NUMEROLOGÍA BÍBLICA.
EL NÚMERO DE LA UNIDAD.
Pastor Iván Tapia Contardo
Propósitos de la charla: a) Conocer y valorar y
practicar el mensaje que nos entrega simbólicamente el número “uno” en la Biblia; b) Comprender que Dios
es Uno, a pesar de ser Trino y Su primacía sobre todas las cosas; c) Comprender
y dar a conocer que Jesucristo, el Salvador, es Uno; d) Comprender, valorar y
aceptar que cada ser humano es uno y único; e) Comprender, valorar y practicar
la unidad espiritual absoluta de la Iglesia.
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)
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os números en la Biblia pueden tener un significado simbólico en la
interpretación de la Escritura. El número uno, primer dígito, es el número de
la unidad y tiene profundos e importantes mensajes que entregarnos para nuestro
crecimiento espiritual.
Génesis es el primer libro de la
Biblia, el libro “uno” y es llamado “el libro de los principios” u orígenes. El
nombre Génesis es de la versión griega de la Escritura, la llamada Septuaginta.
En hebreo, cada libro del Pentateuco se nomina por las primeras palabras. Así
el Génesis en hebreo se denomina “Bereshit”
pues las primeras palabras del libro son “Bereshit bara Elohim”. El versículo
completo dice: “Bereshit bara Elohim et
hashamayim ve'et ha'arets.” Que significa “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)
La Biblia es un libro sagrado, se
le denomina indistintamente la Santa Biblia o la Sagrada Escritura. Es el Libro
de los libros, el Libro que nos habla acerca de Dios y cuyo personaje principal
es Jesucristo, Dios encarnado, nuestro Salvador. Fue escrita por 40 hombres que
fueron inspirados por su único Autor: el Espíritu Santo de Dios. Obviamente fue
escrita con palabras en tres idiomas: hebreo, arameo y griego, después
traducida al latín y a los numerosos idiomas del planeta. Pero no sólo hay
letras en este libro, sino también números, sea para registrar cantidades de
hijos, tribus, seres celestiales, animales u objetos, como para numerar años y reinados,
o el orden de los tiempos. Los números de capítulos y versículos fueron
agregados muy posteriormente, en los siglos XIII y XVI. Sin embargo los números
en ocasiones tienen una doble lectura o significado. El estudio de éstos se
denomina Numerología Bíblica. Cada número dígito de la Sagrada Escritura tiene
un mensaje especial para el creyente, dependiendo de su contexto. Por ejemplo,
las profecías son abundantes en utilizarlos como lenguaje simbólico. Aparte de
ellos hay otras cantidades igualmente significativas para nuestro crecimiento
espiritual. No se trata de idolatrar un número ni de hacer superstición de
ellos, sino de desentrañar el mensaje de Dios que contienen.
¿Qué nos enseña
el uno en la Biblia?
1.
Dios
es Uno.
“4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. /
5 Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas
tus fuerzas. / 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu
corazón;” (Deuteronomio 6:4-6)
Moisés afirma en
Deuteronomio que Yawé es el Dios de Israel y que es uno sólo, no hay más
dioses. Los hebreos tomaron en Egipto las idolatrías de esa nación, se
mezclaron por cuatro siglos con un pueblo pagano y adquirieron sus costumbres paganas.
El mandamiento es amar a ese Dios único con todo el corazón, el pensamiento y las
fuerzas. Éstas son palabras que ordena Dios por medio de Moisés para que
siempre estén en lo más profundo de ellos.
El jefe y
libertador de Israel recalca “Jehová uno
es” Esto quiere decir que no hay varios dioses sino que es Uno solo, y que
es Único. El número “uno” en la Biblia es símbolo de: a) unidad y b) primacía.
El profeta Isaías, siglos después, también
resaltará que no existen otros dioses: “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos:
Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios.” (Isaías 44:6)
Este Dios además es Rey de Su pueblo. Como todas las naciones de aquella época, sobre todo las grandes naciones, tenían rey que los gobernase y muchas veces decían que eran divinos, el pueblo de Dios también tiene un Rey, pero éste es Dios mismo, el Creador de todo el universo, el Invisible. Este Rey es su Redentor, quien los ha libertado de la esclavitud a otras naciones. Lo llama “Jehová de los ejércitos” porque dirige las miríadas de ángeles y seres celestiales, como General de ellos. Es el Primero pues existe desde la eternidad, y el Postrero o Último porque tiene en Sus manos el destino de toda Su creación. Cuando dice que fuera de Él no hay Dios, significa que es el Único Dios. Toda la creación apunta hacia el único Dios, como asegura el último libro de la Biblia: “Yo soy el Alfa y
En el idioma hebreo hay dos
palabras empleadas para el número "uno": a) yachid, que significa único
y b) echad, que significa uno.
Yachid aparece doce veces en el
Antiguo Testamento, 3 en el Pentateuco y 9 en el resto del Antiguo Testamento.
Echad denota una unidad compuesta o entre varios que hacen la unidad. Puede ser, por ejemplo, un día de siete (Génesis 1:5) o una sola carne de dos (Génesis 2:24). En estos textos “echad” se refiere a varios o a uno entre varios. Por eso que para referirse al Dios Trino a veces se emplea este modo colectivo: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” (Deuteronomio 6:4). La idea de uno excluye a otro Dios, pero no excluye la Trinidad.
Si tomamos el número uno como ordinal podemos
considerar el primer libro de la Biblia o el libro uno, es decir Génesis. Pero
también, con fines de interpretación bíblica, tomar una palabra o concepto en
su primera aparición. Las primeras apariciones de palabras en la Biblia siempre
serán muy importantes pues darán la clave interpretativa de dicha palabra y
concepto en toda la Escritura. Por ejemplo, si tomamos la palabra luz. Aparece
por primera vez en el Antiguo Testamento en Génesis: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.” Génesis 1:3 En el Nuevo Testamento aparece por primera vez en San
Mateo y dice: “El pueblo asentado en
tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de sombra de muerte, Luz
les resplandeció.” San Mateo 4:16
En ambos se refiere a un elemento que vence a la oscuridad, en el Antiguo es
una luz física, en el Nuevo una luz espiritual que vence las tinieblas
satánicas.
2. El Salvador es Uno.
“13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al
Jordán, para ser bautizado por él. / 14 Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo
necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? / 15 Pero Jesús le respondió:
Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.
/ 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los
cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma,
y venía sobre él. / 17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo
amado, en quien tengo complacencia.” (San Mateo 3:13-17)
Cuenta el Evangelio que Jesús viajó
desde Galilea, al norte de Tierra Santa, hasta el río Jordán, donde su primo
Juan el Bautista predicaba el arrepentimiento y bautizaba a la gente para que
prepararan sus corazones para recibir al Mesías. Jesús quería ser bautizado por
él, pero Juan se consideraba indigno de hacerlo. Esto significa que Juan ya
conocía la estatura espiritual de Jesucristo y sabía quién era Él.
“Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú
vienes a mí?” decía humildemente San Juan, reconociendo que era pecador y
necesitaba ser limpiado por las aguas del bautismo. Pero Jesús le explicó que
era necesario cumplir con ese rito. Aunque Él no tenía pecado, como hombre se
hizo bautizar, dándonos ejemplo a todos los cristianos, pues “Al que no conoció pecado, por nosotros lo
hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” (2 Corintios 5:21)
Al salir del agua, narra la Palabra de
Dios, que “los cielos le fueron abiertos” y vio descender sobre él al Espíritu
de Dios en forma de una paloma. Desde ese momento esta ave es símbolo del
Espíritu. Se escuchó, al mismo tiempo, la voz de Dios diciendo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia.”. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que
descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.” (San Juan 1:32) Todo el agrado de Dios
está en Su Hijo Jesucristo quien fue enviado por el Padre a este planeta para
cumplir una misión redentora.
Dios se reveló a los patriarcas
como El-Shaddai, Dios Omnipotente o Todopoderoso, y a Moisés como Jehová o Yawé:
“2 Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo:
Yo soy JEHOVÁ. / 3 Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios
Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos.” (Éxodo 6:2,3)
La traducción “Jehová” es una mezcla de
dos palabras: las consonantes de Yahveh y las vocales de Adonai. Yahveh o Yawé significa
“Yo soy el que Soy”. Dios es, no cambia, no progresa porque no puede ser más
perfecto, no se deteriora ni envejece porque es Dios. Los patriarcas Abraham,
Isaac y Jacob le conocieron como el Omnipotente, El-Shaddai, pero Su nombre
sólo fue dado a conocer a Moisés. Jesucristo, como Dios, también ha expresado
que Él es cuando dice: “Yo soy el Pan de vida...,
la Luz del mundo, la Puerta, el Buen Pastor, la Resurrección y la vida, el
Camino, la Vid verdadera.”
Jesucristo es el Hijo que complace al
Padre y tiene una misión: “Porque hay un
solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”
(1 Timoteo 2:5) Como Dios Padre es
Uno y Único, también Dios Hijo y Dios Espíritu; y los Tres son Uno.
- Cada
ser humano es uno y único.
Fuimos creados diversos, así como
Dios en sí mismo es diverso, Trino. Hay hombres y mujeres, distintas etnias, culturas
y lenguas. La diversidad étnica, cultural y lingüística es una realidad creada
y permitida por Dios. La llamada “confusión de las lenguas” fue una herramienta
de Dios para extender la raza humana. Los hombres de Babel, desobedeciendo el
mandato divino, tenían miedo de ser dispersos por toda la Tierra; querían
levantar para su vanidad una torre que llegara al cielo y ser recordados y
venerados por ello.
Es evidente que todos somos diferentes y
tenemos distintos dones: “4 Porque de la
manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros
tienen la misma función, / 5 así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en
Cristo, y todos miembros los unos de los otros. / 6 De manera que, teniendo
diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese
conforme a la medida de la fe; / 7 o si de servicio, en servir; o el que
enseña, en la enseñanza; / 8 el que exhorta, en la exhortación; el que reparte,
con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con
alegría.” (Romanos 12:4-8)
Este texto se refiere a la
Iglesia, el Cuerpo de Cristo, pero bien podría asimilarse a la sociedad. Todos
los humanos formamos un gran organismo donde cada uno tiene ciertas capacidades
y cumple un rol, la mayoría de las veces útil para el desarrollo de la cultura.
Todos los seres humanos tienen talentos naturales y son muy distintos a los
demás. Si bien es cierto podemos encontrar personas parecidas, nunca serán
idénticas. Hasta los gemelos tienen ciertas diferencias.
Dios ha querido hacer una creación
así de rica, para Su disfrute en primer lugar y luego para el nuestro.
Necesitamos aprender a aceptar nuestras diferencias físicas, psicológicas,
culturales, etc. Procurando ampliar nuestro enfoque mental de la vida,
abriéndonos a otros puntos de vista, quitando de nuestra conciencia el juicio y
dejándole a Dios ese rol de Juez de Su creación.
El Texto dice que a cada uno le
ha sido dada una gracia, un favor divino gratuito. Debe aprender a utilizar ese
don. Si le ha sido confiada la capacidad de intuir asuntos escondidos para el
común de la gente, utilice ese don
conforme a la medida de su fe y sin extralimitarse; si lo suyo es el servicio
al prójimo, hágalo con naturalidad y agrado; si enseñar, pues ocúpelo en la
enseñanza; si en el consejo y la exhortación de los que están en problemas,
hágalo con amor; si compartir de sus bienes materiales, reparta lo suyo con generosidad
y sin pedir aplausos; si ejercer autoridad en algún campo, presida con agrado y
solicitud; si ejercer misericordia, que ese don sea cumplido con gozo. No se
agotan aquí las capacidades que Dios ha brindado al hombre, sino que son una
muestra de la gran diversidad de vocaciones que hay en el ser humano.
- La
Iglesia es una unidad espiritual.
Según el Apóstol hemos sido llamados a vivir de acuerdo al espíritu de Jesucristo, con humildad, mansedumbre, soportándonos con paciencia, con amor, y guardando siempre la unidad del Espíritu, cosa que podremos hacer sólo por medio del vínculo de la paz. Ésta es la que permite que permanezcamos unidos. Dios perdonó nuestros pecados como resultado de la muerte de Cristo en la cruz y ese perdón nos trajo paz. Así mismo debemos perdonar a los demás; ese es el “vínculo de la paz”.
Aquí está la clave para la unidad
de los cristianos. Podemos ser “uno” en Cristo si conservamos la unidad
espiritual, siguiendo estos siete principios:
a) Un cuerpo.
Necesitamos tomar conciencia de que los cristianos, más allá de las distintas
doctrinas, conformamos para Dios un solo cuerpo espiritual.
b) Un Espíritu. El
Espíritu que hay en cada creyente es el mismo Espíritu de Dios que produce la
fe y ese Espíritu nos unifica.
c) Una esperanza. “Una
misma esperanza de vuestra vocación” Si tenemos todos la esperanza de vivir
eternamente junto a Dios ¿Por qué nos rechazamos y hasta odiamos unos a otros?
d) Un Señor.
Jesucristo es el Kyrios, el Señor que gobierna los corazones y las mentes de
los que le aman.
e) Una fe. La fe en
Jesucristo, el Hijo de Dios hecho Hombre, que dio su vida por la Humanidad.
f) Un bautismo. El
que bautiza es Jesucristo, siendo el ministro de Dios nada más un instrumento
de Dios para efectuar el sacramento. No hay dos o tres bautismos, sólo uno.
g) Un Dios “y Padre
de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.” El Dios Uno y
Único.
CONCLUSIÓN.
El número “uno” en la Biblia tiene un
profundo significado: 1) Dios es Uno, lo que significa la unidad del Dios Trino
y Su primacía sobre todas las cosas, Él es Uno y Único; 2) Jesucristo, el
Salvador, es Uno; 3) Cada ser humano es uno y único; 4) La Iglesia es una
unidad espiritual absoluta: a) Un cuerpo, b) Un Espíritu, c) Una esperanza, d)
Un Señor, e) Una fe, f) Un bautismo, y g) Un Dios y Padre de todos.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Tiene vigencia
todavía el mandamiento de Jehová: “Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus
fuerzas”?
2)
¿Por
qué Jesús se hizo bautizar por Juan el Bautista?
3)
¿Quién es el Autor de la Biblia?
4)
¿Qué significado e importancia tienen los números en la
Biblia?
5)
Si Dios es Uno ¿Por qué los hombres de hoy tienen
tantos dioses y diosas?
6)
¿Qué diferencia hay entre creer en un Dios unipersonal
y creer en un Dios Trino?
7)
¿Cómo ha experimentado usted a Jesucristo?
8)
¿De qué forma desea usted contribuir a la sociedad con
los dones que Dios le ha dado?
9)
¿Por qué la Iglesia está dividida y cómo se puede
resolver esa división? ¿Cómo está contribuyendo usted a la unidad de la Iglesia?
BIBLIOLINKOGRAFÍA.
- Reina, Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia” Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
- MacArthur, John. (2011) “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson Inc. (1979). “Dios Habla Hoy, La Biblia Versión Popular” Sociedades Bíblicas Unidas.
- Demaray, Donald E. (1996). “Introducción a la Biblia” Estados Unidos, Miami: Facultad Latinoamericana de Estudios Teológicos FLET, Editorial Unilit, 1996.
- (1960). “La
Santa Biblia” Sociedades Bíblicas Unidas. Recuperado de:
http://www.gentle.org/biblia/
-
“Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España” Disponible en: http://www.rae.es/
-
“Concordancia
electrónica de la Biblia” Disponible en:
http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
-
Shiao Chong “Una perspectiva bíblica y teológica
sobre la diversidad y el racismo” Christian Reformed Campus Minister serving at York University
in Toronto, Canada; Disponible en http://www.crcna.org/sites/default/files/Biblical_View_on_Diversity.SPA_.pdf
-
“Yhvh o Jehova” Disponible en:
http://www.iglesia.net/index.php/estudios-biblicos/leer/yhvh-o-jehova/
2 comentarios:
Estive a ver e ler algumas coisas, não li muito, porque espero voltar mais algumas vezes, mas deu para ver a sua dedicação e sempre a prendemos ao ler blogs como o seu.
Natal é mais verdadeiramente Natal quando nós celebramos dando a luz do amor àqueles que necessitam mais. Feliz Natal para si e para todos os seus.
São os votos do Peregrino E Servo.
Abraço.
Obrigado pelo seu interesse em nosso blog. Nós oramos para que o Senhor abençoe sua vida e prepará-lo para o discipulado cristão. Saudações!
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