II PARTE
Pastor Iván Tapia
Lectura bíblica: Salmo 100:3
Propósitos de la charla: a) Comprender cual es la esencia de ser ovejas del Buen Pastor; b) Descubrir rol en la Iglesia e identificar los dones que Dios nos ha dado; c) Evaluar nuestra conversión; d) Revisar actitud ante la diversidad; e) Clarificar mi ubicación en el Cuerpo; y f) Vincularse afectiva y efectivamente al pastor como al Pastor.
Reconocemos que el Señor es nuestro Dios. él nos creó y como tal es Dueño absoluto de nuestra vida. Ésta no nos pertenece, toda vez que Él nos ha salvado de la condenación eterna por medio de la muerte de Su Hijo. Por lo tanto somos Su pueblo, así como lo es Israel. Él es nuestro Pastor y nosotros ovejas de Su prado.
En el Evangelio de San Juan, Jesucristo se nos presenta como el Buen Pastor que da su vida por las ovejas. Ya hemos estudiado cuales son las características de un buen pastor; ahora corresponde adentrarnos en el rol de ser oveja. Los cristianos no necesitamos esforzarnos por ser ovejas sino más bien reconocer que ya lo somos. El mismo texto nos permite encontrar nuestra esencia y rol de ovejas.
1. LAS OVEJAS CRUZAN LA PUERTA
De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador" (San Juan 10:1)
He aquí una gran verdad declarada por nuestro Maestro, Jesucristo, y es que el verdadero pastor entra por la puerta y no por otra parte; el pastor de las ovejas no necesita esconderse ni entrar por otro lugar que no sea la puerta. El pastor de una comunidad cristiana es alguien que ha cruzado la Puerta del Reino, es decir ha conocido a Jesucristo como Señor y Salvador; además ha sido legítimamente ungido como ministro de Dios. Podríamos aplicar esta enseñanza también a las ovejas, los discípulos de Jesús, señalando que toda oveja perteneciente al rebaño cruzará la Puerta y no entrará por la ventana. Una oveja de Su prado es la que ha nacido de nuevo del agua y del Espíritu.
Las ovejas cruzan la puerta del Reino de Dios; nadie puede ser oveja de Jesucristo si no se ha convertido a Él, si no le ha entregado la vida completa, creyendo en Su mensaje de Salvación y haciendo suya Su muerte, si no ha nacido de nuevo.
2. LAS OVEJAS TIENEN VIDA ABUNDANTE
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia." (San Juan 10:10)
En muchas oportunidades hemos comentado este pasaje, el cual está entre mis preferidos. En este versículo se confrontan dos personajes: el ladrón y Cristo. El primero no es otro que el diablo, el cual vino a esta tierra para hurtarnos la vida eterna, para matar nuestra alma, para destruir todo lo que Dios construyó en nosotros. En cambio el Hijo de Dios vino a rescatarnos y devolvernos todo lo que Satanás nos había usurpado. Jesús declara que Él ha venido a este mundo para que tengamos vida. Obviamente no se refiere sólo a la vida biológica, sino también y sobre todo a la vida de Dios, esa que viene de Él. No es poca, tampoco la suficiente, sino que es "abundante". La vida que nos da el Padre a través de Jesucristo y Su Espíritu Santo es una vida que sobrepasa la necesidad de las ovejas, ¡una vida abundante! Las ovejas de Su rebaño son llamadas a tener y experimentar una vida abundante, victoriosa, exitosa y no una vida pobre, derrotada y de fracasos. Esta es la calidad de vida que el Buen Pastor viene a otorgar a Sus ovejas. ¡Alabado sea Jesucristo!
Las ovejas tienen vida abundante, su característica es una vida de satisfacción espiritual, de gozo y contentamiento, en que buscan permanentemente las cosas espirituales más que las materiales. Las ovejas disfrutan de bendiciones en Cristo: bendiciones espirituales, corporales y materiales. (3 Juan 2)
3. LAS OVEJAS IDENTIFICAN LA VOZ DEL PASTOR
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen," (San Juan 10:14)
Así como Jesucristo conoce a Sus ovejas, estas también le conocen. Aquí se trata de un reconocimiento o identificación. Ciertamente Dios nos conoce completamente, nada en nuestra persona escapa al conocimiento de Cristo. Él, como Cabeza conoce todo Su Cuerpo. Nosotros identificamos Sus ordenes y el Espíritu Santo nos ayuda a discernir Su voluntad. Pese a que nos hemos convertido a Él, aún no le conocemos completamente. Cada oveja está en un proceso de conocimiento, aprendizaje de Dios; lo cual tiene directa relación con la vida de intimidad que la oveja tiene con el Pastor. Pero sí todos poseemos, desde el día en que nacimos de nuevo, un conocimiento de Su Voz, de Su amor y Espíritu. Todo cristiano, toda oveja del Señor, puede reconocer la cálida y amorosa Voz de su Pastor. Es una maravillosa capacidad que Él nos ha dado.
Las Ovejas identifican la voz del pastor, tanto de su Pastor Celestial como del pastor terrenal; saben exactamente quien es su pastor. Siguen a Jesucristo y en este mundo a uno de Sus ministros.
4. LAS OVEJAS BUSCAN LA UNIDAD
También tengo otras ovejas que no son de este redil; áquellas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor" (San Juan 10:16)
La explicación más ortodoxa a este pasaje se refiere a la voluntad de Jesús de traer a los gentiles al Reino de Dios. El redil serían los judíos, a quienes está manifestando esto el Maestro, y aquellos que no pertenecen a ese redil también tendrían acceso a la salvación. Su llamado es universal y no es excluyente. Tomando en cuenta ese espíritu del mensaje divino, los discípulos tendríamos que ser personas siempre abiertas y dispuestas a recibir como hermanos a todos los que el Señor llamare, sin hacer discriminación de nacionalidad, sexo, raza, cultura, nivel socio económico, capacidades, condición moral, etc. "Habrá un rebaño, y un pastor" dice Jesucristo, invitándonos a la no discriminación y a la unidad. Las buenas ovejas buscan la unidad del rebaño. Las ovejas buscan la unidad, no producen divisiones ni separaciones en la Iglesia, están siempre dispuestas a perdonar y aceptar la diversidad de caracteres, opiniones, pensamientos, estilos, etc. en el Cuerpo de Cristo.
5. LAS OVEJAS OBEDECEN AL PASTOR
"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen." (San Juan 10:27)
La Palabra de Dios nos repite hasta el cansancio que no basta con ser oidores de ella sino que es necesario ponerla por obra, hacerla, obedecerla. Las verdaderas ovejas de Jesucristo oyen Su voz y le siguen. Las ovejas son obedientes al pastor. Nosotros, los cristianos, tenemos un pastor terrenal, aquel siervo o sierva del Señor que nos pastorea en la comunidad cristiana. Sobre él o ella está Jesucristo, Pastor y Obispo de nuestras almas (1 Pedro 2:25). A ambos las ovejas deben obediencia pues ambos están en consonancia y unidad por medio del Espíritu Santo. La voz del pastor no contradice la Voz del Pastor. Las buenas ovejas obedecen al pastor.
Las ovejas obedecen al pastor, no se burlan de él, no le menosprecian sino que lo respetan, lo aman, lo valoran como siervo del Dios único, aprecian su enseñanza como inspirada por Dios y le cuidan como los hijos lo hacen con sus padres.
Es el mismo Señor Jesucristo quien nos ha indicado qué es una oveja nacida de nuevo en la majada del Padre, plena de la vida del Espíritu Santo, conocedora de Su Voz, buscando la unidad del rebaño y obedientes al pastor.
PARA REFLEXIONAR:
1) Escriba su testimonio de conversión en una página y entréguelo a su pastor.
2) Haga un listado de las bendiciones que el Señor le ha dado y de gracias por ellas.
3) Pregúntele al Señor qué pide Él de usted, como oveja.
BIBLIOGRAFÍA.
Santa Biblia, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
Santa Biblia, Casiodoro de Reina, revisión de 1960, Broadman & Holman Publishers, USA.
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