LA FAMILIA CRISTIANA
I PARTE
Lectura bíblica: Génesis 1:27
Propósitos de la charla: a) Comprender quién es, cómo es y hacia dónde va el Hombre; b) Profundizar lo que hablan las Escrituras acerca de la identidad, los rasgos y la proyección del Hombre; c) Descubrir el origen de la Familia.
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27)
Hoy en día muchos plantean que el ser humano desciende de los animales, es producto de una evolución de las llamadas especies inferiores, o su existencia, como la de todos los seres de la naturaleza, es tan sólo producto de un azar, una cadena interminable de casualidades. El mundo científico, ateo y agnóstico, rechaza los principios acerca de la creación del universo, los animales y el Hombre, expuesto en la Biblia, sobre todo en el primer libro del Pentateuco, conocido también como “el libro de los orígenes”.
El Texto Sagrado nos señala no sólo una explicación literal de cómo se habría desarrollado esta creación y el origen del Hombre, sino también quién es el Hombre y cuál es su destino en el universo creado. Veremos que el Hombre tiene unos rasgos propios que lo diferencian de los animales y ha sido puesto por Dios en la Creación con un propósito específico. Conociendo el origen del Hombre descubriremos el origen de la Familia.
De tal modo hay ciertas preguntas que necesitamos responder:
¿Quién soy?
¿Cómo soy?
¿Hacia dónde voy?
La Biblia responde estas preguntas, revelándonos:
· La identidad del Hombre.
· Los rasgos del Hombre.
· La proyección del Hombre.
1. LA IDENTIDAD DEL HOMBRE.
(Génesis 1:26-28)
Para comprender el diseño Divino de la familia, primero tenemos que comprender al hombre o ser humano como creación de Dios. El hombre no nace por casualidad sino que es un ser creado; como creación lleva la impronta o huella de su Creador; y tiene la capacidad de reproducirse y multiplicarse en muchos más.
El ser humano fue creado por Dios.
Cuando se habla de la “creación” del hombre es que estamos reconociendo que el ser humano es una invención y para que exista tal cosa debe haber un inventor o Creador. Sabemos que fuimos creados por un Dios Todopoderoso, que todo lo sabe y no miente. Como somos personas de fe y confiamos que la Biblia es Su Palabra que contiene la Verdad, entonces no dudamos en lo que ella nos relata: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27) Cualquiera otra teoría, como que el hombre desciende de otras especies, que es producto de la casualidad, que surgió por azar o por una inteligencia impersonal o extraterrestre, es rechazada. “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” (Hebreos 11:3) El Dios Invisible hizo el universo, los animales y al hombre.
El ser humano fue creado a imagen de Dios.
Como el reflejo de una imagen o una copia de Él mismo, hizo Dios al humano. Si no entendemos bien esta afirmación podríamos devenir en ideas aberrantes, como que Dios es un hombre más desarrollado y que algún día seremos dioses; o que Dios tiene un cuerpo, manos, ojos, etc. como los humanos. Esto puede pensarse si no nos detenemos a considerar la palabra “imagen”. ¿Qué quiere decir este sustantivo en la Biblia? El texto es un libro sagrado, por tanto no se refiere a algo concreto, no está explicando como es el cuerpo del hombre, sino su persona. Recuerde que el hombre y la mujer son criaturas trinitarias, es decir que tienen en sí tres elementos: uno material y visible, que es el cuerpo; otro invisible que se expresa en pensamientos, sentimientos y actitudes, el alma o psique; y un tercer, el espíritu, absolutamente invisible. ¿Qué somos nosotros, lo visible o lo invisible? En verdad somos la parte invisible y el cuerpo es tan sólo una “cáscara” o “traje” que envuelve nuestro verdadero ser. Dios está interesado en salvar nuestra alma invisible y morar en el espíritu humano con Su Espíritu Santo, ambos invisibles. Así es que cuando leemos que “… a imagen de Dios lo creó…” (Génesis 1:27) se está refiriendo a sus capacidades cognitivas (pensamiento), afectivas (sentimiento), volitivas (voluntad) y espirituales.
El ser humano tiene una sexualidad.
Otro aspecto muy interesante es que Dios, el Verdadero, que no comete errores ni peca, que no hace el mal sino que es amoroso, justo, santo, etc. y que no tiene sexo –por lo tanto no es hombre ni mujer- hizo al ser humano, en lo físico, con la capacidad de reproducirse y aparearse, similar en este aspecto a la mayoría de los animales y demás seres del planeta, que están diferenciados como individuos, en género masculino (macho) y género femenino (hembra). Dios hizo en un principio, en la Tierra, un hombre y una mujer. Los griegos pensaban que los seres humanos en un comienzo tenían ambos sexos en sí mismos y que posteriormente, por algún capricho de los dioses, se separaron y unos tuvieron el órgano que penetra, el pene, del varón, y otros el órgano que recibe al masculino como en una vaina, la mujer. Esta separación en griego es sectus (1), que en nuestro idioma derivó en la palabra sexo.
Dice el Génesis “varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27) Nótese que no existe otra variedad o tipo sexual para Dios sino hombre o mujer. De allí que la homosexualidad, el lesbianismo y todas sus derivaciones, como la bisexualidad, el travestismo, la transexualidad, etc. no son bíblicos. A Dios no le agradan las prácticas homosexuales, aún cuando ama a los hombres y mujeres que las practican, como ama a cualquier pecador y sólo desea que ellos se arrepientan y vuelvan de su mal camino. “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva.” (Ezequiel 33:11)
El sexo en la pareja humana tiene las siguientes funciones:
a) La reproducción y continuidad del ser humano. En el plano espiritual, esta es imagen de la evangelización y multiplicación de los cristianos. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28)
b) La expresión del amor mutuo en la intimidad de su dormitorio. El acto de amor es exclusivo, sólo entre dos.
c) Es una relación que fortalece la unidad y la confianza del uno para con el otro. El matrimonio es la base de la familia. Ésta se sustenta sobre la unión de los cónyuges.
d) La buena práctica sexual permite una salud equilibrada y guarda a la pareja de los pecados de adulterio e inmoralidad sexual.
De acuerdo a lo expuesto, podemos afirmar que el Hombre es una creación de Dios.
2. LOS RASGOS DEL HOMBRE.
Hay tres aspectos que caracterizan al ser humano y lo diferencian de los animales y es que éste es un ser para vivir en sociedad; que crea cultura; y posee la capacidad de hablar y pensar.
El ser humano es un ser social.
Al crear Dios al ser humano dijo: “18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” (Génesis 2:18) La soledad trae tristeza, muchas soluciones surgen de la conversación y discusión de las ideas; la compañía permite el amor, confiar en otro ser de la misma especie; cada sexo aporta lo suyo. Fue muy sabio el Creador al dar al hombre una compañera. Él la definió como “ayuda idónea”, o sea un ser adecuado para compartir el trabajo, la crianza de los hijos, los ideales, las penas y las alegrías, aunque en el Paraíso no había tristezas. La soledad es origen de muchas frustraciones porque fuimos creados para vivir en pareja. Ni para el hombre ni para la mujer es conveniente la soledad.
El ser humano es un ser con cultura.
La vida del primer hombre en el Paraíso no era haraganear, sino que él debía, además de labrar y cuidar la tierra, “nombrar” a cada criatura creada por Dios. El Creador estaba desarrollando, por medio de ese trabajo, su capacidad de observación y raciocinio, desarrollando su mente para probables futuros trabajos, pues era un ser creativo que indudablemente inventaría muchas formas de cultura, como ha sucedido con la especie humana. Como Adán cultivaba la tierra, también cultivaba su mente y eso estaba en el plan del Señor. “Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.” (Génesis 2:19) El ser humano debe cultivar y cultivarse.
El ser humano es un ser con lenguaje.
La palabra “Adán” es un sustantivo propio que significa “hombre hecho de barro”. En ese nombre está descrita nuestra naturaleza esencial:
a) Somos seres creados por Dios.
b) Somos amasados, tratados, modelados por Él, a través de las circunstancias de la vida.
c) El material con que el Señor nos hizo es el mismo con que hizo el resto de la creación. A eso alude la palabra “barro”
La palabra “Eva” es otro sustantivo propio que significa “madre de los vivientes”, pues ella fue la primera mujer, de la cual proviene toda la Humanidad. Esta mujer dio a luz hijos de Adán por cría viva, de su propio cuerpo y con la simiente de Adán.
El nombre de todas las cosas es muy importante pues las define. El nombre que llevamos no es casual y en él hay un mensaje que descubrir. Cuántas veces nos sorprende el nombre de una persona, el cual coincide con su profesión o con alguna característica. Por ejemplo el nombre Juan significa en hebreo Dios es propicio o Dios se ha apiadado. Y ¿acaso no es el mensaje del apóstol Juan un mensaje de misericordia? Por ello afirmamos que la labor encargada por Dios a Adán de “nombrar” cada ser del Paraíso, no era una tarea menor. “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Génesis 2:19)
En definitiva, hay ciertos rasgos fundamentales que caracterizan al Hombre y lo hacen un ser diferente de los animales.
3. LA PROYECCIÓN DEL HOMBRE.
Luego de crear el universo con sus astros y el planeta Tierra, el Señor creó los animales y las plantas, y finalmente al ser humano, al que dio hermosas características: es un ser creado, tiene la imagen de Dios y una sexualidad. Además lleva unos rasgos fundamentales: es un ser social, creador de cultura y con pensamiento y lenguaje. Mas ahora, aparece el lado femenino de Dios, Su voluntad reproductiva y amorosa. Ello se demuestra en tres nuevas creaciones: a) la creación de la mujer; b) la creación del matrimonio; y c) la creación de la familia. Decimos que son “creaciones femeninas” porque se trata de “la” mujer, “la” primera pareja humana y “la” familia, las cuales dan nacimiento a “la” Humanidad.
Dios creó la mujer.
Dios, al no haber en toda la creación un ser adecuado para compañía de Adán, decide crear otro de la misma naturaleza. Experto Cirujano le hace caer en un sueño profundo y toma una de sus costillas para hacer una mujer con aquel material; luego cierra la herida. “Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. / Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Génesis 2:21-22). Esto tiene varios significados:
a) Que el hombre está en “sueño profundo” y desconoce la procedencia de su mujer.
b) La mujer procede del hombre implica que ella es de su misma naturaleza y esencia.
c) Al ser así debe respetarla, amarla y cuidarla como a sí mismo, porque es una prolongación de él.
d) Elohim Dios no tomó un hueso del cráneo ni tampoco del calcañar (2), sino que un hueso del centro del esqueleto vertical, de modo que Eva queda a la misma altura del hombre. Por el hecho de ser creada después de Adán no es inferior sino igual a él en derechos y obligaciones.
e) Hay otras implicancias espirituales de esta cirugía: la operación que Dios hizo en el hombre Jesucristo, extrayendo de Sus propios huesos el material para crear a Su esposa, la Iglesia. “Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio” (Efesios 5:30-32)
Dios creó la unidad hombre-mujer.
Eva fue extraída de Adán. Ambos son de la misma naturaleza y esencia. Esa operación en el Paraíso da inicio al sexo femenino y al matrimonio, bella obra de Dios. La palabra matrimonio no aparece en estos primeros capítulos de la Biblia. Matrimonio viene del latín matrimonĭum, y es “la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales”. Tampoco aparece la palabra “pareja”, definida como un “conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por hombre y mujer.”
La Biblia sólo dice que “varón y hembra los creó” (Génesis 1:27) y que hombre y mujer “serán una sola carne” (Génesis 2:24); aspectos que Jesucristo ratifica en el Evangelio (San Mateo 19:4; San Marcos 10:6).
Para que el matrimonio se conserve firme y unido deberá guardar los siguientes principios:
1. Permanencia. Jesucristo recuerda a los fariseos “… ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, / y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? / Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (San Mateo 19:4-6)
2. Exclusividad. El amor del matrimonio no debe, bajo una ética cristiana, ser compartido con una tercera persona: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)
Dios creó la familia.
Hay un paralelo entre la familia humana y la familia de Dios, que es la Iglesia. Ambas nacieron de un varón. La familia humana nació de Adán y la familia de Dios nació de Jesucristo. Pero en realidad ambas nacieron en la eternidad, en el pensamiento de Dios. “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. / Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:23)
Matrimonio y familia se interrelacionan. La familia está formada por la pareja hombre y mujer, más los hijos. Comúnmente se llama familia a todo el conjunto de parientes. Un matrimonio sin hijos también es considerado familia. En la Biblia se llama familia a toda la parentela, vivan o no en un mismo lugar. La familia se sustenta sobre el matrimonio y éste sobre el Amor.
Es muy importante la proyección que da Eva a Adán, es algo más que una ayuda idónea; el hombre solo no tiene proyección en el tiempo. Puede desarrollar sus capacidades pero, sin mujer y familia, carecerá de esa dimensión femenina que le proyecte más allá de si mismo y en el tiempo.
CONCLUSIÓN.
En este capítulo hemos aprendido que el Hombre es una creación de Dios, hecho a imagen de su Creador, en el sentido que posee ciertas capacidades espirituales que lo asemejan a Él. Además es un ser con sexualidad o capacidad reproductiva. Dios no tiene género, mas el ser humano es hombre y mujer, “varón y hembra”. Nuestros rasgos fundamentales se pueden expresar así: el ser humano es un ser social; debe cultivar y cultivarse; y desarrolla pensamiento y lenguaje. Comprendida la creación del varón, Dios procedió a realizar tres creaciones más que revisten gran importancia para nuestro tema, las creaciones femeninas de Dios: la mujer, la pareja o matrimonio y la familia. La vida del hombre no habría tenido la proyección que alcanzó con la creación de la mujer, el matrimonio y la familia. Queda claro, entonces, que la familia se origina en la necesidad de proyectar al hombre más allá de la individualidad, el hombre es un ser social que se multiplica y proyecta en el tiempo y el espacio.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) De acuerdo a lo estudiado en este capítulo ¿Cuál es el origen de la Familia?
2) Escriba una definición de si mismo(a) tomando como punto de partida la identidad y los rasgos del Hombre, expresados en este capítulo. Luego compártalo con el Cenáculo.
3) De acuerdo a su condición (soltero, novio, casado, viudo, divorciado) ¿cuál es su proyección futura?
BIBLIOGRAFIA
1) “La Santa Biblia”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
2) “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España”, en línea, Internet.
3) Dr. Francisco Javier Cortada, “Diccionario Médico Labor”; Tomo III; Editorial Labor, S.A. Argentina, 1970.
4) Rodrigo Abarca, Revista “Aguas Vivas” Nº 14, Abril de 2002.
I PARTE
Lectura bíblica: Génesis 1:27
Propósitos de la charla: a) Comprender quién es, cómo es y hacia dónde va el Hombre; b) Profundizar lo que hablan las Escrituras acerca de la identidad, los rasgos y la proyección del Hombre; c) Descubrir el origen de la Familia.
“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27)
Hoy en día muchos plantean que el ser humano desciende de los animales, es producto de una evolución de las llamadas especies inferiores, o su existencia, como la de todos los seres de la naturaleza, es tan sólo producto de un azar, una cadena interminable de casualidades. El mundo científico, ateo y agnóstico, rechaza los principios acerca de la creación del universo, los animales y el Hombre, expuesto en la Biblia, sobre todo en el primer libro del Pentateuco, conocido también como “el libro de los orígenes”.
El Texto Sagrado nos señala no sólo una explicación literal de cómo se habría desarrollado esta creación y el origen del Hombre, sino también quién es el Hombre y cuál es su destino en el universo creado. Veremos que el Hombre tiene unos rasgos propios que lo diferencian de los animales y ha sido puesto por Dios en la Creación con un propósito específico. Conociendo el origen del Hombre descubriremos el origen de la Familia.
De tal modo hay ciertas preguntas que necesitamos responder:
¿Quién soy?
¿Cómo soy?
¿Hacia dónde voy?
La Biblia responde estas preguntas, revelándonos:
· La identidad del Hombre.
· Los rasgos del Hombre.
· La proyección del Hombre.
1. LA IDENTIDAD DEL HOMBRE.
(Génesis 1:26-28)
Para comprender el diseño Divino de la familia, primero tenemos que comprender al hombre o ser humano como creación de Dios. El hombre no nace por casualidad sino que es un ser creado; como creación lleva la impronta o huella de su Creador; y tiene la capacidad de reproducirse y multiplicarse en muchos más.
El ser humano fue creado por Dios.
Cuando se habla de la “creación” del hombre es que estamos reconociendo que el ser humano es una invención y para que exista tal cosa debe haber un inventor o Creador. Sabemos que fuimos creados por un Dios Todopoderoso, que todo lo sabe y no miente. Como somos personas de fe y confiamos que la Biblia es Su Palabra que contiene la Verdad, entonces no dudamos en lo que ella nos relata: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27) Cualquiera otra teoría, como que el hombre desciende de otras especies, que es producto de la casualidad, que surgió por azar o por una inteligencia impersonal o extraterrestre, es rechazada. “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” (Hebreos 11:3) El Dios Invisible hizo el universo, los animales y al hombre.
El ser humano fue creado a imagen de Dios.
Como el reflejo de una imagen o una copia de Él mismo, hizo Dios al humano. Si no entendemos bien esta afirmación podríamos devenir en ideas aberrantes, como que Dios es un hombre más desarrollado y que algún día seremos dioses; o que Dios tiene un cuerpo, manos, ojos, etc. como los humanos. Esto puede pensarse si no nos detenemos a considerar la palabra “imagen”. ¿Qué quiere decir este sustantivo en la Biblia? El texto es un libro sagrado, por tanto no se refiere a algo concreto, no está explicando como es el cuerpo del hombre, sino su persona. Recuerde que el hombre y la mujer son criaturas trinitarias, es decir que tienen en sí tres elementos: uno material y visible, que es el cuerpo; otro invisible que se expresa en pensamientos, sentimientos y actitudes, el alma o psique; y un tercer, el espíritu, absolutamente invisible. ¿Qué somos nosotros, lo visible o lo invisible? En verdad somos la parte invisible y el cuerpo es tan sólo una “cáscara” o “traje” que envuelve nuestro verdadero ser. Dios está interesado en salvar nuestra alma invisible y morar en el espíritu humano con Su Espíritu Santo, ambos invisibles. Así es que cuando leemos que “… a imagen de Dios lo creó…” (Génesis 1:27) se está refiriendo a sus capacidades cognitivas (pensamiento), afectivas (sentimiento), volitivas (voluntad) y espirituales.
El ser humano tiene una sexualidad.
Otro aspecto muy interesante es que Dios, el Verdadero, que no comete errores ni peca, que no hace el mal sino que es amoroso, justo, santo, etc. y que no tiene sexo –por lo tanto no es hombre ni mujer- hizo al ser humano, en lo físico, con la capacidad de reproducirse y aparearse, similar en este aspecto a la mayoría de los animales y demás seres del planeta, que están diferenciados como individuos, en género masculino (macho) y género femenino (hembra). Dios hizo en un principio, en la Tierra, un hombre y una mujer. Los griegos pensaban que los seres humanos en un comienzo tenían ambos sexos en sí mismos y que posteriormente, por algún capricho de los dioses, se separaron y unos tuvieron el órgano que penetra, el pene, del varón, y otros el órgano que recibe al masculino como en una vaina, la mujer. Esta separación en griego es sectus (1), que en nuestro idioma derivó en la palabra sexo.
Dice el Génesis “varón y hembra los creó.” (Génesis 1:27) Nótese que no existe otra variedad o tipo sexual para Dios sino hombre o mujer. De allí que la homosexualidad, el lesbianismo y todas sus derivaciones, como la bisexualidad, el travestismo, la transexualidad, etc. no son bíblicos. A Dios no le agradan las prácticas homosexuales, aún cuando ama a los hombres y mujeres que las practican, como ama a cualquier pecador y sólo desea que ellos se arrepientan y vuelvan de su mal camino. “Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva.” (Ezequiel 33:11)
El sexo en la pareja humana tiene las siguientes funciones:
a) La reproducción y continuidad del ser humano. En el plano espiritual, esta es imagen de la evangelización y multiplicación de los cristianos. “Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Génesis 1:28)
b) La expresión del amor mutuo en la intimidad de su dormitorio. El acto de amor es exclusivo, sólo entre dos.
c) Es una relación que fortalece la unidad y la confianza del uno para con el otro. El matrimonio es la base de la familia. Ésta se sustenta sobre la unión de los cónyuges.
d) La buena práctica sexual permite una salud equilibrada y guarda a la pareja de los pecados de adulterio e inmoralidad sexual.
De acuerdo a lo expuesto, podemos afirmar que el Hombre es una creación de Dios.
2. LOS RASGOS DEL HOMBRE.
Hay tres aspectos que caracterizan al ser humano y lo diferencian de los animales y es que éste es un ser para vivir en sociedad; que crea cultura; y posee la capacidad de hablar y pensar.
El ser humano es un ser social.
Al crear Dios al ser humano dijo: “18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.” (Génesis 2:18) La soledad trae tristeza, muchas soluciones surgen de la conversación y discusión de las ideas; la compañía permite el amor, confiar en otro ser de la misma especie; cada sexo aporta lo suyo. Fue muy sabio el Creador al dar al hombre una compañera. Él la definió como “ayuda idónea”, o sea un ser adecuado para compartir el trabajo, la crianza de los hijos, los ideales, las penas y las alegrías, aunque en el Paraíso no había tristezas. La soledad es origen de muchas frustraciones porque fuimos creados para vivir en pareja. Ni para el hombre ni para la mujer es conveniente la soledad.
El ser humano es un ser con cultura.
La vida del primer hombre en el Paraíso no era haraganear, sino que él debía, además de labrar y cuidar la tierra, “nombrar” a cada criatura creada por Dios. El Creador estaba desarrollando, por medio de ese trabajo, su capacidad de observación y raciocinio, desarrollando su mente para probables futuros trabajos, pues era un ser creativo que indudablemente inventaría muchas formas de cultura, como ha sucedido con la especie humana. Como Adán cultivaba la tierra, también cultivaba su mente y eso estaba en el plan del Señor. “Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.” (Génesis 2:19) El ser humano debe cultivar y cultivarse.
El ser humano es un ser con lenguaje.
La palabra “Adán” es un sustantivo propio que significa “hombre hecho de barro”. En ese nombre está descrita nuestra naturaleza esencial:
a) Somos seres creados por Dios.
b) Somos amasados, tratados, modelados por Él, a través de las circunstancias de la vida.
c) El material con que el Señor nos hizo es el mismo con que hizo el resto de la creación. A eso alude la palabra “barro”
La palabra “Eva” es otro sustantivo propio que significa “madre de los vivientes”, pues ella fue la primera mujer, de la cual proviene toda la Humanidad. Esta mujer dio a luz hijos de Adán por cría viva, de su propio cuerpo y con la simiente de Adán.
El nombre de todas las cosas es muy importante pues las define. El nombre que llevamos no es casual y en él hay un mensaje que descubrir. Cuántas veces nos sorprende el nombre de una persona, el cual coincide con su profesión o con alguna característica. Por ejemplo el nombre Juan significa en hebreo Dios es propicio o Dios se ha apiadado. Y ¿acaso no es el mensaje del apóstol Juan un mensaje de misericordia? Por ello afirmamos que la labor encargada por Dios a Adán de “nombrar” cada ser del Paraíso, no era una tarea menor. “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.” (Génesis 2:19)
En definitiva, hay ciertos rasgos fundamentales que caracterizan al Hombre y lo hacen un ser diferente de los animales.
3. LA PROYECCIÓN DEL HOMBRE.
Luego de crear el universo con sus astros y el planeta Tierra, el Señor creó los animales y las plantas, y finalmente al ser humano, al que dio hermosas características: es un ser creado, tiene la imagen de Dios y una sexualidad. Además lleva unos rasgos fundamentales: es un ser social, creador de cultura y con pensamiento y lenguaje. Mas ahora, aparece el lado femenino de Dios, Su voluntad reproductiva y amorosa. Ello se demuestra en tres nuevas creaciones: a) la creación de la mujer; b) la creación del matrimonio; y c) la creación de la familia. Decimos que son “creaciones femeninas” porque se trata de “la” mujer, “la” primera pareja humana y “la” familia, las cuales dan nacimiento a “la” Humanidad.
Dios creó la mujer.
Dios, al no haber en toda la creación un ser adecuado para compañía de Adán, decide crear otro de la misma naturaleza. Experto Cirujano le hace caer en un sueño profundo y toma una de sus costillas para hacer una mujer con aquel material; luego cierra la herida. “Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. / Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.” (Génesis 2:21-22). Esto tiene varios significados:
a) Que el hombre está en “sueño profundo” y desconoce la procedencia de su mujer.
b) La mujer procede del hombre implica que ella es de su misma naturaleza y esencia.
c) Al ser así debe respetarla, amarla y cuidarla como a sí mismo, porque es una prolongación de él.
d) Elohim Dios no tomó un hueso del cráneo ni tampoco del calcañar (2), sino que un hueso del centro del esqueleto vertical, de modo que Eva queda a la misma altura del hombre. Por el hecho de ser creada después de Adán no es inferior sino igual a él en derechos y obligaciones.
e) Hay otras implicancias espirituales de esta cirugía: la operación que Dios hizo en el hombre Jesucristo, extrayendo de Sus propios huesos el material para crear a Su esposa, la Iglesia. “Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio” (Efesios 5:30-32)
Dios creó la unidad hombre-mujer.
Eva fue extraída de Adán. Ambos son de la misma naturaleza y esencia. Esa operación en el Paraíso da inicio al sexo femenino y al matrimonio, bella obra de Dios. La palabra matrimonio no aparece en estos primeros capítulos de la Biblia. Matrimonio viene del latín matrimonĭum, y es “la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales”. Tampoco aparece la palabra “pareja”, definida como un “conjunto de dos personas, animales o cosas que tienen entre sí alguna correlación o semejanza, y especialmente el formado por hombre y mujer.”
La Biblia sólo dice que “varón y hembra los creó” (Génesis 1:27) y que hombre y mujer “serán una sola carne” (Génesis 2:24); aspectos que Jesucristo ratifica en el Evangelio (San Mateo 19:4; San Marcos 10:6).
Para que el matrimonio se conserve firme y unido deberá guardar los siguientes principios:
1. Permanencia. Jesucristo recuerda a los fariseos “… ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, / y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? / Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” (San Mateo 19:4-6)
2. Exclusividad. El amor del matrimonio no debe, bajo una ética cristiana, ser compartido con una tercera persona: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.” (Hebreos 13:4)
Dios creó la familia.
Hay un paralelo entre la familia humana y la familia de Dios, que es la Iglesia. Ambas nacieron de un varón. La familia humana nació de Adán y la familia de Dios nació de Jesucristo. Pero en realidad ambas nacieron en la eternidad, en el pensamiento de Dios. “Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. / Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” (Génesis 2:23)
Matrimonio y familia se interrelacionan. La familia está formada por la pareja hombre y mujer, más los hijos. Comúnmente se llama familia a todo el conjunto de parientes. Un matrimonio sin hijos también es considerado familia. En la Biblia se llama familia a toda la parentela, vivan o no en un mismo lugar. La familia se sustenta sobre el matrimonio y éste sobre el Amor.
Es muy importante la proyección que da Eva a Adán, es algo más que una ayuda idónea; el hombre solo no tiene proyección en el tiempo. Puede desarrollar sus capacidades pero, sin mujer y familia, carecerá de esa dimensión femenina que le proyecte más allá de si mismo y en el tiempo.
CONCLUSIÓN.
En este capítulo hemos aprendido que el Hombre es una creación de Dios, hecho a imagen de su Creador, en el sentido que posee ciertas capacidades espirituales que lo asemejan a Él. Además es un ser con sexualidad o capacidad reproductiva. Dios no tiene género, mas el ser humano es hombre y mujer, “varón y hembra”. Nuestros rasgos fundamentales se pueden expresar así: el ser humano es un ser social; debe cultivar y cultivarse; y desarrolla pensamiento y lenguaje. Comprendida la creación del varón, Dios procedió a realizar tres creaciones más que revisten gran importancia para nuestro tema, las creaciones femeninas de Dios: la mujer, la pareja o matrimonio y la familia. La vida del hombre no habría tenido la proyección que alcanzó con la creación de la mujer, el matrimonio y la familia. Queda claro, entonces, que la familia se origina en la necesidad de proyectar al hombre más allá de la individualidad, el hombre es un ser social que se multiplica y proyecta en el tiempo y el espacio.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) De acuerdo a lo estudiado en este capítulo ¿Cuál es el origen de la Familia?
2) Escriba una definición de si mismo(a) tomando como punto de partida la identidad y los rasgos del Hombre, expresados en este capítulo. Luego compártalo con el Cenáculo.
3) De acuerdo a su condición (soltero, novio, casado, viudo, divorciado) ¿cuál es su proyección futura?
BIBLIOGRAFIA
1) “La Santa Biblia”, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
2) “Diccionario de la Real Academia de la Lengua de España”, en línea, Internet.
3) Dr. Francisco Javier Cortada, “Diccionario Médico Labor”; Tomo III; Editorial Labor, S.A. Argentina, 1970.
4) Rodrigo Abarca, Revista “Aguas Vivas” Nº 14, Abril de 2002.
(1) Sectus es también la raíz de la palabra “secta” que implica la separación de una religión por motivos doctrinales.
(2) De calcaño: parte posterior de la planta del pie.
(2) De calcaño: parte posterior de la planta del pie.
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