, el cual se hizo fuerte contra Israel. / 2
Puso ejércitos en todas las ciudades fortificadas de Judá, y colocó gente de
guarnición en tierra de Judá, y asimismo en las ciudades de Efraín que su padre
Asa había tomado.”
(2 Crónicas 17:1,2)
Josafat
fue rey de Judá, hijo y sucesor de Asa. Comenzó a reinar cuando tenía 35 años
de edad. Al parecer estuvo asociado con su padre en el trono, el año 37 de su reinado:
“28 Y Omri durmió con sus padres, y fue
sepultado en Samaria, y reinó en lugar suyo Acab su hijo. / 29 Comenzó a reinar
Acab hijo de Omri sobre Israel el año treinta y ocho de Asa rey de Judá.” (1 Reyes 16:28, 29) Reinó en solitario
cinco años más tarde. Su gobierno duró 25 años. La madre de Josafat era Azuba
hija de Silhi: “Era Josafat de treinta y
cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén. El
nombre de su madre fue Azuba hija de Silhi.” (1 Reyes 22:42).
En
lugar de Asá reinó su hijo Josafat, quien se mostró fuerte en Israel. Puso
tropas en todas las ciudades fortificadas de Judá, y destacamentos en todo el
territorio de Judá y en las ciudades de Efraín que Asá, su padre, había
conquistado. Fue fuerte su defensa contra el Reino del Norte, Israel.
Como
Josafat, quien se hizo todo tipo de defensas contra posibles atacantes
(ejércitos, ciudades fortificadas, destacamentos en cada ciudad), los
cristianos debemos defendernos de nuestros enemigos: la propia debilidad, las
tentaciones del mundo y las tinieblas espirituales. El Espíritu Santo nos da
las armas, defensivas y ofensivas, para ser victoriosos en nuestra vida
cristiana; es la cualidad de fortaleza.
2. Siempre buscar a Dios.
“3
Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su
padre, y no buscó a los baales, / 4 sino que buscó al Dios de su padre, y
anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. / 5 Jehová, por
tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y
tuvo riquezas y gloria en abundancia. / 6 Y se animó su corazón en los caminos
de Jehová, y quitó los lugares altos y las imágenes de Asera de en medio de
Judá.” (2 Crónicas 17:3-6)
Josafat
fue un rey piadoso que adoró de corazón a Jehová y no buscó a los baales: “Y anduvo en todo el camino de Asa su padre,
sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso,
los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y
quemaba incienso en ellos” (1 Reyes 22:43).
Sin embargo el pueblo seguía haciendo sacrificios en los lugares altos. Dios,
por su fidelidad, le otorgó gran prosperidad a Josafat.
Hizo desaparecer de Judá los lugares
altos, y centralizó la adoración de Dios en Jerusalén, conforme a la Ley, destruyendo
también a los que practicaban la sodomía: “44
Y Josafat hizo paz con el rey de Israel. / 45 Los demás hechos de Josafat, y
sus hazañas, y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las
crónicas de los reyes de Judá? / 46 Barrió también de la tierra el resto de los
sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa.” (1
Reyes 22:44-46)
Porque
Josafat no siguió el mal ejemplo de la gente de Israel, se opuso a la adoración
pagana y decidió depender sólo de Él, el Señor consolidó su reino.
Tal
como lo hizo el rey Josafat, los cristianos debemos “buscar a Dios” cada día.
No es que Dios esté lejos de nosotros sino al contrario, nos alejamos de Él con
nuestras desobediencias y actitudes negativas. Esto es la devoción a Dios. Por
tanto hemos de buscarle mediante los medios de gracia que Él nos ha dejado para
acercárnosle: 1) Lectura y reflexión diaria de Su Palabra; 2) Oración
–conversación con Dios- permanente; 3) Participación frecuente en la Santa
Cena; 4) Asistencia al culto congregacional; 5) Sumisión a Jesucristo mediante
la sujeción al Cuerpo en el Discipulado.
3.
Comunicar la Verdad.
“7
Al tercer año de su reinado envió sus príncipes Ben-hail, Abdías, Zacarías,
Natanael y Micaías, para que enseñasen en las ciudades de Judá; / 8 y con ellos
a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías,
Tobías y Tobadonías; y con ellos a los sacerdotes Elisama y Joram. / 9 Y
enseñaron en Judá, teniendo consigo el libro de la Ley de Jehová, y recorrieron
todas las ciudades de Judá enseñando al pueblo.” (2
Crónicas 17:7-9)
Josafat,
al tercer año de su reinado, comenzó una obra educativa. Hoy diríamos
evangelizadora y de “edificación” de las mentes con la verdad expresada en la
Torá. Comisionó a un grupo de hombres para que fueran por la nación judía
enseñando la Ley.
Envió
a sus funcionarios o príncipes, a saber: 1) Ben-hail, 2) Abdías, 3) Zacarías, 4)
Natanael y 5) Micaías. Éstos enseñaron la Ley en las ciudades de Judá. En esta
labor les colaboraron los siguientes levitas: 1) Semaías, 2) Netanías, 3) Zebadías,
4) Asael, 5) Semiramot, 6) Jonatán, 7) Adonías, 8) Tobías y 9) Tobadonías. Además
les acompañaron en tan importante labor los sacerdotes Elisamá y Joram.
La
misión de estos príncipes, levitas y sacerdotes era ir a la gente de Judá con
el libro de la Ley del Señor, y enseñársela. Deberían escucharla, comprenderla,
memorizarla, obedecerla y enseñarla a sus
familias. Así lo hicieron, recorriendo todas las ciudades de Judá y enseñando
al pueblo.
La visión educativa que tuvo Josafat
debiera ser también la visión de todo discípulo de Jesucristo: comunicar la
Verdad del Evangelio. Es nuestro deber, tanto de obediencia como de gratitud al
Señor, dar a conocer en nuestro entorno la salvación por medio de la fe en
Jesús. El Espíritu Santo quiere dar vida sobrenatural a los que están “muertos
en delitos y pecados” y desea utilizar a cada cristiano como canal de
comunicación. Nuestra misión es señalada en las palabras del Maestro:
“19
Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; / 20 enseñándoles que
guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28:19,20)
4. Inspirar respeto.
“10
Y cayó el pavor de Jehová sobre todos los reinos de las tierras que estaban
alrededor de Judá, y no osaron hacer guerra contra Josafat. / 11 Y traían de
los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los árabes también le
trajeron ganados: siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos
cabríos.”
(2
Crónicas 17:10,11)
Los
reinos que rodeaban a Judá sintieron tal miedo al Señor que no se atrevían a
pelear contra Josafat. Por el contrario, algunos filisteos traían regalos y
plata como tributo a Josafat, y los árabes le llevaron muchísimos carneros y
chivos. El terror del Señor les hizo tributarios de Josafat.
Josafat
y su reino inspiraron respeto y admiración sobre los pueblos vecinos, a tal
punto que lo reconocieron con tributos y regalos. El cristiano no pretenderá
enseñorearse de su prójimo, pero como este rey, muchas veces obtendrá el
reconocimiento de sus admiradores. Sin embargo ha de tener claro que esa
admiración no es a él por sí mismo sino al que produce en él esa obra: el Señor
Jesucristo. Esto es lo que se llama “presencia de Cristo”.
5. Ser previsores.
“12
Iba, pues, Josafat engrandeciéndose mucho; y edificó en Judá fortalezas y
ciudades de aprovisionamiento. / 13 Tuvo muchas provisiones en las ciudades de
Judá, y hombres de guerra muy valientes en Jerusalén. / 14 Y este es el número
de ellos según sus casas paternas: de los jefes de los millares de Judá, el
general Adnas, y con él trescientos mil hombres muy esforzados. / 15 Después de
él, el jefe Johanán, y con él doscientos ochenta mil. / 16 Tras éste, Amasías
hijo de Zicri, el cual se había ofrecido voluntariamente a Jehová, y con él
doscientos mil hombres valientes. / 17 De Benjamín, Eliada, hombre muy
valeroso, y con él doscientos mil armados de arco y escudo. / 18 Tras éste,
Jozabad, y con él ciento ochenta mil dispuestos para la guerra. / 19 Estos eran
siervos del rey, sin los que el rey había puesto en las ciudades fortificadas
en todo Judá.” (2 Crónicas 17:12-19)
Este
rey se hizo muy poderoso. Construyó fortalezas y ciudades para almacenes y
tuvo muchas propiedades en las ciudades de Judá.
He
aquí a continuación la lista de sus valientes soldados:
- Por la tribu de Judá, tres grandes grupos: 1) El batallón de Adná con 300.000 soldados; 2) Johanán con 280.000 soldados; y 3) Amasías con 200.000 soldados.
- Por la tribu de Benjamín, dos grupos: 1) Eliadá con 200.000 hombres armados con arcos y escudos; y 2) Jozabad con 180.000.
Además
de los nombrados, estaban los que el rey había destinado a las ciudades
fortificadas de todo Judá.
El
rey Josafat instaló guarniciones en las ciudades fuertes de su reino, e hizo la
paz entre Israel y Judá, que desde la época de Roboam habían estado en guerra
entre sí, casando a su hijo Joram con Atalía, la hija de Acab y Jezabel. Ésta
fue una unión imprudente que traería funestas consecuencias, pero en este
capítulo sólo se observan los aspectos positivos del personaje.
Como Josafat, los cristianos en cierto
modo nos hacemos poderosos, pero no en el sentido humano sino espiritual.
Nuestro poder es Dios, Su Espíritu actuando en nosotros. Por otro lado, al
igual que este rey, debemos ser previsores para los tiempos malos o difíciles.
Previsor es el que piensa y prepara con antelación las cosas que hará o
necesitará en el futuro. Se puede ser previsor en el aspecto material,
ahorrando en una cuenta bancaria, manteniendo una despensa con alimentos para
tiempos difíciles, contando con un equipo de emergencia para eventos de la
naturaleza, etc. Pero también se puede ser previsor en el aspecto espiritual.
Lo dice el Apóstol cuando aconseja: “tomad toda la armadura de Dios, para que
podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Efesios 6:13) Hay días buenos y días malos; necesitamos estar preparados
espiritualmente para los tiempos difíciles.
CONCLUSIÓN.
El reinado de
Josafat contempla importantes enseñanzas para los creyentes en Dios. Durante su
gobierno fue glorificado el Señor, ya que Josafat procuró buscar Su voluntad y
vivir bajo Su palabra. Está en nosotros cambiar el curso de nuestras vidas,
haciendo la voluntad de Dios; así será bendecida la casa y la Iglesia. Como
Josafat, tal vez es necesario que hagamos “reformas” para que Dios sea
glorificado en nuestras vidas.
El reinado de
Josafat nos enseña a: 1) Defendernos de los enemigos; 2) Siempre buscar a Dios;
3) Comunicar la Verdad; 4) Inspirar respeto; y 5) Ser previsores.
PARA TRABAJAR
EN EL CENÁCULO:
1)
¿En qué
oportunidades a usted le es difícil someterse a la voluntad Divina?
2)
¿Qué buenas
reformas ha hecho el Señor en su vida personal, familiar, laboral, etc.?
3)
¿Qué testimonio
quiere usted dejar en este mundo?
4)
¿Qué ha aprendido
del reinado de Josafat?
5)
¿Cómo está
luchando actualmente contra su enemigo?
6)
¿Qué arma del
Espíritu Santo utiliza con mayor regularidad?
7) ¿Cuáles son los “baales” de la actualidad?
8) ¿Cuál fue la causa del gran éxito de Josafat?
9) ¿Qué significa
en jerga cristiana “buscar a Dios”?
10) ¿De qué medios
de gracia disponemos para acercarnos al Señor?
11) ¿Si Josafat
decidió enseñar al pueblo la Ley, qué debemos enseñar nosotros?
12) ¿Cuáles son las
cinco acciones que debemos hacer con la Palabra de Dios?
13) ¿Por qué debemos
comunicar la Verdad del Evangelio?
14) ¿Están usted y
su Iglesia siendo un canal de comunicación del mensaje de Dios?
15) ¿Qué misión dio
Jesús a Sus discípulos?
16) ¿Cómo puede un
cristiano obtener el reconocimiento de la gente?
17) ¿En qué consiste
el poder de los creyentes?
18) ¿Cómo podemos
ser previsores en el aspecto material?
1 comentario:
Gracias hermano . Por el estudio. Dios le bendiga
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