© Pastor Iván Tapia Contardo
Lectura bíblica: “22
Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus
once hijos, y pasó el vado de Jaboc.” (Génesis
32:22)
“16
Después partieron de Bet-el; y había aún como media legua de tierra para llegar
a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y hubo trabajo en su parto. / 17 Y
aconteció, como había trabajo en su parto, que le dijo la partera: No temas,
que también tendrás este hijo. / 18 Y aconteció que al salírsele el alma (pues
murió), llamó su nombre Benoni [hijo de mi dolor]; mas su padre lo llamó
Benjamín [hijo de mi diestra]” (Génesis
35:16-18)
Idea central: El número once simboliza desorden,
imperfección, desorganización y desintegración.
Propósitos de la charla: a) Comprender el significado que
tiene el número once en la Biblia; b)
Comprender y aceptar que los cristianos estamos bajo la autoridad de un Dios de
orden; c) Comprender y valorar que somos llamados a la perfección; d) Comprender
y poner en práctica el concepto de organización; y e) Rechazar la
desintegración y vivir la integración en todos sus aspectos.
Resumen: El número once es un
número imperfecto, al contratrio del diez y el doce; implica el caos tanto a
nivel personal como social. La Biblia lo utiliza como símbolo de desorden,
imperfección, desorganización y desintegración. La cantidad de años vividos por
Jesucristo como hombre en esta Tierra (11 x 3=33) indica que la obra redentora
no sería completa hasta después de muerto. Era necesario que Él pasara de la
oscuridad de la muerte a la luz de la resurrección.
S
|
i diez es el
número que marca la perfección del orden de Dios, entonces once es una adición o
agregado a ese orden, trastornándolo
y haciendo que pierda su normal característica, especialmente en sentido moral
o espiritual, es decir subvirtiéndolo y deshaciéndolo.
Del mismo modo,
si doce es el número que denota la perfección del gobierno divino, entonces
once no lo alcanza. Por tanto, sea que consideremos el once como 10 más 1 o
como 12 menos 1, once es un número negativo e imperfecto. No hay mucho acerca
de este número en la Palabra de Dios, pero lo que hay es muy significativo.
¿Qué denota el número once en la
Biblia?
1. El
número bíblico once denota desorden.
“5 Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a
Lázaro. / 6 Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el
lugar donde estaba. / 7 Luego, después de esto, dijo a los discípulos: Vamos a
Judea otra vez. / 8 Le dijeron los discípulos: Rabí, ahora procuraban los
judíos apedrearte, ¿y otra vez vas allá? / 9 Respondió Jesús: ¿No tiene el día
doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; / 10
pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en él. / 11 Dicho esto,
les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. / 12
Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si duerme, sanará. / 13 Pero Jesús
decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del
sueño. / 14 Entonces Jesús les dijo claramente: Lázaro ha muerto; / 15 y me
alegro por vosotros, de no haber estado allí, para que creáis; mas vamos a él.
/ 16 Dijo entonces Tomás, llamado Dídimo, a sus condiscípulos: Vamos también
nosotros, para que muramos con él.” (San Juan 11:5-16)
El
Maestro amaba a esta familia, estos tres hermanos que vivían en Betania: Marta,
María y Lázaro. Cuando escuchó que estaba enfermo –no podemos decir “cuando
supo”, porque indudablemente lo sabía- en vez de acudir de inmediato a Betania,
se quedó dos días más, así podría hacer el milagro de la resurrección. ¿Será
por eso que aún no regresa Jesús? Tiene que esperar que este mundo esté bien
muerto de espíritu, para regresar a resucitarlo.
Entonces
recién le dijo a Sus discípulos: “Vamos a Judea otra vez.” A ellos les
preocupaba que el Maestro se expusiera a la lapidación, pues los judíos le
buscaban: ¿Otra vez irás allá? Es muy interesante y profunda la respuesta de Jesús:
“¿No tiene el día doce horas? El que anda
de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; / 10 pero el que anda de
noche, tropieza, porque no hay luz en él.”
El
día tiene sólo doce horas. Las doce restantes son noche y oscuridad. El que
camina en la luz no puede tropezar, puesto que ve la luz de este mundo. Nótese
que dice “de este mundo”, o sea que hay otro tipo de luz que puede iluminarnos
para caminar. Se refiere a la luz del Espíritu; Él camina en esa luz, así es
que sabe hacia donde va; ellos no pueden criticarle ni advertirle. Jesús sabe
que Lázaro está muerto; sabe que es perseguido por los judíos y sabe que le
apresarán, torturarán y crucificarán en Jerusalén; como también sabe que
resucitará al tercer día. Lo sabe todo porque camina en la luz. Quien no tiene
esa luz, tropieza en la oscuridad, vive en una noche espiritual.
Algo
más les dijo: “Nuestro amigo Lázaro duerme y voy para despertarlo”. Ellos
pensaron que estaba muy enfermo y dormía, pero Jesús se refirió así a la
muerte. Luego el Señor les expresó Su alegría por tener ellos la oportunidad de
crecer en fe al ser testigos de un milagro de resucitación.
La
hora 11 es una hora antes de terminar el día y venir la noche. Si lo enfocamos
dentro de la historia del cristianismo, podríamos decir que la primera hora del
día es la era de los primeros cristianos, la de los apóstoles y, avanzando en
el tiempo, la hora once sería la última hora antes del regreso del Señor. La
hora 11 es una hora de desorden, caos, destrucción.
El número
bíblico once denota desorden, mas los cristianos estamos bajo las órdenes de un
Dios de orden.
2. El
número bíblico once denota imperfección.
José tenía 30
años cuando compareció ante Faraón[1]: “Era José de edad de treinta años cuando fue
presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón,
y recorrió toda la tierra de Egipto.” (Génesis
41:46)
Cuando le vendieron era de 17
años: “Esta es la historia de la familia
de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con
sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de
Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.”
(Génesis 37:2); “26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos
a nuestro hermano y encubramos su muerte? / 27 Venid, y vendámosle a los
ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano,
nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él. / 28 Y cuando pasaban
los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron
arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron
a José a Egipto.” (Génesis 37:26-28)
En Egipto, José
estuvo dos años en la cárcel: “1
Aconteció que pasados dos años tuvo Faraón un sueño. Le parecía que estaba
junto al río; / 2 y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy
gordas, y pacían en el prado.” (Génesis
41:1,2)
Si José salió de
la cárcel cuando interpretó el sueño del faraón, teniendo 30 años, y estuvo en
la cárcel 2 años, significa que fue encarcelado a los 28 años. Si a esa edad le
restamos los 17 que tenía cuando fue vendido, obtenemos la cantidad de tiempo
que estuvo en casa de Potifar: 11 años.
¿Cómo fueron esos once años en
casa de su amo Potifar? Le sirvió con responsabilidad, como si fuera para el
Señor, pero fue un esclavo con rango de administrador: “1 Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de
la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado
allá. / 2 Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa
de su amo el egipcio. / 3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo
que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. / 4 Así halló José gracia
en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su
poder todo lo que tenía. / 5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de
su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de
José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como
en el campo. / 6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se
preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso
semblante y bella presencia.” (Génesis
39:1-6)
Apreciado por su
amo, cuando llegó la hora de la prueba, éste no le defendió: “19 Y sucedió que cuando oyó el amo de José
las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se
encendió su furor. / 20 Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde
estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.” (Génesis 39:19,20)
Los once años de
José en casa de Potifar no fueron totalmente malos, pero tampoco fueron
perfectos. Tuvo el aprecio y el reconocimiento de su amo, desarrolló y aplicó
su don administrativo para dar prosperidad a otros, pero su reposo se
desintegró cuando vino la falsa acusación del diablo. El número de 11 años
vividos por José en casa de Potifar, expresan simbólicamente una imperfecta
tranquilidad.
A todos nos
sucede en la vida que podemos llevar una vida tranquila, pero de pronto algo
sucede que quiebra ese reposo. Puede ser el fallecimiento de un ser querido,
una enfermedad repentina, un problema económico o laboral, etc. Esta es la
naturaleza de la vida humana, su inestabilidad; en cualquier momento se quiebra
la tranquilidad. En verdad estas son las circunstancias externas, pues en
nuestro interior todo debería seguir en calma. Los creyentes en Dios
Todopoderoso, no vivimos por los cambios externos de las distintas situaciones
que experimentamos en la vida, sino que vivimos disfrutando la paz de Dios: “6 Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. / 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6,7); “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No
se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (San Juan 14:27)
El número
bíblico once denota imperfección, mas los cristianos somos llamados a la
perfección.
3. El
número bíblico once denota desorganización.
Jesús relata en la parábola de los obreros de la viña: “1 Porque el reino de los cielos es
semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar
obreros para su viña. / 2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al
día, los envió a su viña. / 3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a
otros que estaban en la plaza desocupados; / 4 y les dijo: Id también vosotros
a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. / 5 Salió otra vez cerca
de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. / 6 Y saliendo cerca de la hora
undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis
aquí todo el día desocupados? / 7 Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado.
El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. / 8
Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los
obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
/ 9 Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada
uno un denario. / 10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de
recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. / 11 Y al
recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, / 12 diciendo: Estos
postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que
hemos soportado la carga y el calor del día. / 13 El, respondiendo, dijo a uno
de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? / 14
Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. / 15
¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque
yo soy bueno? / 16 Así, los primeros serán postreros, y los postreros,
primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.” (San Mateo
20:1-16)
En Tierra Santa el tiempo tiene
pocos cambios, el sol sale alrededor de las 6 de la mañana y se pone alrededor
de las 6 de la tarde, casi todo el año. Hay 12 horas de luz que constituyen el
día para poder trabajar. Jesús cuenta en esta parábola que había un hombre que
llamó a trabajadores en diferentes periodos. Tal hombre procedió de un modo
extraño, pues llamó obreros a la hora undécima, es decir a las 5 de la tarde,
una hora antes de que finalizara el día laboral. Y lo más raro fue que a cada
uno pagase lo mismo: un denario.
Toda parábola es un relato
simbólico en que cada elemento representa algo espiritual. En este caso el denario es el pago del obrero
cristiano, o sea la vida eterna; el
padre es Dios; la viña es
el mundo, nuestro campo de trabajo; los
obreros son los cristianos y la
plaza, el templo, el lugar donde nos reunimos y se nos asigna una labor.
¿Se llama tan
tarde a los trabajadores? En una hora más habrán finalizado su día de trabajo.
Nadie contrataría a esa hora, salvo que fuese para realizar un trabajo
nocturno. Lo que el Texto quiere significar, en primera instancia, es que a
Dios no le importa si somos llamados en la juventud o en la vejez, en los
primeros tiempos del cristianismo o días antes de regresar Jesús a la Tierra; a
todos se les pagará igual si creen en Él como Señor y Salvador.
Pero creemos que hay otro significado oculto en estas palabras. ¿Quiénes
son los llamados a la hora undécima? La Palabra dice que ellos “estaban desocupados; y [Jesús] les dijo:
¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?” Estos eran cristianos
desocupados, nada hacían por la obra de Dios. El motivo: “Porque nadie nos ha contratado.” La Biblia no dice que ellos
fueran ociosos que no quisieran trabajar, sino que nadie les llamaba a
trabajar. Pero todos sabemos que no podemos responsabilizar sólo a los demás de
que estemos cesantes, sino que debemos buscar trabajo. Así es que hay una responsabilidad
compartida. En la Iglesia, los ministros de Dios deben llamar a los hermanos a
trabajar en la obra del Señor, asignando tareas; pero también los hermanos
deben ofrecerse a trabajar en la viña del Señor y no estar ociosos.
La hora undécima, la hora 11, nos indica
cierta desorganización en la vida laboral-espiritual de algunos creyentes. Sin
embargo Dios tiene un llamado para ellos,
aunque sea a última hora. ¡Gracias sean dadas a Dios que nos ha llamado
a Su ministerio! La Palabra del Señor muestra muchos llamados:
a) Evangelizadores,
pescadores de hombres: “16 Andando
[Jesús] junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban
la red en el mar; porque eran pescadores. / 17 Y les dijo Jesús: Venid en pos
de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. / 18 Y dejando luego sus redes,
le siguieron.” (San Marcos 1:17)
b) Servidores del
prójimo, buenos samaritanos. Un intérprete de la Ley le preguntó a Jesús “¿Y quién es mi
prójimo?” Le respondió con la parábola del Buen Samaritano que termina así:
“¿Quién, pues, de estos tres te parece
que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? / El dijo: El que usó
de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.” (San Lucas 10:36,37)
c) Ministros.
Predicadores de la Palabra de Dios: “11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas;
a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, / 12 a fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11,12)
d) Discipuladores, tutores de discípulos de Jesucristo: “19 Por tanto, id, y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; / 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado;
y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” (San Mateo 28:18-20)
Mayormente el mundo está actualmente
desorganizado, todo está cayendo y desordenándose, porque estamos en la hora
once, prontos a la medianoche.
El número
bíblico once denota desorganización, mas los cristianos debemos ser
organizados.
4. El
número bíblico once denota desintegración.
“1
Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra
de Jehová, diciendo: / 2 Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén:
Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió;
yo seré llena, y ella desierta; / 3 por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He
aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como
el mar hace subir sus olas. / 4 Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus
torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa. / 5
Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el
Señor; y será saqueada por las naciones. / 6 Y sus hijas que están en el campo
serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová./ ... / 21 Te convertiré en
espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice
Jehová el Señor.”
(Ezequiel 26:1-6,21)
“20
Aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes, que
vino a mí palabra de Jehová, diciendo: / 21 Hijo de hombre, he quebrado el
brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole
medicinas, ni poniéndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que
pueda sostener la espada. / 22 Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme
aquí contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el
fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano. / 23 Y esparciré a los
egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras. / 24 Y
fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas
quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido
de muerte. / 25 Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los
brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada
en la mano del rey de Babilonia, y él la extienda contra la tierra de Egipto. /
26 Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras;
y sabrán que yo soy Jehová.” (Ezequiel
30:20-26)
“11 De veintiún años era Sedequías cuando
comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. / 12 E hizo lo malo ante los
ojos de Jehová su Dios, y no se humilló delante del profeta Jeremías, que le
hablaba de parte de Jehová. / 13 Se rebeló asimismo contra el rey
Nabucodonosor, al cual había jurado por Dios; y endureció su cerviz, y obstinó
su corazón para no volverse a Jehová el Dios de Israel.” (2 Crónicas 36:11-13)
La caída de Jerusalén se relata así: “1 En el noveno año de Sedequías rey de
Judá, en el mes décimo, vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su
ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. / 2 Y en el undécimo año de
Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió brecha en el
muro de la ciudad. / 3 Y entraron todos los príncipes del rey de Babilonia, y
acamparon a la puerta de en medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el
Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey de
Babilonia. / 4 Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los hombres de guerra,
huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del huerto del rey, por
la puerta entre los dos muros; y salió el rey por el camino del Arabá. / 5 Pero
el ejército de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos
de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en tierra de Hamat, donde
estaba Nabucodonosor rey de Babilonia, y le sentenció. / 6 Y degolló el rey de
Babilonia a los hijos de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo
asimismo degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. / 7 Y sacó
los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para llevarle a
Babilonia. / 8 Y los caldeos pusieron a fuego la casa del rey y las casas del
pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. / 9 Y al resto del pueblo que
había quedado en la ciudad, y a los que se habían adherido a él, con todo el
resto del pueblo que había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los
transportó a Babilonia. / 10 Pero Nabuzaradán capitán de la guardia hizo quedar
en tierra de Judá a los pobres del pueblo que no tenían nada, y les dio viñas y
heredades.” (Jeremías 39:1-10)
El año once o
undécimo en el que Ezequiel profetizó contra Tiro y contra Egipto fue el año
undécimo de Sedequías, en el que Jerusalén fue desolada. Tiro y Egipto serían
desoladas como lo había sido Jerusalén. Estas profecías y relatos nos hablan de
la caída y desintegración de una sociedad.
Desintegrar es dividir una cosa en fragmentos o
en todas las partes o elementos que lo componen. En el Nuevo Testamento los doce
apóstoles estuvieron a punto de desintegrarse, cuando Judas traicionó al Señor
y se suicidó. Pedro procuró arreglar esto y pusieron en su reemplazo a Matías,
pero Dios ya tenía preparado un apóstol para los gentiles, a Saulo de Tarso,
San Pablo. También a través de la historia de la Iglesia hemos visto su
desintegración. Hay un espíritu destructivo que opera en el mundo para destruir
y desunir, desmembrar, y así producir inquietud, fracaso, caída, destrucción. Hoy
día muchos países tienden a desintegrarse y dividirse en naciones más pequeñas.
El número 11 suele marcar estos hechos de
desintegración, violencia y destrucción:
- El 11 de noviembre de 1918 se firmó el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. Esa fecha de las 11 del día en que se escuchó el último disparo se conmemoraba el día del armisticio, pero con el tiempo se convirtió en el Día de la Remembranza. Curiosamente, el minuto exacto del recuerdo de la gente caída en la Guerra es a las 11:11 AM.
- El 11 de septiembre de 1941 comenzó la construcción del Pentágono en EEUU.
- El 11 de septiembre de 1972 fueron asesinados por terroristas once israelíes en los Juegos Olímpicos de Munich. El mundo presenciaba el comienzo del terrorismo global.
- El 11 de septiembre de 1973 el presidente chileno Salvador Allende muere en un violento golpe de estado militar encabezado por el general Augusto Pinochet.
- El 11 de septiembre de 1990 a las 21:09, 11 años antes del 11 de septiembre de 2001, George Bush padre hizo un discurso ante el Congreso el derecho "hacia un Nuevo Orden Mundial".
- El 11 de septiembre del 2001 se desplomaron las dos Torres Gemelas y el primer avión en hacer impacto fue el vuelo 11 de American Airlines. Después del 11 de septiembre quedaban justo 111 días para que terminase el año. Las torres eran físicamente un once erigido en el cielo, similar a las torres que guardan el templo masónico: Joachim y Boaz.
- El ataque terrorista de Madrid también ocurrió un día 11 y murieron 191 personas, una cifra de muertes que suman 11.
- Los últimos tres presidentes de Estados Unidos tienen 11 letras en su nombre: Barack Obama, George W. Bush y Bill Clinton.
- El 11 es el número de la magia, según escribe Aleister Crowley en su libro sobre Cábala, 777.
Otros pasajes del Antiguo Testamento que dan
cuenta de la desintegración simbolizada por el número 11, son los siguientes
sobre el reinado de Joacim y el imperio de Nabucodonosor. Joacim reinó
once años cuando Nabucodonosor llegó y comenzó su obra desintegradora contra
Jerusalén: “36 De veinticinco años era
Joacim cuando comenzó a reinar, y once años reinó en Jerusalén. El nombre de su
madre fue Zebuda hija de Pedaías, de Ruma. / 37 E hizo lo malo ante los ojos de
Jehová, conforme a todas las cosas que sus padres habían hecho.” (2 Reyes
23:36,37)
Joacim fue avasallado por Nabucodonosor:
“1 En su tiempo subió en campaña
Nabucodonosor rey de Babilonia. Joacim vino a ser su siervo por tres años, pero
luego volvió y se rebeló contra él.” (2
Reyes 24:1)
La nación judía fue prácticamente
desintegrada: “5 Cuando comenzó a reinar
Joacim era de veinticinco años, y reinó once años en Jerusalén; e hizo lo malo
ante los ojos de Jehová su Dios. / 6 Y subió contra él Nabucodonosor rey de
Babilonia, y lo llevó a Babilonia atado con cadenas. / 7 También llevó
Nabucodonosor a Babilonia de los utensilios de la casa de Jehová, y los puso en
su templo en Babilonia.” (2 Crónicas
36:5-7)
Los cristianos estamos llamados a la
unidad y no a la separación:
“20 Mas no ruego solamente por éstos, sino
también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, / 21 para que todos sean uno; como tú, oh
Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el
mundo crea que tú me enviaste. / 22 La
gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos
uno. / 23 Yo en ellos, y tú en mí, para
que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y
que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (San Juan 17:20-23)
“1 Yo pues, preso en el Señor, os ruego que
andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, / 2 con toda
humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en
amor, / 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;
/ 4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma
esperanza de vuestra vocación; / 5 un Señor, una fe, un bautismo, / 6 un Dios y
Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” (Efesios 4:1-6)
El número
bíblico once denota desintegración, mas los cristianos debemos reintegrarnos.
CONCLUSIÓN.
El número once en la Biblia tiene
un significado negativo. Denota: 1) Desorden, mas los cristianos estamos bajo
las órdenes de un Dios de orden; 2) Imperfección, mas los cristianos somos
llamados a la perfección; 3) Desorganización, mas los cristianos debemos ser
organizados; y 4) Desintegración, mas los cristianos debemos reintegrarnos.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1)
¿Por qué se dice que el número once en la Biblia tiene
un significado negativo?
2)
¿Cuándo podemos decir que hay desorden en nuestra vida?
3)
¿Cuál es, a su juicio, la perfección espiritual?
4)
¿Existe desorganización en el mundo actual?
5)
¿En qué aspectos necesitamos “reintegrarnos”?
6)
¿Sabía Jesús que Lázaro moriría y por qué no fue
inmediatamente a Betania para asistirlo?
7)
¿Qué nos enseña la resurrección de Lázaro?
8)
¿De qué forma está usted sirviendo en la obra de Dios?
9)
¿Qué luz necesitamos para caminar en este mundo?
10) ¿Cómo
sirvió José a Potifar?
11) ¿Por
qué la fidelidad de José a Potifar tuvo como resultado la cárcel?
12) ¿Cómo
puede alguien disfrutar la paz de Dios?
13) ¿Qué
significa para usted la reiterada fecha 11 en circunstancias mundiales
negativas?
14) ¿Cuál es su pensamiento frente a los ataques
terroristas perpetuados en los últimos años?
15) ¿Por
qué se dice que estamos próximos a la medianoche y vivimos la hora undécima?
16) ¿Quiénes son los llamados a la hora undécima?
17) De
acuerdo al sermón ¿Por que aún no regresa Jesús?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
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& Holman Publishers.
- MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc.
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- "Concordancia electrónica de la Biblia” Disponible en: http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
- Romero, Ramón e hijo “Cómo entender los numeros de la Biblia”
- http://misteriosconxana.blogspot.cl/2013/02/misterios-de-los-numeros-9-y-11.html
- http://www.aguasvivas.cl/multimedia-archive/el-numero-11/
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