MENSAJES DE NAVIDAD
AÑO 2016Predicado el día 25 de diciembre de 2016
en el Culto de Navidad.
© Pastor Iván Tapia Contardo
“1 Levántate, resplandece; porque
ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. / 2 Porque he aquí
que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti
amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. / 3 Y andarán las naciones a
tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.” (Isaías 60:1-3)
Resumen:
La Navidad es una fiesta cristiana cuyo centro es la adoración de Jesucristo,
Dios encarnado y nacido de mujer. En el Texto, Isaías se dirige a Sion, la
ciudad de Jerusalén e Israel, cuya gloria será manifestada en el milenio. Pero
estas palabras también pueden ser aplicadas a la vida de todo cristiano:
Jesucristo nos ilumina, Su Espíritu vive en nosotros y somos luz para el mundo.
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or ser los
humanos seres que tenemos un sentido al que damos tanta importancia, como es la
visión, Dios ha querido hablarnos en ese mismo lenguaje: nos dice que Él es
luz, que no hay ninguna tiniebla en Él, que Cristo es la luz del mundo, que Su
mensaje ilumina, que la Biblia es como una lámpara a nuestros pies, que el
mundo está en tinieblas, etc.: “16 El
pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; Y a los asentados en región de
sombra de muerte, Luz les resplandeció.” (San Mateo 4:16)
Pero esta
palabra “luz” no tiene en la Biblia el sentido que nosotros generalmente le
damos, como un conocimiento que nos saca de la ignorancia, sino que se refiere
a la revelación del gran amor de Dios en Jesucristo. El amor de Dios nos convierte
a Él; el mensaje del Evangelio es el amor integral; la vida cristiana es una
vida de amor a Dios, el prójimo y sí mismo. Por tanto, cuando Cristo vino a
este mundo, se manifestó el amor Divino.
Podemos asimilar
las palabras del profeta Isaías a nuestra propia vida y desarrollo espiritual. Esta
Navidad el Señor nos dice: 1) Levántate e ilumínate, una invitación a
sobreponernos a todo pecado y debilidad; 2) Sobre
ti será vista la gloria de Dios, la promesa del Espíritu Santo que nos
ilumina, guía, fortalece, sana, enseña, advierte, en fin obra en nuestro
interior; y 3) Andarán las naciones a tu
luz, la influencia que el discípulo de Jesucristo y la Iglesia ejercen en
el medio en que actúan.
He aquí las palabras proféticas
de Isaías, escritas a casi 8 siglos antes de Jesucristo. Su propósito es mostrar la salvación para el
futuro de la nación de Israel, de la cual la Iglesia será parte. Tal misión la
lleva en su mismo nombre, ya que Isaías significa “Jehová es salvación”.
Podemos entender esta profecía de tres formas:
a)
Como un mensaje sólo para el pueblo escogido del
Antiguo Testamento.
b)
Como una profecía para la Iglesia, pueblo de Dios.
c)
Como un mensaje particular para cada creyente.
¿Qué nos dice el Señor en esta Navidad?
1.
Levántate
e ilumínate.
“1 Levántate, resplandece; porque
ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.” (Verso 1)
Acostumbramos en estas fechas reunirnos en familia en
torno a un árbol de Navidad, decorado con luces y pequeños juguetes. Esta
tradición se inició durante el siglo XVII en la región francesa de Alsacia,
cercana al límite con Alemania. El árbol simboliza al Árbol de la Vida, que es
Cristo e ilumina con Su amor nuestras casas e iglesias.
En este versículo el Señor te invita a salir de tus
limitaciones y debilidades, a no mirar tu pobre condición sino a levantarte
sobre ella. ¡Levántate! te ordena, así como mandó a su amigo muerto: “¡Lázaro,
ven fuera!” (San Juan
11:43) Sólo levantándonos con fe por sobre nuestros pecados y mirando la
gloria del Señor, podremos llevar la luz de Jesucristo, como dice el Apóstol: “18 Por tanto, nosotros todos, mirando a
cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” (2
Corintios 3:18)
La luz de Jesucristo vino al pueblo hebreo, pero no todos
le reconocieron. Esa luz, la luz del Evangelio del amor de Dios se extendió a
muchos gentiles y hoy los cristianos son el mayor grupo religioso del mundo, un
31% de la población, lo que equivale a unos 2.200 millones de personas. Esto ha
sido posible porque Dios se manifestó en Cristo, Su Hijo, “Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.” (San Juan 3:16) Dios se hizo Hombre, se encarnó en apariencia de
varón, predicó la buena noticia del Reino de Dios con muchas señales y
milagros, entregó su vida en rescate por los pecadores y venció la muerte,
resucitando al tercer día.
“Ha venido tu luz” dice el Texto, pues
así se presenta Él: “Yo
soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida.” (San Juan 8:12) Tú ya no caminarás en
las tinieblas del pecado y del mundo, sino que ahora el Espíritu Santo, que es
Cristo en nosotros, iluminará toda tu vida. Desde el día de Pentecostés los
cristianos tenemos la luz de Dios dentro de nosotros. Desde que tú creíste, el
Espíritu te guía: “Pero cuando venga el
Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su
propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas
que habrán de venir.” (San Juan
16:13)
La gloria de Jehová está sobre Su pueblo: Israel y la Iglesia.
Un día, cuando Jesús regrese a esta Tierra, resplandecerá Su shekiná en Sion,
Jerusalén: “1 Acontecerá en los postreros tiempos
que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y
más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. / 2 Vendrán muchas
naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de
Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de
Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. / 3 Y él juzgará entre
muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán
sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación
contra nación, ni se ensayarán más para la guerra” (Miqueas 4:1-3)
2.
Sobre
ti será vista la gloria de Dios.
“2 Porque he aquí que tinieblas
cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y
sobre ti será vista su gloria.”
(Verso 2)
Desde que el hombre desobedeció a Dios y prefirió seguir
sus propias ideas, se sumió en una profunda tiniebla, expuesto a las
insinuaciones del diablo y sus huestes. Como la Tierra, que estaba en un
principio desordenada y vacía, pero luego Dios dice “Sea la luz”, así también
un día Dios iluminó nuestras vidas y separó la luz de las tinieblas. Cuando
Cristo llega a la vida de una persona o de una nación, la luz de la Verdad y de
Su amor todo lo ilumina, separando el pecado de la virtud: “1 En el
principio creó Dios los cielos y la tierra. / 2 Y la tierra estaba desordenada
y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios
se movía sobre la faz de las aguas. / 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
/ 4 Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.” (Génesis 1:1-3)
Es necesario que
resplandezca la gloria de Dios sobre nuestras vidas: “6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la
luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” (2
Corintios 4:6)
Sobre el pueblo
hebreo resplandeció la luz de Jehová, utilizando como vehículos de esa
iluminación al patriarca Abraham, al libertador Moisés y a los profetas. Ellos
anunciaron la venida de un Mesías, Salvador o Cristo, Uno que quitaría la
oscuridad espiritual de este mundo y traería la Luz. Esta luz debemos
entenderla más que como una doctrina intelectual como una experiencia de amor.
Dios es amor y ese amor fue manifestado al ser humano en la Persona de
Jesucristo. Luego ese amor sería derramado en el corazón de todo aquél que cree
en Jesús.
Hoy día las tinieblas cubren la tierra, las naciones
están en oscuridad; pero hay un organismo vivo sobre el planeta que contiene la
Verdad, “la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y
baluarte de la verdad.” (1 Timoteo 3:15) La Iglesia guarda el depósito de la fe, al
tener el Espíritu Santo (2 Timoteo 1:14) Los cristianos
guardamos la Verdad de Dios que está escrita en la Biblia. La Iglesia tiene por
misión iluminar al mundo con su testimonio oral y práctico. El Señor nos dijo: “14 Vosotros sois la luz del mundo; una
ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. / 15 Ni se enciende una
luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos
los que están en casa. / 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para
que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos.” (San Mateo 5:14-16)
Un día regresará Jesucristo y amanecerá sobre la Iglesia, sobre Israel y también sobre
el mundo, porque “será vista su gloria.” Por un milenio reinará con autoridad y
justicia, iluminándonos con Su amor y sabiduría.
3.
Andarán
las naciones a tu luz.
“3 Y andarán las naciones a tu
luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.” (Verso 3)
¿Qué profecía más clara y acertada que ésta? Durante 21
siglos la Humanidad ha reconocido y celebrado el nacimiento del Salvador del
mundo. Sea como sea que se celebre, con mayor o menor espiritualidad; con
diversidad de himnos, villancicos y canciones populares; aún mezclándola con
creencias populares y hasta supersticiones, es recordada la natividad del
Señor.
El nacimiento de Jesucristo divide la historia humana en
un antes y un después; nuestro calendario llama año 1 a aquel evento tan
relevante. El cristianismo, en sus diversas versiones (católica, protestante,
evangélica, ortodoxa, etc.) es la fe que impera en el planeta, en especial en
la cultura occidental.
La luz que trajo Jesucristo y Su Evangelio al mundo es la
conciencia de que Dios ama al ser humano y lo único que desea para él es la
salvación. La luz de Dios no es una regla, un grupo de normativas, ni siquiera
una doctrina o filosofía: la luz de Dios es Su amor infinito e inagotable que
quiere expresarse en el ser humano. La luz del amor nos civiliza, nos hace
crecer en el espíritu, nos hace solidarios y misericordiosos: la luz del amor
conduce al perdón y al arrepentimiento, acerca a los hombres más distintos para
dejar de ser enemigos y transformarse en amigos y hasta hermanos.
La Navidad es esa fecha que hemos elegido para recordar
el nacimiento del Salvador y reflexionar sobre la importancia de Su
Encarnación, el misterio del Dios hecho Hombre. Si esto no hubiera sucedido
estaríamos condenados a eterna muerte y perdición, no tendríamos esperanza.
Pero, gracias sean dadas al Señor, que tenemos un Salvador, un Hombre y Dios a
la vez, que dio Su vida para lavar nuestras faltas y reconciliarnos con el
Padre.
Nace Jesús, pero también nace la Iglesia, como un día
nació el pueblo de Dios “en los lomos de Abraham”, padre de la fe. La Iglesia
es la manifestación actual de Dios en medio de la sociedad y cumple una función
profética al anunciar el Evangelio, pero también de servicio a todo aquél que
sufre. La luz del amor Divino sigue manifestándose después de la ascensión del
Señor. Por eso la Palabra de Dios afirma: “Y
andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”
¡Qué el Espíritu Santo nos impulse a vivir en la luz, no
sólo en tiempo de Navidad sino cada día de nuestra vida! Que el Señor produzca
en ti una verdadera renovación mental para que puedas comprender la profundidad
de Su amor y las implicancias que ello tiene en las vidas de los que te rodean.
Tú, como el Señor, también eres luz y debes aprender a iluminar tu entorno: “22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así
que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; / 23 pero si tu
ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en
ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” (San
Mateo 6:22,23)
Ese modo nuevo de pensar y ver la realidad nos conducirá
a una transformación como personas espirituales. Deseo que en esta Navidad el
Señor comience a operar en ti estos procesos para que esta profecía se cumpla
en tu vida:
“Levántate, resplandece; porque
ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. / Porque he aquí
que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti
amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. / Y andarán las naciones a
tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.”
CONCLUSIÓN
Podemos asimilar
estas palabras del profeta Isaías a nuestra propia vida y desarrollo
espiritual. Esta Navidad el Señor nos dice: 1) Levántate e
ilumínate, una
invitación a sobreponernos a todo pecado y debilidad; 2) Sobre ti será vista la gloria de Dios, la promesa del Espíritu
Santo que nos ilumina, guía, fortalece, sana, enseña, advierte, en fin obra en
nuestro interior; y 3) Andarán las
naciones a tu luz, la influencia que el discípulo de Jesucristo y la
Iglesia ejercen en el medio en que actúan.
PARA TRABAJAR EN EL CENÁCULO:
1) ¿Cuál
es, a su juicio, el mensaje central de la Biblia?
2)
¿En
qué forma está iluminando Dios hoy día su vida?
3)
¿Cree usted que tiene la luz de Dios dentro de
sí y de qué forma?
4)
¿Qué
semejanza hay entre la creación del planeta y su conversión a Dios?
5)
¿Actualmente
está el mundo en luz o en oscuridad?
6)
¿Qué tiene la Iglesia que no posee el mundo y
qué debe hacer con ello?
7)
¿Cuál
es la luz de Dios?
8)
¿Cómo
puede manifestarse la luz del amor Divino hoy día que Cristo está en los cielos?
9) ¿Cómo entiende la profecía aludida
en este sermón?
10) ¿Qué
significado tiene para usted “Sobre
ti será vista la gloria de Dios”?
11) ¿Cómo
se hizo manifiesto que Dios es amor?
12) ¿Cuál es la importancia de
la fiesta cristiana de la Navidad? ¿Debemos celebrarla los cristianos?
13) ¿Qué resultados tienen el
arrepentimiento y el perdón en las relaciones personales de los cristianos?
14) ¿Son
Israel y la Iglesia la misma cosa?
15) ¿Qué
le dice el Señor en esta Navidad?
· Reina,
Casiodoro de (1960). “La Santa Biblia”
Estados Unidos: Broadman & Holman Publishers.
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MacArthur, John. (2011). “Biblia de Estudio MacArthur” Estados Unidos: Thomas Nelson
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http://www.miconcordancia.com/concordancia.php
· Rizo Martínez, José L. “Diccionario Bíblico” Recuperado de: http://es.scribd.com/doc/50636670/Diccionario-Biblico-Jose-L-Rizo-Martinez#scribd
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